por NUNCA MÁS COLECTIVO AMNISTÍA*
¿Por qué seguimos organizando un Tribunal Popular para juzgar al gobierno de Bolsonaro?
En los últimos meses hemos visto a la justicia brasileña cerrar el cerco al ciudadano Jair Bolsonaro por varios casos de corrupción, enriquecimiento ilícito y conspiración contra el “orden democrático”. Su posibilidad de arresto parece cada vez más concreta. Algunos pueden ver en esto el cumplimiento y el fin necesario de profundos anhelos populares de justicia y reparación. Nosotros no.
Sabemos muy bien lo que representa la detención de Jair Bolsonaro, pero es sólo el comienzo de un proceso de juicio a todo un sistema de gobierno directamente responsable de crímenes brutales contra la salud pública y de conspiraciones políticas autoritarias. La posible detención del ciudadano Jair Bolsonaro no puede, bajo ningún concepto, servir como fin. Será sólo el punto de partida.
La catástrofe humanitaria que vivió Brasil durante la pandemia, catástrofe que provocó que un país con el 2,7% de la población mundial tuviera el 10% de las muertes globales por Covid, nunca hubiera sido posible sin la "gestión" de las Fuerzas Armadas, con sus los sistemas de desinformación y borrado de cuerpos, la presión de empresarios sedientos de preservar y ampliar sus ganancias, la circulación irresponsable de información encaminada a la desmovilización popular realizada por políticos y comunicadores.
Todos estos actores sociales deben ser juzgados, las instituciones deben ser juzgadas, para que Brasil pueda preservar su posibilidad de tener un futuro. Asimismo, la política de exterminio indígena en situación de pandemia, objeto de procesos contra el gobierno de Bolsonaro en instancias internacionales, debe ser juzgada y condenada de manera ejemplar.
Lo que está en juego ahora es algo de suma importancia. Se trata de dejar en la historia de ese país gestos claros de reacción popular contra una política gubernamental que, si no se combate de manera ejemplar, podría regresar en los próximos momentos de crisis.
La memoria es el arma más poderosa de la población contra la repetición de catástrofes. Lo que queremos es que la memoria de la violencia haga de la implacable realización de la justicia la forma necesaria de nuestro duelo.
¡Nunca más el silencio, nunca más el olvido! ¡Amnistía nunca más!
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