por JOSÉ DIRCEU*
Discurso en acto público Dictaduras Nunca Más
Saludé a mi amiga Luiza Erundina, que es un símbolo para todos nosotros, y me acordé de todos los que hoy están representados en estas fotografías. Nuestra presencia aquí –creo que la de Nilmário Miranda, la mía, José Genuíno, todos– representa un compromiso irrevocable. Primero, luchar por rescatar la memoria de los compañeros que cayeron luchando contra la dictadura y los muertos desaparecidos.
En verdad, tanto el PT como la bancada del PT en la Cámara de Diputados tienen una posición firme y clara a favor de la Comisión de Muertos Desaparecidos y a favor de mantener y sostener la Comisión de Amnistía. Necesitamos aprender las lecciones ahora. No del pasado.
Lo que recibimos, después de la Constitución de 1988, es que el único país donde los militares no fueron responsabilizados por crímenes y dictaduras fue Brasil (incluso fueron responsabilizados en Guatemala). Esto es una vergüenza para nosotros. ¿Qué obtenemos después de 30 años? Un nuevo intento, primero de gobierno militar, porque el gobierno de Jair Bolsonaro contó con el apoyo –su campaña, su programa y, después, su gobierno– de los núcleos de las Fuerzas Armadas.
Hay que decir que la mayoría del Estado Mayor del Ejército pasó al gobierno de Bolsonaro. Es cierto que expulsó a tres o cuatro y hasta los humilló. Pero la realidad es que tuvimos un gobierno cívico-militar y un intento de golpe de Estado que ha quedado más que probado. No sólo el 8 de enero, sino también dentro de las Fuerzas Armadas.
No sorprende que ahora se esté investigando a 67 agentes. Entonces algo anda muy mal, después de 30 años. Lo que está mal es lo que está haciendo ahora el Tribunal Supremo Federal, al decir que las Fuerzas Armadas son un poder subordinado al poder civil. Para someter las Fuerzas Armadas de Brasil al poder civil, es necesario cambiar el plan de estudios de las escuelas militares. De lo contrario, con cada generación se les educa de manera conservadora y reaccionaria, como si fueran los representantes de la nación que restaurarán la moral y el interés nacional.
Las promociones también tienen que cambiar. El Presidente de la República debe tener la última palabra sobre los ascensos. Esto no se puede confundir con la idea de que estamos en contra de las Fuerzas Armadas, en contra de que Brasil tenga unas Fuerzas Armadas. Aunque muchos puedan defender una posición pacifista incluso contra la existencia de las Fuerzas Armadas, como defendieron nuestro querido amigo Eduardo Jorge y Luiz Gushiken.
Todo el problema es político y son las alianzas. La única razón por la que no hubo golpe fue porque, a diferencia del pasado, la clase media en las grandes regiones metropolitanas, la comunidad empresarial, los medios de comunicación, los estadounidenses y la situación internacional y nacional no permitieron el golpe, pero intentaron organizar un golpe. golpe. Entonces no hay forma de aceptar la situación.
Es cierto que no tenemos una mayoría en la Cámara o el Senado para cambiar. Pero en el Congreso se están discutiendo la estrategia de defensa nacional, la política de defensa nacional y el Libro Blanco. Es hora de que el país debata esto. Ciertos problemas en Brasil sólo pueden resolverse si involucramos al país. Y el papel de las Fuerzas Armadas, lo hace el Tribunal Supremo Federal esta semana diciendo que no hay poder moderador y que las Fuerzas Armadas tienen que cambiar.
Debe haber una reforma en las Fuerzas Armadas. Esa es la pregunta. De lo contrario, dependiendo de la situación, dependiendo del momento político-histórico, volveremos a tener el problema que tuvimos en la elección de Jair Bolsonaro, en su gobierno, el 8 de enero de 2023.
En diciembre de 2022, cuando Lula fue a recibir un diploma del TSE, hubo un intento. Recordemos que los “Pies Negros” ya estuvieron en las manifestaciones que vandalizaron a la Policía Federal, quemando autos y autobuses. Por lo que es más que evidente que primero es necesario investigar y sancionar a todos los militares involucrados y reformar las Fuerzas Armadas.
Y nuestro compromiso con los muertos desaparecidos. Esto es irrevocable, porque es nuestra vida. Es parte de nosotros. Brasil se lo debe a las familias, se lo debe a la historia de Brasil, se lo debe a ellos, que dieron lo único que tenían, dieron su vida, para que hoy estemos aquí, en democracia, ahora luchando por ellos. Muchas gracias.
* José Dirceu Fue primer ministro de la Casa Civil en el primer gobierno de Lula (2003-2005), presidente nacional del Partido de los Trabajadores y diputado federal por São Paulo. Autor, entre otros libros, de Recuerdos – vol. 1 (generacion editorial). Elhttps://amzn.to/3x3kpxl]
Texto establecido a partir del discurso pronunciado en el acto público “Ditaduras Nunca Mais”, el 31 de marzo de 2024, junto al Monumento en Homenaje a los Muertos y Desaparecidos Políticos del Régimen Militar en el Parque de Ibirapuera, en São Paulo.
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