por AFRANIO CATANÍ*
Comentario a la poesía recopilada de Chacal
Últimamente ya he escrito, aquí y allá, que por una serie de circunstancias personales, gran parte de mi biblioteca no está conmigo. Entonces, doy vueltas y me muevo, me encuentro con libros que están en cajas cerradas o dentro de armarios o, aún, amontonados en montones de dudoso equilibrio. Es normal no encontrar lo que busco y encontrar lo que ya no imaginaba que estaba cerca, o incluso que aún me pertenecía.
Eso fue más o menos lo que sucedió hace unos días, cuando fracasé en la búsqueda de una antología que reuniera lo mejor que produjo el poeta y crítico literario Valerio Magrelli (1957); mientras tanto, con la rapidez de un coyote, llegó el volumen de poesía recopilada de Ricardo de Carvalho Duarte, conocido literariamente como Chacal.
Confieso que sólo conocía uno u otro de sus poemas, sobre todo porque la dispersión de su producción escrita ha sido siempre una característica básica. Integrante de la llamada “generación del mimeógrafo”, así llamada por difundir sus versos en medios inusuales para el mercado editorial de la época, integró, entre 1975 y 1979, el colectivo de poesía Nuvem Carioca, que acercó la literatura y la el público reunido en recitales. Además de Chacal y Charles Peixoto, entre otros, participaron en el grupo los músicos Ronaldo Bastos y Bernardo Vilhena. “En la misma época surge la poesía marginal, que revela nombres como Francisco Alvim, Cacaso y Ana Cristina César en las colecciones Frenesi, Vida de Artista y Capricho” (p. 407).
Además de las actividades literarias, Chacal colaboró con el grupo de teatro Asdrúbal Trouxe o Trombone, la banda Blitz y Circo Voador, realizando también alianzas musicales con Jards Macalé, Lulu Santos, Fernanda Abreu y otros artistas. A partir de 1990, con Guilherme Zarvos, pasó a coordinar el Centro de Experimentación Poética CEP 20.000, en el Espaço Cultural Sérgio Porto, en Río de Janeiro.
El poemario de Chacal contiene “Mucho placer, Ricardo” (1971), “Preço da Passagem” (1972), “América” (1975), “Quampérius” (1977), “Ojos rojos” (1979), “Nariz Aniz” (1979), “Boca Roja” (1979); “Gotas de Abril” (1983), “Comício de Tudo” (1986), “Letra Elétrika” (1994); “La vida es corta para ser pequeña” (2002); “Belvedere” (2007), “Murundum” (2012), “Seu Madruga e Eu” (2015); “Alô Poeta” (2016), así como “Uma História À Margem” (2010), versión teatral de su autobiografía, presentada en Río de Janeiro (2013), en otras ciudades brasileñas, en Frankfurt (2013) y en La Universidad de Harvard (2014).
La obra poética de Chacal tiene altibajos. Es difícil señalar lo que está bien (y hay mucho…), pero me arriesgaré con algunos pasajes, en particular, versos breves, como “Alô Poeta (8)”, de 2016 (“primero escribes bien/y verás qué pasa/si sabrás qué hacer con eso”); “Palavrório” (“el papel de la palabra: blasfemia/la palabra sobre papel: cartón”), 2002; “Te Miro” (“Dejé que mis ojos se deslizaran/al azar sobre ti/y solo encontré satisfacción”), 1979; “Ministério do Interior” (“el pensamiento es el fragmento fugaz del caos estructurado/la palabra es el escenario inmediatamente después de de sensación/que forma parte de la etapa necesaria de superación humana…”), de 1983; “Querido ciudadano” (“colabora con la ley/colabora con la luz/mantén tu propia luz”), de 1971.
Hay excelentes y provocativos poemas en Quamperius (“Lorotas”, “Baralho”, “Abracadabracabradapeste”, “Satira Satânica”); en rally de todo (“Voyeur”, “Andreia Androide”, “Anatomia”, “Birmuda Larga”, “Camarim”); a nosotros gotas de abril (“Diente de Acero”, “Cândida”, “Número da Paixão”); en Belvedere (“Siete pruebas y ningún crimen”, “Ser y no ser”, “Nueva York”, “Donde el sentido”); en Murundum (“Voz Activa”, “Individuos”, “Imágenes de la Infancia”, “El Poema Digital”, “Motim”, “Poema é uma Carnage”); en nariz de anís (“Fogo-Fátuo”, “Intolerância”, “À Fiat Lux”; en Letra eléctrica (“Ajedrez Chino”, “Piscina Revisitada”, “Sócio do Ocio”, “Vendo Tudo”, “A Voz”); en La vida es demasiado corta para ser pequeño (“Perros”, “El Gato”, “Cuerpo Palabra”, “Ópera de Pájaros”, “Vamp”, “El Monedero o la Vida”).
Hay exactamente 382 poemas, más los 16 actos (o pinturas) de Una historia al margen, que es excelente, constituyendo prácticamente una historia alternativa de algunas manifestaciones contraculturales que se iniciaron en la década de 1970. Vale la pena escribir un poco al respecto.
Cuenta Chacal que fue su amigo Guilherme, profesor de historia, quien lo animó a publicar sus primeros versos, que fueron impresos en el mimeógrafo de la escuela donde trabajaba. Alcohol, papel y una engrapadora fueron los insumos básicos para dar a conocer Encantado de conocerte Ricardo (1971), con una tirada de 1.000 ejemplares, repartidos de mano en mano “en la universidad, en la calle, en los bares, en las salas de conciertos, en la playa, es decir, en el Muelle” (p. 354). Guilherme tenía una consigna: “Que no sea el miedo a la locura lo que nos haga arriar la bandera de la imaginación” (p. 352).
Algunas páginas están dedicadas a las manifestaciones relámpago de Vladimir Palmeira en el centro de Río de Janeiro en la década de 1960; “la ola del verano de 1972 fue Píer” (p. 355), la playa de la contracultura, donde se hablaba de noviazgo, donde el sexo, las drogas y el rock and roll marcaban la pauta: “Más gente practicaba que discutía. Allí todo podía. Menos prudencia (…) Yo no soy, nunca he sido, un intelectual. Me gustaba leer pero fue la televisión y la lisergia las que dieron forma a mi comprensión fragmentada, discontinua, sin principio, medio ni final. Una percepción poética” (p. 355).
Dice que le llegó uno de los libros de Waly Salomão. “Waly era un montón. Una incontinencia verbal. Escucharlo fue divertido, un privilegio. Llevaba el escenario en el bolsillo. Donde estaba, hizo la escena” (p. 355-356). ¿Lectura obligatoria en aquellos tiempos? La “Geleia Geral”, crónica de Torquato Neto en el diario Última hora. Escribió: “Quien no se arriesga no puede gritar”. Chacal elogia a Torquato: “radical hasta la médula, sabía como nadie lo que Mayakovsky quería decir con 'sin forma revolucionaria, no hay arte revolucionario'. y como Vladimir, Torquato se suicidó demasiado pronto” (p. 357).
Prisión, exilio, Londres, Allen Ginsberg – antes, carnaval de Bahía, revista Navilouca, reuniendo a la flor y nata de la experimentación: Torquato, Waly, Hélio, Décio, Haroldo y Augusto, Ivan, Lígia, Caetano, Rogério y Duda (p. 357). Salió de prisión porque su amigo y poeta Charles citó al padre de Chacal, Marcial Galdino, “campeón de Río de Janeiro por el Fluminense en 1936, que ya había resuelto todo con el jefe de policía” (p. 360). Regreso del exilio: “En Brasil, la cola se había movido. Libros mimeografiados, periódicos y revistas pirateados, camisetas con poemas impresos recorrieron el país de arriba abajo, en las mochilas y cuerpos de vagabundos, en una red pre-internet” (p.362). Habla del encuentro con Antônio Carlos de Brito, Cacaso, “gran articulador de la poesía marginal. Le habían gustado nuestros libritos y la manera informal de distribuirlos. Cacaso estaba golpeando una bola redonda. Hicimos amigos. Y organizamos la recogida juntos. vida de artista”(P. 362).
La diversión es la creación de nuvem cigana, “un bloque de poetas, arquitectos, funambulistas, fotógrafos y gamberros”, que entre 1975 y 80 editó más de 10 libros de poesía, calendarios y almanaques. “Dio consistencia a ese frágil movimiento de los poetas” (p. 363). En plena dictadura nuvem cigana circulaba por las arterias de la ciudad, esparciendo “artificios, carnavales y delirios” (p. 363). Ronaldo Bastos, uno de los fundadores del grupo, proclamó: “Mientras hay bambú, hay flecha”, acompañado del poeta y artista Luís Eduardo Resende: “Mantente al timón, lo recto está torcido” (p. . 363). Presentación hablada de poesía en Livraria Muro con Chacal, Charles, Bernardo, Ronaldo, Lobato, Paulinho, Guilherme y otros. Descubrí en ese momento que todo lo que quería en esta vida era vivir de la poesía” (p. 365).
Compromiso con los grupos de Asdrúbal Trouxe o Trombone, Circo Voador, Blitz, publicación de su antología gotas de abril, con dos ediciones agotadas y 6 libros vendidos: “Alquilé un dormitorio y una sala y compré un teléfono” (p. 371). Con Blitz conoció el éxito, acompañó al grupo en viajes, en grabaciones. “Hicimos canciones, viñetas, cómics, álbumes de cromos, kits promocionales, discos de oro, plata y platino (…) Después de 3 años y 3 discos, Blitz implosionó. Quedarse en lo más alto le revienta las neuronas a cualquiera” (p. 371).
Muy loco, en plena crisis, tuvo un accidente en 1987, cayendo desde una altura de cinco metros, casi perdiendo el movimiento de sus miembros inferiores, quedando enyesado de la cintura al cuello, a mediados de febrero, en Río de Janeiro. En ese momento, dirigía la discoteca de espectáculos Barão com a Joana, en Ipanema. “Una calidez senegalesa. Yo paralizado en una cama en casa de mis padres, regresión. Padre, madre, calor, yeso. Inmovilizado, recibió visitas. Faust Fawcett me llevó La masacre de la motosierra de Tejas. Padre, madre, calor, yeso, masacre, motosierra” (p. 375).
La narración avanza hacia el final, con el poeta dirigiendo CEP 20.000, en el Espaço Cultural Sérgio Porto, “un lugar de experimentación en una cultura que se guía cada vez más por el manual de buena conducta de mercado. Todo muy adecuado. no en el código postal. Al está delirando. Allí la poesía estalla a todo pulmón” (p. 376).
Chacal concluye con el ítem “Cantando Pra Subir”, diciendo: “Sesenta y cinco años pasan rápido. Vi una dictadura militar ir y venir. Vi cómo se instalaba la tiranía del mercado. Vi volver el carnaval callejero de Río. Ban-ga-la-fu-men-ga. Dirijo el CEP, hago libros, vivo de poesía. Para el mundo académico soy un poeta descartable, con pocos recursos y bajo repertorio. Para el mundo pop, un escritor, un intelectual, una calavera. Y todos tienen razón. Menos yo. Menos yo. Hoy ya no me preocupo por cómo voy a vivir. Yo simplemente vivo” (p. 378).
*Afranio Catani, profesor titular jubilado de la USP y actualmente profesor titular de la misma institución.
referencia
Chacal [Ricardo de Carvalho Duarte]. Todo (y algo más): poesía recopilada (1971 – 2016). São Paulo: Editora 34, 2016, 408 páginas.