por DANIEL BRASIL*
Comentario al libro recientemente publicado de Edmar Monteiro Filho.
“La verdad lleva siete faldas. ¿Quién sabe qué hay debajo del último?
(Uricana, protagonista de la novela Siete faldas).
Precisamente a mediados del siglo XX, una película de Oriente transformó la visión occidental de la narrativa, provocando un enorme impacto. Rashomon (1950), de Akira Kurosawa, obtuvo el León de Oro en Venecia y el Óscar a la mejor película extranjera, entre otros galardones, al llevar a la pantalla una adaptación de dos cuentos de Akutagawa, el maestro japonés de la narrativa corta, que a su vez Se inspiró en una historia del siglo XII.
La influencia de Rashomon No fue sólo en el cine, sino también en la literatura. Escapando de la lógica cartesiana de la literatura policial, que tenía la obligación de revelar al final a un criminal, escritores de diversos géneros llevaban tiempo experimentando con narrativas poco convencionales, donde la forma de contarlo cobraba más importancia que una conclusión unidimensional. Obviamente la película no inventó el relativismo, pero cristalizó para millones de personas la percepción de que la verdad nunca es absoluta.
La nueva novela de Edmar Monteiro Filho, Siete faldas, se desarrolla en este universo ficticio. El autor, un cuentista galardonado, avanza con confianza a través de la larga narrativa (ya ha publicado otra novela, cinta azul, finalista del Premio de Literatura de São Paulo) y tiene la característica de investigar obsesivamente sus temas. Fue así en el volumen de historias. Atlas de lo imposible (Penalux, 2017), donde dialoga con la obra fantástica de MC Escher, desplegando y añadiendo significados a los grabados del genio holandés. O en el cuento de casi 40 páginas. Retrato de Rashmila, que se desarrolla en un Nepal meticulosamente descrito, publicado en su último libro, El acorde insensible de Dios (Original Naranja, 2022).
Em Siete faldas el autor hace un movimiento arriesgado: lleva la trama a los años 1930, en el interior de Brasil. Más precisamente, es una historia de bandidos, en medio del interior de Alagoas. Un tema que muchos consideran agotado, no precisamente en la literatura, sino en el cine nacional. Lampião, aunque no es un personaje de la novela, está presente en el diálogo y en la inspiración de la pandilla de Mariano, quien abre la narración secuestrando a una joven, Marianita, a quien pretende convertir en su esposa.
El personaje central es Uricana, integrante del grupo, compadre de Mariano. A veces narrador, a veces personaje, su historia se desarrolla de forma ingeniosa. Los informes y pesquisas policiales (¡con ortografía de la época!) revelan varias caras de un crimen, donde fueron asesinados Marianita y otro bandido, Santa Cruz. Existe un triángulo amoroso, pero puede ser cuadrangular. Hay bandidos que pueden ser héroes, rebelados contra un sistema injusto y corrupto que favorece a políticos y coroneles. Hay soldados valientes que pueden ser traidores. Hay mujeres fieles, que tal vez no lo sean…
Ubicar estas cuestiones universales en un territorio tan estéticamente delimitado es un desafío que Edmar Monteiro Filho hace muy bien. Recordemos que el autor es paulista, nacido en Amparo. En ningún momento parece que sea un “extranjero” el que habla, sino alguien que está naturalmente familiarizado con el universo abarcado. Consigue mantener las expectativas hasta el final y ofrece al lector una rica excursión al imaginario nororiental de ese período.
Por lo tanto tenemos un Rashomon Literatura brasileña, donde al placer de seguir las múltiples visiones de un crimen se suma la admiración de ver al autor mezclar sabiamente visiones oficiales e individuales de un hecho, con un lenguaje sabroso y coherente con la geografía y la historia. ¿Tiene un final? Por supuesto que lo hay. Pero depende del lector creerlo o no.
* Daniel Brasil es escritor, autor de la novela traje de reyes (Penalux), guionista y realizador de televisión, crítico musical y literario.
referencia

Edmar Monteiro Filho, Siete faldas. Cotia, Urutau, 2024, 152 páginas. [este enlace]
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