por SERGIO AMADEU DA SILVEIRA*
Necesitamos aprender de los pueblos indígenas para proteger nuestros datos
¿Qué podemos aprender de la lucha de los pueblos indígenas por la soberanía de los datos? Ciertamente mucho. La primera lección es que la resistencia de los pueblos originarios en diversos territorios alrededor del mundo incluye desde hace mucho tiempo la defensa de los datos de sus tierras, su cultura y su población como una práctica fundamental para la defensa de su existencia y su forma de vida. La segunda lección es una advertencia de que los datos tomados de un pueblo pueden usarse para subyugarlo y explotarlo, para encontrar sus puntos débiles y romper su resistencia.
“Gida” es una palabra vasca y significa guía. En julio de 2019 se celebró en el País Vasco, en la ciudad de Oñati, un taller para debatir sobre los derechos de los pueblos indígenas. Una de las resoluciones de esta reunión fue la constitución de GIDA, el Alianza Mundial de Datos Indígenas, que puede traducirse al portugués como Alianza Global de Datos Indígenas. Siete naciones indígenas estuvieron presentes y consideraron necesaria la coordinación internacional para difundir leyes, reglamentos y estándares colectivos en materia de protección y soberanía de datos. La articulación constituye una guía para la protección y gobernanza de los datos de los pueblos indígenas, ya que las leyes occidentales de protección de datos se centran en el individuo.
Uno de los pueblos indígenas que componen GIDA son los maoríes, que viven en la actual Nueva Zelanda. Para ellos, los datos son un recurso valioso que “una vez que se pierde el control sobre ellos, es difícil recuperarlos”.[i] Los datos recopilados por tu gente, sobre tu gente y sobre los entornos en los que viven son taonga, una palabra maorí que puede entenderse como propiedad colectiva. Los maoríes tienen una red de defensa de la soberanía de los datos. La red denominada Te Mana Raraunga reúne a investigadores maoríes y uno de sus lemas es “Nuestros datos, nuestra soberanía, nuestro futuro”.
La lucha por la soberanía de los datos indígenas no es nueva. En un libro publicado en 1999, Metodologías descolonizadoras: investigación y pueblos indígenas, la investigadora indígena Linda Tuhiwai Smith escribió una crítica a la forma colonialista de investigar y extraer información de las poblaciones indígenas. En la primera parte del libro, Tuhiwai Smith presenta la historia de la investigación imperialista, positivista y colonial sobre las poblaciones indígenas. El segundo muestra la nueva agenda de la investigación indígena para superar la cultura colonial. El autor maorí, al inicio del texto, advierte que el término indígena es una generalización difícil que abarca innumerables realidades, culturas y organizaciones diferentes que no pueden reducirse a estadísticas occidentales.
El libro de Tuhiwai Smith tuvo buena repercusión y, aunque no contenía en sus páginas la expresión soberanía de datos, sentó las bases para criticar cómo la información cuantificada, los datos, pueden discriminar, distorsionar, caracterizar erróneamente la cultura y la cosmovisión de las personas. También cuestionó si un investigador no indígena tendría derecho a extraer datos de un pueblo sin consultarlo y sin decir los objetivos y propósitos de la investigación. Esta crítica de los investigadores indígenas a la supremacía epistemológica del neocolonialismo abrió el camino a soluciones para enfrentar y superar el problema. “Cuando se trabaja para descolonizar los datos en los tiempos modernos, el lugar para comenzar es la soberanía de los datos indígenas” (ROBERTS; MONTOYA, 2022).
Las articulaciones entre líderes e investigadores indígenas avanzaron en la primera década del siglo XXI y generaron innumerables encuentros y la formación de un pensamiento por la soberanía de los datos indígenas. El libro Soberanía de datos indígenas: hacia una agenda, editado por Tahu Kukutai y John Taylor, publicado en 2016, reúne reflexiones, casos y propuestas sobre la soberanía de los datos indígenas. Al reunir capítulos sobre pueblos indígenas de Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos, conocidos por el acrónimo CANZUS, ilustra el derecho de los pueblos indígenas a controlar y gestionar datos sobre sus territorios y sus vidas.
A principios del siglo XXI, los datos adquirieron el estatus de insumo fundamental para la economía digital y tecnologías fundamentales, como la llamada Inteligencia Artificial. La creación de dispositivos de recopilación de datos ha sido una actividad económica permanente cada vez más realizada por diversas empresas e instituciones, que van desde Big Techs hasta pequeños creadores de aplicaciones. El modelo de negocio basado en ofrecer interfaces digitales y servicios gratuitos ha tenido éxito y ha generado oligopolios digitales de billones de dólares, como los grupos Alphabet, Amazon, Meta, etc.
Así, las comunidades indígenas de CANZUS pronto se dieron cuenta de la importancia de la soberanía de los datos, incluso antes de que las sociedades occidentales tecnoeconómicamente pobres o de ingresos medios consideraran el problema y lo convirtieran en una demanda política. Curiosamente, la expresión de la soberanía de los datos apareció en Europa en la primera década del siglo XXI con la comprensión de que los avances tecnológicos estaban siendo impulsados y controlados por corporaciones norteamericanas y chinas. Sin embargo, la cuestión de los datos para los investigadores y activistas indígenas siguió la evolución de las tecnologías de la información en sus territorios, ya que su estatus como instrumento de poder era evidente.
En 2015, la Academia Australiana de Ciencias Sociales organizó un encuentro sobre Soberanía de Datos para los Pueblos Indígenas, que, entre otras ideas y propuestas, incluía la idea de formar un colectivo permanente para abordar el tema. En 2018, en Canberra, se creó el Colectivo Indígena de Soberanía de Datos Maiam nayri Wingara. Al describir su historia, Maiam nayri Wingara sostiene: “Los pueblos indígenas siempre han sido recolectores de datos y protectores. Los grupos indígenas de todo el mundo se han involucrado cada vez más en el espacio de datos en respuesta a prácticas históricas y para guiar buenas prácticas en el futuro. Esto incluyó el establecimiento de redes específicas para cada país, incluida la Red de Soberanía de Datos Indígenas de EE. UU. (USIDSN), para apoyar la soberanía de datos indígenas a través de investigaciones basadas en datos, promoción de políticas y educación. Te Mana Raraunga – Māori Data Sovereignty Network (…) con sede en Nueva Zelanda, sostiene que los datos recopilados sobre los pueblos indígenas deberían estar sujetos a las leyes de la nación de la que se recopilan, incluidas las naciones tribales”. (MAIAM NAYRI WINGARA, en línea)
Se formaron varias redes y colectivos para defender la soberanía de los datos de sus pueblos y naciones indígenas desde la primera década del siglo XXI. En general, trabajan sobre la soberanía de los datos como el derecho de los pueblos indígenas a ejercer control sobre los datos de sus pueblos en la creación, recopilación, acceso, análisis, interpretación, gestión, difusión y reutilización de esos datos. Algunos documentos utilizan el término propiedad de los datos en lugar de control de los datos. El Colectivo Maiam nayri Wingara considera que los 'datos indígenas' “se refieren a información o conocimiento, en cualquier formato o medio, que aborda y puede afectar a los pueblos indígenas, tanto colectiva como individualmente” (MAIAM NAYRI WINGARA, en línea).
El control soberano de los datos por parte de los pueblos, tribus y comunidades indígenas se considera crucial también porque las estadísticas son una simplificación del mundo complejo y, en general, han sido utilizadas para construir homogeneizaciones, clases y normas que excluyen el derecho a ser diferente, lo que sigue la lógica del Capital en busca de eficiencia y rankings dentro de un estándar cultural limitado, una visión del mundo. La soberanía de los datos indígenas es la consolidación de una demografía que encarna diferentes formas de estar en el mundo. El filósofo Yuk Hui afirmó que existen diferentes formas de pensar sobre el orden del cosmos y diferentes cosmologías habitan en nuestro planeta. Las tecnologías deben entenderse como portadoras de visiones del mundo, razón por la cual Yuk Hui utiliza el término cosmotecnia. Así, la creación de datos nunca es natural y, por tanto, es una expresión de visiones del mundo y la lleva a cabo la cosmotecnia.
La propuesta de soberanía de los datos indígenas va acompañada de una gobernanza de los datos indígenas que “se refiere al derecho de los pueblos indígenas a decidir de forma autónoma qué, cómo y por qué se recopilan, acceden y utilizan los datos indígenas”. GIDA propuso una división entre "datos para la gobernanza" y "gobernanza de datos". Los datos para la gobernanza tienen que ver con la capacidad de las comunidades indígenas de acceder y utilizar datos por sí mismas. La Gobernanza de Datos se refiere al ejercicio de administración de su recolección y uso. Un artículo publicado en la revista. Fronteras en métricas y análisis de investigación, en mayo de 2023, denominado “Los derechos de los pueblos indígenas en los datos: una contribución a la soberanía de la investigación indígena” detalla esta perspectiva:
Datos para la gobernanza
(i) Derecho a la autodeterminación: la capacidad de organizar y controlar datos en relación con una identidad colectiva. (ii) Derecho a presentar quejas: el derecho a presentar quejas, retener y preservar datos, etiquetas de datos y resultados de datos que reflejen las identidades, culturas y relaciones de los Pueblos Indígenas. (iii)
Derecho a poseer: capacidad de ejercer control jurisdiccional sobre las formas en que fluyen/se mueven/se consultan los datos. (iv) Derecho de uso: capacidad de las personas físicas y colectivas de utilizar los datos para sus propios fines. (v) Derecho al consentimiento: expresión de la autonomía digital y la capacidad de evaluar riesgos y aceptar daños potenciales. (vi) Derecho a negarse: derecho a decir “no” a determinados usos de los datos.
dato de governancia
(1) Derecho a gobernar: derecho a liderar y colaborar en el desarrollo e implementación de protocolos y decisiones de acceso a datos. (2) Derecho a definir: el derecho a definir formas de conocer y ser, incluyendo cómo se representan en los datos. (3) Derecho a la privacidad: la protección de las identidades e intereses colectivos contra atención indebida, incluyendo también la posibilidad de solicitar la omisión y/o supresión. (4) Derecho a saber: la capacidad de rastrear el almacenamiento, uso y reutilización de datos y quién tuvo acceso a ellos. (5) Derecho de asociación: reconocimiento del origen y condiciones de atribución. (6) Derecho a beneficiarse: la oportunidad de beneficiarse del uso de datos y de la distribución equitativa de los beneficios de los derivados de datos. (HUDSON, 2023, págs. 3-5).
Anuncio sobre la soberanía de datos indígenas
En el Comunicado sobre Soberanía de Datos Indígenas Cumbre sobre Soberanía de Datos Indígenas, el 20 de junio de 2018, en Canberra, se destacó enérgicamente que la gobernanza de datos indígenas requiere líderes, profesionales y miembros de comunidades indígenas que “tengan las habilidades y la infraestructura para defender y participar en todos los sectores y jurisdicciones”. . Las comunidades indígenas conservan el derecho de decidir qué conjuntos de datos requieren una gobernanza activa y conservan el derecho de no participar en procesos de datos incompatibles con los principios establecidos en este Comunicado” (MAIAM NAYRI WINGARA; INSTITUTO DE GOBERNANZA INDIGENA DE AUSTRALIA, 2018).
Otro punto relevante del Aviso es la advertencia de la necesidad de ejercer un control sobre el ecosistema de datos, ya que este no solo incluye la recolección, sino que puede tener una serie de fases y procedimientos desconocidos. La reutilización, la descontextualización y las agregaciones desinformadas terminan a menudo anulando el cuidado inicial puesto en la producción de datos. En este sentido, la advertencia del Informe El Mundo Indígena 2022 es claro e inequívoco:
Mi bisabuela escribió una vez un poema titulado "No confíes en el río". En él, habla de cómo un río "engañosamente tranquilo y brillantemente tranquilo" puede ocultar sus corrientes oscuras bajo una superficie aparentemente serena. Advierte que hay que "tener cuidado y observar cómo fluye, puede desbordarse y avanzar sin control". Como mujer indígena que trabaja en el campo de la soberanía de los datos, a veces siento como si estuviera siendo arrastrada por la corriente furiosa de un río de aspecto sereno. Ríos de información, desbordados, hundiéndome y escupiéndome hacia afuera, cada vez un poco más desaliñado, más desorientado, con un terreno menos sólido sobre el que ponerme de pie. (IWGIA, 2022, pág. 692)
Sin duda, las tradiciones, rituales, esculturas, cantos, cuidados de las plantas y otras prácticas siempre han constituido información y conocimientos que se transmiten de generación en generación desde los ancestros. Mientras los gobiernos no indígenas y las empresas capitalistas recopilan y procesan esta información convertida en datos, las comunidades indígenas experimentan un déficit de datos sistematizados. Los mayores no son consultados por investigadores no indígenas, ni se respetan sus interpretaciones y explicaciones, de ahí la reseña que hace Carla Wilson del libro. Metodologías de descolonización resalta en el epígrafe: “'investigación' es probablemente una de las palabras más sucias en el vocabulario del mundo indígena” (SMITH, 1999, p.1).
Aprendiendo de los pueblos originarios
Dra. Traci Morris, directora ejecutiva de Instituto de Política Indígena Americana presenta una ampliación de la propuesta de soberanía de datos indígena al agregar otras dimensiones tecnológicas que son esenciales en el escenario de la información global. Morris propone las siguientes definiciones: (a) Soberanía digital indígena es el término general que abarca tanto la soberanía de la red indígena como la soberanía de los datos indígenas. La soberanía digital indígena es tanto la información como el medio físico a través del cual se transfiere esa información, regida por las políticas y códigos de una comunidad que controlan los datos, la infraestructura y las redes.
(b) La soberanía de datos indígenas es un subconjunto de la soberanía digital indígena y los términos no deben confundirse. La soberanía de los datos se refiere a lo que fluye a través de la red; Son información intangible. La soberanía de los datos se refiere al control sobre los datos transmitidos en la red.
(c) La soberanía de la red es la infraestructura física. La soberanía de la red se refiere al acto de construir y desplegar redes, que es el proceso de implementación de políticas de autodeterminación tribal. (MORRIS, 2023, en línea)
Estas definiciones se articulan en la perspectiva de una mayor autonomía para los pueblos indígenas. La problematización que aportan se puede aplicar al escenario global de las culturas no indígenas. Debido a que conocen la violencia del colonialismo histórico, porque se resisten a las tecnologías de exterminio, los pueblos indígenas tienen una larga tradición de lucha para proteger su cultura, sus tradiciones, su tierra y su gente.
Las innumerables formas de resistencia y acciones estratégicas practicadas por sus mayores y líderes fueron unidas por investigadores indígenas que se mueven entre diferentes cosmovisiones y les permiten articular resistencias a las tecnologías digitales, a veces rechazándolas en ciertos contextos y formas, a veces incorporándolas y reconfigurandolas. Así, inmediatamente se dieron cuenta del potencial de los datos y del papel neocolonizador que pueden adquirir. La lucha por la soberanía de los datos indígenas es una lucha por defender la diversidad cultural, la tecnodiversidad, además de todos los demás aspectos económicos y políticos.
Las sociedades no indígenas, en un escenario de capitalismo digital y datificación intensa, deberían reflexionar sobre su futuro cada vez más tecnológico. Este análisis no debe rechazar la tecnología, sino buscar participar en su dirección. Más que eso, sería necesario romper con la idea positivista de neutralidad tecnocientífica para buscar incorporar su visión del mundo a las tecnologías. Es necesario superar esta idea imperialista y colonial de que sólo existe la tecnología norteamericana, por ser la única dotada de universalidad. Las tecnologías, incluidas las digitales, conllevan determinaciones y condicionamientos culturales. Al funcionar de cierta manera, imponen una forma de ser, un conjunto de sujeciones a lo que una cosmovisión considera pragmáticamente aceptable.
Cuando perdemos el control sobre nuestros datos, perdemos la posibilidad de organizarlos para generar nuevos inventos, para crear tecnología con nuestra forma de ver, con nuestras necesidades. Cuando las Big Tech concentran nuestros datos en sus estructuras, traen consigo los beneficios económicos que los datos pueden generar, además de reforzar la hegemonía epistémica y reducir las posibilidades de incorporar nuestras perspectivas y cosmovisión a las tecnologías computacionales.
*Sergio Amadeu de Silveira es profesor de la Universidad Federal del ABC. Autor, entre otros libros, de Colonialismo de datos: cómo opera la trinchera algorítmica en la guerra neoliberal (Autonomía literaria). Elhttps://amzn.to/3ZZjDfb]
Referencias
ALIANZA GLOBAL DE DATOS INDÍGENAS (GIDA): https://www.gida-global.org/
HUDSON, Maui y cols. Los derechos de los pueblos indígenas en los datos: una contribución a la soberanía de la investigación indígena. Fronteras en métricas y análisis de investigación, v. 8, pág. 1173805, 2023.
HUI, ¡puaj! La cosmotecnia como cosmopolítica. Fragmentar el futuro. Ensayos sobre tecnodiversidad, p. 41-64, 2020.
WGIA. El Mundo Indígena 2022. Editado por Dwayne Mamo. Abril de 2022.
KUKUTA, Tahu; Taylor, Juan. Soberanía de datos indígenas: hacia una agenda. Prensa ANU, 2016.
MAIAM NAYRI WINGARA (en línea): https://www.maiamnayriwingara.org/history
MAIAM NAYRI WINGARA; INSTITUTO AUSTRALIANO DE GOBERNANZA INDÍGENA. La soberanía de los datos indígenas se comunica. 2018. Enlace: https://static1.squarespace.com/static/5b3043afb40b9d20411f3512/t/63ed934fe861fa061ebb9202/1676514134724/Communique-Indigenous-Data-Sovereignty-Summit.pdf
MORRIS, Traci. Definición de soberanía digital. American Indian Policy Institute, 14 de julio de 2023. Enlace: https://aipi.asu.edu/blog/2023/07/indigenous-digital-sovereignty-defined
NACIONES UNIDAS. Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.
ROBERTS, Jennafer Shae; MONTOYA, Laura N. Descolonización, Ley Global de Datos y Soberanía de Datos Indígenas. Preimpresión de arXiv arXiv:2208.04700, 2022.
SMITH, LT (1999). Metodologías descolonizadoras: investigación y pueblos indígenas. Eric: 1999.
MANÁ RARAUNGA. https://www.temanararaunga.maori.nz/
WALTER, Maggie; SUINA, Michele. Datos indígenas, metodologías indígenas y soberanía de datos indígenas. Metodología, vol. 22, núm. 3, pág. 233-243, 2018.
Nota
[i] Esta frase se puede encontrar en el sitio web de Te Mana Raraunga, una red de investigadores maoríes: https://www.temanararaunga.maori.nz/patai#ImportantNow
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