samba de macarrones

Imagen: Kartick Chandra Pyne
Whatsapp
Facebook
Twitter
Instagram
Telegram

por WALNICE NOGUEIRA GALVÃO*

Consideraciones sobre el género musical cómico.

 

1.

el gran autor de Álvaro disparando, Adoniran Barbosa, compuso con su gracia inimitable la más conocida de las macaroni sambas, La polilla, haciendo uso de una metáfora extendida en la primera estrofa:

Polillas cuando llega el frío

Sigue girando hacia la lámpara para calentarse

Ruedan, ruedan, ruedan, luego se sientan

En la placa de la lámpara

Descansar"

Luego, con el mayor descaro, descifra la metáfora y se revela como su sujeto:

“Yo soy la lámpara

Y los muié son las polillas…”

Otro en la misma línea es el marzo-rancho”Los colibríes mimoso”, por Hervê Cordovil y Osvaldo Moles:

“A la hora de la matiné cuando los mimosos colibríes

volatilizar, volatilizar

Veo a las lavanderas en las fincas poniendo ani

En las camisas, en las camisas

La canción continúa, trayendo otra información:

“Son las camisetas de serie

color de primavera

es la camisa brocchio

Dos Mimoso Colibrí”

Bello, simpático y jovial como estos, pero forzando mucho más la mano en la caricatura, es el samba “Oslávio Bisláquio”, cuya atribución de autoría se comenta:

Si tuviéramos una cresta dorada

De alas azul plateado

Lo ponemos en el stand

como el poeta

napoleón bonapalte

Oslávio Bisláquio

aviación inventada

Alas batidas, se elevaron hacia el cielo

Alrededor de la Torre Eiffel

Y continúa, divirtiéndose con atribuciones erróneas, pero a veces llevado por la rima, a veces por la homonimia o el juego de palabras:

Guilhelmo Malconi

inventó el teléfono

Y Paganini fue el más grande de trombón

Caxia era una gran batería.

pero en aviacion

Oslávio Bisláquio era el bueno”

Los macaroni samba, de los que tenemos pocos ejemplos, no prosperaron mucho. Mucho más difundido fue el texto escrito de la bastardia italiana, que hace pensar a mucha buena gente aún hoy que lo “italiano” son sólo macarrones. Gran error: solo busque en el diccionario. Todo lo que deforma el lenguaje con una finalidad lúdica, grotesca, burlesca, paródica o simplemente cómica es macaronítico.

El choque de la inmigración italiana se sintió con fuerza cuando fue más reciente, pero se fue atenuando a medida que se culturizaba, o se integraba al conjunto de la población, con la fecunda contribución que aportaba a todos los sectores. Y, si Braz fue su barrio baluarte, dejó de serlo hace mucho tiempo.

Esta fue la fase de la popularidad del personaje Juò Bananere, creación de alguien que nada tenía que ver con el italiano, Alexandre Marcondes Machado. Caricaturizado por Voltolino, comentaba noticias y hacía parodias muy divertidas de poemas clásicos, que todos se sabían de memoria porque lo aprendieron en la escuela. Hoy es objeto de más de una tesis doctoral, lo que ha contribuido no sólo a llamar la atención sobre su relevancia como testigo histórico perceptivo, sino también a recopilar piezas dispersas e inéditas que de otro modo se habrían perdido. Muchos de estos textos ya habían sido recogidos en el libro La divina increnca, mezcla de sátira con crítica social y política.

Dentro del Modernismo, los cuentos de Braz, Bexiga y BarraFunda, de otro Alcântara Machado, éste de nombre Antonio, se destaca como un experimento literario, que resultó exitoso. Registra algo que podría llamarse impropiamente el “dialecto italo-paulista”, ya muerto, que prevalecía en estos barrios, cuya concentración de Oriundi desde entonces se ha extendido a otros barrios.

 

2.

Si entendemos “macarrónico” en el sentido más amplio, podemos incluir dos composiciones que no están sólo en el lenguaje, sino sobre todo en la trama: Historia de Brasil e Samba criolla loca. Ambos llevan a cabo un proceso de carnavalización que se enfoca más en el significado, a diferencia de las composiciones de Adoniran Barbosa, que son macarónicas en el significante, cuando utilizan un lenguaje corrupto. Quien quiera profundizar en este tema puede confiar en la excelente tesis de Rachel Valença, Palabras de brillo: estudio lingüístico de samba-enredo. Allí, el investigador de la Casa de Rui Barbosa e integrante de la Velha Guarda do Império Serrano muestra la compatibilidad entre la letra ampulosa del samba-enredo y el centelleo de las vestiduras del desfile.

Los que examinamos hoy son delirantes, alucinatorios, anárquicos, incluso surrealistas. Cortejan la incongruencia definida por Lautréamont y apropiada por los poetas surrealistas: “Hermosa como el encuentro fortuito, sobre una mesa de disección, de una máquina de coser y un paraguas”.

Uno de ellos, por cierto no una samba sino una marchinha, lleva el atrevido título de Historia de Brasil. Su autora, Lamartine Babo, es una de las más extraordinarias compositoras de música popular que ha existido entre nosotros, con una fecundidad insólita, que contó con exitosas marchas en todos los carnavales. Él mismo era un juerguista fanático, siempre vestido como una "Viuda": sedas negras, rostro bajo velos, guantes de encaje. Y no solo compuso marchinhas, también compuso música clásica, canciones para revistas y un himno para cada club de fútbol de Río de Janeiro. Gran bohemio pero gran trabajador, tuvo diez trabajos a la vez, actuando en la radio, en el diario, en el teatro, en concursos populares, llegando a los inicios de la televisión. Su rasgo fundamental es la irreverencia. pero vamos a Historia de Brasil.

Comienza con la pregunta: “¿Quién inventó Brasil?”, cuando en la escuela todos aprendimos que Brasil no fue inventado sino descubierto. Y luego responde:

“¡Era Seu Cabral! ¡Era tu Cabral!

y en que fecha

“El 21 de abril

Dos meses después del Carnaval”

Es notable: la fecha de fundación de la nación es el Carnaval, y no el descubrimiento…

Luego, continúa trayendo a colación los íconos de la patria:

“Entonces Ceci besó a Peri

Peri besó a Ceci

Al son, al son de Guaraní.

Do Guaraní al guaraná

vino la feijoada

Y luego Parati”

Estos iconos son: los protagonistas de la ópera indianista de Carlos Gomes; la gaseosa típica de Brasil; feijoada; y cachaça, o parati, como se llamaba entonces. Hoy diríamos que solo faltaba el fútbol, ​​porque el samba está subsumido en el Carnaval. Y no termina ahí.

Tres décadas después (1934-1968) aparecería otra, la samba criolla loca, de Sérgio Porto, bajo el seudónimo de Stanislaw Ponte Preta. Más minuciosa en su exigente parodia de samba-enredo, va deliberadamente a carnavalizar los íconos del país. La premisa básica es la conocida obligación de que la trama de samba para el desfile de Carnaval debe tratar temas de la Historia de Brasil. De ahí los mayores absurdos.

Una trama muy complicada pondrá en escena a Juscelino Kubitschek, Diamantina, la princesa Leopoldina, Chica da Silva, Tiradentes, Anchieta, D. Pedro II, etc. De absurdo en absurdo, la samba termina celebrando la Proclamación de la Esclavitud, debidamente atribuida a sus autores, antes mencionados, Tiradentes y Pedro II, siendo este último el título con el que “fue elegido” Anchieta:

“Por su unión la cuestión fue resuelta.

¡Y se proclamó la esclavitud!”

Además de buenas composiciones, tanto la marchinha como la samba son sumamente divertidas, inteligentes e irresistibles. Operan un sagaz comentario sobre la solemnidad del samba-enredo y profundizan los significados de la carnavalización.

*Walnice Nogueira Galvão es profesor emérito de la FFLCH de la USP. Autor, entre otros libros, de Leer y releer (Sesc\Ouro sobre azul).

 

El sitio web de A Terra é Redonda existe gracias a nuestros lectores y simpatizantes.
Ayúdanos a mantener esta idea en marcha.
Haga clic aquí para ver cómo 

Ver todos los artículos de

10 LO MÁS LEÍDO EN LOS ÚLTIMOS 7 DÍAS

Ver todos los artículos de

BUSQUEDA

Buscar

Temas

NUEVAS PUBLICACIONES

Suscríbete a nuestro boletín de noticias!
Recibe un resumen de artículos

directo a tu correo electrónico!