por LUIZ PRADO*
Comentario sobre la trayectoria intelectual del antropólogo y crítico cultural
El 21 de diciembre de 1920 –hace exactamente 100 años, por lo tanto– nació el antropólogo, crítico cultural y profesor de sociología Ruy Galvão de Andrada Coelho (1920-1990). Estudiante de la recién creada Facultad de Filosofía, Ciencias y Letras (FFCL) de la USP, colaborador de la legendaria revista Clima, pionero entre los antropólogos brasileños en realizar investigaciones de campo en el exterior, autor de renombre en Honduras, profesor y director de la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias Humanas (FFLCH) de la USP. La biografía es amplia y respetable.
Ruy Coelho provenía de una familia paulista tradicional, con orígenes que lo llevan al patriarca de la Independencia, Joaquim Bonifácio de Andrada e Silva, ya Santo Antônio de Sant'Ana Galvão, Fray Galvão. En 1938, tras su paso por el Liceu Rio Branco, ingresó en la Facultad de Derecho de la USP, pero abandonó poco después la carrera de Ciencias Jurídicas y Sociales. Al año siguiente, iniciaría, al mismo tiempo, los cursos de Filosofía y Ciencias Sociales y Políticas en la FFCL.
Fue en ese período que entabló amistad con un grupo de estudiantes y recién graduados como Antonio Candido, Paulo Emílio Sales Gomes, Décio de Almeida Prado y Gilda de Mello e Souza, con quienes se lanzaría en la revista Clima. El periódico, dedicado principalmente a las artes, circuló de 1941 a 1994 y publicó 16 ediciones, registrando el inicio de la carrera de estos y otros intelectuales.
Na Clima, Coelho era un ensayista libre, un bromista, como él mismo se describía, escribiendo sobre temas variados y demostrando su amplia erudición. En una entrevista para ilustrado, en 2002, el entonces profesor de la FFLCH, Antonio Candido, recordaría quedar impresionado por la cultura de su amigo, sus extensas lecturas en diversas materias, su admirable capacidad de concentración y su buen conocimiento de la música.
“Según Antonio Cándido, el primer artículo de Coelho, que se titulaba Marcel Proust y nuestro tiempo, es quizás el texto más importante publicado por la revista”, comenta el becario posdoctoral en Antropología Social de la USP Rodrigo Ramassote, técnico en ciencias sociales del Instituto del Patrimonio Histórico y Artístico Nacional (Iphan). De 2014 a 2018, Ramassote realizó su investigación posdoctoral en la FFLCH sobre la trayectoria académica y la producción intelectual de Coelho.
Para Ramassote, las contribuciones de Coelho a Clima iluminar los intereses de investigación que impregnarían toda su carrera. Esto es especialmente visible, según el investigador, en el texto sobre Proust y en Introducción al Método Crítico, publicado en el décimo número de la revista.
“Estos dos artículos ya revelan algunas inquietudes intelectuales que acompañarán a Ruy a lo largo de su carrera. No es casualidad que este artículo sobre Proust, por ejemplo, ya tenga un interés muy fuerte en temas relacionados con el psicoanálisis, la personalidad y el contexto sociocultural”, analiza Ramassote.
La experiencia de la revista llevó a Coelho a la prensa mayoritaria. Fue crítico literario de O Estado de São Paulo, periódico de São Paulo e hoja de la mañana y columnista de cine Diario de São Paulo entre 1943 y 1944. Casi en el mismo período, entre 1942 y 43, enseñó Sociología en el Colégio Universitário, adscrito a la FFCL.
A partir de trabajos en prensa, el joven Coelho pasó a profundizar su carrera académica. En 1944 viajó a Illinois, en los Estados Unidos, para realizar sus estudios de posgrado en la Universidad Northwestern, bajo la supervisión de Melville J. Herskovits. Una decisión única si se compara con los caminos recorridos por sus compañeros de generación, que continuaron su formación académica en Brasil.
Coelho parte hacia Estados Unidos posiblemente motivado por su perfil cosmopolita y erudición -ya hecho público en los textos de la Clima – y por el interés por los estudios de cultura y personalidad que animaron la escena antropológica americana. Fue durante este período que, en 1946, participó en una investigación de campo entre los indios Ojibwa de Lac Du Flambeau, en el Estado de Wisconsin. También fue entre 1947 y 1948 que viajó a Trujillo, Honduras, donde realizó una investigación entre los caribeños negros (hoy llamados garífunas), dando como resultado su tesis doctoral. El Caribe Negro de Honduras (Editor de perspectiva).
“Al decidir investigar entre los garífunas, se unió a una red académica transnacional, articulada en torno a Herskovits, interesada en estudiar la preservación de las prácticas e instituciones socioculturales africanas en el Nuevo Mundo”, destaca Ramassote. Red formada por el brasileño Arthur Ramos, el cubano Fernando Ortiz y el haitiano Jean Prince-Mars, entre otros.
Con este trabajo, Coelho se convierte en pionero en la internacionalización de las ciencias sociales en Brasil, siendo el primer antropólogo en realizar investigaciones de campo fuera del país. También es el primero en producir una investigación académica sobre los garífunas en Honduras, lo que lo convertiría en un autor obligado en el país centroamericano a partir de la década de 1980, cuando allí se publicó su tesis.
“No hay artículo, ni investigación, ni tesis escrita en Honduras sobre el Caribe negro que no haga referencia al trabajo de Ruy”, dice Ramassote, quien estuvo en Honduras para realizar su investigación y conversó con otros académicos sobre la centralidad del trabajo de Ruy. Conejo en el campo. “Ruy estableció un conjunto de temas y cuestiones que siguen siendo objeto de reflexión entre los investigadores del Caribe Negro en Honduras”.
Este espíritu pionero en la internacionalización y este protagonismo en la escena hondureña vendría acompañado, sin embargo, del escaso interés de los brasileños por su obra. Ineludible en Honduras, en Brasil Coelho sería poco leído. Una situación que Ramassote espera ver transformada, principalmente debido al creciente interés de la antropología brasileña, en los últimos 20 años, por el Caribe.
“Lo que me llamó la atención es esta disonancia entre una figura poco conocida aquí y una figura muy reconocida en Honduras”, explica la investigadora. “Espero que se nivele mejor esta discrepancia, que también se lea a Ruy por aquí, porque tiene un aporte interesante como pionero de la investigación sobre el Caribe en Brasil, como pionero en la producción de una tesis sobre una población afrocaribeña. .”
Desde Estados Unidos, Coelho pasaría a dar clases en la Universidad de Puerto Rico, en 1949, donde tuvo un pasaje salpicado de insatisfacciones que lo llevaron a pasar, en apenas 11 meses, al Departamento de Ciencias Sociales de la Unesco. En su nuevo trabajo, fue corresponsable de la organización de un ciclo de investigación sobre las relaciones raciales en Brasil, donde regresó definitivamente en 1952, asumiendo la cátedra de Sociología 2 de la FFCL como profesor asistente. Con el nuevo cargo, Coelho invertiría en la teoría sociológica y en la revisión del concepto de estructura social, relacionándolo con la dinámica psicológica.
En opinión de Ramassote, el cambio a la sociología no habría sido tan repentino como podría parecer al principio. A pesar de centrarse en autores clásicos del campo sociológico como Auguste Comte, tema de su Habilitación, los estudios desarrollados por Coelho a partir de entonces no dejarían de llevar los intereses demostrados desde la época de su Clima, Como lo atestigua el título de su tesis, Estructura Social y Dinámica Psicológica.
“Creo que estos trabajos, si bien fueron escritos con miras a la cátedra de Sociología 2, están muy vinculados a ciertos intereses antropológicos”, comenta el investigador. Por lo tanto, la principal contribución de Coelho a la disciplina no estaría en los textos que produjo, sino en su actitud como docente.
“El mayor legado de Ruy para la sociología no se encuentra precisamente en los libros que escribió”, analiza. “Porque todo lo que escribió, en cierta medida, se refiere a su formación antropológica. Es más la postura interdisciplinaria, una postura contraria a cualquier límite muy rígido entre la sociología y la antropología, que siempre cultivó en el aula y en las orientaciones en las que se involucró”.
Coelho permaneció en la USP hasta 1971, cuando, en pleno apogeo de la dictadura militar en Brasil, la sospecha de actividades subversivas recayó sobre él y su esposa, Lúcia Maria Salvia Coelho. Esto llevaría a la pareja y sus hijos a exiliarse en Aix-en-Provence, en el sur de Francia, donde Coelho integraría, de 1974 a 1977, el Departamento de Estudios Luso-Brasileños de la Universidad de Provenza.
Su regreso a Brasil ocurriría en 1977, acompañado de la reanudación de las actividades docentes en la USP y culminando con su asunción como director de la FFLCH en 1982. También sería invitado, en 1984, a enseñar en la Universidad de Coimbra, donde actuaría en la creación de la licenciatura en Antropología del Departamento de Ciencias de la Vida.
Aún sobre el legado de Coelho, Ramassote suma a la postura “visceralmente interdisciplinaria” del profesor, que provenía de su descontento con “engañosos artificialismos de divisiones disciplinarias y fronteras académicas”, la búsqueda incesante de refinamiento teórico-conceptual. Un legado, complementa Ramassote, “que siempre cultivó y fomentó entre sus alumnos y discípulos”.
* Luis Prado Licenciado en Periodismo por la ECA-USP.
Publicado originalmente en Revista de la USP .