Uruguay: ecos del pasado, desafíos del presente

Imagen: Noémi Moricz
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por EMILIO CAFASSI*

Los ciudadanos uruguayos cuentan con suficientes elementos comparativos a partir de su experiencia entre progresismo y conservadurismo

Entre los muchos aspectos destacados del Frente Amplio uruguayo, me centraré, aunque sea brevemente, en el resultado de su programa de gobierno. Dejaré para otra oportunidad un acercamiento más detallado al proceso de elaboración prácticamente inédito, en el que miles de plumas escriben al compás de la historia cotidiana, recogiendo experiencias y conocimientos, contrastando la realidad con sus propios valores, objetivos estratégicos y principios, para finalmente converger. en más de mil delegados en el mítico estadio “Palácio Peñarol”, perfeccionando cada enmienda, puliéndola hasta la última coma.

Un acto que, además de ejemplar como demostración del poder de elaboración colectiva frente al autoritarismo personalista del saber endogámico y excluyente y de los líderes carismáticos, se convierte en una experiencia sumamente placentera, creativa y enriquecedora, además de de cohesión. entre los participantes.

Una vez logrado, permitirá a todos los ciudadanos no sólo predecir claramente su futuro a cinco años, evitando las incertidumbres y sorpresas que desencadenaron la caja de Pandora de la coalición de derecha con las leyes de consideración urgente, seguridad social y medios de comunicación, además de sus Políticas cotidianas de devastación social. No se trata de un mero truco de marketing político ni de un canto de sirena de seducción propagandista, sino de un verdadero plan de trabajo, cuyos resultados pueden y deben corroborarse en cada paso. Intentaremos volar sobre ellos.

Incluso en términos generales, podemos observar que, si bien existen tareas pendientes y áreas que avanzan más lentamente en cada gestión de gobierno, es particularmente significativo el grado de correlación y fidelidad con que se llevaron a cabo las iniciativas y se alcanzaron los logros formulados en los sucesivos programas. revelador. Sin ser exhaustivo, intento reflejarlo en la siguiente tabla.

Desde la primera administración de gobierno, el Frente Amplio ha reformulado sus objetivos en sucesivas administraciones, como un río que fluye adaptándose a las curvas de su cauce, demostrando una notable capacidad de acomodación y evolución de sus prioridades, manteniendo siempre una base sólida como un bien inmueble. fundamento de la justicia social.

Esta base se enriqueció con nuevos elementos, especialmente en los programas de 2010 y 2015, como la sostenibilidad, la innovación y la ampliación de derechos, proyectando ahora su mirada hacia el horizonte de 2025. Su objetivo no es sólo responder a las demandas inmediatas de la sociedad , pero también anticipar y preparar al país para las amenazas y desafíos que se avecinan.

Algunas medidas, leyes y logros (2005-2020)

Éxito/LogroLey/Disposición/PolíticaAño
Plan CeibalLey 18.640 (Decreto 444/2007)2007
FONASA (Fondo Nacional de Salud)Ley 18.2112007
Reforma tributariaLey 18.0832007
Asesoramiento salarialLey 18.5662009
Plan de Emergencia y creación del MIDES (Ministerio de Desarrollo Social)Ley 17.8662005
Creación del Seguro de Depósitos BancariosLey 17.6132003
Fortalecimiento de la supervisión financieraLey 18.4012008
Prohibición de fumar en lugares públicosDecreto 268/20052005
Legalización de la marihuanaLey 19.1722013
Matrimonio igualitarioLey 19.0752013
Aborto legalLey 18.9872012
Matriz energéticaLey 18.5852009
Entrada al Cuartel para excavaciones.Decreto 131/20062006
Juicio Militar (DD.HH.)Ley 18.8312011
Estabilidad macroeconómica Políticas macroeconómicas
Crecimiento sostenidoPolíticas económicas
Caída de la pobrezaprogramas sociales
Disminución de la mortalidad infantilPolíticas de salud pública
Crecimiento salarial sostenidoAsesoramiento salarial2009
Incremento de Matrícula en UTU y UniversidadPolíticas educativas
Creación de UTEC (Universidad Tecnológica)Ley 19.0432012
Descentralización universitariaPolíticas educativas
Planificar juntosprograma de vivienda
Erradicación de algunos “cantegriles” (asentamientos irregulares)Políticas de vivienda
Políticas de GéneroVarias leyes
Ley de Acceso a la Información PúblicaLey 18.3812008
Fortalecimiento de la Junta AnticorrupciónLey 17.0601998
Uruguay como destino turísticoCampañas y políticas
Gobierno DigitalVarias iniciativas
Creación de ANII (Agencia Nacional de Investigación e Innovación)Políticas científicas
Sistema de atenciónLey 19.3532015
Ley de Fertilización AsistidaLey 19.1672013
Escuelas de tiempo completoPolíticas educativas
Incremento de CAIF (Centros de Atención al Niño y la Familia)Políticas de infancia
Creación de FONDES (Fondo de Desarrollo)Ley 19.3372015
Ley de Responsabilidad EmpresarialLey 19.1962013
Mejoramiento de Estructuras Hospitalarias PúblicasDiversas inversiones
Nueva Policía Nacional y PADO (Programa de Alta Dedicación Operacional)Ley 19.3152015
Hospital de ojosPolíticas de salud
Edificio SODRE (Servicio Oficial de Difusión, Presentaciones y Espectáculos) y Ballet NacionalInversiones culturales
Servicios de Internet y centro de datosInversiones en infraestructura
Ocho horas para los trabajadores ruralesLey 18.4412008
Empleo domésticoLey 18.0652006
Inclusión financieraLey 19.2102014
Eficiencia del gasto públicoVarias políticas fiscales
Instalación de PET (Tomografía por Emisión de Positrones)Diversas inversiones en salud.

Con un poco más de detalle, el Frente Amplio, en su programa de gobierno para 2005-2010, se propuso revertir las profundas heridas que el modelo neoliberal, sostenido por sucesivos gobiernos colorados y blancos desde la caída de la dictadura, había dejado en el tejido social. . El empeoramiento extremo de la pobreza, la desigualdad rampante y la desintegración social, exacerbados durante el gobierno de Jorge Batlle después de la crisis de 2002, exigieron una transformación radical.

En este sentido, el Frente Amplio propuso un cambio importante, basado en la transformación del Estado y la sociedad, el impulso hacia un país productivo, la implementación de políticas sociales inclusivas y la inserción internacional soberana. Su plan se centró en fortalecer la soberanía nacional, promover la justicia social y reconstruir el aparato productivo con enfoque en el desarrollo humano, la equidad y la participación ciudadana, proyectando un país solidario y sostenible para el futuro.

Nada revolucionario, pero sí profundamente reformista y coherente con sus fundamentos antioligárquicos y antiimperialistas originales. Ejemplos de implementación son la creación del Fondo Nacional de Salud (FONASA), junto con la reforma del sistema de salud y la política antitabaco, el emblemático Plan Ceibal, que dotó de computadoras a todos los estudiantes de primaria, la reforma tributaria, el Consejo de Salarios, la creación del Ministerio de Desarrollo Social, las leyes de 8 horas para el trabajo doméstico y rural, la diversificación de la matriz energética y la impactante y digna política de ingreso a cuarteles en busca de restos de desaparecidos.

El programa de gobierno para el siguiente período, 2010-2015, se centró en consolidar los frutos del primer gobierno y profundizar las reformas estructurales para asegurar un desarrollo sostenido y equitativo. Destacó la necesidad de mantener la estabilidad macroeconómica, promover la competitividad y la innovación y fortalecer las políticas sociales para seguir reduciendo la pobreza y las desigualdades.

La equidad en la distribución del ingreso y la riqueza se ha consolidado como un pilar fundamental, junto con la participación activa del Estado en la economía. Además, se defendieron los avances en la descentralización y la participación ciudadana como motores de un Uruguay más inclusivo.

Durante esta fase nació la Universidad Tecnológica, se despenalizó el consumo de marihuana y el aborto, se instituyó el matrimonio igualitario, se iniciaron juicios a militares acusados ​​de crímenes de lesa humanidad y se promulgaron leyes sobre fertilización asistida, inclusión financiera, descentralización política y participación ciudadana. Evidentemente se profundizaron los aumentos salariales y la ampliación de los servicios sociales, además de la ley de responsabilidad penal empresarial.

El programa para el tercer período de gobierno (2015-2020) apuntó a consolidar los avances logrados en administraciones anteriores, con un énfasis renovado en el aumento de la producción, con especial atención a una matriz energética sustentable y la protección del medio ambiente. Este período giró en torno a la transformación democrática del Estado y la participación ciudadana, fortaleciendo las bases de una sociedad más inclusiva. Ejemplos de estos aspectos son el sistema de cuidados y la creación del Fondo de Desarrollo.

La derrota de 2019, que abrió las puertas al actual gobierno de coalición de derecha, frustró la implementación del programa previsto para el quinquenio 2020-2025, un programa estructurado en torno a cinco retos fundamentales: desarrollo, igualdad y diversidad, integración e inclusión, democracia e inserción regional e internacional.

Este programa insistió, más que nunca, en un modelo de desarrollo que garantizara la expansión de las libertades y capacidades de la sociedad, manteniendo un delicado y complejo equilibrio entre el crecimiento económico y la protección ambiental. Defendió, más intensamente, la promoción de la innovación, la ciencia y el uso responsable de los recursos naturales.

Además, propuso reducir las desigualdades sociales, con especial foco en la niñez y la adolescencia, a través de políticas integrales que combinen esfuerzos en educación, salud, vivienda y empleo. En el ámbito de la igualdad, el programa destacó la necesidad de abordar las desigualdades de género, étnicas y territoriales, impulsando políticas que garanticen la igualdad de oportunidades para todos.

La transformación democrática del Estado y la descentralización fueron los ejes centrales, con la intención de fortalecer la participación ciudadana y mejorar la transparencia y eficiencia del sector público. El programa también consideró la necesidad de un marco institucional para enfrentar los desafíos globales, como el cambio climático y la crisis económica, desde una perspectiva solidaria y sostenible. Hoy, sin embargo, Uruguay se ha convertido en un país más desigual, desmovilizado y desmoralizado, perdiendo sus derechos a medida que avanza, como un cuerpo social que, a cada paso, deja atrás a sus miembros, languideciendo a la intemperie.

El programa para los próximos cinco años no podía dejar de resaltar el retroceso del período que concluyó Lacalle Pou, especialmente en materia de igualdad de género y protección de los derechos de los grupos más vulnerables, así como la ausencia de un marco institucional para afrontar desafíos globales como el cambio climático y la crisis económica. Mientras el gobierno de Lacalle Pou priorizó políticas neoliberales, con fuerte inclinación hacia la privatización y el ajuste fiscal, el FA propone un modelo de desarrollo que prioriza la sostenibilidad, la inclusión social y la equidad.

En cierto modo, el desafío actual resuena con ecos de dos décadas, en 2005, cuando la necesidad imperativa de innovar se entrelazó con la urgencia de sanar las heridas abiertas por las políticas neoliberales y la magnitud de una persistente ofensiva antipopular. Hoy, como entonces, el Frente Amplio propone políticas que generen empleo de calidad y mitiguen las desigualdades laborales. En la negociación colectiva, promueve aumentos salariales reales y protección social para todos los trabajadores, independientemente de la naturaleza de su empleo.

La reducción de la pobreza y las desigualdades vuelve a ser un eje fundamental, con énfasis en la superación de las desigualdades estructurales y la transformación del sistema tributario, con miras a una distribución más justa y equitativa del ingreso. El programa también aborda la importancia crucial de la soberanía en áreas estratégicas como la salud, la energía y la tecnología. Propone una política exterior que no sólo refuerce la integración regional, sino que también diversifique la inserción económica de Uruguay en el mundo. En el plano interno, insiste en la necesidad de un Estado fuerte y moderno, capaz de garantizar la transparencia, la eficiencia y, sobre todo, la participación ciudadana.

Un aspecto central del documento es la transición ecológica justa, que busca compatibilizar el desarrollo económico con la protección del medio ambiente. Se proponen una serie de acciones prioritarias, como transformar la matriz productiva para hacerla más sostenible, proteger los ecosistemas y promover las energías renovables. Además, se destaca la importancia de garantizar el acceso al agua potable y al saneamiento básico como derechos humanos fundamentales.

La innovación y la ciencia son vistas como pilares del desarrollo, con énfasis en la educación de calidad y el acceso al conocimiento. Se destaca la necesidad de invertir en investigación y desarrollo para resolver problemas nacionales y promover sectores intensivos en conocimiento. El documento también pide una mayor participación de las mujeres en la ciencia y políticas que promuevan la igualdad de género en todos los ámbitos.

Los ciudadanos uruguayos cuentan con suficientes elementos comparativos a partir de su experiencia entre progresismo y conservadurismo, entre la ampliación de derechos y protecciones y la violencia excluyente del desamparo. Pero también tiene a su disposición elaboraciones colectivas detalladas de su destino inmediato, para afrontarlas con cierto esplendor.

*Emilio Cafassi es profesor titular de sociología en la Universidad de Buenos Aires.

Traducción: Fernando Lima das Neves.


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