por JEAN PIERRE CHAUVIN*
En Cornélio Procópio (PR) se formó un colectivo antifascista para resistir el oscurantismo
Un espectro ronda a Cornelius Procópio.
Ubicada en el norte de Paraná, la ciudad tiene 48 habitantes y, aparentemente, alberga tanto defensores del desgobierno actual (que persisten en vendarse los ojos) como opositores al estado de improvisación, sinrazón, negación, prejuicio y violencia, que contaminó el país.
En agosto de 2020 se creó la Comunidad AFCP – Antifascismo Cornelio Procópio, en la Facebook. En la descripción del colectivo, hay información de que se trata de un “grupo de apoyo apartidista a la democracia de Cornélio Procópio”. La importancia no es pequeña. Además de compartir noticias que deberían ser de interés general, sensibilizan sobre temas que afectan directamente a los ciudadanos, además de la miniatura del Cristo Redentor, uno de los puntos de aglomeración en la ciudad. Un ejemplo de ello reside en el controvertido, pero posible, nombramiento de un concejal para la Presidencia del Ayuntamiento (referido en el cartel reproducido al final de este artículo).
El colectivo AFCP se organiza para revivir corazones y mentes que puedan estar dormidas. Una de sus hazañas ha sido anunciarse en al exterior con miras a despertar la conciencia (¿o la omisión colaborativa?) de ilustres conciudadanos –diariamente desinformados por la mayoría de los medios, aparentemente favorables a la actual (con)gestión política. La iniciativa del colectivo es valiente y estimulante. Actitudes como esta sugieren que es necesario exponer y denunciar las resistencias al antiproyecto que se vive en el país (que contaminó a los hombres y mujeres supuestamente “buenos”).
Si no me equivoco, en CP -como ocurre en ciertas capitales de esta neocolonia estadounidense- las conciencias son selectivas y el discurso anticorrupción solo es superado por las falacias del “patriotismo” rendicionista, de la “modernización” pasada y de la “modernización” tiránica. democracia”, impulsada por figuras públicas que, mientras cuestan miles de millones a las arcas, se complacen en derribar instituciones en lugar de protegerlas.
De la Cinemateca al SUS, nadie está a salvo. Está por ver cuánto durará el disparate del “emprendimiento” sin clientela; del mercado “libre”, en medio de la ausencia de libertades civiles; la milicia, ruralista y teocrática “anticorrupción”; de iniciativa “libre”, entre los miserables que sólo aumentan, etc., seguirán manteniendo los partidarios del supuesto anticomunismo.
*Jean Pierre Chauvin es profesor de la Facultad de Comunicación y Artes de la USP.
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