por RAFAEL ROBLES GODOI*
Marx no ve el capital social total como la suma de los capitales individuales, sino más bien como la síntesis de las interacciones recíprocas de los movimientos de estos capitales.
1.
Correspondió a los fisiócratas ser pioneros en el tratamiento de la economía capitalista como una totalidad, configurada a partir de los vínculos que los fenómenos parciales establecen entre sí, en un ciclo continuo de reproducción. En su Marco económico, Quesnay demuestra una capacidad de generalización hasta ahora inédita en el pensamiento económico, donde el proceso de reproducción del capital se presenta a partir del flujo de dinero y bienes, en un movimiento que conecta la circulación, la distribución y el consumo como etapas de un ciclo que se repite en manera periódica.[i]
Su enfoque resalta los diferentes momentos internos del proceso, así como las conexiones que se establecen entre ellos, formando el tejido de circulación general. “Toda la economía se concibe como un intercambio de objetos materiales entre la agricultura y la industria; la sociedad se explica como una totalidad compuesta de clases sociales específicas; Los productos producidos y dispersos por todo el país se agregan en un solo producto social, y este se distribuye –mediante unos pocos actos esenciales de circulación (siendo cada uno de ellos, en sí mismo, una generalización de una multiplicidad infinita de actos específicos de compra y venta). ) – entre las principales clases sociales”.[ii] La riqueza surge así como resultado de un proceso de producción que necesita renovarse cíclicamente, basado en la distribución y circulación del producto nacional entre clases sociales.
Al analizar el Quadro, llama la atención de Marx sobre la forma en que se expone la circulación del dinero, que rompe con la concepción mercantilista al subordinar la circulación monetaria a la “circulación y reproducción de bienes”, es decir, al “proceso de circulación del capital”.[iii] En el movimiento constante en el que el dinero vuelve siempre a su punto de partida, no sólo está en juego la metamorfosis de la mercancía en dinero, sino también el proceso continuo de reproducción de la mercancía por parte del mismo productor.
Se destaca la interdependencia y conexión entre los diversos fenómenos económicos ya que la reproducción del todo está condicionada a la integración de las partes, en lo que Rubin caracterizó como un “intento ingenioso de describir los procesos de reproducción, circulación, distribución y consumo de productos de la economía”. una sociedad como un todo unificado”.[iv]
Básicamente, Quesnay demuestra cómo el producto social creado por la agricultura circula entre otras clases, prestando atención a las formas que asume el capital en este movimiento y a la conexión que se establece entre producción y circulación, en el marco del circuito reproductivo del capital. Es la renta de la tierra, determinada por la fertilidad del suelo y la capacidad humana de cultivarla, la que pone en marcha toda la circulación, irrigando todos los movimientos de compra y venta que aparecen en el Cuadro como dependientes de ella. Así, tenemos el núcleo desde el que se mueve toda la economía y alrededor del cual se articulan todas las demás categorías; y es en el reflujo de este movimiento, en el retorno a este núcleo, que el ciclo termina, creando las condiciones para su repetición.
“Este intento de representar todo el proceso de producción del capital como un proceso de reproducción, la circulación como la única forma de este proceso de reproducción, la circulación del dinero como una simple etapa de la circulación del capital; de abarcar al mismo tiempo, en este proceso de reproducción, el origen de la renta, el intercambio entre capital e renta, la relación entre consumo reproductivo y consumo final, y de incluir en la circulación del capital la circulación entre consumidores y productores (en hecho entre capital e ingreso); finalmente, caracterizar como fases de este proceso productivo la circulación entre los dos grandes sectores del trabajo productivo –la producción primaria y la manufactura– y todo ello en un Quadro consistente en apenas cinco líneas que interconectan seis puntos de partida o de retorno –en el segundo tercio del siglo XVIII, en la infancia de la economía política–, fue una idea de extrema genialidad, sin duda la más genial que haya tenido la economía política. hasta la fecha."[V]
El análisis fisiocrático de la economía capitalista tiene su piedra angular en la noción de excedente, que, cuando se traslada de la circulación a la producción, derroca la ingenua concepción mercantilista de que la ganancia proviene de comprar más barato y vender más caro. Se revela así que en el comercio la riqueza sólo cambia de manos; sólo se cambia un artículo por otro de igual valor, no se crea ningún valor nuevo.
El aumento de la riqueza social aparece cuando se pone en duda la renta neta; la producción de plusvalía se identifica como el objetivo de la producción capitalista y se demarca claramente la distinción entre plusvalía y costos de producción; La riqueza excedente se separa del capital utilizado para reemplazar los costos de producción. Haber identificado el aumento de la riqueza con el aumento del excedente y haber subordinado el proceso de producción a la búsqueda de ese excedente fueron logros importantes que los fisiócratas aportaron al pensamiento económico, a pesar de su incapacidad de extender esta comprensión a la industria. [VI]
Dada la preponderancia que los fisiócratas daban a los aspectos físicos de la producción, en detrimento de las formas sociales, su concepción de la productividad consideraba sólo los productos in natura, ignorando sus valores, que situaban la fertilidad de la tierra, y no el trabajo, como fuente de riqueza social. “Aunque fue el primer [sistema] en explicar la plusvalía mediante el acto de apropiarse del trabajo de otros y explicar este acto sobre la base del intercambio de bienes, no ve el valor en general como una forma de trabajo social, y en plusvalía, plustrabajo; más bien, considera el valor como un mero valor de uso, una mera sustancia material, y la plusvalía como un simple don de la naturaleza, que da una mayor cantidad de trabajo a cambio de una determinada cantidad de materia orgánica”.[Vii]
A falta de una teoría del valor que les permitiera comparar bienes de distintos sectores, los fisiócratas recurrieron a comparar volúmenes físicos, lo que les llevó a concluir que sólo la actividad agrícola generaba excedente, ya que la cantidad de bienes que componían el producto final producto superó, en términos de valores de uso, a los que se consumieron durante la producción.
Al centrarse demasiado en la propiedad de la tierra, aunque tomaron como objeto de análisis la forma capitalista de producción, presentada como un sistema de leyes eternas y naturales, los fisiócratas dieron un aspecto feudal a este contenido capitalista. Su sistema “tiene más bien la apariencia de una reproducción burguesa del sistema feudal, del dominio de la propiedad de la tierra”.[Viii] La condición básica para el desarrollo del modo de producción capitalista es que la fuerza laboral se libere de la propiedad de la tierra y enfrente el conflicto con la tierra como propiedad de una clase, como un poder independiente.
Esta dimensión de la sociedad burguesa es capturada por el sistema fisiocrático, pero se confunde con las condiciones feudales de producción, donde la tierra aparece como la fuente exclusiva de riqueza social. "De este modo se burguesa el feudalismo y, al mismo tiempo, se da a la sociedad burguesa una apariencia feudal".[Ex] Si, por un lado, los fisiócratas capturan la esencia capitalista de la renta de la tierra, presentándola como plusvalía, como la parte que excede el salario, por otro lado, quedan atrapados en una concepción feudal, al atribuir a la fertilidad de la tierra la que se origina en la productividad del trabajo.
2.
Como señala Marx, el origen de esta duda debe buscarse en la propia realidad sociohistórica, en la lucha del orden burgués emergente por emanciparse de los vínculos feudales, que por el momento aún no habían encontrado su forma histórica peculiar, la modo de producción capitalista desarrollado; de ahí la necesidad de dar significado burgués a los elementos específicos de la formación social pasada.
Karl Marx, en su exposición esquemática sobre la reproducción social del capital, recupera la noción de ciclo reproductivo presente en Marco económico, redefiniendo su contenido y sometiéndolo a un nuevo marco teórico. Su constructo se perfila a partir de la unidad entre producción y circulación, en el ciclo periódicamente renovado del capital industrial, donde cada capital individual, fragmento del capital social total, se presenta de manera autónoma, dotado de vida propia, en el al mismo tiempo que constituye un eslabón en el ciclo global.
Vale la pena señalar que Marx no ve el capital social total como la suma de los capitales individuales, sino más bien como la síntesis de las interacciones recíprocas de los movimientos de estos capitales, que se basa en la diferenciación que se establece entre ellos. [X] Es precisamente esta diferenciación la que lo determina, al mismo tiempo que otorga relativa autonomía a sus partes constitutivas. “Este doble movimiento de la relación, que instituye la diferencia, pero que también se determina a través de ella, corresponde a la realización del capital social total”.[Xi]
Además de permitir la aparente autonomía de las partes, la diferenciación del capital determina la relación entre ellas, en lo que constituye la dimensión esencial del capital social total. En este momento del planteamiento de Marx, considerando su metodología expositiva que va de lo abstracto a lo concreto, el capital social total aparece como una síntesis de un conjunto de relaciones que se basan exclusivamente en la idea de complementariedad; Se trata de un momento teórico en el que la pluralidad de capitales, mediada por la competencia, aún no ha entrado en escena (la abstracción de la competencia por parte de Marx se debe a que la reproducción no presupone competencia, sólo la relación de complementariedad entre capitales).
El capital social total requiere, para su reproducción, la disponibilidad en el mercado de una determinada cantidad de bienes, distribuidos entre bienes de consumo y medios de producción. No se trata sólo de valores a reponer, sino de determinados medios físicos, valores de uso, cuyo volumen iguala la oferta y la demanda, evitando excesos o deficiencias. Ciertas necesidades de reproducción sólo pueden satisfacerse a través de determinadas utilidades, el capital variable y la plusvalía sólo pueden sustituirse a través de bienes de consumo, mientras que el capital constante carece de medios de producción para su sustitución.
Aquí se destaca el valor de uso, ya que la transmutación de valor entre una forma y otra está condicionada por la necesidad de equilibrio en los intercambios entre ambos sectores, lo cual es un requisito físico de la reproducción. La antítesis entre valor de uso y valor se reposiciona en un nuevo nivel de complejidad, expresándose en la contradicción entre las exigencias de valorización y la generalización de la producción de valores de uso a escala social.
3.
En uno de los análisis pioneros de los esquemas de reproducción de Marx, Rosa Luxemburgo lo contrasta con la realidad concreta de la economía capitalista, para comprobar su validez. El hecho de que los capitalistas individuales produzcan de forma independiente, sin ningún plan previo, haría imposible el equilibrio entre sectores, dada la falta de cualquier mecanismo capaz de guiar la producción para satisfacer las demandas de la reproducción. Esto la lleva a cuestionar el significado real de una formulación que presupone que todas las necesidades de consumo y reproducción son cubiertas por el producto social total y que la circulación se desarrolla sin obstáculos.
Un modelo así sería factible en una economía planificada, pero de ninguna manera bajo un modo de producción capitalista, cuyo funcionamiento está marcado por fluctuaciones en los precios y las tasas de ganancia, migración de capital entre diferentes ramas de producción, movimientos cíclicos que alternan entre expansión y crisis. , frustraría la ocurrencia de las proporcionalidades necesarias para la reproducción.
Rosa Luxemburgo identifica, en la construcción marxista, una abstracción teórica que, al provenir de una sociedad puramente capitalista, restringida a trabajadores y capitalistas, no logra encontrar una solución real al problema de la reproducción. La posibilidad de que los capitalistas consuman todo el excedente producido no tendría sentido, ya que la base de la acumulación sería precisamente la abstención de consumir para acumular. La idea de que se creen nuevos medios de consumo para sustentar a un mayor número de trabajadores también sería absurda según la lógica de la producción capitalista.
La conclusión que se extrae de esto es que la producción capitalista presupone un espacio no capitalista como garantía de su reproducción. La realización del excedente dependería de una demanda externa a las relaciones capitalistas, que es la única manera de asegurar la reproducción social. Así, los esquemas de reproducción, al asegurar la posibilidad de una reproducción social continua, no encontrarían adhesión en la realidad y serían fórmulas aritméticas construidas arbitrariamente y, por lo tanto, deberían ser descartadas.
Al abordar las posiciones del revolucionario polaco, Roman Rosdolsky atribuye sus conclusiones a la falta de distinción con la que trata la categoría “capital en general” y capital como una realidad histórica, así como al desprecio de los aspectos metodológicos de Marx, como el movimiento que se eleva desde el nivel más alto de abstracción para revelar progresivamente formas de mayor concreción. “Según Marx, para investigar las leyes en las que se basa el modo de producción capitalista, primero hay que buscar el devenir del capital –es decir, sus procesos tanto de producción como de circulación y reproducción– en condiciones ideales, tales como “tipo general”. ”. Para lograrlo, era necesario prescindir de todas las “formaciones más concretas” del capital, incluida la existencia de agentes no capitalistas”.[Xii]
Es, en términos de Marx, "el proceso de reproducción en su forma fundamental -libre de todas las circunstancias menores que lo oscurecen- para liberarnos de esos falsos subterfugios que proporcionan la apariencia de una explicación "científica" cuando el proceso de reproducción social la reproducción, en su complicada forma concreta, se transforma inmediatamente en un objeto de análisis”.[Xiii] Así, según Rosdolsky, Rosa Luxemgurg habría identificado la perspectiva del capital individual con un proceso de abstracción (y habría considerado la abstracción como un distanciamiento de la realidad) y el capital social total con la realidad fáctica concreta.
4.
En el método expositivo de Marx las categorías se presentan gradualmente, construyéndose a partir de sus determinaciones más simples, para avanzar hacia configuraciones más complejas. Las definiciones presentadas son siempre de carácter provisional, las categorías están siempre en movimiento, capaces de recibir nuevas determinaciones y sólo se revelan en su plenitud cuando el capital se reconstituye como totalidad, a partir de la unidad entre producción y circulación.
La necesidad de abordar la reproducción en abstracto antes de entrar en el campo de la pluralidad de capitales surge de demandas lógicas de la dinámica del capital mismo; Así, los esquemas de reproducción no serían una construcción arbitraria, sino que resultarían de la exigencia teórica de “describir el proceso de circulación o de producción antes de haber descrito el capital terminado –capital y ganancia–, ya que debemos explicar no sólo cómo produce el capital, sino también cómo produce el capital. cómo se produce. El movimiento real parte del capital existente (= 'terminado'); es decir, el movimiento real que se produce sobre la base de la producción capitalista desarrollada comienza por sí mismo, se presupone a sí mismo. (…) Cuando avancemos en su análisis, debemos, por un lado, desarrollar nuevas determinaciones de este conflicto, y, por el otro, demostrar que sus formas más abstractas son recurrentes y están contenidas en las más concretas”.[Xiv]
Respecto a la crítica de Rosa Luxemburgo al tratamiento que da Marx a un modelo restringido exclusivamente a trabajadores y capitalistas, Rosdolsky responde de manera concluyente: “Rosa Luxemburgo malinterpretó el papel desempeñado, en la obra de Marx, por el modelo de una sociedad puramente capitalista. No entendía que se trataba simplemente de un principio heurístico, útil para ayudar a mostrar las tendencias evolutivas del modo de producción capitalista, libre de cualquier circunstancia accesoria perturbadora. (…) Si incluso bajo las premisas más severas –es decir, dentro de un modelo abstracto de sociedad puramente capitalista– es posible realizar plusvalía y acumular capital (dentro de ciertos límites), entonces no hay necesidad teórica de buscar factores externos. factores, existencia de “terceros”, intervención del Estado, etc. En este sentido, el modelo abstracto de Marx resistió la prueba”.[Xv]
No se trata, por tanto, de una ficción teórica desprovista de existencia real, sino del reflejo teórico de “un proceso que efectivamente vive el capital social, que lo constituye en su carácter social”.[Xvi] Aunque estemos ante un equilibrio provisional, eso no lo hace menos real. La búsqueda de la proporcionalidad no es un artificio creado por Marx, corresponde al propio movimiento del capital, constituido como sujeto, en su intento de articular las proporciones entre sectores para garantizarse las condiciones para su reproducción. La proporción correcta de valores a distribuir entre sectores es la medida que el capital determina por sí mismo, como garantía de su reproducción. “Sin embargo, en esta misma subjetividad también hay elementos que impiden la implementación de sus tendencias inmanentes a dominar irrestrictamente la realidad – en el caso que ahora consideramos, la definición de las medidas apropiadas para su reproducción creciente y constante. Estas dificultades constituyen un nuevo tipo de crisis o, mejor dicho, una comprensión más compleja y rica del fenómeno de las crisis”.[Xvii]
Rosa Luxemburgo buscó enmarcar la dinámica económica fáctica en un modelo de gran abstracción, sin considerar las mediaciones necesarias para la transición de los esquemas a la realidad concreta de la reproducción social. Su crítica sería válida si la reproducción capitalista encontrara su modelo acabado en los esquemas, como se ve en Marco económico de Quesnay. Sin embargo, en Marx no representan la totalidad de la dinámica reproductiva del capital, sino sólo un momento del movimiento real del capital.
Su construcción corresponde al intento de demostrar el fundamento material de la expansión del capital, lo que los restringe a momentos específicos de la dinámica capitalista, sin reflejar su totalidad. Si, por un lado, Marx toma de Quesnay la noción de la dinámica del capital como un ciclo reproductivo continuo, por el otro, su modelo adquiere un estatus teórico radicalmente diferente. Lo que Marx pretende demostrar es qué condiciones contribuyen a que se produzca el equilibrio necesario para la reproducción, y no investigar las posibilidades de que la reproducción se extienda continuamente. Lo que está en cuestión es el fundamento material del equilibrio de la reproducción y no su validez ininterrumpida.
Es una demostración de las condiciones bajo las cuales puede ocurrir la reproducción, una posibilidad condicionada por la ocurrencia de proporcionalidades contenidas en los ejemplos aritméticos y no una ley de equilibrio capitalista y acumulación permanente. La cuestión que sigue subyaciendo a todos los argumentos marxistas es la posibilidad de que el esquema se descomponga, de que el flujo de intercambios entre sectores no encuentre su equilibrio. Por tanto, los esquemas de reproducción no corresponden al movimiento real del capital en su totalidad, sino al momento específico de su expansión, y revelan las bases que aseguran su equilibrio momentáneo.
Como dijimos, no podemos considerar la exposición que hace Marx en el último apartado del Libro II de La capital como espejo de la realidad capitalista. Tampoco podemos atribuirle un estatus ficticio, como mero recurso teórico sin ningún apego a la realidad. A lo largo de su obra, Marx nos demuestra las dificultades que enfrenta el capital en su búsqueda del equilibrio, lo que no significa que ese equilibrio nunca se alcanzará, sino que, en condiciones de producción capitalistas, sólo puede ocurrir de manera provisional, en un estado frágil. forma. “En este modo de producción, el desarrollo proporcional de los sectores productivos y el equilibrio entre producción y consumo sólo pueden darse cuando están sujetos a dificultades y perturbaciones permanentes. El estado de equilibrio debe alcanzarse en breves períodos, de lo contrario el sistema capitalista no podría funcionar. En este sentido, los esquemas de reproducción de Marx no son una mera abstracción. Muestran un aspecto de la realidad económica, incluso si la proporcionalidad de los sectores productivos, presupuesta en estos esquemas, sólo puede ser temporal y resulta de una “desproporcionalidad, un proceso permanente”.[Xviii]
Los esquemas, por tanto, deben leerse como un fragmento de la realidad capitalista, un breve momento en el que la revolución constante de la base técnico-material de producción se interrumpe y ésta se mantiene estable, asegurando el equilibrio en el intercambio entre ambos departamentos. En este sentido, corresponden a un aspecto parcial de la obra de Marx, cuya comprensión sólo es posible desde la totalidad.
*Rafael Robles Godoi Licenciada en Ciencias Sociales por la USP.
Referencias
GRESPAN, J. Lo negativo del capital. São Paulo: Expresión Popular, 2012.
Luxemburgo, R. La acumulación de capital. Río de Janeiro: Zahar Editores, 1970.
MARX, K. Teorías de la plusvalía, volumen I. 2da ed. São Paulo: Bertrand Brasil, 1987.
MARX, K. Grundrisse: Manuscritos económicos de 1857-1858. São Paulo: Boitempo, 2011.
MARX, K. Capital: crítica de la economía política. Volumen 2. São Paulo: Boitempo, 2014.
NAPOLEÓN, C. Smith, Ricardo, Marx. Río de Janeiro: Edições Graal, 1985.
QUESNAY, F. Marco económico. Lisboa: Fundación Calouste Gulbenkian, 1985.
ROSDOLSKY, R. Génesis y estructura de El Capital de Karl Marx. Río de Janeiro: Eduerj/Contraponto, 2001.
Rubin, I. historia del pensamiento economico. Río de Janeiro: Editora UFRJ, 2014.
Notas
[i] “Quesnay hizo un valiente intento de descubrir el mecanismo de reproducción capitalista en su conjunto, un intento que le da derecho a ser llamado el padre de la economía política contemporánea. En su teoría de la reproducción, Quesnay estaba muy adelantado a su tiempo. Incluso los economistas clásicos demostraron ser incapaces de captar este logro teórico; sólo Marx lo desarrollaría más”. Rubin, op. cit., pág. 448
[ii] Ibidem, p. 187.
[iii] Marx, 1987, pág. 294.
[iv] Rubin, op. cit., pág. 175.
[V] Marx, 187, pág. 327.
[VI] “En términos estrictos, el concepto de excedente surge de la fisiocracia: los desarrollos sucesivos, que tuvieron lugar con la escuela clásica –especialmente con Smith–, tomarán como punto de partida la teoría fisiocrática”. Napoleón, op. cit., pág. 28.
[Vii] Marx, 1987, pág. 26.
[Viii] Ibidem, p. 25
[Ex] Ibidem, p. 25.
[X] “El movimiento del capital social consiste en la totalidad de los movimientos de sus fracciones autónomas, de las rotaciones de los capitales individuales”. Marx, 2014, pág. 449.
[Xi] Grespan, op. cit., pág. 152.
[Xii] Rosdolsky, op. cit., pág. 71
[Xiii] Marx, 2014, pág. 562.
[Xiv] Marx apud Rosdolsky, op. cit., pág. 73.
[Xv] Rosdolsky, op. cit., pág. 409.
[Xvi] Grespan, op. cit., pág. 160.
[Xvii] Ibidem, p. 160.
[Xviii] Rosdolsky, op. cit., pág. 412
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