por MAURO JEFE*
Y el primer paso que debe dar la izquierda para reconstruir la confianza es detener el pensamiento mágico mentiroso, acabar con el autoengaño.
1.
Los resultados de las elecciones municipales en Brasil y las elecciones presidenciales en Estados Unidos han dejado a gran parte de la izquierda brasileña comprensiblemente aprensiva sobre nuestro futuro. Sin un correcto análisis, no sólo coyuntural, sino también estructural, y sin los necesarios cambios de dirección, nuestro futuro tiende a ser bastante sombrío.
En esta situación se aplica la frase “pesimismo del intelecto y optimismo de la voluntad”, frecuentemente utilizada por Antonio Gramsci hace alrededor de un siglo en un contexto tan o más adverso que el nuestro, con el surgimiento del movimiento fascista en Italia. Sin embargo, pocos saben que esta frase no fue acuñada originalmente por Antonio Gramsci, quien la tomó del escritor francés de izquierda Romain Rolland (quien más tarde haría campaña para la liberación de Antonio Gramsci) en una reseña de la novela de 1920. El sacrificio de Abraham, de Raymond Lefebvre.[ 1 ]
Antonio Gramsci utilizó por primera vez la frase en su “Discurso a los anarquistas”, publicado en L'Ordine Nuovo en abril de 1920, justo cuando la situación en Turín se aceleraba hacia una huelga general.
Antes de abordar cuestiones más específicas y concretas, abordaré cuestiones más generales y abstractas. Es necesario corregir el camino recorrido por la izquierda desde la Revolución Francesa, intensificado por el optimismo romántico del siglo XIX. Por ejemplo, Marx identificó correctamente varios aspectos utópicos de las propuestas anarquistas, pero en sus disputas con otros campos revolucionarios defendió ideas que iban más allá de lo utópico, por ejemplo, en este extracto “Dentro de las relaciones humanas, por el contrario, la pena no se aplicará realmente”. ser algo distinto del juicio que el delincuente tiene sobre sí mismo. No se tratará de convencerlo de que la violencia externa, impuesta por otros, es violencia que él se impone a sí mismo. En otros hombres encontrará, mucho antes, los redentores naturales del castigo que él mismo se infligió, es decir, la relación será completamente invertida”.[ 2 ] Los fracasos jacobinos, bolcheviques y maoístas, independientemente de sus eventuales buenas intenciones, demostraron en la práctica lo lejos que estamos de estas utopías.
Aquí es importante enfatizar que la tarea histórica actual no es pensar en las posibilidades definitivas para la liberación humana, porque estas posibilidades nunca serán definitivas. La tarea histórica actual, y cada vez más urgente, es la superación del capitalismo, definido como el sistema estructurado sobre la acumulación económica a través de la propiedad privada de los medios de producción. La lógica de la acumulación privada, con todas sus consecuencias inmanentes, incluida la lucha de clases (capital versus trabajo), es la principal contradicción que debe superarse para la realización efectiva de cualquier forma sustantiva de democracia.
2.
Por eso quiero defender que la izquierda no presupone posibilidades humanas que ni siquiera sabemos si realmente existen y que sólo descubriremos su eventual realidad en etapas mucho más altas del desarrollo social. Es esencial que abandonemos este optimismo ingenuo sobre la naturaleza, lo social y lo individual. Las teorías más modernas sobre el origen y evolución de la vida muestran que una de las principales características de la biosfera es el progreso permanente de la tecnología.
Las células de los organismos más simples son estructuras nanométricas dinámicas mucho más complejas que las máquinas más sofisticadas desarrolladas por la humanidad. El desarrollo técnico de la naturaleza es simplemente increíble, desde la fotosíntesis de las plantas hasta la precisión de la mano humana, desde la visión de los animales hasta las capacidades racionales del cerebro humano. Por tanto, el desarrollo técnico de la humanidad puede verse como una continuación de este desarrollo técnico natural.
Los seres humanos somos parte de la naturaleza. El lado oscuro de esto es que todo este desarrollo técnico está impulsado en gran medida por la brutal lucha por la supervivencia. La gran noticia de la humanidad no es la aparición del progreso técnico, sino del progreso ético. En la brutal lucha por la supervivencia, desde los virus que devastan poblaciones enteras hasta las orcas que juegan con las focas como si fueran volantes antes de devorarlas, la naturaleza vive más allá (o debajo) del bien y del mal.
Sin duda, las teorías reaccionarias, como la sociobiología, que no reconocen los cambios cualitativos en la naturaleza surgidos con la aparición de la humanidad, deben ser denunciadas por su carácter reduccionista. Sin embargo, no podemos ser ingenuos respecto de las limitaciones de la propia humanidad. Las teorías más modernas sobre el origen y la evolución del ser humano muestran que surgimos de un ancestro común con los grandes primates.
Pero, a diferencia de nuestros primos, pasamos por un proceso de autodomesticación similar a los procesos de domesticación que aplicamos a otras especies, como los lobos transformados en perros. A pesar de toda la violencia humana, somos mucho menos violentos que los menos violentos de los grandes simios, los bonobos. Los machos alfa de nuestros antepasados directos fueron progresivamente suprimidos por una alianza entre hembras y machos menos poderosos.
De esta manera, el origen mismo de la humanidad puede verse como un proceso político impulsado por el deseo de liberación de la mayoría oprimida. Por tanto, el progreso ético fue, desde el principio, tan arduo o más difícil que el progreso técnico. Además, el progreso ético influye y está fuertemente influido por el progreso técnico, lo que complica aún más la situación.
Fue esta interacción entre el progreso técnico y el progreso ético la que produjo y desarrolló el lenguaje mismo, lo que a su vez impulsó el desarrollo tanto técnico como ético. Y esta misma autodomesticación, que permitió el desarrollo del lenguaje y con él también el desarrollo de las capacidades racionales, condujo también a esta dependencia de cada ser humano de otros seres humanos y a esta tendencia a la conformación social, que está en la base de la los diversos fenómenos de masas, desde las religiones, pasando por las modas hasta los distintos fascismos.
La interacción entre técnica y ética también produjo, mucho más tarde, el desarrollo de la escritura, la aritmética, la moneda y el Estado, que surgieron simultáneamente en Oriente Medio, tras la revolución neolítica con el sedentarismo y el desarrollo de la agricultura. Y el desarrollo del Estado, y las diversas formaciones sociales y políticas que de él resultaron, también pueden verse en gran medida como un proceso político impulsado por el deseo de liberación de la mayoría oprimida.
Precisamente por esta fragilidad humana, diagnosticada a través del pesimismo del intelecto, es urgente el optimismo de la voluntad de superar el capitalismo. No es por las tendencias humanas positivas que necesitamos construir el socialismo, sino más bien por las tendencias humanas negativas, sus capacidades autodestructivas. El capitalismo claramente impulsa el desarrollo técnico mucho más que el desarrollo ético, como queda muy claro a principios del siglo XXI con las tecnologías digitales y su brutal impacto en la psicología de los seres humanos y como ha quedado claro desde sus inicios con las tecnologías bélicas.
3.
La lógica de la acumulación privada es en muchas situaciones contradictoria con los intereses democráticos. Es posible demostrar matemáticamente que, incluso si los humanos fueran todos clones, poseyendo las mismas capacidades cognitivas, los mismos talentos, los mismos gustos y el mismo esfuerzo y dedicación para trabajar y emprender, la acumulación privada todavía produce una sustancial e inexorable desigualdad de riqueza y , por tanto, de poder. El sistema político más consistente con la dinámica capitalista es, por tanto, el voto censal, en el que el peso de cada voto es proporcional a la riqueza privada del votante.
Por tanto, el capitalismo no es meritocrático ni compatible con la democracia, donde cada voto tiene el mismo peso. Y el problema central del capitalismo no es la existencia de mercados o la existencia de moneda, que ya existían miles de años antes de su advenimiento, sino la lógica de la acumulación a través de la propiedad privada de los medios de producción. Desde un punto de vista teórico, es perfectamente posible, además de deseable, socializar la propiedad de los medios de producción, manteniendo la moneda y los mercados, incluido el mercado laboral.
Aún no se ha ensayado en la práctica un socialismo de mercado sin capitalistas, donde los empresarios actúen de manera similar a los ejecutivos de las empresas privadas, pero buscando objetivos socialmente relevantes más allá de la búsqueda de ganancias, manteniendo las ventajas de la iniciativa privada, pero sin las contradicciones que la La lógica de la acumulación privada se impone a los procedimientos democráticos, como la lucha de clases entre el capital y el trabajo.
Por tanto, es necesario volver a la construcción teórica y práctica del socialismo científico, y para ello es necesario reconocer los errores y aciertos teóricos frente a los fracasos y aciertos prácticos, especialmente en el siglo XX. Es fundamental afrontar de frente las características negativas del ser humano en la actual situación histórica, sin contar con superarlas en el horizonte visible, sobre todo porque no tenemos forma de saber cuáles de estas características negativas se pueden superar, ni siquiera en muchos casos. contextos sociales futuros más favorables.
Es ingenuo e incorrecto, desde el punto de vista científico, postular una especie de reformulación del mito del buen salvaje de Jean-Jacques Rousseau, en la que en esta nueva versión los seres humanos actuales supuestamente comenzarían a actuar de manera éticamente utópica simplemente eliminando o reduciendo las represiones a las que están sometidos. De hecho, más allá de que el conocimiento sobre la psicología humana es aún muy incipiente, la subjetividad humana en el capitalismo está constituida por varios mecanismos de propaganda y formación conscientes e inconscientes que actúan eficazmente en función de las tendencias de sociabilidad presentes en los seres humanos desde su surgimiento y que no dejarán de actuar simplemente suprimiendo mecanismos represivos explícitos.
En cualquier caso, la izquierda debe dejar de postular cómo se comportan los seres humanos actuales y empezar a observar empíricamente cómo se comportan realmente, para poder actuar de manera más efectiva en la realidad. Por tanto, es fundamental reconocer los diversos problemas asociados a las prácticas tradicionales de izquierda, que se mantienen tanto por la inercia y el conservadurismo, como por esta creencia ingenua sobre cómo se comportan los seres humanos actuales.
Estas prácticas tradicionales de la izquierda incluyen, por ejemplo, el uso casi exclusivo de un mismo formato de asambleas para las decisiones colectivas, cuando hay varios problemas asociados a ellas, desde la baja representación frente a las formas digitales para las decisiones colectivas, pasando por la reconocido poder de manipulación de las mesas de asamblea mediante derivaciones arbitrarias, hasta la conocida coerción y control sobre los participantes que permite el voto abierto.
Otro ejemplo de práctica tradicional muy extendida en la izquierda es el casi tabú de adoptar incentivos para las buenas prácticas mediante premios de diferentes tipos y también adoptar inhibidores de las malas prácticas mediante amonestaciones de diferentes tipos. Ésta, dicho sea de paso, es una de las razones del creciente fracaso de las organizaciones de izquierda y también de las enormes dificultades que tienen los gobiernos de izquierda para mejorar la calidad de los servicios públicos.
Medidas como la evaluación de servicios y servidores por parte de los usuarios se rechazan a priori, independientemente de los detalles específicos, que son fundamentales para determinar el carácter reaccionario o progresista de estas iniciativas. Como resultado, la democratización del Estado y el tan mencionado control por parte de la base nunca salen del plano de la utopía, haciendo inviables medidas futuras más avanzadas, como la socialización de la propiedad de los medios de producción.
También es fundamental en este sentido adoptar una postura teórica y práctica menos dogmática, que permita el desarrollo y la innovación de experiencias socialistas, como lo hizo China, especialmente desde su apertura en los años 1970 con Deng Xiaoping, resumida en su célebre frase de principios de siglo. Década de 1960: “No importa el color del gato, sólo que atrape al ratón”.[ 3 ] En un debate reciente en un grupo Zap, algunos camaradas mencionaron a China como un ejemplo en la difícil situación actual que estamos viviendo.
Cuando les pregunté qué pensaban de la siguiente frase: “Incluso si en el futuro nos volvemos más desarrollados y financieramente más fuertes, no deberíamos fijarnos metas excesivamente altas ni dar garantías excesivas, para no caer en la trampa del “bienestar” que fomenta pereza”, estos mismos compañeros mostraban gran aversión. Pero cuando revelé que la frase era de un famoso discurso de 2021 de Xi Jinping, todos guardaron silencio.[ 4 ]
Es probable que la dirección del Partido Comunista de China se centre excesivamente en la cuestión de la producción económica y dé poca importancia a su distribución. Por otro lado, la izquierda en América Latina probablemente haga lo contrario. Se centra casi exclusivamente en la distribución, mientras descuida en gran medida la producción. Está claro que China debe servirnos de modelo e inspiración, dado todo su éxito económico y social, habiendo logrado sacar de la pobreza al mayor número de seres humanos de la historia en un corto período de tiempo.
Pero debemos mirar más de cerca más allá de los prejuicios y fantasías superficiales. Por ejemplo, ¿sabe todo el mundo que el sistema de salud pública de China fue en gran medida desmantelado a finales de los años 1980? Que recientemente fue parcialmente recuperada. ¿Que las universidades públicas cobran cuotas mensuales a los estudiantes? Lo más importante que podemos aprender de los chinos, así como de otros pueblos pragmáticos, es esta voluntad de experimentar, para mantener las prácticas mientras sean efectivas, pero siendo capaces de descartar esas mismas prácticas cuando se vuelvan ineficaces.
4.
Con esta preparación, vuelvo al tema inicial del artículo, sobre las buenas preocupaciones de la izquierda tras los resultados de las elecciones municipales en Brasil y las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Me centraré en el PT, ya que es el partido más grande de la izquierda brasileña, pero la mayoría de los puntos se aplican a otros partidos de izquierda y centro izquierda. Luego de la primera vuelta de las elecciones de 2024 y con el Proceso de Elecciones Directas acercándose en 2025, algunos preocupados por el rumbo del PT abogan por regresar a sus orígenes. Por un lado, esto es correcto, por otro, no lo es. No sería correcto ignorar las diversas lecciones aprendidas por el PT durante su historia de luchas.
Sin embargo, el PT debería recuperar su capacidad de innovación. Volver a poder escuchar a la población y, sobre todo, a poder aprender de sus aciertos y errores. Sería muy importante un enfoque más científico para escuchar a la población, con investigaciones empíricas específicas sobre las razones del rechazo al PT. Sin estos datos empíricos, sólo plantearé algunos puntos que me parecen fundamentales.
Obviamente el rechazo al voto por la izquierda y el PT siempre ha sido y sigue siendo función de la enorme desigualdad de poder entre la izquierda y la derecha. Sin embargo, existen algunas contradicciones entre lo que la izquierda dice y lo que hace y que obviamente son aprovechadas por la derecha. Si hasta 2016 estas contradicciones no eran tan importantes para que la derecha convenciera a la mayoría de la población de no votar por el PT, desde entonces han comenzado a ser efectivamente explotadas por la derecha.
Planteo aquí sólo dos contradicciones que considero relevantes: (i) contradicciones entre lo que defiende la izquierda sobre cómo deben organizarse y funcionar el Estado y la sociedad y cómo de hecho se organizan y funcionan los partidos y movimientos sociales de izquierda, dadas las restricciones de la realidad. . Por ejemplo, hay mucha menos participación en las instituciones de izquierda precisamente de los sectores menos favorecidos que la izquierda supuestamente dice representar. Otro ejemplo, las propuestas de izquierda como el portal de transparencia, el presupuesto participativo, los plebiscitos y los referendos se utilizan (casi nunca) en la organización y el funcionamiento de las instituciones de izquierda.
(ii) Contradicciones entre lo que defiende la izquierda sobre cómo deben organizarse y funcionar el Estado y la sociedad y lo que de hecho los gobiernos y parlamentarios de izquierda proponen y logran lograr, dadas las restricciones de la realidad. Por ejemplo, el control de los servicios públicos por parte de los usuarios siempre choca con el corporativismo de la mayoría de los servidores públicos, que impide implementar siquiera una mínima evaluación de los servidores públicos por parte de los usuarios. Otro ejemplo, la realidad de los países desarrollados apenas se utiliza para dejar claro que unos servicios públicos de mayor calidad y una menor desigualdad social también dependen fundamentalmente de un sistema fiscal más progresivo.
Las contradicciones podrían reducirse en gran medida si hubiera un proceso continuo de mejora de las instituciones de izquierda. Desafortunadamente, existe una inercia infinita debido a dificultades estructurales (incluidas las emocionales) para aprender de los errores. Las contradicciones podrían reducirse si hubiera un proceso continuo de mejora de los gobiernos de izquierda, incluidos programas gubernamentales que dejen más claro que es necesario alcanzar ciertas etapas antes de poder alcanzar otras.
No parece haber mucha voluntad entre los dirigentes del PT hoy en día para aprender de los errores y cambiar de dirección. El PT ya no es una estructura en permanente aprendizaje e innovación. Hay gente que apela a las tradiciones del PT para que nada cambie. Incluso suena a discurso sobre Tradición, Familia y Propiedad. La única tradición que realmente debería rescatarse y preservarse es la del aprendizaje y la innovación permanentes.
Algunos sostienen que el PT debería ir más a la izquierda, mientras que otros sostienen que el PT debería ir más al centro. La cuestión me parece diferente: qué tipo de banderas de izquierda debemos defender. Banderas que se centran principalmente en los aspectos simbólicos (superestructurales) de las desigualdades o banderas que se centran principalmente en los aspectos materiales (infraestructurales) de las desigualdades. El problema de centrarse en los aspectos simbólicos es que, en general, la mayoría de la población es más sensible y preocupada por los aspectos materiales de las desigualdades.
Y para ello es imprescindible centrarse en la democratización del Estado y la mejora de la calidad de los servicios públicos. Un Estado más democrático es la única institución social con peso suficiente para contrarrestar la lógica de la acumulación capitalista y, como dije antes, es una condición necesaria para que demos pasos más avanzados hacia la socialización de los medios de producción y la construcción de una democracia sustantiva. Otro problema es el pensamiento mágico, creer que el pensamiento positivo al analizar la situación hace que la situación sea más positiva.
Esta postura de mentir a uno mismo y mentir a los demás recuerda a los delirios hippies tan bien traducidos en este famoso extracto de una canción de Raúl Seixas “Un sueño que se sueña solo es sólo un sueño que se sueña solo. Pero un sueño que se sueña juntos es realidad”. Hoy en día, tanto en las movilizaciones masivas como en el trabajo de base cotidiano, existe una enorme brecha de desconfianza entre los líderes y la base y entre la base y ella misma. Se programan actos y eventos, pero como la confianza es baja, todos dan por hecho que nadie se presentará y de hecho nadie se presenta.
Para revertir esto, es necesario reconstruir la confianza. Y el primer paso para reconstruir la confianza es dejar de pensar mágicamente mentirosos, dejar de engañarnos a nosotros mismos.
Quisiera concluir con una última observación que considero importante. La izquierda ha llegado a ser identificada con el status quo, mientras que la extrema derecha se presenta como antisistema. La campaña de Kamala Harris en Estados Unidos se estructuró en torno al tema de la “alegría”, mientras caían bombas fabricadas en Estados Unidos sobre Gaza, en lo que podría considerarse el primer genocidio retransmitido en tiempo real. Por no hablar de la desigualdad económica que sigue siendo extremadamente alta en Estados Unidos. Evidentemente esta estrategia no funcionó y Donald Trump volvió a ganar como candidato antisistema, ya que gran parte de la población estadounidense sigue enojada y no está interesada en esta falsa alegría.
Lo mismo ocurre con el PT en la realidad brasileña. Después de que el PT ganó cinco de las últimas seis elecciones presidenciales, es mucho más fácil para la derecha lograr que una gran parte de la población identifique al partido con el statu quo y responsabilizarlo de los gravísimos problemas que siguen afectando a gran parte de la población brasileña. ¿Apostar por la alegría pedirle al PT y al centro izquierda que consiga lograr en 2026 el mismo fracaso que lograron los demócratas en 2024?
*Mauro Patrón es profesor del Departamento de Matemáticas de la Universidad de Brasilia (UnB).
Notas
[1] Haider, A. Pesimismo de la voluntad | 28/05/2020: https://viewpointmag.com/2020/05/28/pessimism-of-the-will/
[2] Engels, F. y Marx, K. la sagrada familia, Capítulo VIII.
[3] Teoría del gato (Deng Xiaoping):
[ 4 ] Texto completo: Discurso de Xi Jinping sobre el impulso de la prosperidad común:https://www.caixinglobal.com/2021-10-19/full-text-xi-jinpings-speech-on-boosting-common-prosperity-101788302.html
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