por JOSÉ CARLOS CALLEGARI*
Se forma un ciclón en el Sur con el nuevo fenómeno del neofascismo antipolítico en Argentina
El pasado domingo se realizaron en Argentina las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (ODEPA). Se trata de un mecanismo introducido en 2009, por el gobierno de Cristina Kirchner, que funciona como una elección primaria, en la que los partidos presentan sus precandidatos para definir quiénes disputarán las elecciones de octubre, y como cláusula barrera, ya que la coalición que no alcance el 1,5% de los votos en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias no podrá concursar en las elecciones generales.
La votación es obligatoria y los votantes masculinos y femeninos pueden votar por cualquier candidato. Como no hay límite en el número de candidatos presentados por cada partido, es el voto popular el que define, por ejemplo, quién será el candidato de un partido si se presenta más de una candidatura. El resultado de las PASO no necesariamente refleja ni vincula el resultado de las elecciones generales, pero sirve como pauta de estrategia de campaña para cada frente político.
Históricamente, la abstención en las PASO es mayor que en las elecciones generales, por lo que la porción del electorado que no vota en las primarias es determinante para el resultado electoral final. A modo de comparación, en 2019 la participación en las primarias fue del 76,41% y en las generales fue del 81,31%. Ahora en 2023 la participación en las primarias fue del 69%, el valor más bajo desde que existen estas elecciones primarias y un valor increíblemente bajo en comparación con todas las elecciones generales desde el final de la dictadura.
Tal abstención se explica, en parte, por el desencanto de amplios sectores de la población con la llamada “política tradicional”, que en Argentina está representada por más de 70 años de polarización entre peronistas y “gorilas”.[i], que no pudo evitar sucesivas rupturas democráticas, desamortizaciones y crisis económicas que hermanos se enfrentan a cargar dólares en colchones, comer bistec ancho y beber buen vino antes de que los precios vuelvan a subir.[ii]
Después de calcular los resultados, el "león"[iii]Javier Milei surgió y obtuvo el 30,04% de los votos frente al 28,27% de Juntos Por el Cambio (JxC), el frente electoral de Mauricio Macri, y el 27,27% de Unión por la Patria (UP), del oficialismo peronista/kirchnerista. Ambos frentes estuvieron representados por dos candidatos cada uno en las primarias.
Javier Milei, hijo de un conductor de autobús, es un oscuro empresario, que alguna vez trabajó como banquero hasta convertirse en economista senior de HSBC en el país, es el representante del fenómeno político del neofascim antipolítico en Argentina. Sus discursos están llenos de blasfemias, saltos, gritos y heavy metal. Su candidato a vicepresidente es fundador de una ONG en “defensa de las víctimas de la guerrilla de izquierda”[iv]durante el periodo de la dictadura.
Javier Milei es un tipo Mamãe Falai, que sale a la calle con un celular para atacar manifestaciones de izquierda. Su objetivo constante son las madres y abuelas de Plaza de Mayo, su comercializador es ese fatídico argentino que apareció el año pasado denunciando la falibilidad de las urnas electrónicas, y sus vínculos con la extrema derecha mundial son evidentes.[V]
Tras confirmar los resultados, Javier Milei leyó un discurso -una postura inédita en su carrera como agitador de auditorio- considerado “moderado” por la prensa argentina. Con una sola palabrota, que no se pudo evitar porque es el eslogan de su campaña ("Viva la libertad, carajo!”), agradeció el expresivo voto, repitió hasta el cansancio otra de sus consignas “deja ir a todosy dijo que su victoria en las primarias inició el “fin de castas” de la política argentina.
El ultraderechista promete un amplio programa de recorte de gastos, que defiende literalmente empuñando una motosierra en sus mítines, especialmente en el ámbito social, que no le importa calificar de “aberración”. En su discurso posterior a las primarias, dijo que "terminaría con la justicia social", sin rodeos y sin rodeos.
Durante la campaña, JvC y UP centraron mayoritariamente sus estrategias en ataques mutuos, ignorando el fenómeno Javier Milei. Mientras que el león atacó constantemente al “todos”, pero principalmente al “kirchnerismo”, al que llama “mala moral”, en contraste con la derecha tradicional a la que llama “buena” pero que sin embargo representa el “todos” que se debe ir. “No se hace una Argentina nueva con las de siempre”, concluyó Javier Milei, aplaudido por su comité.
Todavía es pronto para decir si Javier Milei emerge como claro favorito para las elecciones generales, el mecanismo de las PASO confunde un poco el análisis político-electoral argentino, ya que la abstención es alta y muchos consideran que las primarias son “simulacros”. elecciones" cuando es posible hacer un verdadero voto de protesta. Javier Milei debería empezar a moderar cada vez más el tono de los discursos y empezar a hablarle al gran capital, defendiendo los superávits fiscales, el recorte de gastos, la desregulación monetaria, el rígido control inflacionario y el desmantelamiento del estado. Pero eso es inviable y hará implosionar a la Argentina.
La pregunta ahora es si su atractivo contra el sistema político resiste una señal directa al sistema económico. En Brasil, por ejemplo, Jair Bolsonaro contó con un amplio apoyo del gran capital financiero y nadie duda del carácter bolsonarista de Faria Lima, que se sometió al escarnio al colocar una bizarra imagen de un templario Paulo Guedes en uno de sus edificios.
Pero esta “moderación”, y la aproximación del León con el establecimiento da Realpolitik economía, podría hacer perder el encanto a Javier Milei y el acomodo de las fuerzas políticas argentinas podría aguar este hervor. Sin embargo, si es elegido podemos prepararnos para un terremoto político en el continente.
En 2017 la Avenida 9 de Julio se transformó en una batalla campal con centrales sindicales y movimientos sociales atrincherados tirando cócteles Molotov contra los blindados gendarmería (el brazo de contención y choque de las Fuerzas Armadas) cuando Mauricio Macri aprobó una reforma previsional que básicamente desató los reajustes de beneficios a una canasta de precios y los limitó a la inflación trimestral promedio del período anterior.
¿Qué es capaz de hacer este país que se precia de tener índices sociales de “primer mundo” a pesar de indicadores económicos incomparables, dado el “fin del Ministerio de Salud”? Se forma un ciclón en el sur y es importante estar atento.[VI]
*José Carlos Callegari Es abogado y tiene un doctorado de la Facultad de Derecho de la USP.
Notas
[i] “Gorila” es un término que se usa en la política argentina para describir a las personas que son antiperonistas.
[ii] https://www.estadao.com.br/internacional/na-argentina-inflacao-ultrapassa-100-mas-restaurantes-co ntinuam-lotados/
[iii] El símbolo gráfico de la campaña de Milei es la figura felina.
[iv] https://www.cnnbrasil.com.br/internacional/eleicoes-argentinas-quem-e-victoria-villarruel-vice-na-cha pa-do-ultradireitista-javier-milei/
[V] Milei se define como anarcocapitalista y ya se ha declarado “aliado” de Jair Bolsonaro y Donald Trump.
[VI] Gracias a Tainã Góis que, siempre “pensando lo que ya pensaba”, sugirió el título de este artículo dando cuenta del salvajismo en la política argentina.
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