sospecho que lo somos

Imagen: Hélio Oiticica, Tropicália, Penetráveis ​​​​PN 2 'La pureza es un mito' y PN 3 'Imagético', 1966–7
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por VÍCTOR MORAIS*

Cada uno en su casilla, siguiendo el rol que les asigna un Dios que hechiza a la tribu de las mercancías.

Llevo algún tiempo esperando el 28 de mayo de 2024 para realizar el ajuste de cuentas que aquí sigue. Calculando porque fui yo quien me invitó a hacer la actualización histórica, el balance de una época, de la bomba de relojería puesta a ametrallar un país que Nuno Ramos soltó, como quien no quiere más que palabrería, en la página tres del Folha de S. Pablo el 28 de mayo de 2014. Faltaba menos de un mes para el debut de Brasil contra Croacia en Itaquera, abriendo la puerta al Mundial. Desde entonces, Brasil venció 7-1 a Alemania, que ganó nuestro Mundial de 2014, y la sorpresa de Croacia acabó en la final del Mundial de 2018, en Rusia.

Pero no vine para la Copa del Mundo, que ahora cambia de fechas dependiendo del baile culminante del dinero. Esto se debe a que han pasado diez años desde que Nuno Ramos sospechara. Oficialmente no se sentía preparado para decir nada, y por eso lo dijo todo, utilizando ese estúpido recurso de la sospecha. lo que podría parecer mezzo irónico, mezzo cortesana, pero funcionó, ya que su “Sospecho que lo somos” fue un hito de la época. Este texto es menos pretencioso en su deseo de repercusión. Primero quiero contarte lo que sé. Al fin y al cabo, hace diez años no sólo había que ganar fútbol, ​​sino también unas elecciones que conducían a la victoria, lo que sacudía las emociones sociales de un país en una erupción estridente. Quizás eso explique por qué Nuno Ramos se mostró desconfiado, consciente, con una reverencia extraña a los paulistas. Hoy la sospecha se ha convertido en algo enajenado, por no decir vendido. Todo está abierto de par en par. ¿Vamos a ser sinceros?

Así que voy a hablar de lo que sé y de lo que Nuno ya sabía hace diez años. Sé que descubrí a Nuno Ramos en mayo de 2020, cuando vi uno de los insoportables vídeos de Paula Lavigne exponiendo el encierro de Caetano Veloso. Sé que el cursi poco atractivo de los vídeos era parte de una estrategia para marketing intelectual del gusto de Caetano. Dijo en el vídeo que leyó a Nuno Ramos. Era “El baile de la isla fiscal”. Caetano ya me llamó la atención en su momento, además de frenético de tu tierra divina. Allí, en el texto de Nuno, encontré una especie de post-réquiem. Más tarde descubrí que ya había dado muerte a Brasil (Moebius) en su libro de 2019, comprueba si es lo mismo. “Es probable, en definitiva, que haya escrito sobre algo de lo que me despido”. Entonces cantamos para que todo se convirtiera en Odara, una joya rara, bailando mientras el barco se hundía. Sí, escena de “Titanic”, el titanic.

Prefiero “Valalhacouto” de Douglas Germano y Aldir Blanc. “Quiero bailes sobre las ruinas / De los reinos de las tinieblas / Reír, reír, el circo empezó a lamer / Quiero beber en las esquinas, rezar, rimar / Pero te necesitaré”. Lo curioso es que Nuno también cantó para hacer todo Odara, en su propia fiesta de cumpleaños número 60. ¿Quién no cantó? El golpe no es pequeño. De alguna manera, hay una salida de Jim Jones y una salida de Caetano Veloso. Y creo que Jim Jones, Paulo Martins y, porque no, Glauber Rocha, comparten la misma entidad kamikaze. La singularidad del Brasil de Moebius es que, si Hitler se suicidó por cobardía, Getúlio Vargas lo hizo por heroísmo. Él era un héroe. Que es otra historia. hoy somos todos kamikazes al cielo, destilando un sonido que revuelve el estómago y provoca diarrea interminable.

Sé que Francisco Alambert no estaba derrochando ideas cuando afirmó, en su “Diarrea de Brasil 2020”, la “Diarrea de Brasil XNUMX” de Helio Oiticica. Ya no aspiramos. Estamos en un gran laberinto, dando vueltas en falso, decidiendo si vamos a morir de heroísmo en el país donde muere la gente en Brasil; o si en nombre de una falta de cuidados terminales, optaremos por la agonizante razón tropicalista (el término es de Alambert), bailar para que todo se convierta en Odara cuando Odaraebius ya no exista. Nunca existió. Las recientes agendas intelectuales revisionistas de Brasil Modernoebius, que se esfuerzan por exponer sus políticas eugenistas y disciplinarias, lo demuestran. Son parte de un contexto más amplio, “una misma y definitiva privatización: la del infinito”. Los sueños que no envejecen se acaban en el mundo de los mismos. Yo también tengo miedo de lo mismo. Su autoridad violenta y viril dice más sobre cualquier sensibilidad desvirilizante de Caetano. Incluso extraño al torturador sentimental cantado en prosa y verso por Chico Buarque y Ruy Guerra.

En diez años, Patrícia Poeta copió a Fátima Bernardes y escribió poesía sobre el racismo inverso en el Jardim Botânico, en las redes nacionales, sociales, digitales, lo que sea. Luciano Huck, con ese apellido engañoso, con pinta de superhéroe, superhombre, super super, se convirtió en precandidato a Presidente de la República. Al príncipe de Higienópolis le encantó hablar desde su arruinado principado de alguien que nunca fue realmente rey. Resulta que el hombre verde de la televisión es mitad Datena, mitad Silvio Santos; bromea, pero no lo hará. Cobarde. Perder. Cosas demasiado serias. Y mira ahí; sí, Portuguesa quebró y Galvão Bueno se jubiló en 2022. Demasiado obsoleto en la “época saturada de ahoras”, un poco folclórico, hablaba más de lo debido.

Y así en esta apisonadora de tirar a la basura todo lo que envejece –y envejece en un segundo– sé muy bien lo que pensaba Cacaso cuando escribió en “Jogos florais” (de Grupo Escolar, 1974), lo siguiente : “Era Brasil es moderno / el milagro se ha vuelto moderno: / el agua ya no se convierte en vino, / se convierte directamente en vinagre”. Es una amargura insoportable y omnipresente en la que vivimos. También Jesús (fue un héroe), al pedir agua en la cruz, recibió vinagre. El autor del milagro de la raíz recibe el milagro de Nutella®. El mismo manjar posmoderno que los puristas de hoy se niegan a comer debido a la explotación del aceite de palma en el Sudeste Asiático. Los mismos que hacen listas de palabras prohibidas. Hay momentos en los que creo que todos se merecen en este 2024. Lo mismo merece lo mismo.

Pero luego recuerdo que sé algo. Aquí está la cuestión: hay algo en las algas que impregna algo. La racionalidad, la abstracción del capital, que cambia día y noche en las idas y venidas de los pingüinos del mundo, en su giro neoliberal, ha colocado a todos como enemigos de todos. Esto me hace creer que “Se vira nos 30” de Domingão do Faustão no fue una mera desgracia. Ahora, nuestro lado también cumple este papel en la era de los intelectuales. ,. Los sujetos periféricos, de la llamada izquierda identitaria, van allí y atacan a los aliados de clase y de barrio, que encuentran celo comunitario (de pobreza y de fe) en las iglesias evangélicas, que a su vez instrumentalizan la fe y toman la subjetivación de que el enemigo vive justo al lado. puerta. Y politizan, y no sólo quieren puestos y vacantes en procesos de selección con cuotas. Quieren más, mucho más. Es un cortocircuito y así debe ser. No hay nada sorprendente ni nuevo en esto, si no aterrador. Cada uno en su casilla, siguiendo el rol que les asigna un Dios que hechiza a la tribu de las mercancías (la expresión es de Paulo Arantes).

Y estamos nosotros, títeres de nosotros mismos, que sabemos que hubo un pasado y por eso lo extrañamos. Oh, qué bueno estuvo. Esta resaca de una revolución frustrada, de una utopía tropical, de una civilización brasileña que despegará y salvará al mundo de sí misma. Pobre Brasil, se lo comió lo que se suponía que lo salvaría. Basta ya de anhelo. Vamos, vámonos, chicos.

*Víctor Morais Se licenció en Historia en la USP.


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