por VITOR VIEIRA FERREIRA & YURI MARTINS-FONTES*
Entrada del “Diccionario de marxismo en América”
Vida y praxis política
Ricardo Paredes Romero (1998-1979) nació en la capital del estado andino de Chimborazo, ubicado en el centro del territorio ecuatoriano. Su padre fue Alejandro Paredes Pérez, un empleado del Ministerio de Economía que falleció cuando él tenía apenas cuatro años. Su madre, María Romero Gallegos, comerciante, se encargaba sola de criar a sus cuatro hijos.
Desde temprana edad, Ricardo Paredes demostró su activo inconformismo ante las injusticias que vivió y observó. Cuando era adolescente, organizó con un grupo de compañeros una protesta contra los castigos a los que eran sometidos los estudiantes en el colegio jesuita. San Felipe Nery, donde estudió entre 1908 y 1913. Debido a esta demanda, en la que se convirtió en director del colegio (exigiendo el despido de los profesores que cometían excesos), fue expulsado, además de ser detenido durante un día para ser interrogado -debiendo ser asistir a tu último año en otra institución educativa.
En 1914 ingresó a la Facultad de Medicina de Universidad Central de Quito. Su formación académica y profesional contribuyó en diferentes aspectos a su conciencia social, especialmente en lo que respecta a su inclinación por conocer más sobre los problemas políticos de su país.
A lo largo del curso, Ricardo Paredes demostró un especial interés en estudiar los daños que causa la sífilis en las mujeres embarazadas y sus hijos, tema que sería central en su investigación. Durante su graduación, este tipo de casos fueron seguidos de cerca por él, durante sus visitas a hospitales de Quito; Con esto pronto pudo darse cuenta de que era la expresión de un grave problema epidemiológico que afectaba a la ciudad en ese momento. Sus estudios de medicina no se limitaron a trabajos de análisis técnico, sino que buscaron causas socioeconómicas.
Además de investigar cómo actuaban en el organismo las bacterias responsables de la enfermedad y cuáles eran sus síntomas o posibilidades de tratamiento, investigó la sífilis como un problema social, como un asunto históricamente situado que impactó la vida cotidiana de un gran número de individuos, especialmente los de los estratos sociales más pobres. De manera más amplia, se comprendió el vínculo entre la epidemia y las contradicciones socioeconómicas de la población ecuatoriana, comenzando a estudiar las posibilidades de acción del Estado en el combate a la enfermedad. Entonces, su preocupación pasaría a ser el tipo de infraestructura de salud pública a la que tenía acceso la población, con formas de garantizar la provisión de tratamientos adecuados y medidas profilácticas.
Se licenció como médico a los 23 años, en 1921, y a partir de entonces comenzó a ejercer su profesión, más concretamente como ginecólogo, trabajando en la lucha contra las enfermedades venéreas.
Paralelamente a la medicina, Ricardo Paredes había comenzado a dedicarse a la lectura política, lo que le abriría las puertas a militante. A lo largo de los primeros años de la década de 1920, se centró en profundizar sus conocimientos humanísticos y filosóficos, teniendo contacto con obras de Voltaire, Rousseau, Marx, Engels y Lenin, así como con publicaciones socialistas producidas en la Unión Soviética. La realidad desigual de su país fue un catalizador de su espíritu crítico y transformador, especialmente con los acontecimientos de noviembre de 1922, cuando cientos de trabajadores en huelga fueron asesinados por el ejército ecuatoriano en Guayaquil.
De 1922 a 1923 impartió clases de biología en la misma universidad en la que se graduó, además de montar un consultorio médico en el centro de la capital.
En noviembre de 1924, junto con algunos compañeros, lanzó la revista La Antorcha, que funcionaría como vehículo para impugnar las políticas del entonces presidente, el liberal José Luis Tamayo. Al año siguiente, este periódico pasó a llamarse La Antorcha Socialista, haber contribuido a la construcción del Partido Socialista Ecuatoriano (PSE) – que se fundaría en 1926.
Todavía en 1925, Paredes impulsó la formación de un grupo de socialistas en Guayas, estado cuya capital es Guayaquil. Luego trabajó con los mentores de la convocatoria. Revolución Juliana – un movimiento de oposición a la plutocracia actual, protagonizado por civiles y militares que, aún sin llegar a un conflicto armado, depusieron al presidente Gonzalo Córdova mediante un golpe de Estado (julio de 1925), reemplazándolo por una junta de gobierno. Esta revolución fue una etapa importante para el movimiento nacionalsocialista, ya que promovió medidas contra los grandes capitalistas y terratenientes.
Ese mismo año, el comunista mexicano Rafael Ramos Pedrueza (1897-1943) visitó Ecuador, con la tarea de organizar, junto con trabajadores e intelectuales, un grupo comunista; luego fue creado Sección Comunista de Propaganda y Acción 'Lenin en Quito'. Ricardo Paredes estableció contacto con Rafael Pedrueza y, aunque se mantuvo independiente de este grupo, luego afirmó que “se consideraba comunista”.
Consciente de la necesidad de involucrar a los campesinos en el movimiento revolucionario, Ricardo Paredes comenzó a comprometerse con la construcción de un movimiento comunista en Cayambe, al norte de Quito. Así conoció al líder comunitario Jesús Gualavisí, quien a principios de 1926 –junto a la líder indígena socialista Dolores Cacuango– encabezó un levantamiento popular por el derecho de las poblaciones indígenas locales a la posesión de las tierras en las que vivían. La protesta, aunque reprimida, fue un germen importante para la lucha indígena y campesina. Paredes luego invitó a Gualavisí a participar en el Asamblea Socialista, que se llevaría a cabo en Quito, con miras a fundar un partido socialista. Así, en mayo de este mismo año, con la participación de grupos socialistas de diversos puntos del país, la Partido Socialista Ecuatoriano – con Ricardo Paredes como uno de sus representantes provinciales en el Consejo Central.
Por su papel dirigente, Ricardo Paredes fue invitado a participar en el VI Congreso de la Internacional Comunista (CI), celebrado en Moscú, en 1928, como representante del PSE. Semejante visita de diez meses a la URSS significó para el comunista ecuatoriano una toma de conciencia que lo marcaría para el resto de su vida –lo cual se puede leer en sus artículos publicados en su momento en los periódicos llamadas e Revista del Centro de Estudios Médicos. Al comprender la importancia de que el PSE se uniera a la Internacional Comunista, Ricardo Paredes presentó al partido esta propuesta que generaría fuertes disputas, que pronto culminarían en una división interna.
Aún en 1928, se trasladó a Portoviejo, capital de Manabí, para trabajar como médico del Ejército. Allí conoció a Zoila Modesta Flor Cedeño, con quien se casó y tuvo cinco hijos.
En 1931, debido al proceso de vinculación del mismo a la Internacional Comunista, se produjo una escisión en el PSE y el partido pasó a denominarse Partido Comunista del Ecuador (PCE) – organización que también tuvo a Ricardo Paredes como uno de sus principales dirigentes, como fue el caso cuando se formó el PSE.
Entre 1934 y 1935 vivió en Guayaquil, donde los comunistas estaban más organizados que en Quito; Durante este tiempo participó en una gran marcha de trabajadores, el Primero de Mayo, y fue arrestado nuevamente, esta vez por cuatro días. Todavía en 1935 participó en el VII Congreso de la Internacional Comunista, cuyo tema central era el peligro de la expansión del fascismo.
A principios de 1937, Ricardo Paredes fue elegido secretario general del PCE. Unos días más tarde sería detenido nuevamente cuando salía del Casa del Obrero, en Quito; Esta vez su encarcelamiento fue más grave y fue trasladado en barco, junto con otros líderes obreros, a la isla Isabela, en el archipiélago de Galápagos. El episodio generó una ola de protestas por parte de sindicatos y movimientos campesinos, que terminaron provocando que Ricardo Paredes fuera liberado por el dictador ecuatoriano. Sin embargo, esta fue la señal para que el “comunismo” se declarara ilegal, por lo que los militantes tuvieron que empezar a trabajar en la clandestinidad. Ricardo Paredes tendría una relación en esta época con una de sus compañeras, Nela Martínez Espinosa, con quien tuvo un hijo.
Durante este período, el marxista se fue a vivir a la costera Machala, capital de la provincia de El Oro, ciudad cercana al pueblo minero de Portovelo. Allí, dedicándose a la medicina, pudo ver de cerca la violenta explotación que sufrían los mineros, que trabajaban en condiciones infrahumanas, padeciendo todo tipo de enfermedades; Esta experiencia sería el tema de su libro. Imperialismo en Ecuador (publicado en 1938).
A lo largo de la década de 1940, trabajando para el PCE (del que fue secretario general hasta 1952), Ricardo Paredes desempeñó un papel significativo en la organización de diversas entidades, contribuyendo a la formación del Federación de Estudiantes Universitarios (FEUE), de Confederación de Trabajadores del Ecuador (CTE) y el Federación Ecuatoriana de Indios (FEI). Este último, en particular, será para él uno de sus logros políticos más importantes, pues fue una expresión concreta de sus esfuerzos y preocupaciones hacia la población indígena ecuatoriana.
En 1946, el presidente Velasco Ibarra, que había sido elegido con el apoyo de fuerzas progresistas, traicionó a sus partidarios y, en un giro conservador, impuso una dictadura en el país, iniciando una nueva era de persecución de comunistas y socialistas. Paredes luego se va, con su familia, a vivir al campo.
Como delegado comunista, en 1950 participó en el Congreso Mundial por la Paz, celebrado en Varsovia (Polonia), aprovechando la oportunidad para viajar a varias naciones de Europa del Este. Al año siguiente fue elegido senador, habiéndose dedicado a la causa de impedir el arrendamiento de Galápagos a Estados Unidos.
En 1952, durante la escala de un vuelo en Nueva York, fue secuestrado durante dos semanas en territorio estadounidense, acusado de ser un “peligroso” y “fanático ideólogo comunista”: eran los tiempos de la macartismo Yankee, con su fanática “caza de brujas”. Sin embargo, gracias a su posición como parlamentario, así como a la movilización de las autoridades de Moscú, Paredes logró liberarse.
En la década de 1960, con los comunistas una vez más ilegalizados –y perseguidos por una nueva junta militar (adoctrinada en el escuela de las americas, una institución dirigida por Departamento de Defensa de EE.UU.) –, Ricardo Paredes se refugió en el interior de Ecuador. Aunque era un recluso, continuó liderando protestas sindicales desde su escondite. Durante esta década visitó Cuba en dos ocasiones, siendo recibido por líderes revolucionarios como Fidel Castro y Che Guevara.
Ya anciano, en 1973, Ricardo Paredes –junto con otros dirigentes comunistas– se vio obligado a exiliarse durante unos meses en Colombia, debido a las amenazas de mercenarios (al servicio de la CIA, en alianza con gobiernos militares conservadores), que En su momento, impulsó una serie de acciones de exterminio contra comunistas en América Latina. En esta década y hasta los últimos momentos de su vida, el “apóstol del comunismo ecuatoriano” –apodo que recibiría de sus compatriotas– dedicó sus esfuerzos a defender a la población campesina, trabajadora e indígena, participando de la política ecuatoriana y actuando como doctor .
Ya octogenario, en 1978, un año antes de morir, el marxista ecuatoriano fue homenajeado por dirigentes del PCE en una sesión solemne en el Teatro de la Casa de la Cultura, en Guayaquil, con la presencia de varios de sus compañeros de partido, quienes hablaron sobre el pensamiento y la obra de este militante que fue uno de los grandes fundadores del comunismo ecuatoriano –un comunista que a lo largo de su vida luchó por transformar su sociedad en un espacio más solidario y menos injusto.
Su entierro estuvo marcado por un acto de rebelión y protesta emocional, en el que, entre banderas rojas y flores, desfilaron innumerables trabajadores y campesinos, junto a militantes comunistas y miembros del Federación Ecuatoriana de Indios –que Ricardo Paredes había ayudado a fundar–, cantando juntos el himno de la Internacional Comunista.
Aportes al marxismo
Médico, escritor, político, intelectual y sobre todo devoto activista comunista, Ricardo Paredes Romero jugó un papel fundamental en el desarrollo del pensamiento marxista en Ecuador y en la construcción de la organización política del país.
Como médico, es importante resaltar que el ejercicio profesional al que se dedicó Ricardo Paredes a lo largo de su vida estuvo directamente ligado a su formación política, optando por trabajar con los estratos más pobres de la sociedad ecuatoriana –y muchas veces ofreciendo atención a la población más pobre. sin remuneración. Con sus elecciones, permaneció diariamente en contacto directo con las deficiencias estructurales del sistema de salud del Ecuador. Su actividad como médico e investigador epidemiólogo, por tanto, no se limitó a realizar un esmerado servicio profesional, sino que adquirió la dimensión de trabajo político y popular, en el sentido de buscar transformar las estructuras de su país.
En cuanto a su praxis política, cabe destacar sus esfuerzos por formar y consolidar un partido de orientación marxista-leninista en el Ecuador. Se mantuvo fiel a esta orientación y tarea durante toda su vida y, en el camino, el profesional y activista contribuyó a hacer realidad los ideales marxistas de emancipación de la clase trabajadora y de combatir las fuerzas imperialistas. A partir de un cuidadoso análisis de la realidad nacional ecuatoriana, aportó importantes aportes a la comprensión de la relevancia de la población indígena y campesina para las transformaciones sociales y la revolución socialista latinoamericana.
Para Ricardo Paredes, además de las contradicciones inherentes al capitalismo –responsable de oprimir económicamente a los trabajadores– era necesario considerar la opresión racial a la que estaba sometida la población indígena. Sus ideas y luchas contribuyeron en medida valiosa a la comprensión de la dimensión étnica que debe tenerse en cuenta al organizar la resistencia a la explotación de clase en Ecuador, una cuestión inexorablemente interconectada, en un sentido más amplio, con la condición de clase de los trabajadores ecuatorianos. Al darse cuenta del potencial revolucionario de las poblaciones indígenas, Ricardo Paredes identificó en ellas un papel particular y fundamental en la lucha política, un tema clave que, también en otros países latinoamericanos, se volvería central en el debate marxista.
Un segundo aspecto a destacar se refiere a la importancia otorgada por los comunistas ecuatorianos a los países de América Latina y su inserción en el movimiento comunista global. Como contemporáneo de la Revolución Rusa y de las experiencias socialistas posteriores en varios países, Ricardo Paredes observó que el movimiento obrero en estos países tenía una posición estratégica, en el sentido de que estaban sujetos al yugo del imperialismo estadounidense –que ya era un protagonista en la economía y política en todo el mundo.
Respecto a las especificidades de cada país a la hora de proyectar una deseada revolución mundial, tema que había sido discutido en los congresos del CI, Paredes reitera la importancia de considerar los diferentes grados nacionales de desarrollo e industrialización, tema tratado en su intervención en el VI Congreso de la Internacional, en 1928. Según él, es necesario analizar las distintas etapas del desarrollo del capitalismo en los diferentes países y los medios por los cuales los países ricos ejercen su dominación imperialista sobre los más pobres, tanto en términos económicos como políticos.
Ricardo Paredes rechaza una perspectiva generalista que consideraría a América Latina como un todo homogéneo; Concebir todas las sociedades latinoamericanas de manera uniforme podría sugerir, erróneamente, que las tareas y estrategias revolucionarias también deberían ser las mismas en todas sus diferentes naciones. Destaca que es necesario verificar, en cada país, por un lado, el grado de penetración de las fuerzas imperialistas (considerando sobre todo el poder de Estados Unidos e Inglaterra); por el otro, cuán políticamente independientes son estos países frente a este poder.
Dado que el capital financiero extranjero actúa como un elemento que tiene un fuerte impacto en las economías de las naciones, también impacta sus instituciones políticas, afectando su grado de autonomía. Si es posible verificar las fuerzas imperialistas que actúan en cada país, también es necesario estudiar los grados de desarrollo nacional y la fuerza política de sus burguesías internas; Además, es necesario analizar con precisión la heterogeneidad de las relaciones laborales.
En el importante documento “Informe de la delegación latinoamericana de la IC”, presentado durante el VI Congreso (Moscú, 1928), Ricardo Paredes destaca que la participación de los países latinoamericanos en “escala creciente en el movimiento comunista mundial”, demuestra que el CI había logrado echar “profundas raíces en todo el mundo”. Sin embargo, afirma que era necesario Tesis de CI contemplar las diferencias entre el desarrollo capitalista de los distintos países de la región: naciones como “Brasil, México, Argentina” tienen enormes latifundios, en los que, aunque lentamente, “se está produciendo una industrialización”; Estos establecimientos son la “forma dominante de explotación agrícola” y allí se concentran “miles de proletarios agrícolas”, que ya no son estrictamente campesinos. Y establecer esta diferenciación entre las masas que trabajan en el campo es un “hecho muy importante para la organización de los trabajadores” y para “la elaboración de un adecuado programa de lucha”.
Aún en este documento –en una interesante reflexión que lo acerca a las concepciones de José Carlos Mariátegui– el comunista ecuatoriano también analiza otro aspecto crucial que diferencia a las naciones latinoamericanas entre sí y que no debe ser soslayado en el programa de su revoluciones: algunos países tienen numerosas poblaciones indígenas y, por lo tanto, están en mejor posición para promover el “socialismo en el campo”, ya que sus “comunas” originales representan “elementos combativos contra el poder de los señores feudales”, y pueden convertirse en “núcleos de cooperación socialista en el terreno”, en el momento del “establecimiento del poder proletario”. "Los indígenas americanos -considera- tienen un espíritu colectivista bastante notable": constituyen "cooperativas de producción" y otras formas de "trabajo colectivo" que deben utilizarse en la "construcción del socialismo".
La diferenciación entre realidades nacionales propuesta por Ricardo Paredes pasa también por sus diferentes capacidades de resistencia al imperialismo; afirma que para “tomar los países libres” la potencia imperialista los invade “a través del comercio, del capital financiero” y, así, consolida paulatinamente una sólida posición económica y, muchas veces, política, como es el caso de “Cuba, Nicaragua, Panamá y otras repúblicas de América”. Sin embargo –argumenta– en determinadas naciones la resistencia a la “dominación política y económica” es más fuerte, ya sea porque tienen territorios y poblaciones más grandes, y por tanto son más difíciles de subyugar, o porque tienen una posición geográfica que favorece su defensa. Esta es la condición de países grandes como Argentina, Brasil o México, pero también de Ecuador que, debido a su mayor aislamiento geográfico, “aún no ha sido profundamente penetrado por el capital extranjero”.
Tesis de Ricardo Paredes – también desarrollada en el documento “Informes de la delegación latinoamericana en el debate sobre el problema colonial”, presentado en el mismo congreso- es que sería muy importante establecer una distinción entre países “coloniales”, “semicoloniales” y aquellos que “a falta de un término mejor”, llama “dependientes”; Esto se debe a que en estos países “dependientes”, en los que se mantiene una “muy grande independencia política”, las “fuerzas proletarias” son mayores de lo estimado (están presentes incluso en los grandes latifundios más industrializados).
Respecto al debate sobre posibles alianzas entre los trabajadores y las llamadas “burguesías nacionales” contra el poder imperialista, Paredes destaca la importancia de tener en cuenta que las burguesías de los países latinoamericanos, “en las condiciones actuales”, saben que estarían “ “Es muy peligroso” aliarse con el proletariado organizado y los campesinos que exigen tierras. Además – señala el marxista – la “plutocracia monopolista” que, en muchas naciones latinoamericanas, controla al mismo tiempo grandes latifundios, industrias y bancos, es una fiel aliada del imperialismo estadounidense y, de hecho, muchas de sus empresas están formadas por capital nacional y extranjero.
En definitiva, se puede decir que el gran aporte de Ricardo Paredes al pensamiento marxista, algo que sigue siendo relevante hasta el día de hoy, es su lectura de las diferencias en las etapas de desarrollo de los distintos países latinoamericanos y la incorporación de la complejidad de las etnias. configuración de cada una de estas naciones. A partir de estos análisis es posible revelar el grado de autonomía e independencia nacional frente a las presiones económicas internacionales, así como el grado de desarrollo de sus fuerzas productivas.
Comentar la obra
El trabajo de Ricardo Paredes fue publicado sólo parcialmente en libros, y aún es poco publicitado y difícil de encontrar. A pesar de algunas obras biográficas sobre el marxista ecuatoriano, existe escasa información y detalles bibliográficos sobre su producción. En general, para quienes pretenden realizar una investigación más profunda sobre Ricardo Paredes, acceder a su obra resulta un desafío.
Entre sus primeros escritos destaca la correspondencia “Carta a IC”, fechada el 18 de octubre de 1926, incluida en la publicación VIII Congreso del Partido Comunista del Ecuador (Guayaquil: Editorial Claridad, 1968), escrito por Partido Comunista del Ecuador – y disponible en el portal yachana (www.yachana.org). En él, Paredes, quien era secretario del interior del PSE (en un momento en que el partido ya se había adherido a la Tercera Internacional), afirma que, dado que “fiesta comunista” sigue siendo ilegal en el país, los comunistas optaron entonces por trabajar dentro del Partido Socialista. Sin embargo, continúa, “los comunistas dominan” el Consejo Central del partido, por lo que desde allí llevamos a cabo nuestra propaganda, a pesar de la “abrumadora literatura” contra el gobierno proletario. Fue así – concluye Paredes – que la Asamblea Socialista avanzar el proceso de adhesión del PSE a la Internacional.
En el citado documento presentado al VI Congreso del CI (Moscú, 1928), titulado “Informe del Delegado Latinoamericano del CI” (disp.: www.yachana.org), Ricardo Paredes destaca por su percepción temprana de la necesidad de distinguir a las naciones latinoamericanas según sus diferentes niveles de industrialización, fuerza política y composición social.
Su obra más conocida es Imperialismo en Ecuador: oro y sangre en Portovelo (Quito: Editorial Artes Gráficas, 1938), en el que Ricardo Paredes nos presenta un estudio sobre los mineros del campamento de Portovelo, en el sur del Ecuador, realizando un preciso relevamiento de sus condiciones laborales, sanitarias y sociales. También proporciona un panorama historiográfico de la organización y lucha de estos trabajadores contra el imperialismo que, a través de las grandes empresas mineras, los sometió a condiciones extremas de explotación; y califica la represión contra los mineros ocurrida el 18 de enero de 1936 como uno de los mayores “crímenes policiales y patronales” cometidos en el Ecuador, cuyo resultado fue la destrucción de las organizaciones de defensa de los trabajadores, agravando aún más la explotación que sufrían por parte de los estadounidenses. compañía Compañía de Desarrollo Sudamericana. (SADCo).
Ahora tu libro Terapia de malaria en Ecuador (Quito: Imprenta de la Universidad Central, 1936) se basa en experiencias concretas que vivió el marxista ejerciendo como médico en diversas regiones del país, a lo largo de seis años. En la obra, paralelamente a notas clínicas y terapéuticas, arroja luz sobre las precarias condiciones higiénicas de la población campesina de su país, destacando cuán cruciales fueron los factores sociales para la propagación de la malaria.
Cabe destacar también su tesis titulada la sífilis (Quito: Archivo Central de la Universidad Central, 1921), de la cual egresó. En la obra, queda claro que el conocimiento médico que acumuló –sobre esta enfermedad que, en su momento, constituía un importante problema epidemiológico en el Ecuador– se interconecta con una reflexión histórica y política más amplia, tanto en lo que respecta a las circunstancias de su transmisión , así como su adecuada prevención. En línea con lo que produciría a lo largo de sus últimos años, Paredes trató la enfermedad con la sensibilidad social necesaria para identificar que los más pobres eran los principales afectados por sus males -por lo que correspondía a un conjunto de políticas públicas brindar un tratamiento adecuado-. . del problema.
El comunista ecuatoriano también escribió para varios periódicos, así como para medios de comunicación de su partido. Una recopilación publicada en la revista. el Correo (Quito, 1938), con derecho escritos políticos, reúne varios de sus artículos elaborados entre 1928 y 1938, que contienen documentos políticos, académicos y textos de ensayo. La publicación ya está disponible también en formato digital y se puede acceder a ella desde el portal Producciones Digitales Soyuz (produccionesdigsoyuz.wordpress.com).
Entre los escritos de la selección escritos políticos, destaca el ensayo “El movimiento obrero en el Ecuador”, publicado originalmente en la revista La Internacional Sindical Roja (agosto de 1928). En el texto, Ricardo Paredes comienza describiendo las riquezas naturales del Ecuador, la situación de su industria y comercio, para luego pasar al tema de la condición de las clases trabajadoras del país; presenta una breve historia de las organizaciones obreras y socialistas del país, incluyendo un análisis de las luchas electorales y revolución juliana de 1925 (entendido por él como un acontecimiento que dio “gran impulso al movimiento nacionalsocialista”).
Finalmente, aborda la histórica masacre de trabajadores, ocurrida durante una protesta que reunió a una multitud de 40 mil personas en la “capital comercial” Guayaquil; en el episodio, manifestantes populares se dirigían a la cárcel para liberar a compañeros presos, cuando “los soldados abrieron fuego contra la multitud”, mientras “la burguesía aplaudía airadamente, desde los balcones”; Ante la tragedia, “la prensa burguesa llevó a cabo una conjura de silencio”. Según el autor, esta masacre “iluminó el país”, significando “la entrada del proletariado en el camino de la revolución social”.
Ricardo Paredes también considera que, si la Primera Guerra Mundial había dejado varias consecuencias negativas en la economía nacional, sirvió al menos para una industrialización inicial, aunque incipiente –punto que generó polémica, pues podría sugerir que una supuesta “burguesía” Revolución” (y, por tanto, que una alianza de clases podría impulsar el movimiento comunista).
Todavía en Escritos políticos, cabe mencionar su “Discurso de apertura de la Conferencia del Consejo Central Ampliado del Partido Socialista Ecuatoriano – sección de la Tercera Internacional Comunista(Quito, 12/01/1929), en el que contrasta la “doctrina liberal” con la “socialista”. Allí desarrolla críticas a los “vicios liberales” que observa en el partido, como el “intelectualismo”, la “crítica crónica” o el “primitivismo” (una especie de “individualismo”). Afirma que mientras “el liberalismo es una doctrina burguesa, una expresión de los intereses de la casta explotadora”, el socialismo “marxista-leninista” es la “expresión de los intereses de la clase explotada”: “una doctrina colectivista en sus objetivos finales, cuyo objetivo es la supresión de las clases sociales y el establecimiento del socialismo o comunismo integral”. Sostiene que “el liberalismo es individualista”, y que la “libertad” que proclama está destinada sólo a las “clases explotadoras”, los “más fuertes”, que “ejercen su libertad contra los débiles”; que su “igualdad” es “igualdad para los privilegiados, para la casta dominante”; que su “hermandad” es la “hermandad de exploradores”.
Entre sus escritos, escasamente publicados, mencionamos también: “Baños: puerta del Amazonas"(prensa universitaria Central, Quito, 1936); “Crónicas médicas de la Rusia soviética"(Revista del Centro de Estudiantes de Medicina, Quito, n.8-9, enero-febrero. 1929); “Terapia de malaria en Ecuador: contribución a la medicina nacional"(Prensa de la Universidad Central, Quito, 1936); Es "La vida universitaria en la Rusia soviética"(llamarada, Quito, no. 12 de febrero. 1929).
Además, respecto de su obra, se señala que en la contraportada de la primera edición del citado libro Imperialismo en Ecuador se mencionan los títulos “Tierras cautivas”, “La evolución económica, social y Política del Ecuador”, “Cultura indígena y cultura marxista en América”, “La Unión Soviética en diez años (1928-1938)” y “El proceso dialéctico de la vida” – textos entonces clasificados como “inéditos” y “en preparación”, pero que nunca fueron publicados. Pese a ello, al observar sus títulos se puede ver hacia dónde apuntaban los intereses de investigación y reflexión de Ricardo Paredes Romero.
En internet se pueden encontrar algunos de los escritos de Paredes en formato digital, disponibles en portales como: Archivo Rebelde (https://archivorebelde.org); y los ya mencionados yachana e Producciones Digitales Soyuz.
*Vítor Vieira Ferreira es profesor suplente de Literatura en la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ).
*Yuri Martins-Fontes Es docente, escritor, periodista y traductor. Doctorado en Historia Económica (USP/CNRS). Autor de, entre otros libros, Marx en América: la praxis de Caio Prado y Mariátegui (Alameda).
Publicado originalmente en el Núcleo de Praxis-USP.
Referencias
BECKER, Marc. “Documentos del Negociado Federal de Investigaciones de vigilancia a Ricardo Paredes”. Yashana: archivo electrónico ecuatoriano, s.f. Disp.: https://www.yachana.org/earchivo/fbi/paredes
CORONEL, Valeria. “La izquierda ecuatoriana durante la crisis global: democracia republicana, lucha de clases y formación del Estado (1919-1946)”. En: Palabras de poder, el poder de las palabras: el discurso comunista del siglo XX en una perspectiva internacional. Trieste/Italia: EUT Edizioni/ Università di Trieste, 2020 [Edición digital: FLACSO Andes (Biblioteca Digital de Vanguardia para la Investigación en Ciencias Sociales). Disp.: https://www.flacsoandes.edu.ec
PAREDES Ruiz, Lenin E. Ricardo Paredes Romero y el líder revolucionario: ensayo biográfico sobre el fundador del Partido Comunista del Ecuador. Quito: Casa de la Cultura Ecuatoriana, 2014 [Reimpresión de la monografía: Ricardo Paredes y su luz en el mundo. Natal/João Pessoa: edición del autor, 2012. Disp.: https://dokumen.tips
PIMENTEL. Rodolfo Pérez. “Paredes Romero, Ricardo: fundador del Partido Comunista Ecuatoriano”. Archivo Biográfico Rodolfo Pérez Pimentel. Disp.: https://rodolfoperezpimentel.com/paredes-romero-ricardo
PRADO, Carlos. “La Internacional Comunista y la interpretación de América Latina: crítica a las tesis del VI Congreso”. En: Actas del XII Encuentro Internacional de ANPHLAC. Campo Grande, 2016. Disponible: http://antigo.anphlac.org.
RODAS CHAVES, Germán Alfredo. El médico Ricardo Paredes en el contexto del período de la década XX del siglo XX. Universidad Andina Simón Bolívar [Informe de Investigación], Quito, 2010. Disp.: https://repositorio.uasb.edu.ec.
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