por KÁTIA ALVES FUKUSHIMA & JORGE GONZÁLEZ DURAND*
Entre la polarización política, las sanciones de EEUU y la pandemia del Coronavirus
Desde el ascenso de Nicolás Maduro al poder ejecutivo, tras la muerte de Hugo Chávez, en 2013, Venezuela ha enfrentado un recrudecimiento de la crisis económica y política, con hiperinflación, devaluación de la moneda frente al dólar, escasez de productos básicos, además de la feroz polarización entre gobierno y oposición. El 23 de enero de 2019, Juan Guaidó (Voluntariado Popular – PV), uno de los líderes de la oposición, se autoproclamó presidente de Venezuela[ 1 ] – recrudeciendo la crisis en el país, que ahora tiene dos presidentes, cada uno reconocido por diferentes actores internos y externos. A este escenario se suman las sanciones y el bloqueo económico de Estados Unidos contra Venezuela y la trágica pandemia del Corona Virus que azota al mundo.
Este contexto nos trae las siguientes preguntas: ¿cómo está el gobierno combatiendo la pandemia frente a la crisis económica y los conflictos con la oposición? ¿Cuáles son las implicaciones de las sanciones de Estados Unidos contra Venezuela en la lucha contra el Covid-19? ¿Cómo está actuando la oposición en este contexto? ¿Hubo alguna alianza o tregua entre gobierno y oposición en este escenario?
Gobierno de Nicolás Maduro y la Oposición
Nicolás Maduro ganó las elecciones presidenciales de 2013 con el 50,61% de los votos. El subcampeón, Henrique Capriles de la fiesta primero justicia, obtuvo el 49,12% de los votos[ 2 ]. Así, Nicolás Maduro asumió la presidencia de la República Bolivariana de Venezuela, el 19 de abril de 2013, en medio de una serie de convulsiones políticas y económicas, agudizadas por la muerte de Chávez y el escaso margen de votos con el que resultó electo. Su gobierno buscó presentar una agenda de legitimación más pragmática, basada en el discurso de combatir la corrupción, mejorar los indicadores económicos y aumentar la seguridad de la población (López Maya, 2013). Sin embargo, desde entonces, el país enfrenta una grave crisis económica que se intensificó en 2014, con la depreciación del bolívar soberano (moneda local), desabastecimiento y una de las inflaciones más altas del mundo (Cuadro 1).
Tabla 1: Inflación venezolana y promedio latinoamericano (nivel general)
![Cuadro 1: Inflación en Venezuela y el promedio en América Latina (nivel general)](https://dpp.cce.myftpupload.com/wp-content/uploads/2020/08/venezuela-1.png)
Según la economista venezolana Pascualina Curcio (2020), en su libro “Hiperinflación. arma imperial”, “Históricamente, la inflación en Venezuela no había superado los dos dígitos, excepto en 1996 cuando alcanzó niveles del 100%. Entre 1999 y 2011, la inflación anual promedio fue de 21%. A partir de 2012, los precios comenzaron a subir a un ritmo cada vez mayor”. La economía se volvió precaria, al igual que los servicios básicos de salud y educación.
El caso es que el país está en recesión y no ha logrado salir de la hiperinflación, sobre todo ante la caída de la producción petrolera, principal fuente de ingresos del país. El resultado es una reducción del Producto Interno Bruto (Gráfico 1), que afecta el empleo y los ingresos de los venezolanos y ha provocado la inmigración de cinco millones de personas al país.
Gráfico 1: Tasa de variación anual del PIB de Venezuela a precios constantes de 2010
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Si bien hay una serie de factores que pueden explicar la gravedad de la crisis política, económica y social venezolana, como la dependencia del petróleo, las influencias internacionales y la incapacidad de los actores gubernamentales para encontrar soluciones a la crisis económica, la oposición también jugó un papel central. , al intensificar la polarización con acciones radicales, como la de Juan Guaidó, entonces presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, de autoproclamarse presidente y defender una intervención extranjera en el país.
El gobierno de Maduro, en la lucha por mantenerse en el poder, no ha enfrentado temas centrales para tratar de superar la crisis económica, respondiendo de manera aletargada a los desafíos económicos del país, especialmente en lo que se refiere a la necesidad de ajustar los controles de precios y cambios que se prestan a la especulación, el contrabando y la corrupción (Ellner, 2019, p. 169), este último tema, sumado a la falta de transparencia, constituye otro “talón de Aquiles” del gobierno. Según el sociólogo venezolano Edgardo Lander[ 3 ], durante el gobierno de Maduro hubo un aumento de la militarización, con la incorporación de miembros de las Fuerzas Armadas a los cargos de la administración pública, buscando garantizar el apoyo de los militares al gobierno, las divisas, los puertos y la distribución de alimentos, generando un deterioro de servicios públicos y, por tanto, un creciente rechazo al gobierno de Maduro.
Las dificultades del gobierno para resolver la crisis económica, según el politólogo e internacionalista Oscar Lloreda (2019), se reflejan en un desfase entre dos grupos, al que denomina “chavismo burocrático-institucionalizado” y un “chavismo popular”. Para Lloreda, “lo que une hoy a ambos grupos es la existencia de un proyecto y un horizonte común, trazado a lo largo de estos veinte años. Lo que los separa, en cierta medida, es la inquietud actual de cada uno”. Mientras que el “chavismo burocrático-institucionalizado” se enfoca en la supervivencia, es decir, en mantener el poder institucional; “el 'chavismo popular' parece centrarse más en la viabilidad y 'sostenibilidad histórica' del proyecto bolivariano”.
La oposición, sin embargo, juega un papel central en la crisis venezolana, actuando como una “oposición desleal” a lo largo de los gobiernos de Chávez (1999-2013) y Maduro (2013-actual), al punto que, además de oponerse al gobierno dentro las reglas del juego, se ha posicionado como una amenaza a la propia democracia. La “oposición desleal”, según Linz (1991), se constituye en partidos y/o grupos de interés que promueven acciones conjuntas con fines desestabilizadores para derrocar al gobierno, sin posibilidad alguna de constituir una nueva mayoría.
“Ataques al sistema político en general más que a partidos o personas en particular, la difamación sistemática de políticos en los partidos del sistema, la obstrucción constante del proceso parlamentario, el apoyo a propuestas presentadas por otros partidos presuntamente desleales con fines desestabilizadores , la acción La acción conjunta con otros partidos supuestamente desleales con fines desestabilizadores y la acción conjunta con ellos en situaciones de crisis y para derrocar gobiernos sin posibilidad de constituir una nueva mayoría, son todas acciones propias de una oposición desleal” (Linz, 1991, p. 62). ).
Durante el gobierno de Chávez, la oposición incitó a paros (2001), golpe de estado (2002), sabotaje petrolero (2002-2003), boicot a las elecciones parlamentarias de 2005, entre otras acciones para desestabilizar y derrocar al gobierno. Tras el fracaso de las acciones golpistas y de las medidas tendientes a la desestabilización, la oposición a Chávez había adquirido un carácter más democrático en los últimos años de su gobierno. Tal estrategia, ubicada en gran medida en la unión de sectores opositores en torno al Mesa de la Unidad Democrática (MUD), condujo a una mejora considerable en sus resultados electorales. La oposición, en este sentido, no sólo ganó poder en importantes estados del país, sino que hizo reales sus posibilidades de victoria en las elecciones presidenciales. A pesar de la clara ausencia de un ideario rector (Barrionuevo, 2010), la MUD logró aglutinar a todos los sectores descontentos con el gobierno chavista, creando en torno a la figura del entonces gobernador del estado de Miranda (2008-2012), Henrique Capriles, la personificación del líder antichavista. Sin embargo, tras la derrota en las elecciones presidenciales de abril de 2013 de Nicolás Maduro, la oposición se dividió y algunos sectores volvieron al viejo camino, desconociendo el resultado de las elecciones e incitando a violentas protestas antigubernamentales –conocidas como “La Salida(2014). A pesar de esta división, la oposición ganó las elecciones parlamentarias de 2015, logrando una mayoría calificada con 2/3 de los escaños legislativos (112 de 167 diputados). Maduro, poco después del anuncio de los resultados por parte de la presidenta del Consejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena, reconoció la derrota[ 4 ]El día de la toma de posesión de los diputados, el recién electo presidente de la Asamblea, Henry Ramos Allup (AD), pronunció un discurso de confrontación con el gobierno, afirmando que en un plazo de seis meses implementaría un mecanismo “para cambiar el gobierno (Scharfenberg, 2016). Tras asumir el cargo, la primera medida de la oposición fue retirar del muro del parlamento los cuadros de Chávez y Bolívar o cualquier vestigio que representara la hegemonía chavista, adoptando una “política del resentimiento”. El enfrentamiento se intensificó cuando el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) declaró, el 11 de agosto de 2016, a la Asamblea en “desacato”, es decir, se consideraron nulos todos los actos de la nueva Asamblea, pues mantuvo la posesión de tres diputados del estado de Amazonas, cuya elección fue suspendida temporalmente por acusaciones de fraude electoral y compra de votos[ 5 ] (Decisión n. 260/2015). La oposición acusa la intervención del Poder Judicial en la Asamblea de un “golpe judicial”. Por otro lado, el gobierno habla de un “golpe de Estado” ante la violación de leyes por parte de la oposición (Pardo, 2016). El TSJ asumió las funciones de la Asamblea. La oposición respondió a la decisión del TSJ con una serie de protestas violentas en varias ciudades del país, conocidas como “Las Guarimbas” (barricadas con resistencia callejera), con el objetivo de derrocar al gobierno. Las violentas protestas se prolongaron durante casi 60 días, con cortes de vías y enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad, que registraron 127 muertos y más de 3.000 heridos (Miranda, 2019). Ante la posibilidad real de que el país caiga en una guerra civil por el alto grado de violencia en las calles y la negativa de la oposición al diálogo, Maduro, haciendo uso de los artículos 347, 348 y 349 de la Constitución, convocó el 01 de mayo de 2017. a Asamblea Nacional Constituyente (ANC) El 30 de julio de 2017 se llevó a cabo la elección que conformaría la Asamblea Nacional Constituyente. La oposición decidió no participar en las elecciones, defendiendo la abstención en el proceso electoral. La estrategia del gobierno con la ANC fue frenar la violencia promovida por la oposición y recuperar la gobernabilidad. Si bien, en este sentido, el gobierno ha logrado algunos logros, también ha sufrido duras críticas no solo de la oposición, sino también de sectores del gobierno preocupados por el principal legado de Hugo Chávez, la Constitución de 1999. Es probable que la ANC disolverse tras las elecciones parlamentarias previstas para este año (2020), según un diálogo entre el Gobierno y parte de la oposición. Posteriormente, la oposición volvió a dividirse en cuanto a la participación en las elecciones regionales de octubre y diciembre de 2017 (para gobernadores y alcaldes, respectivamente) y en las elecciones presidenciales de mayo de 2018. El boicot a las elecciones de 2018 favoreció a los chavistas que ganaron con amplia mayoría (Ellner, 2019). , p.184).
Linz (1991, p. 56-66) señala que un gobierno que enfrenta una oposición desleal en cualquiera de los extremos del espectro ideológico “se encuentra en una situación difícil cuando se ve obligado a reafirmar su autoridad y ampliar su base de apoyo simultáneamente”. No es improbable que, frente a la oposición desleal y los peligros que puede causar, el gobierno, buscando salvar al régimen, se mueva en una dirección autoritaria. Este parece ser exactamente el caso en Venezuela bajo Maduro.
Como vemos, Venezuela vive un escenario de polarización política y social que impide el desarrollo de la democracia en el país. Como afirma José Vicente Rangel (2015), “el país está cansado de una polarización que consume energía e impide enfrentar los grandes problemas nacionales con criterios integradores y eficientes. El desafío que tienen tanto el chavismo como la oposición es lograr la reconciliación”. Sin embargo, parece que la opción de parte de la oposición fue agudizar aún más la polarización y la crisis del país, como cuando observamos la acción de Guaidó de autoproclamarse presidente y defender una intervención extranjera en el país.
La oposición dividida
La oposición venezolana está muy dividida y debilitada en este momento. Hay un sector minoritario liderado por Juan Guaidó que apuesta por el golpe de Estado, el magnicidio y la invasión estadounidense (Mello, 2020). Por otro lado, hay otros sectores de la oposición que se han distanciado de Guaidó y han intentado explorar otras formas de hacer política. Nuevas direcciones de partidos tradicionales como Acción Democrática,el Comité de organización política electoral independiente (Me las arreglé) y el Movimiento por el Socialismo (MAS), junto a partidos más jóvenes, construyen canales de comunicación directa con el gobierno[ 6 ].
La elección de una nueva mesa directiva de la Asamblea Nacional el 05 de enero de 2020 para el periodo parlamentario 2020-2021 fue una clara señal de división y de que parte de la oposición no apoya la estrategia violenta de Guaidó. La elección de la Junta Directiva de la Asamblea es anual[ 7 ] y desde 2015 había un acuerdo dentro de la coalición opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD), que preveía la rotación de los cargos directivos en el Parlamento entre los distintos partidos que lo integran. Este año, la dirección estuvo a cargo de los partidos minoritarios[ 8 ]. Sin embargo, Guaidó rompió el acuerdo[ 9 ], buscando la reelección. En una polémica elección por el enfrentamiento entre los actores políticos de la MUD, Luis Eduardo Parra Rivero (primero justicia) como presidente, Franklyn Leonardo Duarte (COPEI) como vicepresidente, José Gregorio Noriega Figueroa (Voluntariado Popular) como segundo vicepresidente. Guaidó y sus aliados no reconocieron el resultado de las elecciones, autoproclamándose presidente de la Asamblea Nacional, a partir de una elección paralela realizada en la sede del diario. El Nacional en el mismo dia[ 10 ].
Con las elecciones parlamentarias previstas para finales de 2020, los partidos han comenzado a mover sus fichas. Guaidó defiende la abstención, pero parte de sus seguidores argumentan que eso sería un suicidio político (Alí López, 2020). Según el politólogo Michael Penfold[ 11 ], negar la importancia del tema electoral tiene sus riesgos y la búsqueda de la abstención no ha logrado, como quisiera la oposición, movilizar a la población para un cambio político.
La relación entre gobierno y oposición se ha caracterizado como un juego de suma cero. La victoria de uno significa la “extinción” total del otro. Es claro que mientras la búsqueda de soluciones a la crisis política no brinde garantías institucionales para ambas partes, la democracia venezolana seguirá languideciendo.
Sanciones de Estados Unidos contra Venezuela
A pesar de los problemas internos que involucran a gobierno y oposición, es imposible entender la crisis venezolana sin tener en cuenta el papel que jugó EE.UU. Desde el ascenso de Hugo Chávez en 1999, las relaciones entre Venezuela y Estados Unidos se han caracterizado por las tensiones diplomáticas, especialmente después del golpe de Estado de 2002 contra el gobierno de Chávez (1999-2013), liderado por la oposición y apoyado por el gobierno de Bush (2001). -2009). Durante el gobierno de Maduro, la relación entre ambos países se intensificó, con la imposición de sanciones por parte de Estados Unidos contra el país venezolano.
William Serafino y Franco Vielma (2018, p. 115), en su libro “Radiografía de un país bajo sitiado” explicar la llamada “guerra no convencional”, que constituye una guerra económica y financiera, que pretende asfixiar la economía venezolana, buscando así inviabilizar el gobierno. Esta guerra implica la aplicación de sanciones financieras y comerciales que restringen las relaciones comerciales del país con otras economías y limitan su capacidad para obtener o renegociar préstamos externos.[ 12 ]. Además de las estrategias estadounidenses, a nivel interno, un pequeño pero poderoso sector de empresarios, la agroindustria y las principales cadenas de distribución de alimentos se han sumado a algún tipo de sabotaje a la economía desde 2012.
Desde esta misma perspectiva, Pascualina Curcio (2017, p. 23), en su libro “La mano visible desde el mercado. Guerra económica en Venezuela“, explica que este ataque se expresó a través de: 1) escasez planificada, a través de la reducción de importaciones a pesar de las divisas entregadas al sector privado, la acumulación selectiva de bienes de primera necesidad por parte de empresas oligopólicas que dominan el mercado, impidiendo que estos bienes lleguen al mercado anaqueles de los mercados nacionales y el contrabando de extracción, además de la paralización de la producción y el cambio en la presentación de los productos de la canasta básica; 2) inflación inducida, 3) boicot a la oferta; 4) el embargo comercial disfrazado y; 5) del bloqueo financiero internacional. Según el autor (2017, p. 85), esta “guerra no convencional” contra Venezuela se configura a partir de la manipulación visible y desproporcionada de una variable económica (el tipo de cambio paralelo[ 13 ]), acompañada de una campaña comunicacional y psicológica (incidiendo en las expectativas de los agentes económicos a través de mensajes de grave crisis económica y tu préstamo estudiantil de la economía venezolana). Además, se fundamenta en las debilidades estructurales de la economía nacional, como la alta dependencia de bienes importados y la concentración de las importaciones en unas pocas empresas y el bajo control que ejerce el Estado sobre estos monopolios, lo que provocó la pérdida de capacidad adquisitiva. poder de los venezolanos, induciendo una hiperinflación.
Esta agresión de origen extranjero tiene varios frentes y comenzó mucho antes de la primera sanción de Donald Trump contra el país. En marzo de 2015, el expresidente estadounidense Barack Obama firmó un decreto (Orden Ejecutiva 13.692) que declaraba a Venezuela una amenaza inusual para la seguridad nacional y la política exterior estadounidense, lo que permitía al presidente, por ejemplo, imponer sanciones o congelar ciertos activos. Este decreto fue la herramienta que utilizó su sucesor, Donald Trump, para aplicar las primeras sanciones formales contra la economía venezolana, en 2017.
Al principio, se afirmó que las sanciones afectaron solo a ciertos funcionarios del gobierno. Con el tiempo, quedó claro que estas medidas unilaterales afectaron a toda la economía del país. Las sanciones afectan al Banco Central de Venezuela, la principal empresa pública Petróleos de Venezuela S.A (PDVSA), los ministerios de Minas, Salud, Relaciones Exteriores, entre otras instituciones, además de poner en peligro la marcha de los programas sociales que impulsa el gobierno. No permiten, por ejemplo, que el gobierno compre los medicamentos y alimentos que la gente necesita en medio de la crisis actual.
Entre las acciones que promueve Estados Unidos contra Venezuela, podemos mencionar la incautación o confiscación de bienes y cuentas del Estado venezolano en el exterior; el bloqueo de transacciones financieras relacionadas con Venezuela; el reconocimiento de un gobierno interino y; la deslegitimación internacional del gobierno de Nicolás Maduro. En los dos primeros años, EE. UU. congeló más de 37 millones de dólares del Estado venezolano en cuentas bancarias internacionales. El Banco de Inglaterra se quedó con una remesa de oro venezolano por valor de 1,2 millones de euros, perteneciente a la República. En 2017, el gobierno de EE. UU. prohibió, a través del Decreto 13.808, realizar transacciones con títulos de deuda venezolana y comprar bonos de su empresa estatal petrolera (PDVSA). También prohibió el pago de dividendos o participación en las utilidades al gobierno venezolano por parte de empresas que operan en los EE. UU., impidiendo la repatriación de dividendos desde el Citgo Petroleum, empresa estatal venezolana (Curcio, 2019), en un país que necesita importar alimentos, medicinas y bienes de primera necesidad y por lo tanto depende del desempeño del petróleo en el exterior, esta medida fue un duro golpe para sus finanzas. Las importaciones del país cayeron en más de un 50% con respecto a 2015, hecho que constituye uno de los factores que agrava la crisis económica venezolana (Marco, 2017). En 2018, el gobierno de Donald Trump impuso, a través del Decreto 13.827, medidas coercitivas contra la criptomoneda Petro, lanzada por el gobierno venezolano para equilibrar la economía, prohibiendo la reestructuración de deuda, así como prohibiendo a cualquier ciudadano o institución realizar transacciones con entidades financieras. la criptomoneda venezolana. Grandes productores y distribuidores de alimentos, incluidas las principales farmacéuticas del mundo, se niegan a vender al Estado venezolano, por temor a las sanciones estadounidenses. Donald Trump también emitió la Orden Ejecutiva 13.835, que prohíbe la compra de deuda y cuentas por pagar de empresas propiedad del Gobierno de Venezuela. En 2019, Trump aprobó nuevas sanciones contra Petróleos de Venezuela SA (PDVSA), que incluyeron el congelamiento de 7 mil millones de dólares en activos de la filial CITGO, además de una pérdida estimada de 11 mil millones de dólares de sus exportaciones durante los próximos años (Curcio, 2019). El gobierno de EE. UU. sancionó a los barcos que trajeron alimentos para el programa de distribución de alimentos subsidiado por el gobierno llamado CLAP (Consejos Locales de Producción y Alimentación). Este programa distribuye canastas de alimentos mensuales a 7 millones de familias venezolanas, cuyo costo es subsidiado por las autoridades federales.[ 14 ].
Ante este escenario, el gobierno se vio obligado a explorar nuevas rutas comerciales, utilizando intermediarios que incrementan los costos y en ocasiones imposibilitan que las mercancías lleguen a los puertos del país. Según Curcio (2019), las sanciones contra la economía venezolana tienen tres efectos: 1) deteriora el salario real; 2) disminuye los niveles de producción; 3) hace que el gasto público y la inversión pública sean insuficientes.
En 2020, Trump prohibió a las refinerías de todo el mundo vender suministros a Venezuela para fabricar gasolina. Esto provocó escasez de combustible en el territorio nacional. En un país que depende del petróleo para crecer y equilibrar sus cuentas públicas, las sanciones de Estados Unidos, país que compra cuatro de cada diez barriles que exporta Venezuela, han sido una catástrofe para un sector que ya se encuentra en dificultades. El ataque al sector petrolero significa un ataque al corazón de la economía venezolana.
El estudio de Mark Weisbrot y Jeffrey Sachs (2019) estima que, entre 2017 y 2018, las sanciones estadounidenses provocaron más de 40.000 muertes en la población venezolana. El gobierno nacional lanzó la campaña “Las sanciones son un crimen” para denunciar la acción genocida de la Casa Blanca contra varios países del mundo.
Según el sociólogo alemán Heinz Dieterich “La agresión de Trump contra Venezuela aún se encuentra en la fase de guerra psicológica, en la que utilizas todo tipo de presión militar, económica, política, mediática y cultural para desmoralizar al enemigo y fortalecer la determinación de tus aliados” ( Sputnik Brasil, 2020).
Como señala Oscar Lloreda (2019), la estrategia de EE.UU. se centra actualmente en dos dimensiones: i) asfixiar la economía venezolana y ii) aislar diplomáticamente al país, apostando así, al menos inicialmente, al colapso interno por presiones externas.
Pero, ¿qué importancia tiene Venezuela para Estados Unidos? Si bien muchos analistas apuntarán al petróleo venezolano como variable explicativa, ya que Venezuela cuenta con una de las mayores reservas del mundo; otros señalan que Venezuela es pieza clave en la disputa geopolítica que hoy involucra a Estados Unidos, Europa, China y Rusia. Para Lloreda (2019), el interés de Estados Unidos está relacionado con que “el chavismo y Venezuela se convirtieron en la referencia de un mundo que parecía condenado al “fin de la historia”. De ahí la necesidad de remover todo lo que representa el chavismo, más allá de la vía electoral, buscando demostrar “que no es viable ni posible construir una alternativa al modelo hegemónico”.
El gobierno de Maduro en tiempos de pandemia
En los últimos meses, la crisis sanitaria provocada por la pandemia de la Covid-19 ha golpeado a Venezuela ante este escenario de recesión y polarización política, agravado por las sanciones de Estados Unidos contra el país. En este contexto, la capacidad del gobierno para proponer medidas de reducción de daños se ha visto gravemente comprometida. Desde hace un tiempo, el gobierno de Estados Unidos prohíbe a las farmacéuticas vender medicamentos a Venezuela, por ejemplo, afectando directamente al sistema de salud pública, ya debilitado por la crisis económica. Sin embargo, esto obligó al gobierno a explorar otros canales de suministro y el país cuenta ahora con el apoyo de China, Rusia, Irán, Cuba, además de la Organización Mundial de la Salud, la Cruz Roja Internacional y las Naciones Unidas. Desde hace varios años, regularmente llegan cargamentos de droga en forma de ayuda humanitaria de estos países y organismos internacionales, y esto ha continuado durante la presente pandemia.
A pesar de las dificultades, en general, el gobierno ha definido una estrategia que hasta el momento ha sido exitosa en el combate al Covid-19. El plan tiene cuatro etapas: en primer lugar, se declaró una cuarentena colectiva y voluntaria apenas los dos primeros infectados[ 15 ] en el país fueron detectados. El 13 de marzo de 2020, el Presidente emitió el Decreto N° 4.160 que declara Estado de Alerta en todo el territorio nacional para atender la emergencia sanitaria del Coronavirus (COVID-19)[ 16 ]El capítulo II de este decreto ya presentaba algunas medidas inmediatas, como el uso obligatorio de mascarillas protectoras en lugares públicos, como hospitales, supermercados, transporte público, entre otros. Las actividades escolares y académicas fueron suspendidas en todo el territorio nacional a partir del 16 de marzo, además de espectáculos públicos o cualquier tipo de evento que implicara aglomeración de personas. El gobierno también adoptó la suspensión de la actividad económica en todos los casos en que los empleados no pudieran trabajar desde casa. Excepciones para sectores vitales designados: servicios públicos (agua, energía, gas para cocinar), servicios de salud, gasolineras, farmacias, fabricantes de suministros médicos, puertos, cadena de suministro de alimentos y cadena de producción agrícola. Los restaurantes podrían operar solo para servir comidas para llevar. El Capítulo IV, artículo 30, establece la creación de la Comisión Presidencial para la Prevención y Control del Coronavirus (Covid-19), integrada por el vicepresidente del Poder Ejecutivo y los ministros del Poder Popular para la Salud; Asuntos Internos, Justicia y Paz; para la Defensa; de Ciencia y Tecnología; para educacion; para la Educación Universitaria; Industria y Producción Nacional; Comercio Nacional, Economía y Finanzas; para los Pueblos Indígenas; para Comunas y Movimientos Sociales; para el Transporte y; un representante de la Coordinadora Nacional de Protección Civil y Atención de Desastres.
El 16 de marzo, luego de la confirmación de nuevos casos, el presidente Nicolás Maduro declaró la cuarentena, primero en los estados Miranda, La Guaira, Vargas, Táchira, Apure, Zúlia y Cojedes y en la ciudad de Caracas – Distrito Capital y al día siguiente prorrogó eso a todo el país. Esta medida contribuyó significativamente a la no proliferación del virus. Mientras que en otros países se registran diariamente cientos o miles de casos nuevos, Venezuela solo ha registrado unos pocos casos por día.[ 17 ].
Cabe mencionar que la cuarentena en Venezuela es voluntaria. No es un toque de queda, no arresta ni multa a nadie que salga de la casa. El gobierno hizo un llamado a la responsabilidad de la población y obtuvo buenos resultados. Lo que demuestra que aún con una sociedad polarizada, la pandemia y las medidas contra ella no fueron politizadas, como en Brasil.
La segunda etapa de la estrategia del gobierno ha sido el tamizaje ampliado y personalizado de la población. El gobierno utiliza como instrumento el llamado Carnet de la Patria. A través de esta tarjeta asigna bonos mensuales, ayuda a personas con discapacidad, mujeres embarazadas, otorga becas para niños y jóvenes, etc. Además, al comienzo de la epidemia, el gobierno puso a disposición una encuesta de salud en el Carnet de la Patria[ 18 ]. Básicamente, se trataba de un cuestionario sobre síntomas y condiciones de riesgo. Se preguntó a las personas si tenían fiebre, tos y dificultad para respirar. También preguntaron si la persona había viajado recientemente al extranjero o si había estado en contacto con alguien que había viajado al extranjero. Esto permitió identificar cientos de miles de casos sospechosos, que fueron visitados en sus propios hogares por un equipo integrado por médicos de Bairro Adentro.[ 19 ], cubanos y venezolanos, enfermeros, estudiantes de medicina y enfermería en los últimos años. También estuvieron acompañados por un miembro de apoyo del gobierno y líderes sociales de cada sector. Las visitas casa por casa permitieron detectar casos sospechosos, testearlos y confirmar si tenían Covid-19. El gobierno no esperó a que los pacientes llegaran a los hospitales, buscándolos activamente en sus propios hogares a través de este “Carnet de la Patria.
La tercera etapa consiste en el arsenal terapéutico. Cuando estalló la pandemia, el gobierno venezolano almacenó un conjunto de medicamentos que se han utilizado en otros países para tratar la nueva enfermedad, además de pruebas de detección, material quirúrgico y otros insumos médicos. Esto fue posible gracias al apoyo de Cuba, China[ 20 ], Rusia, OMS, ONU y Cruz Roja Internacional. Así, Venezuela logró obtener suficiente “tratamiento” para el Coronavirus antes de que se detectara el primer caso en el país. Venezuela recibió alrededor de 28.000 equipos de protección para el personal de salud de primera línea, tubos de oxígeno, camas pediátricas, productos para el control de la calidad del agua y kits de higiene, entre otros[ 21 ].
Finalmente, Venezuela aportó 23.000 camas hospitalarias exclusivamente para atender a pacientes de Covid-19. Para ello, nombró hospitales de campaña (hospitales centinela) y ambulatorios de la Misión Bairro Adentro dedicados a recibir solo a los contagiados[ 22 ]. Esto permitió evitar la propagación del virus en los centros hospitalarios.
Estas cuatro etapas permitieron a Venezuela ofrecer uno de los mejores indicadores del continente en cuanto a número de infectados y presentar la tasa de muertes por cada 100 habitantes más baja de la región (Cuadro 2).
Tabla 2: Casos confirmados y mortalidad por COVID-19 en Sudamérica (al 19/06/2020)
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Políticas económicas y sociales
En cuanto a las medidas económicas y de protección social adoptadas por el gobierno para paliar las consecuencias de la pandemia, destacan los programas para priorizar la inversión pública en el sector agroalimentario; exención del impuesto sobre la renta para las personas que en 2019 tuvieran ingresos inferiores a tres salarios mínimos; suspensión de seis meses del pago de alquileres para personas y empresas afectadas por la pandemia, mientras que los propietarios serán reembolsados por el gobierno; suspensión de seis meses de los pagos de préstamos bancarios por parte de empresas y personas físicas (incluidos capital, intereses y cargos por mora); pago, por parte del gobierno, de los salarios de todos los empleados de las pequeñas y medianas empresas (PYME). Además, el gobierno ha dado instrucciones a los bancos para que relajen las condiciones crediticias y los requisitos de préstamos garantizados para las pymes y para que prioricen los préstamos a las pymes. Los nuevos préstamos bancarios para empresas de los sectores de la salud, la alimentación, la farmacia y el cuidado personal estarán garantizados por el gobierno. Las condiciones de crédito para estos sectores se relajarán y se ha aconsejado a los bancos que agilicen el proceso de emisión de préstamos a estos sectores.[ 23 ]El Gobierno ha prorrogado la prohibición vigente de despido de empleados hasta diciembre de 2020[ 24 ]. Las empresas de telecomunicaciones (TV por cable, teléfono, celular, internet) no pueden desconectar servicios por atraso en los pagos desde hace seis meses[ 25 ].
El 27 de abril, el presidente decretó el aumento del salario mínimo, medida que entró en vigor el 01 de mayo, fijado en 400.000 bolívares, así como aumentó el beneficio de alimentos en el mismo monto, totalizando 800.000 bolívares mensuales (valor equivalente a 4,67 dólares al mes[ 26 ]).
tregua mundial
El Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas – ONU, António Guterres, pidió al inicio de la pandemia detener todos los conflictos armados que se están dando en el mundo. Ese llamado se escuchó en los cinco continentes. Grupos guerrilleros de Asia, África y América Latina dejaron de luchar durante la emergencia sanitaria[ 27 ]. El informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) titulado “América Latina y el Caribe frente a la pandemia del COVID-19: efectos económicos y sociales” destaca la importancia de “suspender las sanciones a los países sujetos a ellas para permitir el acceso a alimentos, suministros médicos y acceso a pruebas de COVID-19 y atención médica. Es un tiempo de solidaridad, no de exclusión” (CEPAL, 2020).
El presidente Nicolás Maduro se sumó a este llamado y pidió a los distintos sectores de la oposición venezolana una tregua política, al menos durante esta coyuntura. El sector más moderado de la oposición apoyó la gesta y distintos sectores de la sociedad buscan una posibilidad de diálogo, dejando en un segundo plano las disputas políticas, para combatir la pandemia del Coronavirus. Sin embargo, parte de la oposición encabezada por Guaidó parece haber rechazado la tregua.
Entre el 03 y el 11 de mayo, grupos armados fueron capturados en la costa cercana a Caracas, en La Guaira, para ejecutar planes terroristas contra el presidente y varios líderes políticos del chavismo en la denominada operación Gedeón (Lafuente y Manetto, 2020). el gobierno señala que la operación había sido planeada originalmente por asesores de Guaidó y financiada por EE.UU. y que los mercenarios fueron entrenados en territorio colombiano. “La tesis defendida por el chavismo se basa en un documento según el cual una empresa de seguridad estadounidense llamada Silvercorp, dirigida por Goudreau[ 28 ], dejó en claro que el objetivo era derrocar a Maduro. En ese contrato aparece el nombre y la firma de Juan Guaidó” (Manetto, 2020).La lealtad de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y el apoyo de parte de la población han sido las garantías de la continuidad del gobierno de Maduro. El gobierno nacional ya denunció que en suelo colombiano se han organizado nuevos grupos de mercenarios. En otras palabras, estos sectores siguen apostando por la vía violenta y terrorista.
La operación Gedeón -en un contexto de pandemia- generó malestar dentro de la oposición e incluso entre los actores internacionales que apoyaban a Guaidó (Olmo, 2020). Según Steve Ellner (2020), todos los aspectos del reciente intento de derrocar al gobierno de Maduro apuntan a la falta de capacidad de liderazgo de Juan Guaidó. Las acciones de Guaidó y su apoyo a los intereses estadounidenses en Venezuela revierten en apoyo a Maduro, incluso entre los venezolanos que se oponen con vehemencia a sus políticas. Además, muchos sectores están preocupados por las elecciones parlamentarias previstas para 2020 y buscan el diálogo[ 29 ]. Sin embargo, todavía hay líderes fuertes que creen que la caída de Maduro es solo cuestión de tiempo y siguen alimentando la idea de una intervención. La pregunta central para la oposición en este momento es si participará o no en las elecciones parlamentarias previstas para este año. Si la decisión es negativa, es posible que la oposición se debilite aún más. Pero si decide participar, necesitará movilizar a los votantes para que acudan a las urnas a votar, es decir, convencer a los mismos votantes que la oposición, en el pasado, los instó a abstenerse. Quizás se abra una nueva etapa en la política venezolana con la renovación del parlamento. Sólo el tiempo dirá.
Consideraciones finales
Un análisis de la crisis venezolana debe ir más allá del sentido común expuesto en los medios hegemónicos nacionales e internacionales de que Venezuela con los gobiernos chavistas (Gobiernos de Chávez y Maduro) constituye el eje del mal como lo señala el gobierno de EE.UU. Sin eximir de culpa al gobierno de Maduro, dada su incapacidad para presentar medidas concretas para combatir la crisis económica y la presencia de corrupción en su gobierno, llamamos la atención sobre el hecho de que no es posible analizar el contexto venezolano únicamente desde el accionar de el gobierno El caso venezolano es el elemento clave para entender lo que ha venido sucediendo en América Latina, con la caída de los gobiernos de izquierda y el ascenso de la extrema derecha. Los gobiernos con programas de inclusión, dirigidos a grupos marginados, han sido rechazados por las clases medias privilegiadas de los países latinoamericanos en movimientos no siempre democráticos, en algunos casos, neofascistas. La reacción a estos gobiernos se configuró en el discurso de odio de “nosotros contra ellos”. Se acentuaron los escenarios de polarización y los resultados, especialmente en países en crisis económica, fueron golpes de Estado y caos social. Un escenario ya habitual para los venezolanos al menos desde la víspera del fallido golpe de Estado de 2002.
Venezuela, en este contexto, agoniza ante la crisis económica y social, las sanciones impuestas por Estados Unidos que limitan la capacidad de respuesta del gobierno y la polarización entre gobierno y oposición. Ante la pandemia del Covid-19 y sus consecuencias económicas y sociales, crece la importancia de que el gobierno y la oposición busquen el diálogo para combatir la propagación del virus y pensar en salidas democráticas para enfrentar la crisis que se agudiza. La injerencia interesada de países como EE.UU., Colombia y Brasil, no sólo no contribuye a resolver la crisis, sino que intensifica posiciones internas y dificulta cualquier salida moderada.
* Katia Alves Fukushim es investigadora posdoctoral del Programa de Posgrado en Política Social de la Universidad Federal de Espírito Santo (UFES).
*Jorge González Durand es profesor de comunicación social en Aldea Universitaria Ezequiel Zamora y periodista en Radio del Sur.
Referencias
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Notas
[ 1 ] Varios países, incluidos EE. UU., Brasil y los países del grupo de Lima, han reconocido a Guaidó como "presidente interino".
[ 2 ] http://www.cne.gob.ve/resultado_presidencial_2013/r/1/reg_000000.html?
[ 3 ] Edgardo Lander en una entrevista publicada en “La Diaria. https://ladiaria.com.uy/articulo/2017/3/sociologo-venezolano-cuestiona-la-solidaridad-incondicional-de-la-izquierda-latinoamericana-con-el-chavismo/
[ 4 ] Ver: https://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/12/151204_venezuela_parlamentarias_oposicion_chavismo_dp
[ 5 ] Los tres diputados suspendidos fueron Julio Ygarza (MUD), Nirma Guarulla (MUD), Romel Guzamana (MUD), así como el candidato del oficialismo Miguel Leonardo Rodríguez (PSUV). Para salir del “desacato” era necesario sacar a estos diputados del estado de Amazonas.
[ 6 ] Ver: https://www.parlamentomercosur.org/innovaportal/v/8407/1/parlasur/venezuela:-continuan-las-mesas-de-dialogo-entre-gobierno-y-oposicion.html e https://www.efe.com/efe/america/politica/la-mesa-de-dialogo-venezolano-anuncia-un-pronto-acuerdo-para-el-nuevo-organo-electoral/20000035-4169378
[ 7 ] La elección está prevista en la Constitución y en las Reglas de Procedimiento y Debate. La Junta Directiva está integrada por los cargos de presidente, vicepresidente, segundo vicepresidente y el secretario y subsecretario. Ver: https://transparencia.org.ve/wp-content/uploads/2016/07/RIDAN.pdf
[ 8 ] Ver: https://www.globovision.com/article/griselda-reyes-minorias-deben-presidir-asamblea-nacional-en-2020
[ 9 ] Ver: https://www.eluniversal.com/politica/58852/an-instalara-junta-directiva-para-nuevo-periodo-legislativo-este-domingo.
[ 10 ] Ver: https://www.eluniverso.com/noticias/2020/01/05/nota/7677462/vivo-instalacion-nueva-junta-directiva-asamblea-nacional
[ 11 ] Michael Penfold en entrevista con Luz Mely Reyes. https://efectococuyo.com/politica/michael-penfold-el-venezolano-quiere-una-salida-electoral-le-toca-a-los-dirigentes-construirla/
[ 12 ] Lo que dificulta la recuperación de la economía venezolana y la renegociación de la deuda externa, que alcanza más del 80% del PIB. Fuente: CEPAL: Comisión Económica para América Latina y el Caribe: Estimaciones propias con base en fuentes nacionales.
[ 13 ] El marcador de precio de la economía real se basa en el tipo de cambio paralelo. Es decir, el tipo de cambio paralelo se utiliza como referencia para calcular los bienes importados en bolívares.
[ 14 ] Ver: https://www.telesurtv.net/news/venezuela-cronologia-medidas-sanciones-eeuu-20200213-0004.html
[ 15 ] Según la vicepresidenta Delcy Rodríguez, se trata de dos ciudadanos venezolanos: una mujer de 41 años recién llegada de EE.UU., Italia y España, y un hombre de 52 años procedente de España. El gobierno pidió cuarentena preventiva para los viajeros que volaron con ellos.
[ 16 ] Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela N° 6.519 Extraordinaria del 13/03/2020.
[ 17 ] Venezuela, desde el 13 de marzo cuando descubrió los dos primeros casos de Covid-19 hasta el 15 de mayo registró menos de 30 nuevos casos por día. El 06 de julio, el país registró 242 nuevos casos. El mismo día, Brasil registró 21,486 nuevos casos; Perú registró 2,985; Chile registró 3,025; Colombia: 3,171; Argentina: 2,632; Ecuador: 422 y; Bolivia: 1,226. Fuente: https://www.worldometers.info/coronavirus/?#countries e https://covid19.patria.org.ve/estadisticas-venezuela/
[ 18 ]https://www.patria.org.ve/login
[ 19 ] La misión Barrio Adentro es un programa social que tiene como objetivo garantizar el derecho a la salud de toda la población a través de una red de clínicas y hospitales en todos los municipios del país. Es una medicina preventiva geográficamente cercana a la gente, porque los módulos y los médicos viven en las propias comunidades.
[ 20 ] En abril llegaron desde China cuatro cargamentos de Asistencia Humanitaria, trayendo más de 110 toneladas de medicamentos y material médico quirúrgico.
[ 21 ] https://cepalstat-prod.cepal.org/forms/covid-countrysheet/index.html?country=VEN&theme=2
[ 22 ]En Venezuela, todo tratamiento de Covid-19 es gratuito. El gobierno cubre todos los costos de detección, tratamiento y hospitalización Hay 46 centros de salud en todo el país que enfrentan la crisis del coronavirus. Para ver: http://ultimasnoticias.com.ve/noticias/coronavirus/centros-de-atencion-centinelas-para-el-covid-19/
[ 23 ] Fuente: CEPAL: Coordinadores Residentes del Sistema de Naciones Unidas y Oficina Coordinadora para el Desarrollo, en América Latina y el Caribe.
https://cepalstat-prod.cepal.org/forms/covid-countrysheet/index.html?country=VEN&theme=3
[ 24 ] Bajo los términos de la prohibición de despido, los empleados aún pueden ser despedidos con causa legal, si lo autoriza el Ministerio de Trabajo, o pagando al empleado el doble de la indemnización y los beneficios legalmente requeridos.
[ 25 ] Fuente: CEPAL: https://cepalstat-prod.cepal.org/forms/covid-countrysheet/index.html?country=VEN&theme=5
[ 26 ] Valor del dólar según el tipo de cambio oficial del 27/04/2020. Fuente: Banco Central de Venezuela (BCV).
[ 27 ] Ver: https://nacoesunidas.org/chefe-da-onu-pede-mais-esforcos-diplomaticos-para-atingir-cessar-fogo-em-meio-a-pandemia/
[ 28 ] Ex miembro de las Fuerzas Especiales de los Estados Unidos y ahora representante de la empresa de seguridad privada Silvercorp, con sede en Florida.
[ 29 ] Ver: https://www.telesurtv.net/news/venezuela-mesa-de-dialogo-avances-negociaciones-cne-elecciones-20191118-0031.html