Sobre el paso de Marx al comunismo

Cuba Colectiva, 1967, Óleo sobre lienzo
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por RAFAEL PADIAL*

Introducción del autor al libro recién publicado

“El lector encuentra en este libro mucho más que un comentario técnico sobre la producción juvenil de Karl Marx. De una detallada reconstrucción histórica del debate intelectual en el que estuvo involucrado Marx, destacan tres momentos de la trayectoria de Marx hasta su acceso, en 1845, al comunismo. El hilo conductor de esta división, la adhesión a ciertos programas políticos, pone en primer plano las controversias de Marx con Bruno Bauer, Moses Heß y Max Stirner, generalmente oscurecidas por el énfasis en su relación con Hegel y Feuerbach. En un registro que no omite las ambigüedades y contradicciones de este recorrido, se ensaya una lectura original y no dogmática de la obra de Marx”
(Ricardo Mussé).

1.

El propósito inicial de la mayoría de los siguientes capítulos fue servir como un mero comentario auxiliar a la lectura de las obras producidas por Karl Marx entre 1841 y 1846. Nuestra idea era simplemente proporcionar materiales complementarios/didácticos para acompañar a los originales. En realidad, pretendíamos repasar un poco rápidamente la producción “juvenil” del autor, intentando abordar también cuestiones de otros períodos de su vida. Consideramos que los análisis sobre este período de la producción de Marx, a pesar de las divergencias, estaban bien consolidados.

Sin embargo, en el proceso de preparación de estos comentarios de lectura auxiliares, algunos resultantes de textos preparados o de clases impartidas en años anteriores, quedó claro que había lagunas en nuestro enfoque y en la mayoría de los actuales. También nos parece hoy que mucho de lo que se encuentra en portugués sobre el tema adolece del mal de la superficialidad. Teniendo esto en cuenta, este libro se justifica por el intento –no necesariamente exitoso– de arrojar luz sobre aspectos posiblemente oscurecidos de la compleja transición de Marx al comunismo.

En nuestra opinión, en la literatura en lengua portuguesa sobre la producción de la juventud de Marx, se repite lo que ya se ha repetido. La reproducibilidad característica de los manuales ha creado una especie de autómata que en cierta medida dificulta la reflexión. El grado de detalle está casi siempre al nivel de la traducción de lo que ya aparece, desde hace décadas, en las introducciones y notas a pie de página de colecciones en lenguas extranjeras más o menos reconocidas (como el alemán Obra de Marx-Engels, MEW, pero especialmente los ingleses Obras completas de Marx y Engels, MECW). En última instancia, esas introducciones y notas se redactaron bajo las órdenes de un Moscú deteriorado durante mucho tiempo (por decir lo menos) por el dogmatismo.

En la mayoría de los análisis, Marx se presenta como un genio infalible; la atención se centra únicamente en la producción del autor, como si sus obras cayesen del cielo.[i] Nada o prácticamente nada se dice sobre el debate intelectual en el que efectivamente estuvo inserto. ¿Qué defendieron realmente los interlocutores de Marx en ese momento? Se da un tratamiento relativo –sin tener en cuenta, por supuesto, la producción de Hegel– al “problema” de Ludwig Feuerbach. Sin embargo, otras figuras importantes para el desarrollo de Marx, como Bruno Bauer, Moses Heß y Max Stirner –por no mencionar otras, secundarias pero no insignificantes– son generalmente eliminadas en un solo párrafo de comentario (si no en meros adjetivos compuestos). En la mayoría de los casos, no son más que nombres.

De hecho, como se supone que nadie intervendrá en las producciones de tales temas, dicha literatura se considera tierra de nadie y se producen graves errores en el contenido, las fechas, la biografía, etc. En nuestra opinión, esto no produce una presentación viva – con el color necesario – del objeto (Marx). Nuestra investigación cambió de forma cuando descubrimos este problema. Nos enfrentamos al hecho de que el debate intelectual de Marx (y Engels) con los autores de su época merecía un tratamiento un poco más rico y detallado. Entramos en esto sin saber exactamente hacia dónde nos llevarían.

En este sentido, podemos decir que llegamos a algunos resultados que nos sorprendieron. Marx –por muy brillante que sea– no es infalible. A veces, como veremos, es el mero estudiante y la parodia. Obras consideradas “célebres” de su producción teórica juvenil pueden tener sus imágenes, expresiones lingüísticas e incluso concepciones generales referidas a las de otros interlocutores de la época, que se expresaron anterior y originalmente. Marx es también alguien que hace autocríticas vergonzosas o que cambia de posición fingiendo no hacerlo.

Al arrojar luz sobre estas cuestiones, no queremos de ninguna manera desmerecer a nuestro autor. Al contrario, queremos valorarlo, presentándolo lo más posible como un sujeto vivo y contradictorio. Si se quiere adoptar una postura intelectual no dogmática hacia el mundo, hay que empezar por comprender a los creadores del llamado “marxismo” de una manera no dogmática.

Vale la pena hacer dos reservas: (i) esta no es una obra biográfica. Aquí y allá luchamos con el deseo oculto de producir algo como esto. Es cierto que tuvimos que basarnos en –y presentar con bastante frecuencia– datos biográficos sobre Marx y sus compañeros. Sin embargo, nuestro objetivo principal siempre fue la presentación de comentarios sobre las letras de Marx. Por tanto, es comprensible que el lector en ocasiones se queje de la falta de desarrollo de elementos biográficos.

(ii) Esta no es una obra dialéctica. Dado el tamaño y la naturaleza técnica de este libro, es aceptable que los capítulos aquí presentados se lean de forma aislada, junto sólo con las obras de Marx a las que se refieren. Sin embargo, el grado de particularidad al que nos vimos obligados a alcanzar en determinados momentos también indica la necesidad de leer el texto en su conjunto. No es raro que tiramos del final de un hilo cuyo final se encuentra en un capítulo mucho anterior.

2.

Ciertamente no es aconsejable anticipar los resultados. El propio Marx abandonó la “introducción” que pretendía para su obra de crítica de la economía política, a finales de la década de 1850, ya que avanzaba mucho de lo que debería resultar de la exposición. Sin embargo, como no pretendemos realizar un trabajo dialéctico, y como este texto ha sido más largo de lo debido y ha adquirido un carácter técnico, creemos que vale la pena adelantar elementos de lo que está por venir. De esta forma el lector podrá posicionarse y utilizar lo que se le presente como mejor le convenga.

Este libro se divide en tres partes, referidas a lo que, a nuestro juicio, son tres momentos en la trayectoria de Marx hasta su adhesión al comunismo. A pesar de existir literatura contraria a la subdivisión de la obra del autor en períodos, creemos que la periodización no sólo es necesaria con fines didácticos sino que también corresponde a la realidad.[ii] Cada una de estas fases, desde nuestro punto de vista, expresa su propio programa político.

Borrar la periodización no sólo sería contraproducente, sino también ideológico. Para nosotros, estas fases son, a grandes rasgos, la que va de las posiciones liberales a la defensa de una democracia burguesa radical (abarcando la producción de Marx desde 1841 hasta finales de 1843); el “verdadero socialista”, pequeñoburgués (que abarca su producción desde principios de 1844 hasta la primera mitad de 1845); y el propiamente comunista, que comenzó en la segunda mitad de 1845 (o a principios de 1846).

Evidentemente, hay matices, gradaciones, puntos de cruce donde se cruzan huellas de fases contiguas. Y, no menos evidente, el pensamiento de Marx se desarrolló significativamente, en diferentes direcciones, con importantes correcciones, después de 1846. Sin embargo, creemos que fue a partir de ahí que el autor obtuvo cierta “pauta” para futuras investigaciones.

La propuesta de una fase “verdadera socialista” es quizás un elemento relativamente nuevo que presentamos (al menos en la literatura en lengua portuguesa). Como intentaremos demostrar, el feuerbachianismo llevó a Marx desde el democratismo radical de 1843 al llamado “verdadero socialismo” (una corriente política teóricamente dirigida por Moses Heß) en 1844.

Las descripciones habituales del desarrollo intelectual de Marx –cuando hay en ellas cierta periodización– admiten la existencia de una fase democrático-radical (a veces caracterizada como “liberal”); sin embargo, sostienen que de allí el autor habría pasado directamente –o con un interregno filosófico feuerbachiano, no propiamente deducido como corriente política– al “comunismo”. En general, para tales descripciones, la transición del autor (con Engels) al comunismo quedaría registrada en la obra. la sagrada familia, de finales de 1844.

En nuestra opinión, esto no se corresponde con la realidad. Como atestiguan los textos de los interlocutores de la época, Marx y Engels fueron considerados, hasta mediados de 1845, discípulos de Feuerbach, o, particularmente, de Heß (quien derivó concepciones socialistas de la filosofía llamada “materialista” de Feuerbach). Esto nos obligó a hacer un análisis más detenido de la obra de Heß. Como intentaremos demostrar, Marx, en 1844, no era comunista, sino “socialista”. A pesar de la confluencia entre estos dos términos (también común hoy en día), en su momento ya existía una diferenciación,[iii] y, en 1844, nuestro autor es suficientemente claro –cuando hace falta– sobre su preferencia por el término “socialismo”. Nuestro análisis pone de relieve, a este respecto, el Cuadernos de París.

Desde nuestro punto de vista, sólo deduciendo la pertenencia de Marx (y Engels) a la corriente política del “verdadero socialismo” se puede comprender correctamente el significado de sus propios textos críticos con esta corriente desde 1846 en adelante.

En realidad, si Marx y Engels hubieran detenido sus producciones teóricas y políticas a finales de 1844, no habrían desempeñado un papel destacado en la historia del socialismo o del comunismo internacional. A lo sumo, el llamado marxismo sería “hesianismo” (es decir, no existiría); el estudio de las obras de Marx y Engels sería una actividad de especialistas; su producción sería una curiosidad secundaria dentro del capítulo histórico referente al intrigante socialismo alemán del siglo XIX. Vormärz (período anterior a la revolución de marzo de 1848 en Alemania). En resumen: en 1844, Marx recién inició el proceso de ruptura teórica y política con su clase de origen, que conceptualmente no se completó hasta fines de 1845 o principios de 1846.

No es originalidad decir que la producción teórica de Max Stirner a finales de 1844 -en particular su libro Lo Único y su Propiedad – Fue fundamental para que Marx y Engels se alejaran del feuerbachianismo (y su corriente socialista, el “verdadero socialismo”). No es original, pero el tema es prácticamente desconocido en la literatura en lengua portuguesa. La costumbre de leer únicamente el apartado “I. Feuerbach”, del llamado ideología alemana, llevó a la ignorancia sobre el papel central del diálogo de Marx y Engels con Stirner.

No se nota que la mayor parte de la llamada ideología alemana está en contra de Max Stirner (como atestiguó la propia esposa de Marx, Jenny von Westphalen). La verdad es que en un intento de contrarrestar la devastadora crítica de Max Stirner al feuerbachianismo, Marx y Engels propusieron concepciones absolutamente nuevas, teóricamente ajenas a las anteriores. A partir de esta situación, el “materialismo” feuerbachiano pasó a ser considerado por ellos como idealismo e ideología (así como la mayor parte de sus propias concepciones previas y la corriente política de la que de hecho formaban parte). En las próximas páginas, además del análisis detallado de la obra de Max Stirner, destacaremos momentos de autocrítica –no siempre expresamente registrados– por parte de Marx y Engels.

Si no es original resaltar el diálogo de los autores con Max Stirner – considerando lo que está disponible en lenguas extranjeras –, creemos que nos alegró demostrar cómo prácticamente todos los conceptos fundamentales de la nueva “concepción de la historia” [Geschichtsauffassung] de Marx y Engels apareció por primera vez en el extracto de la convocatoria ideología alemana dedicado al autor de El único. Demostrar esto es relativamente complejo; nos obligó a reconstruir el proceso cronológico de redacción de la convocatoria misma ideología alemana (para lo cual confiamos en otros estudiosos).

Sin embargo, una vez cumplida la tarea, quedó clara la dimensión fundamental del diálogo de Marx y Engels con Max Stirner. Y más: dado que ésta es la antípoda por excelencia del sustancialismo feuerbachiano en el joven hegelianismo, está claro que su depreciación –por parte de los estudiosos del desarrollo teórico y político de Marx– es parte de la devaluación de la ruptura de nuestro autor con Feuerbach.

En resumen: el maltrato que actualmente se le da a la obra de Max Stirner, no consistente con lo que hicieron los propios Marx y Engels, es parte de la confusión que se extiende sobre su distanciamiento de la corriente política feuerbachiana de la que formaban parte. Tal confusión distorsiona el proceso de transición de Marx (y Engels) al comunismo. Buscaremos demostrar, a lo largo del libro, que esta confusión tiene –como todo, claro– fines políticos.

En conclusión, buscamos comparar nuestro largo análisis con el señalado por el propio Marx en su breve autobiografía intelectual de 1859. Además, intentaremos desacreditar algunas interpretaciones actuales de este texto. En nuestra opinión, de la comparación se desprende que esta larga exposición se acerca a la literalidad expresada por el autor estudiado.

En el addendum, aunque sin el necesario detalle y quizás el necesario grado de rigor, hacemos una breve nota sobre cómo, más o menos después de la muerte de nuestro autor, el “marxismo” en su fundación hizo retroceder ciertas concepciones filosóficas a posiciones expresadas por Marx y Engels a finales de 1844.

rafael padial Tiene un doctorado en filosofía por la Unicamp..

referencia


Rafael A. Padial. Sobre el paso de Marx al comunismo. São Paulo, Editora Alameda, 2024, 630 páginas. [https://amzn.to/3UJqyHi]

El lanzamiento en São Paulo será hoy, 14 de abril, a las 14:30, con un debate de autor con Lincoln Secco y Ricardo Musse, mediado por Lucas Estevez.

Ubicación: sala 24 del Edificio de Filosofía y Ciencias Sociales de la USP (Avenida Profesor Luciano Gualberto, 315).

Notas


[i] Recientemente apareció en Brasil una excepción encomiable: la biografía de Marx de HEINRICH, M., Karl Marx y el nacimiento de la sociedad moderna. São Paulo: Boitempo, 2018. Hasta la fecha sólo se ha publicado su primer volumen (incluso en el original alemán), pero se puede notar en él la apreciación de los interlocutores de Marx a un nivel superior al habitual.

[ii] Por tanto, obviamente, no pretendemos que nuestra propuesta de periodización se corresponda con la realidad; sólo que es necesaria una periodización ya que está acorde con la realidad.

[iii] Como atestiguan las obras de Lorenz von Stein y Moses Heß, que comentaremos.


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