por JORGE LUIZ SOUTO MAYOR*
Los argumentos de los medios tradicionales contra la derogación de la reforma laboral esconden que produjo paro, precariedad y recesión económica
Con el título “El PT no sabe lo que es ciudadanía”, el editorial del diario El Estado de S. Pablo, del 9 de enero de 2022, en un esfuerzo por oponerse al discurso del expresidente Lula, quien, citando el ejemplo de una medida reciente adoptada en España, expresó la intención de revocar la “reforma” laboral, salió en defensa de la “ reforma”, afirmando que se trata de “uno de los principales avances logrados en los últimos años”.
Hasta ahora, nada nuevo, ya que la posición ideológica del Estadão, siempre aliada a los intereses de las clases económicas y oligárquicas dominantes y contraria a la mejora de las condiciones de vida y de trabajo de los ciudadanos brasileños que dependen de la venta de su fuerza de trabajo para sobrevivir. Las manifestaciones explícitas del Estadão al respecto se pueden ver en: https://www.jorgesoutomaior.com/blog/aos-agressores-dos-direitos-trabalhistas-ha-juizas-e-juizes-do-trabalho-no-brasil;
https://www.jorgesoutomaior.com/blog/desinformacao-e-soberba-do-estadao; https://www.jorgesoutomaior.com/blog/a-deformacao-do-estadao.
El gran problema -y lo que motiva este texto- es que vivimos un momento crucial para promover la adecuada y eficaz defensa de la vida y un editorial como este, que niega los hechos y se aferra a la retórica vacía, partiendo de un vehículo de información. masivamente que ha venido prestando el importante servicio de difundir la necesidad de respetar las determinaciones médicas y la evidencia científica, como forma de combatir el movimiento de rechazo a las vacunas encabezado por el Presidente de la República, termina constituyendo un enorme refuerzo para el negacionismo de todos clases
¡El editorial de Estadão es un desfile de negacionismo similar al terralismo plano!
Desde el punto de vista de la falta de compromiso con la realidad, no hay diferencia entre las líneas que defienden que las vacunas contra el nuevo coronavirus son experimentales y las que aseguran que los vacunados corren el riesgo de sufrir graves problemas de salud y el contenido del editorial en pregunta, en la que, sin datos concretos, afirma: “el PT ataca uno de los principales avances obtenidos en los últimos años. Es una defensa explícita del retroceso”; “La reforma laboral del gobierno de Michel Temer es un marco legal sofisticado, de raro equilibrio social y económico”; “…el tema laboral tuvo contornos especialmente dramáticos en el país, debido a un desequilibrio interpretativo que se estableció en la aplicación de la Consolidación de las Leyes del Trabajo (CLT)”; “…La Ley 13.467/2017 logró actualizar la legislación laboral, deshaciendo rigideces y promoviendo nuevos equilibrios, sin eliminar los derechos de los trabajadores”; “La reforma laboral aprobada por el Congreso en 2017 no tiene simetría con las ideas simplistas (y equivocadas) del gobierno de Bolsonaro, que ve los derechos laborales como simples obstáculos que deben ser removidos lo antes posible”; “Fruto de un largo proceso de estudio y negociación en el Congreso, la Ley 13.467/2017 tiene un régimen diferente y una propuesta diferente”; “Sin extinguir derechos, brindó más libertad y flexibilidad en las relaciones laborales, además de haber eliminado algunas excrecencias del ordenamiento jurídico nacional, como fue el caso de las cuotas sindicales obligatorias”; “Quien esté verdaderamente del lado de los trabajadores no puede estar en contra del fin de las cuotas sindicales obligatorias”; “Como todo derecho, la legislación laboral debe prever, mediante una adecuada regulación de las relaciones sociales, la autonomía y la libertad. No es barbarie ni anarquía, ni cabestro ni sometimiento. Esta dimensión de ciudadanía no es parte de la historia del PT y, aparentemente, ni siquiera de su futuro”.
Estas declaraciones, para cualquiera que esté vivo, sea un ser pensante y viva en Brasil al menos desde 2016, ni siquiera sería apropiado hacer una referencia, son tan risibles, grotescas y, al mismo tiempo, ofensivas.
En todo caso, cabe recordar que las irregularidades del proceso legislativo (con una duración inconcebible de poco más de cinco meses) de redacción y votación de la Ley n. 13.467/17 fueron reconocidos expresamente por el propio Senado Federal, en la sesión del 01/09/21, cuando rechazó, en su totalidad, la conversión en ley de la MP 1045 (PLV 197).
Las irregularidades institucionales para la aprobación de la “reforma”, por cierto, comenzaron mucho antes, cuando, ya con este horizonte, un gran ajuste de las clases dominantes –con participación decisiva de la gran prensa– impulsó (sin apoyo alguno) la destitución del poder de una Presidenta Legítimamente electa, con miras a poner en su lugar a una representante de esta alianza, cuyo singular compromiso, asumió desde el anuncio, cuando aún era Vicepresidenta, del programa de gobierno “Puente al Futuro” , que preveía la realización de una reforma de la ley laboral, sería por tanto realizar “reformas impopulares”. Y este compromiso, por alguna razón, sigue vigente y exigible, tanto que, poco después de la difusión del discurso de Lula, éste estuvo dispuesto (con el espacio mediático que le fue concedido prontamente) a salir públicamente en defensa de la "reforma" (y lo hizo, por supuesto, con la misma retórica inconcebible).
Cabe señalar que, apariencias aparte, esta alianza también se mantiene con el actual gobierno, que incluso promovió la “reforma” de la seguridad social y promete privatizaciones y una “reforma” administrativa para aniquilar los servicios públicos (los mismos que han sido reconocidos como esenciales). - ver los papeles desempeñados por ANVISA y SUS). Sucede que muchos de los que se dicen defensores de la regularidad democrática, el respeto a la Constitución y la efectividad de los derechos fundamentales, en particular la libertad de prensa y la libertad de expresión, callan o conspiran, cuando no asumen la posición de protagonistas. , en relación con las medidas judiciales y policiales que se han adoptado contra las garantías constitucionales de la clase trabajadora.
Por lo tanto, nunca se puede dejar de registrar la verdadera historia de la Ley n. 13.467/17 al hablar de “reforma” laboral en Brasil, ya que el papel asumido por la gran mayoría de los organismos de prensa en esta materia ha sido, precisamente, borrar la historia, vender la versión de que la “reforma” laboral era una ley más como tantos otros. E incluso ahora que el STF, comenzando (con mucho retraso, hay que decirlo) a pronunciarse sobre cuestiones cruciales de la “reforma”, declara la inconstitucionalidad de cuestiones específicas, como lo hizo recientemente en la ADI 5766, referente al acceso a la justicia, la alianza nacional para la explotación del trabajo hace la vista gorda ante la realidad.
Es curioso y revelador, por ejemplo, comprobar la identidad del posicionamiento del Estadão, De Folha de São Paulo y CNN en la lucha contra el reciente discurso del ex presidente Lula.
Para rechazar el negacionismo, por lo tanto, corresponde hablar sobre la realidad y los efectos concretos de la "reforma" están todos ahí y no pueden ser simplemente ignorados o destruidos retóricamente. Para una cronología más precisa de lo que produjo la “reforma”, ver el texto “Sobre la modernización de las relaciones laborales”, disponible en: https://www.jorgesoutomaior.com/blog/sobre-modernizacao-das-relacoes-de-trabalho-altos-estudos-pacotes-e-o-percurso-consciente-em-direcao-a-barbarie). En resumen, desde la edición de la “reforma”, los ingresos de los trabajadores solo han ido disminuyendo1 y los beneficios de las grandes empresas aumentan2, incluso durante la pandemia3. Y, por supuesto, la concentración del ingreso y la desigualdad social continúan constituyendo el sello distintivo de nuestra realidad histórica.4.
La realidad innegable que aparece como efecto de la “reforma” laboral es el aumento del desempleo y la informalidad, además de la consecuente recesión económica. Y, además, esto era exactamente lo que sectores económicos específicos, que aumentaron sus ganancias en el mismo período, pretendían lograr con tal “reforma”.
Como toque final, centrémonos en la última afirmación del editorial. Para el Estadão, los trabajadores y trabajadoras en Brasil adquirieron la ciudadanía cuando dejaron de estar sujetos al aporte sindical obligatorio, que equivalía, vale recordar, a un día de salario por año. También sostiene que este cambio, al mismo tiempo, trajo autonomía y libertad a los trabajadores. Y, finalmente, sugiere ser un defensor de los trabajadores porque, dentro de su retórica discursiva, quien está a favor del aporte sindical no puede estar “verdaderamente del lado de los trabajadores”.
Este, sin embargo, fue un punto muy pequeño de la “reforma”, respecto del cual no hubo mayor objeción en el ámbito legal y en buena parte del ámbito sindical. La objeción que se estableció se relacionaba con la forma abrupta, sin respetar los límites constitucionales, en que se impuso el cambio, y el efecto de este precipitado procedimiento fue, como se sabe (y pretendía, ciertamente), una gran retractación, incluso momentánea, de acción sindical.
Además, la eliminación del impuesto sindical siempre se ha planteado en el contexto de la eliminación total de los escombros autoritarios fascistas que aún mantienen bajo un fuerte control la acción sindical, lo que se debe principalmente a la previsión de una vinculación sindical automática y obligatoria a través de categorías legalmente establecido, por la prohibición de la libertad para la formación de sindicatos y la creación de sus respectivas fuentes de financiación, por el mantenimiento de diversas formas de intervención estatal en la organización sindical y por la posibilidad de juzgar judicialmente las huelgas de los trabajadores. El hecho es que, concretamente, no se ha hecho nada por la libertad sindical efectiva y, por lo tanto, la noción de ciudadanía que trae el Estadão, tomada del supuesto de la libertad, o es simplemente falaz o se presenta como gravemente maliciosa.
Lo que se constató, como piedra de toque de la “reforma”, fue, más bien, un debilitamiento de los sindicatos, para facilitar el camino de reducción de derechos por la “negociación”. En un contexto de desempleo estructural en el que la posición social de estar ocupado se vende como una situación de privilegio y la lucha por mejores condiciones de trabajo o incluso la preservación de los derechos se tratan como un acto de egoísmo, la estrategia engendrada en la “reforma” , en beneficio del poder económico, fue: permitir legalmente la reducción de derechos a través de la negociación colectiva; debilitar los sindicatos; excluir el papel del sindicato en diferentes momentos de las relaciones laborales; incrementar las formas precarias de contratación (para facilitar el argumento de privilegio del contrato de pleno derecho); aumentar el poder del gran empleador, facilitando los despidos colectivos; y obstaculizar el acceso a la justicia de los trabajadores y trabajadoras (recientemente reconocido como inconstitucional por el STF en ADI 5766).
Todo esto, muy al contrario de lo dicho en el editorial, aumentó el sufrimiento en el trabajo y la etapa de sometimiento de la clase obrera, más aún cuando a esta estructura se le integró, también con el apoyo de la gran prensa, los mecanismos de mayor explotación interpuesta por las MP 927 y 936.
El resultado de todo esto es que los trabajadores y trabajadoras fueron los más golpeados por la pandemia, no solo por la fragilidad de sus trabajos y medios de vida, sino también por el riesgo de perder la vida en el ejercicio de sus actividades profesionales: 43 % de trabajadores no pudo trabajar desde casa en poco tiempo, lo que es especialmente alarmante si recordamos que durante un año ni siquiera había una vacuna disponible en el país. El número de contratos rescindidos por muerte en 2020 fue muy superior al de 2019, siendo los trabajadores en actividades consideradas esenciales (integrados en una nómina convenientemente ampliada y que no han dejado de trabajar durante la pandemia) los más perjudicados: camioneros, trabajadores de la construcción, porteros, trabajadores de comercio (cajeros, vendedores), profesionales de la limpieza, amas de llaves, cobradores, choferes, funcionarios, profesionales de la salud, algunas de estas categorías con un aumento de más del 40% en las muertes. Y esta situación se agravó drásticamente a principios de 2021: un aumento del 71,6% con respecto al primer trimestre de 2020. Y cabe señalar que tales datos son del mercado formal, lo que permite inferir una tragedia aún mayor entre trabajadores trabajadores informales, la mayoría periférica y compuesta por hombres negros y, sobre todo, mujeres negras, como jornaleros, repartidores de apps y vendedores ambulantes.
Lo que es indiscutible es que la precariedad de la vida de millones de personas (aquellas que dependen de la venta de mano de obra para subsistir) generó efectos concretos durante la pandemia, prueba de lo cual es el hecho, ya atestiguado en varios estudios, de que es en la clase que la mayoría de las víctimas de COVID-19 viven del trabajo.
la redaccion de Estadãonegacionista, jurídicamente nula, ofensiva, que banaliza el sufrimiento, que deconstruye el sentido de la ciudadanía, que desprecia las muertes que también fueron provocadas por el trabajo precario potenciado por la “reforma”, es la demostración de que el negacionismo es, igualmente, un contagio enfermedad que, extendida por doquier, aumenta considerablemente los desafíos que se plantean actualmente para la preservación de la especie humana.
Yendo un poco más allá de la trama presentada en la película por el director Adam McKay, no mires hacia arriba, los negacionismos intentan impedir que miremos hacia arriba y también hacia los lados. El punto es que para conocer la verdad no basta con reconocer estos obstáculos. Para constituir una sociedad que sea efectivamente compatible con la condición de verdaderos seres humanos, conscientes, emancipados, solidarios y creativos, y que sepan interactuar con las limitaciones del planeta, es esencialmente necesario reconocer la existencia de una sociedad de clases. y buscar su resiliencia.
Cuanto más se presenta el odio de clase, que se expresa en editoriales como esta, y más las fuerzas dominantes esgrimen sus armas para mantener la alienación, la dominación y la explotación, retroalimentando la lógica de la selección “meritoria” y haciendo de la exclusión un “naturalismo”. causa”, más certeza crece en torno a la necesidad de construir un nuevo modelo de sociedad, en el que el poder económico, la mercancía, el individualismo, el disfraz, la mentira, el engaño y la búsqueda conspiradora del “status”” y por enriquecimiento dejen de dictar las reglas de la vida humana. coexistencia.
*Jorge Luis Souto Maior. es profesor de derecho laboral en la Facultad de Derecho de la USP. Autor, entre otros libros, de Daño moral en las relaciones laborales (Editores de estudio).
Notas
1. https://www1.folha.uol.com.br/mercado/2021/11/percentual-de-brasileiros-com-renda-do-trabalho-cai-ao-menor-nivel-em-quase-10-anos.shtml; https://g1.globo.com/economia/noticia/2021/09/24/renda-media-do-trabalho-encolhe-e-e-a-menor-desde-2017.ghtml; https://g1.globo.com/economia/noticia/2021/09/18/brasil-tem-recorde-de-30-milhoes-de-pessoas-recebendo-ate-um-salario-minimo.ghtml
2. http://www.investimentosenoticias.com.br/bolsa-de-valores/lucro-das-empresas-de-capital-aberto-cresce-em-2018; https://www.infomoney.com.br/negocios/grandes-empresas/noticia/7932158/4-maiores-bancos-lucram-r-73-bilhoes-no-brasil-em-2018; https://www.euqueroinvestir.com/lucro-das-empresas-listadas-na-bolsa-sobe-716-em-2019/;
3. https://veja.abril.com.br/economia/pandemia-aumenta-lucro-de-grandes-empresas-diz-levantamento/
4. https://economia.uol.com.br/noticias/redacao/2021/11/19/concentracao-renda-2020-ibge-brasil-pandemia.htm