por STAVROS MAVROUDEAS*
Reseña de un artículo reciente de Yanis Varoufakis
num artículo reciente, Yanis Varoufakis, refiriéndose a la actual turbulencia bancaria internacional, pronunció el eslogan supuestamente radical “que ardan los bancos”. Por supuesto, este autor no es famoso por la coherencia de sus análisis económicos. Como él mismo se describió, es un creador de cuentos de hadas haciéndose pasar por economista. Este artículo entra completamente en esta categoría.
Además, las opiniones políticas de Yanis Varoufakis varían, a menudo simultáneamente, desde radicales (pero nunca realmente de izquierda) hasta descaradamente conservadores. Recientemente, por razones electorales puramente oportunistas, ha profesado dar un giro a la “izquierda”. En su máscara reciente ha encontrado solo unos pocos cómplices dispuestos e igualmente oportunistas, pero su éxito electoral todavía está en juego. Por supuesto, como en sus análisis científicos, la “ambigüedad creativa” (que es sinónimo de oportunismo y falta de fiabilidad) es el sello distintivo de su giro político supuestamente radical.
¿Qué propone Yanis Varoufakis con su llamamiento a la quema de bancos?
Es un poco complicado (pero no difícil) rastrear su perspectiva teórica. Dejando a un lado una antigua autodescripción falsa de que es un "marxista errático" (parece ser, sin embargo, demasiado errático para ser marxista), una vez más demuestra ser un keynesiano superficial. Mezcla esta perspectiva con la teoría errónea de la financiarización (esta es la tesis de que hoy existe un nuevo capitalismo dominado por banqueros que explotan de manera usurera tanto a los trabajadores como a los empresarios). De manera característica, a través de una referencia de clase que crea una clase solitaria y rapaz, argumenta que la clase de “prestamistas y bancos” aprieta la soga alrededor del cuello de la sociedad en su conjunto.
Luego atribuye los problemas financieros contemporáneos a la política del gobierno que ha "envenenado el dinero de Occidente" sin fallar ni una sola vez. No hace falta un profundo conocimiento político-económico para saber que, a nivel de política económica, nunca ha existido un único tipo de interés nominal, sino que los Estados conducen la política monetaria interviniendo en el espectro de los tipos de interés.
A nivel de teoría general, sería interesante que Yanis Varoufakis aclarara cómo, en su opinión, se determina una tasa de interés de equilibrio del mercado en el capitalismo. ¿Es una cantidad puramente monetaria la que equipara la oferta monetaria con la peculiar demanda keynesiana de dinero (que depende de la demanda de liquidez determinada psicológicamente)? ¿Es una tasa de interés natural como afirman los neoclásicos? ¿O es el equilibrio entre la demanda y la oferta de capital de préstamo, pero limitado por la tasa de ganancia, como afirma el marxismo? Pero estas preguntas son letra pequeña para este economista.
En cuestiones más prácticas, la opinión de Yanis Varoufakis de que se debe permitir que los bancos quiebren no es nada nuevo. Los seguidores dogmáticamente neoliberales de Friedrich Hayek hacen constantemente la misma afirmación.
Después, se entrega, como es habitual, a proyectos reformistas de ciencia ficción. Propone cerrar los bancos privados (!?). Indica que el Banco Central debería crear una moneda digital (en el caso europeo, como es sabido, tanto para el BCE como para Yanis Varoufakis, salir del euro es un desastre que solo la desobediencia europea realista puede salvar!!!). También sugiere que se cree una billetera digital basada en la tecnología de blockchain (pero no hay que olvidar su participación anterior en el sucio mundo de las criptomonedas).
Con estas nuevas instituciones, los ciudadanos mantendrán los depósitos totalmente garantizados. Si quieren obtener un rendimiento de sus depósitos, entonces podrían, asumiendo el riesgo de quiebra, ponerlos en bancos de inversión (!?). Tal sistema bancario sería capaz de “cumplir con las reglas de un mercado ordenado” (vea cómo el radicalismo de Varoufake solo puede llegar hasta cierto punto).
Ignora, por supuesto, que el sistema financiero bajo el capitalismo existe para canalizar capital hacia los capitalistas y no para servir a los pequeños depositantes. Y este capital monetario no hace esta mediación gratis.
Pero aunque el Banco Central se comprometa a recaudar fondos, tampoco lo hará gratis. ¿De dónde obtendrá ganancias para comprar bienes públicos (como sugiere Varoufakis de manera benévola pero oscura)? Si establece una tasa de interés más baja (como prima de riesgo) y/o impone un señoreaje más alto, explotará a los depositantes.
La posterior discusión acalorada de Yanis Varoufakis con los criptonomistas más neoliberales sobre el "hermano mayor" y el comité de supervisión monetaria propuesto no es, para mí, una discusión seria, sino indigna.
El epílogo del artículo de Yanis Varoufakis es revelador: equipara a los mineros con los banqueros como perniciosos receptores de los subsidios de la sociedad. ¡Excelente perspectiva de clase de hecho!
Pero el problema más esencial de la ciencia ficción de Yanis Varoufakis es el desconocimiento (¿?) de la relación del sistema financiero con la producción y la acumulación real. En el país del cuco muy listo que canta a la financiarización, la tasa de interés es pura usura que nada tiene que ver con la tasa de ganancia.
Por el contrario, el marxismo muestra correctamente que el interés es parte de la plusvalía creada por los trabajadores, apropiada por los capitalistas industriales y redistribuida entre ellos y los capitalistas monetarios. Las turbulencias financieras actuales se deben a la incapacidad de aumentar la rentabilidad lo que a su vez limita los ingresos del sistema financiero y conduce al colapso de la estructura capitalista de deuda y capital ficticio. El capitalismo responde a este problema apoyando capital estratégicamente importante (como los grandes bancos) y aumentando la explotación del trabajo.
Para el movimiento obrero y para la izquierda real, este es el frente principal y no la búsqueda de reformas bancarias utópicas que solo causan confusión y desorientación. Frente a la “ambigüedad creadora” de los compañeros de viaje de la política burguesa, el programa de transición de la izquierda real da respuestas claras y adecuadas.
*Stavros Mavroudeas Profesor de Economía Política en la Universidad Pantheon, Grecia.
Traducción: Eleutério FS Prado.
Artículo publicado en blog del autor.
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