por Michael Lowy*
Prólogo del libro de Miguel Urbán Crespo
El espectacular ascenso de la extrema derecha se ha convertido, en las últimas décadas, en un fenómeno global, que se refuerza y se extiende cada vez más frente a la crisis de las democracias liberales. De hecho, lo que podría definirse como “trumpismo” ha sufrido graves derrotas electorales recientes, como lo ejemplifica el caso de Brasil y Estados Unidos, pero aún mantiene una influencia considerable y sigue trabajando activamente para recuperar el poder.
Además, en Europa gobierna, de diferentes maneras, en Hungría, Polonia e Italia, y representa una grave amenaza electoral y política en Francia, España y Alemania. Si miramos a Chile, vemos que los partidarios de José Antonio Kast, de Pinochet, ganaron las elecciones para el Consejo Constituyente. Los ejemplos son numerosos en muchas partes del mundo: India (Narendra Modi), Turquía (Recep Tayyip Erdoğan), Israel (Benjamin Netanyahu), etc.
Hasta ahora, la mayor parte del trabajo sobre este tema se ha limitado a la realización de estudios de casos en un solo país. Hay pocas investigaciones serias que intenten abordar el fenómeno a escala global. El brillante ensayo de Miguel Urbán Crespo es, sin duda, una de las obras más completas, profundas y actuales publicadas hasta la fecha, al menos las que surgen de una lectura política y activista. Su punto de vista radical, antifascista y anticapitalista no es una limitación, sino una condición fundamental para comprender la lógica del autoritarismo reaccionario, así como para pensar en las formas de combatirlo.
Como señala Miguel Urbán, no se trata sólo de una resurrección del viejo fascismo de los años 1930, sino de algo nuevo, aunque encontremos en ello algunas trazas del fascismo clásico. El término “trumpismo” intenta resaltar este componente innovador, entendiendo que la ola reaccionaria puede tomar formas muy diferentes al modelo estadounidense.
Sus características comunes serían, a juicio del autor: nacionalismo autoritario, xenofobia, demagógico, sexista, islamófobo (salvo en sus manifestaciones fundamentalistas islámicas), antisemita (salvo en los casos del neofascismo sionista) y negacionismo climático. Podríamos añadir otros adjetivos: homófobo, racista, teórico de la conspiración, anticomunista (o antiizquierda en todas sus acepciones), etc.
Además de las múltiples formas que pueden adoptar según el país y la cultura: neoimperialismo, iliberalismo, populismo punitivo o excluyente, fundamentalismo religioso… Sin embargo, para ser sincero, no me gusta el término “populismo”, que genera más confusión que claridad; Prefiero el otro concepto que utiliza Miguel Urban para referirse a las políticas punitivas y excluyentes (el muro en la frontera): necropolítica.
Para definir esta extrema derecha, yo personalmente uso el término “neofascismo”, que subraya al mismo tiempo la diferencia y la similitud con el fascismo histórico. El concepto propuesto por Miguel Urbán, “autoritarismo reaccionario”, me parece perfectamente adecuado. Reúne dos de las principales características del fenómeno, comunes a sus diversas manifestaciones, a pesar de sus evidentes diferencias, lo que ayuda a explicar la reciente aparición del “Frankenstein” de la extrema derecha.
La hipótesis principal del autor es que la crisis del sistema capitalista, así como el surgimiento de políticas neoliberales cada vez más autoritarias y alejadas de las democracias liberales establecidas después de la Segunda Guerra Mundial, crearon las condiciones para el surgimiento del iliberalismo antidemocrático y del autoritarismo reaccionario, que de ninguna manera cuestionan el paradigma económico neoliberal.
Considero que el análisis es muy preciso, siempre que no confundamos ambos fenómenos: Emmanuel Macron y Donald Trump representan dos formas políticas radicalmente diferentes, aunque tienen rasgos comunes, empezando por el hecho de que ambos comparten una fe ciega en el neoliberalismo. Otra hipótesis que me parece interesante es la propuesta por Daniel Bensaïd hace unos años: la globalización capitalista neoliberal, al debilitar los Estados nacionales, provoca “pánicos identitarios” que son instrumentalizados por la extrema derecha.
Ambas ideas se sustentan en otra de las aportaciones más interesantes del libro que tienes entre manos, es decir, el análisis de los mecanismos utilizados por el “trumpismo”: noticias falsas, las guerras culturales (“muerte a despertó!”), teorías conspirativas y terrorismo. Algunos de estos métodos ya eran utilizados por el fascismo clásico, pero ahora adquieren formas nuevas e inéditas, como el uso masivo de las redes sociales –antes la radio, en el caso del nazismo o el fascismo italiano– para implementar el marco autoritario.
¿Cómo resistir esta ola reaccionaria global? Miguel Urbán reconoce que no existe una receta mágica para afrontar esta lucha indispensable, pero se refiere a algunas victorias importantes –aunque a veces efímeras– contra el neofascismo y la extrema derecha: la disolución de Amanecer Dorado en Grecia, los avances de los grandes movimientos feministas en Chile y Polonia, el surgimiento de Negro Materia Vidas en los Estados Unidos, etc.
Este libro es, en definitiva, una valiosa herramienta para comprender y combatir –desde la filosofía de la praxis marxista, ambas son inseparables– el surgimiento de la internacional reaccionaria.
*Michae Lowy es director de investigación en sociología en Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS). Autor, entre otros libros, de Franz Kafka soñador insumiso (Editorial Cem Cabeças) [https://amzn.to/3VkOlO1]
referencia

Miguel Urbano Crespo. Trumpismos: neoliberales y autoritarios: una radiografía de la derecha radical. Editorial Usina, 2025, 312 páginas. Traducido por Valerio Arcary. [https://amzn.to/3FzxRgO]
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