por MARTÍN MARTINELLI*
El sionismo es utilizado en América Latina como instrumento para intentar ejercer la dominación estadounidense y fragmentar una posible unidad latinoamericana.
Uno de los objetivos del binomio Israel y Estados Unidos es la influencia política, económica, mediática y cultural del sionismo en América Latina. El sionismo es utilizado en América Latina como instrumento para intentar ejercer la dominación estadounidense y fragmentar una posible unidad latinoamericana, una región que considera su “patio trasero”. El militarismo, los negocios y la ideología del sionismo han fortalecido las relaciones con los gobiernos de derecha en América Latina.
Actualmente, con el apoyo a los gobiernos de extrema derecha, pretenden impedir el aumento de la influencia de China, Rusia y los BRICS+ (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, este año Arabia Saudita, Irán, Egipto, Etiopía y el Los Emiratos Árabes Unidos se unieron a los Estados Árabes Unidos).
También hay casos de países con mayor soberanía o que rechazan más explícitamente estas influencias.
Sionismo, judeofobia e imperialismo
La “política de persecución” de Israel frente a la supuesta judeofobia, que existe, ha sido utilizada como arma para obstruir toda crítica a la política exterior israelí y a los palestinos. Por ejemplo, la declaración de la Alianza Internacional para la Memoria del Holocausto (IHRA) intenta equiparar las críticas al sionismo y su política exterior belicista con opiniones negativas del judaísmo.
Por esta razón, es necesario distinguir lo que serían posiciones antijudías de las posiciones antisionistas y antiisraelíes. La primera posición es racista, la segunda es anticolonial y la tercera sería algo parecido a una perspectiva antiamericana, en el sentido de que expresa un rechazo genérico al imperialismo liderado por esa potencia.
Como explica Michel Prior en su libro La Biblia y el colonialismo. Una crítica moral, desde su concepción a finales de la década de 1890, el sionismo coincidió en varios aspectos con los nacionalismos y colonialismos europeos del siglo XIX. Acompañó las acciones colonialistas e imperialistas del Reino Unido en relación con Medio Oriente (para evitar su unificación) y en detrimento del desarrollo de América Latina hasta mediados del siglo XX.
Desde los años 1970, Israel ha sido un país que podemos llamar coimperial, que actúa en línea con las prioridades geopolíticas del imperialismo norteamericano. Para ello colabora con la presión financiera y con las embajadas de Estados Unidos en América Latina.
El sionismo apoyó golpes de Estado, apoyó la imposición neoliberal y apoya el actual intento estadounidense de recuperarse del ascenso de otras potencias.
La injerencia del sionismo en las dictaduras latinoamericanas
Uno de los espacios a través de los cuales el militarismo del sionismo permea sus ideas es a través de los medios de comunicación. Varios medios de comunicación latinoamericanos representan un respaldo de extrema derecha a las políticas de Israel apoyadas por Estados Unidos, al mostrar noticias e imágenes sobre Medio Oriente fuera de contexto con la consecuente deshumanización de los palestinos, quienes actuarían sin discernimiento ni razones.
Otra es que, históricamente, Israel entrenó y vendió armas a fuerzas militares o estatales, como en las dictaduras de Paraguay (1954-1989), Guatemala (1963-1966 y 1982-1985), Chile (1973-1990) y Argentina (1976). - 1983), Ecuador (1976-1979), Nicaragua (1937-1979), El Salvador (1931-1979 y la guerra civil hasta 1992).
Además, acompañó esta política imperialista con imposiciones neoliberales en acción conjunta con Estados Unidos.
Esto fue investigado por Israel Shahak en el libro. El Estado de Israel armó las dictaduras de América Latina, en el que detalla el papel de Tel Aviv en las dictaduras latinoamericanas. Destaca cómo les suministró armas en los años 1970 y 1980, y cita a comentaristas europeos: “Estas personas (mujeres, niñas, monjas, sacerdotes) cayeron bajo las balas de la Uzi, de los Galil; "Esta aldea fue bombardeada por aviones Arava construidos por Israel".
También en el periódico El País de España, Julio Huasi en 1983 se refirió a una Cumbre en Nueva Delhi sobre la injerencia militar israelí en América Latina, donde afirmó: “La injerencia militar de Israel en América Latina, por acuerdo expreso con los Estados Unidos, fue condenada por el centenar de miembros de la Movimiento de Países No Alineados (Mnoal) […] Las ventas de armas y el entrenamiento brindado por asesores de Tel Aviv a regímenes militares en América Latina se estiman actualmente en alrededor de tres mil millones de dólares”.
Ideología y sionismo en la extrema derecha reciente en América Latina
El sionismo mantiene una estrecha relación con los gobiernos de extrema derecha y los establecidos mediante los llamados golpes suaves (o guerra legal) y persecución política.
Un ejemplo de ello son los casos Lava Jato en Brasil, vinculados al golpe de Estado contra Dilma Rousseff y la detención de Lula da Silva, o los casos abiertos contra Rafael Correa en Ecuador y contra Cristina Fernández de Kirchner en Argentina, Fernando Lugo. en Paraguay, o Pedro Castillo en Perú.
Los gobiernos de extrema derecha establecidos mediante estas maniobras políticas buscaron apoyo en Israel y Estados Unidos. El gobierno dictatorial de Jeanine Áñez en Bolivia (2019-2020) pidió contribuciones israelíes para “combatir el terrorismo de izquierda”.
De esta manera, la influencia del sionismo en América Latina se mantiene a través del militarismo. Israel continuó entrenando fuerzas represivas en la región, especialmente durante gobiernos más conservadores. Israel es el décimo mayor exportador mundial de armas –y de tecnología de espionaje como la aplicación Pegasus– y el noveno mayor importador.
Ideológicamente, esto se puede ver en la forma en que colaboró en el establecimiento del neoliberalismo, en sus estrechas relaciones con las dictaduras y los gobiernos de derecha que las continuaron. Los principales representantes, Jair Bolsonaro en Brasil y Javier Milei en Argentina, buscan distanciarse de la influencia china y rusa y aliarse con Estados Unidos e Israel.
El sionismo en América Latina es un elemento inseparable de la Doctrina Monroe de Estados Unidos. Es decir, intentar dominar “América (el continente) para los americanos (Americans)”, y considerar el centro y sur de este continente, de manera despectiva, su “patio trasero”.
Martín Martinelli Profesor del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Luján (Argentina).
Publicado originalmente en el portal TRT español.
la tierra es redonda hay gracias a nuestros lectores y seguidores.
Ayúdanos a mantener esta idea en marcha.
CONTRIBUIR