Bajo el imperio de la pulsión de muerte

Clara Figueiredo, la dirección económica del gobierno avanza con paso firme, fotomontaje digital, 2020.
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por ANA LAURA PRATES; ANTONIO QUINETO; Ida Freitas; rodrigo pacheco; ROSANA MELO; VERA POLLO

Carta de la Escuela de Psicoanálisis de los Foros del Campo Lacaniano

Al responderle a Einstein por qué la guerra, Freud señaló que la guerra revela cómo el hombre es capaz de hacer del otro el objeto de su afán de destrucción, que es parte de cada uno de nosotros. Porque la guerra suspende las barreras civilizatorias que se oponen a la pulsión de muerte. En Brasil hoy, los pilares civilizatorio y democrático están siendo destruidos sistemática y programáticamente por la barbarie del gobierno de ultraderecha. Estamos bajo el imperio de la pulsión de muerte. Un gobierno de “ustraderecha” trae a la memoria, a diario, el oscuro homenaje del entonces diputado federal Jair Bolsonaro al torturador sádico Brilhante Ustra, cuando pronunció su voto a favor del juicio político a la presidenta Dilma Roussef, en 2016. vendría

Hoy estamos en guerra. No es que nos ataquen potencias externas, sino que el propio gobierno, con su necropolítica, está promoviendo el genocidio de nuestra población. La pandemia de COVID-19 ha puesto la muerte en el marco de nuestra vida cotidiana. Y el actual gobierno, lejos de ser incompetente para manejar la pandemia y la vacunación masiva, ha demostrado su deliberado propósito de exterminar a una parte importante de la población. Y esto con refinamientos de cinismo y el disfrute de la tiranía.

La situación de pandemia y la alta tasa de letalidad de la COVID-19 instalaron una guerra biológica en Brasil. Esta, de manera cruel y pérfida, ataca en varios frentes: ignora la prevención del contagio, atenta contra el aislamiento social, ridiculiza el uso de mascarillas, banaliza la enfermedad, publicita falsos medicamentos y alienta aglomeraciones. Y más: no brinda asistencia mínima y digna para que la gente se quede en casa, no otorga subsidios para aumentar la capacidad de asistencia médica; al contrario, incentiva los movimientos antivacunas, impide que los gobernadores compren vacunas, y otras tonterías. Promueve así el Estado de Terror, sometiéndonos no sólo al desamparo, sino también a la tortura al aire libre, que nos llena de miedo y pánico, melancolía y desesperación. La falta intencional de oxígeno, la asfixia programada y la muerte trivializada son tácticas de la necropolítica, cuya estrategia es el odio, la ignorancia y la destrucción. La ignorancia mortal se infunde gota a gota en los intersticios de la sociedad democrática, para que se ataque el conocimiento y se fomenten las Fake News, además de la oda a la violencia. Este tipo de guerra de hoy en la que se utiliza como arma el coronavirus, asociado a la liberación de armas de fuego a la población, prepara la guerra civil del mañana.

Este gobierno ataca a la Cosa Pública ya sus servidores. Programa la destrucción de políticas públicas conquistadas con tanta lucha, que mínimamente aseguraban algunos derechos y dignidad al ciudadano brasileño. Más aún: ataca a la ciencia, relega a la educación y la cultura a su peldaño más bajo, agota la mano de obra de los profesionales de la salud, destruye nuestras riquezas naturales, nuestros pueblos originarios, todo en nombre del capital. Y en beneficio de una minoría dominante, que sin vergüenza alguna utiliza sus privilegios de clase para abrazar el proyecto de gobierno genocida, supremacista y eugenésico. Pues la población que será más diezmada es la que menos posibilidades tiene de defenderse de los tiros, de los virus y de los venenos de los discursos mentirosos.

Psicoanalistas, sabemos que el sujeto individual es lo mismo que la lógica colectiva, y somos conscientes de la mortífera guerra biológica que nos asola. Para que exista una perspectiva de reconstrucción de vínculos, debe prevalecer la vida (Bios), ligada al amor (Eros) ya la Razón (Logos). Para ello, necesitamos recuperar el debate argumentativo y esclarecedor, así como la promoción del respeto por la diferencia y la unicidad dentro de un proyecto verdaderamente democrático, en el que el “uno a uno” pueda combinarse con la lógica colectiva.

Que el duelo que vivimos por la gravedad del momento no se convierta en melancolía, prevista por la tenebrosa programación de la instrumentalización de Tánatos. Que la obra del duelo se realice a partir de la experiencia histórica de quienes nos precedieron, para que podamos responder con un decidido deseo de reconstrucción y con la esperanza activa que nos guía. Que la ilustración a la que ha llegado el hombre, dividido por el Inconsciente freudiano, sea capaz de hacer justicia, con palabras y acciones, a la dignidad del ser humano que estamos tratando de alcanzar. Que estemos a la altura de la tarea que los tiempos nos han impuesto.

*Comité de Emergencias en el momento de la EPFCL-Brasil – Ana Laura Prates, Antonio Quinet, Ida Freitas, Rodrigo Pacheco, Rosane Melo, Vera Pollo

 

 

 

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