Reflexiones sobre la teoría política de las jóvenes Poulantzas (1968-1974)

Arshile Gorky (1904-1948), Un año en el algodoncillo, 1944.
Whatsapp
Facebook
Twitter
Instagram
Telegram

por DECIO AZEVEDO SAES & FRANCISCO PEREIRA DE FARIAS*

Extractos seleccionados por los autores del libro recién publicado.

Este trabajo de reflexión sobre la teoría política de Nicos Poulantzas tuvo su origen en encuentros realizados en el Instituto de Filosofía y Ciencias Humanas (IFCH) de la Universidad Estadual de Campinas (Unicamp) y en el Instituto de Estudios Avanzados (IEA) de la Universidad de São Paulo (USP), entre agosto de 2000 y marzo de 2001, como parte de las actividades de investigación y dirección de tesis.

Décio Saes (investigador visitante del IEA/USP) y Francisco Farias (becario de doctorado del IFCH/Unicamp) decidieron reunirse regularmente para debatir sistemáticamente los principales problemas que habíamos encontrado en la teoría política de los jóvenes Poulantzas. Así, comenzamos a reunirnos quincenalmente en las salas de trabajo de la IFCH o de la IEA para discutir los textos poulantzianos de la fase 1968-1974; más especialmente los libros Poder político y clases sociales (1968), fascismo y dictadura (1970) y Las clases sociales en el capitalismo actual (1974).

Nuestro enfoque era amplio pero al mismo tiempo preciso. Los temas poulantzianos que nos movilizaron fueron los siguientes: (a) la relación entre el Estado y la clase dominante en la sociedad capitalista; (b) el proceso de escisión de la clase dominante en este tipo de sociedad; (c) la caracterización del bloque de poder y la naturaleza de su relación con el aparato estatal capitalista; (d) el ejercicio de la hegemonía por parte de la clase dominante en su conjunto (hegemonía sensu lato), o una determinada fracción del capital (hegemonía stricto sensu).

Décio Saes: Creo que ambos detectamos el mismo problema. Sin embargo, existe una diferencia de redacción entre nosotros. Tendías a ver el efecto relevante como perfectamente sistémico y la acción manifiesta como antisistémica. He tendido a interpretar la presencia política específica como perfectamente sistémica, el efecto pertinente ya como antisistémico y la acción abierta como un caso casi extremo de efecto pertinente. Puede haber un defecto de exposición en el texto de Poulantzas. Pero cuando define el efecto relevante como un nuevo elemento que desborda el cuadro típico de niveles, está pensando en el efecto relevante en términos antiestructurales. El efecto pertinente transforma los límites fijados por las estructuras.

En rigor, se puede decir que cuando la clase obrera está actuando abiertamente, con su propia organización, buscando el poder político de clase, las estructuras están produciendo efectos relevantes, es decir, se refiere a una presencia como fuerza autónoma. Dice que presencia política sin efectos pertinentes: “es aquella que se inserta como variación posible dentro de los límites circunscritos por los efectos pertinentes de otros elementos”.[i]

Si sólo hay presencia política sin efectos pertinentes, la acción política está dentro de los límites que marca la estructura. Si se producen efectos relevantes, está la creación de nuevos elementos que van encaminados a transformar los límites fijados por la estructura. En rigor, puede decirse que hay un defecto en la distinción entre el efecto relevante y la acción declarada; cuando aborda el efecto relevante, señala a la ideología bonapartista como el ejemplo supremo de este fenómeno. Ahora bien, difícilmente algún autor atribuirá un carácter revolucionario a esta tendencia ideológica; El bonapartismo es totalmente sistémico.

Lo curioso es que, justo antes de dirigirse al campesinado parcial, Poulantzas propone una definición de efectos relevantes: el incumplimiento de los límites estructurales. Y la definición de acción declarada es la de “organización de una fuerza social que va más allá del mero reflejo de clase en el dominio político a través de efectos pertinentes”.[ii] Es decir: la acción declarada sería una tendencia que va más allá de los efectos relevantes.

Francisco Farías: Entendí que el primer nivel significa que no hay una clase distinta; el grupo social aún no ha sido constituido. En rigor, no se puede hablar de clase social o de grupo social porque no se ha llegado a un segundo nivel, que es el de producir un efecto político-ideológico específico.

Décio Saes: Pero esto es contradictorio con su esquema. El problema es este: va en la dirección de criticar a la clase misma ya la clase misma. A mitad de camino, se da cuenta de que es necesario tener un esquema teórico para explicar las diferencias en el comportamiento del grupo social. Para ello crea una gradación: clase sin presencia política específica, efectos relevantes y acción abierta. Pero esta gradación, en rigor, no podría existir después de haber dicho que las estructuras en su articulación producen efectos, que también se articulan, sobre las prácticas. Entonces, no puede haber una práctica social que no se caracterice por transmitir algún efecto ideológico. Teóricamente, no tiene forma de admitir esta posibilidad, de lo contrario vuelve a la distinción entre clase en sí y clase para sí.

Francisco Farías: Así, volveríamos al problema de las condiciones de existencia de las clases sociales en el capitalismo: ¿qué constituye una clase social? ¿Qué la hace emerger en la escena política? Aparentemente, la respuesta comienza con el tema del asociativismo tanto de los propietarios de los medios de producción -las asociaciones de empresarios- como de los vendedores de fuerza de trabajo -los sindicatos de trabajadores. Las clases sociales son aquellos grupos con ciertos poderes causales, revelados por sus efectos, y que por lo tanto se convierten en fuerzas sociales. Desde este punto de vista, los abogados por cuenta propia y los empleados del Estado constituirían dos clases distintas, ya que se diferencian económicamente y tienen una representación asociativa específica. Esto sería válido para varios otros grupos que, económicamente diferenciados, tienen una organización institucional o tienen un poder de movilización colectiva.

Sin embargo, no todas las agrupaciones, como fuerzas sociales, tienen un proyecto de sociedad en sus cuadros de valores e intereses. Solo aquellos grupos directamente relacionados con el proceso social de producción -dueños de los medios de producción y productores de plusvalía- son capaces de formular y defender un modelo global de colectividad basado en sus propios valores e intereses. Porque sólo ellos, por las razones demostradas por el análisis del capital y el análisis del estado burgués, pueden concentrar (o aspirar a la concentración) simultáneamente los poderes económicos y políticos, en suma, convertirse en una clase social.

En este sentido, Poulantzas tendría que admitir que las clases sociales son y no son efectos de las estructuras de la totalidad social, formulación que tendría en cuenta dos tipos de agrupación: la clase en lucha por las reformas, interna a los límites impuestos por la validez de las estructuras; y la clase antagónica, tendiendo a transformar el modelo de sociedad. En el primer caso, grupos diferenciados por su posición en la estructura económica -los propietarios de los medios de producción y los trabajadores asalariados- son inducidos a movilizarse y organizarse por el doble efecto del aparato estatal.

Por un lado, la estructura jurídico-política produce el efecto de agrupación; como se sabe, existe el efecto de la forma de sujeto igualitario, producido por la estructura legal, lo que significa que hay un grupo que se caracteriza por la tendencia a practicar la equivalencia, al objetivar la proporción en el nivel salarial en relación con el grado de la productividad del capital; está la clase asalariada en lucha por las reivindicaciones. En este caso –la competencia de las clases fundamentales– es una práctica de la ciudadanía contemporánea: un grupo no acepta la discriminación de establecer un nivel salarial por debajo de las condiciones de consumo propiciadas por las conquistas de innovación técnica de la empresa –generando predisposiciones a conflictos.

Por otro lado, el factor de emergencia de una clase en términos de prácticas es el impacto de las políticas económicas y sociales del Estado. El resultado de la intervención estatal materializa posibles conflictos de clase, ya que las clases se unen para defender o rechazar ciertas medidas. En otras palabras, los grupos diferenciados por ciertos criterios en el ámbito económico, e inducidos a la agregación por los efectos de la estructura jurídico-política, no se forman inmediatamente en términos de prácticas; adquieren un carácter más bien latente. Es la política del Estado la que se convierte en factor de movilización de las clases competitivas.

Poulantzas trató de eludir el resultado rígido del concepto de clase social, introduciendo la distinción entre la clase “pura” y la clase “autónoma”, en la que la primera sería la fuerza social sin presencia política específica, y la segunda que con presencia política. presencia. En rigor, decimos, la primera posibilidad –la clase abstracta– se constituye como un efecto tendencial de estructuras económicas y jurídico-políticas a nivel de prácticas. Pero una contratendencia, producida por la política de Estado y que conduce a la movilización de otra forma de agrupación –la fracción de clase, el grupo policlasista– puede dejar al grupo inicial, por así decirlo, en un estado de hibernación.

Décio Saes: Reitero que, a mi juicio, el mayor problema del esquema teórico de Poulantzas es que no logra explicar la transformación de un grupo integrado al modelo de sociedad imperante (inserto en un universo de prácticas sistémicas) en un grupo revolucionario. En rigor, para llegar a esta explicación tendría que introducir en su esquema teórico un elemento externo al sistema. En el materialismo histórico clásico, este elemento era el desarrollo de las fuerzas productivas.

En el grupo althusseriano, el autor que se vio obligado a abordar el papel del desarrollo de las fuerzas productivas en el proceso histórico fue Etienne Balibar, encargado de presentar una teoría de la transición al modo de producción capitalista en el trabajo colectivo. Leer la Capital. Por eso se dice que el grupo althusseriano no tiene forma de explicar el cambio social, a excepción de Balibar, quien introduce las fuerzas productivas en su teoría de la transición de un modo de producción a otro. En su texto, Balibar indica que es imposible teorizar la transición sin introducir un elemento externo al sistema; y este elemento es el factor de desarrollo, que no está contemplado en la simple reproducción de la estructura. Aparte del luminoso texto de Balibar, ningún otro texto de la corriente althusseriana indicaba una forma de resolver esta gran cuestión: ¿cómo es posible que un mismo conjunto articulado de estructuras produzca el efecto A y, al mismo tiempo, el efecto B, que es prácticamente la antítesis de A.

Pasemos al problema de la caracterización de las fracciones burguesas. En Poder político y clases sociales, Poulantzas afirma que, en primer lugar, las fracciones deben caracterizarse a nivel económico.[iii] Recordemos que, al dirigirse a las clases sociales, este autor sostiene que deben caracterizarse simultáneamente en los planos económico, político e ideológico. Sin embargo, al abordar las fracciones, Poulantzas las caracteriza en el plan económico, entendido básicamente como las relaciones de producción. Es obvio que, al tratar de la burguesía comercial, Poulantzas no la ubica en la esfera de la producción, sino en la esfera de la circulación.

Estas declaraciones chocan con su declaración más general, según la cual las clases y fracciones sociales deben caracterizarse simultáneamente en los tres niveles. Más adelante hará una referencia a la “fracción burguesa republicana”, introduciendo así otro criterio estrictamente político. De hecho, el criterio económico deriva de una determinada clasificación (funciones del capital: industrial, comercial e incluso bancario); el criterio político no deriva de ninguna clasificación. De hecho, usa "fracción" en diferentes sentidos. El procedimiento correcto hubiera sido tomar, por ejemplo, la estructura económica, y ver cómo produce efectos sobre los agentes del capital; ya la vez analizar la articulación de estos efectos con los efectos de la esfera política, para finalmente llegar al concepto de fracción de clase.

El resultado de aplicar este complejo modelo de análisis sería la caracterización de un grupo que combina los efectos de realizar una determinada función del capital con los efectos individualizadores de la estructura jurídico-política. Este grupo se caracterizaría, por tanto, por un “comportamiento igualitario-burgués”: la búsqueda de la equiparación de su margen de beneficio con el ya obtenido por otros segmentos del capital. Quizás esta simple caracterización fue lo mejor que se pudo lograr en este nivel. Otras subdivisiones probablemente involucrarían otras metodologías. Permaneciendo en el plano de análisis de la estructura del modo de producción capitalista, Poulantzas todavía no introduce el siguiente problema: el de la posibilidad de que la clase dominante se escinda según otros criterios (el contingente de trabajo, la escala de actividad, etc.).

Francisco Farías: No había prestado atención al problema de cómo la estructura puede afectar el fraccionamiento. Sin embargo, vería que hay una cuestión de delimitación análoga a la de las clases sociales. Aunque la fracción de clase existe como fuerza social, no todo subgrupo con poderes causales dentro de la clase social constituye una fracción de clase.

Sólo aquellos grupos que, por razones económicas y políticas que se precisarán, tiendan a proponer una variante de desarrollo capitalista o un llamado proyecto de nación constituirían una fracción de la clase dominante.

Décio Saes: Pasemos a la discusión de Fascismo y Dictadura. Nuevamente, no discutiré las tesis con las que estoy de acuerdo; Abordaré algunas formulaciones que me parecen problemáticas.[iv] El primer tema teórico a destacar es el cambio en el concepto de bloque de poder. Poulantzas comienza afirmando que el bloque en el poder es un Alianza de varias clases. En el texto anterior (Poder politico…), decía lo contrario: el bloque de poder era un fenómeno mucho más amplio, que se extendía a los aspectos económicos, ideológicos y políticos; era una comunidad de intereses que trascendía el ámbito de la alianza política.

No es que esto produzca grandes cambios en el análisis, pero de todos modos, es extraño que identifique el bloque en el poder con una alianza, porque parece que el bloque en el poder depende de un acuerdo político explícito entre las facciones; si no hay acuerdo, no hay bloqueo en el poder. La idea previa del bloque de poder era que la existencia del bloque de intereses era independiente de un acuerdo político explícito; era una comunidad de intereses cuya unidad estaba garantizada por el aparato estatal. Entonces, en primer lugar, encuentro este cambio inapropiado; y, en segundo lugar, no vi ninguna razón para el cambio. Examinando el capítulo teórico general, no veo ninguna razón, y este cambio solo trae problemas. Si el bloque de poder es una alianza, significa que si no hay un acuerdo explícito entre las fracciones, estarán fuera de la comunidad de intereses que une a todos los sectores de la clase dominante.

Francisco Farías: Incluso la idea de que la alianza es específica no funciona.

Décio Saes: No soluciona nada. Lo específico restringe más; no hace zoom. El hecho de decir que la alianza es específica no significa que sea una comunidad de intereses. Simplemente está diciendo: es un tipo especial de pacto. Restringe más el concepto en lugar de ampliarlo, porque la diferencia con el concepto anterior es que el bloque de poder era mucho más amplio que el concepto de alianza, en el sentido de que se trataba de una situación común de segmentos que pertenecen todos a la clase dominante. Entonces, hay una comunidad de intereses desde el punto de vista económico, ideológico y político.

El hecho de decir que la alianza es concreta no mitiga nada. El concepto de alianza ya es un concepto más restringido. Entonces, no entendí la razón del cambio conceptual. Si el bloque en el poder dependiera de una alianza, entonces sería mucho más pequeño, porque muy a menudo no hay ninguna alianza. Imagínese la relación política entre la propiedad de la tierra, el capital comercial y el capital industrial; con frecuencia, esta relación no es de alianza, sino de conflicto. Tendríamos que reducir el alcance del bloque de poder si solo dos de estas fracciones tuvieran una alianza explícita, entonces solo ellas participarían en el bloque de poder. Debemos concluir, en el caso de la Primera República en Brasil, que el capital industrial estaría fuera del bloque de poder; ya que el capital comercial (burguesía agroexportadora) se había aliado con la propiedad de la tierra para conducir la política oligárquica.

Poulantzas sostiene que el auge del conflicto de clases –está pensando en el fascismo– no reunifica el bloque de poder frente a un enemigo común; produce, por el contrario, efectos sobre las contradicciones internas del bloque de poder. Plantea la tesis de que el ascenso de las masas, en lugar de empujar a las fracciones de la clase dominante hacia la unidad, provoca la desintegración de su unidad política. Diría que esto podría haber sucedido en un espacio de tiempo muy corto, porque, a mediano plazo, el fascismo jugará un papel unificador.

Quizás debió haber explicado que cuando las masas intervienen, pueden poner en crisis a la política burguesa en su conjunto, generando disensiones incluso sobre cómo enfrentar el ascenso de las masas. Pero esta situación de disidencia no puede continuar indefinidamente. Tiene que haber un momento para que algún partido o fuerza política asuma el papel de unificar políticamente a la clase dominante; o prolongar la situación conducirá a un estado de ánimo revolucionario.

En mi opinión, en el caso del fascismo, el ascenso de las masas terminó provocando el surgimiento de una fuerza política capaz de unificar a la clase dominante contra su adversario histórico (las clases populares). Poulantzas tal vez quiere decir que, en lugar de un frente amplio de partidos liberales burgueses que surge contra la revolución proletaria, ha surgido un partido antiliberal, a diferencia de los demás partidos burgueses, para llevar a cabo esta tarea.

Parece muy impresionado por la costumbre de Gramsci de lamentar, en nombre de la burguesía, que no se haya llevado a cabo cierto camino que él considera ideal. En cierto punto, se refiere a Gramsci en esta perspectiva: los partidos liberales burgueses, en lugar de formar un frente único de partidos para enfrentar la revolución proletaria, debían ceder el paso al partido fascista. Pero ¿no es mucho más natural que un partido autoritario, contrarrevolucionario, asuma esta tarea, que los partidos liberales burgueses, que por definición apuestan por la carta del pluralismo, de la fragmentación partidaria, porque creen que esa es la esencia? de la democracia liberal?

Es difícil entender la expectativa de Poulantzas de que los partidos liberales burgueses formaran un frente para enfrentar la revolución proletaria, en cuyo caso no habría habido fascistización. Parece estar diciendo que podría no haber habido fascistización si los partidos, en lugar de involucrarse en contradicciones entre sí, se hubieran unido en un amplio frente burgués. Pero éste era el sueño de Gramsci, resumido por Poulantzas en su análisis.

En el caso del fascismo. el ascenso de las masas condujo a una escisión en el bloque de poder más que a la unificación; pero eso va para un primer momento. En todo proceso de ascensión de masas hay dos momentos: primero, el ascenso de las masas provoca disensión dentro del bloque de poder, sobre todo porque cada sector quiere tomar posición frente a la ascensión popular: unos quieren reprimir, otros quieren para aprovechar, según intereses fraccionarios. En el momento siguiente, continuando el ascenso y poniendo en peligro el orden social, todos los sectores se unen bajo una sola personalidad, bajo el mando del ejército, bajo un solo partido y se unifican políticamente. Eso es lo que pasó; el partido fascista terminó unificando políticamente a la clase dominante.

En mi opinión, Poulantzas no entendió que hay dos etapas en este proceso político. El ascenso de las masas causa disensión en la clase dominante hasta cierto punto; después de eso, la clase dominante resuelve sus disensiones y tiende a unificarse, a menos que no haya tiempo para ello (es decir, a menos que las disensiones provoquen un ambiente revolucionario y la revolución triunfe, lo cual no es el caso que se analiza). Poulantzas parece pensar, siguiendo a Gramsci, que “el camino burgués normal” sería la unificación inmediata de las fracciones en el bloque de poder; las masas van en ascenso, inmediatamente todas las fracciones de la clase dominante crean un amplio frente burgués, de carácter liberal, para hacerles frente.

Bueno, así no es como suceden las cosas en la historia real. Tomemos el caso brasileño: cuando el movimiento ABC comenzó a surgir, surgieron disensiones dentro de la burguesía sobre qué postura adoptar en relación con el régimen militar. No todos los sectores burgueses aceptaron permanecer bajo la protección del régimen militar. El MDB rechazó esta postura sumisa; y, en el Apertura, los partidos burgueses empezaron a pedir el fin del régimen militar. Pero no hubo reunificación.

Volvamos al fascismo. Para Gramsci, si ante el peligro proletario los partidos burgueses hubieran creado un amplio frente liberal, una vez eliminado el peligro de revolución, habría en Italia una democracia burguesa y no un régimen fascista. El amplio frente liberal sabría enfrentar, por métodos democráticos, el ascenso de las masas. Gramsci supuso que la burguesía podría haberse comportado de una forma más civilizada, en lugar de recurrir al fascismo. Y Poulantzas parece haber seguido la inspiración de Gramsci.

Francisco Farías: Podemos considerar que a la fracción hegemónica le conviene mantener la distinción entre funciones legislativas y ejecutivas. En primer lugar, esto se hace compatible con el objetivo de transformar el interés específico de una fracción en el interés general de la clase, ya que la generalización de los intereses se organiza a partir de la competencia entre las distintas fracciones, al incidir en los distintos poderes del Estado. aparato. Segundo, la fracción hegemónica tiende a participar en el Parlamento, a través de representantes electos, porque, en parte, resiste los costos del compromiso de clase necesario para la estabilidad del bloque de poder, especialmente cuando dicho compromiso toma la forma de una alianza política. exigiendo la concesión de un aumento general de salarios directos e indirectos.

Es en este sentido que Poulantzas (1972) habla de una tendencia latente de la burocracia del Estado capitalista a adoptar una postura “bonapartista”, es decir, la tendencia a imponer concesiones a intereses subordinados a la fracción hegemónica, aun cuando, dejemos añadimos, estas concesiones sólo significan la normalización, y no la reproducción ampliada, de estos intereses.

En determinadas situaciones –como el cambio de hegemonía política; el alto grado de conflictividad en el círculo de representantes de la fracción hegemónica; el ascenso de las clases dominadas–, la fracción capitalista renunciaría a la distribución de poderes en el aparato estatal contemporáneo, para preservar la prevalencia de sus intereses dentro del bloque de poder.

Es la forma de Estado en la que los poderes ejecutivo y legislativo se superponen o fusionan, (1) ya sea con el propósito de desalojar de los cargos políticos del Estado a los representantes de la antigua fracción hegemónica, quienes por una suerte de inercia electoral , seguiría siendo elegido; (2) o, en un contexto en el que los representantes políticos de la fracción hegemónica presentan un alto grado de divergencia entre ellos, para evitar las críticas de las fuerzas sociales subordinadas, según la máxima de que se renuncia a la democracia parlamentaria en favor de la rentabilidad de capital; (3) es todavía atemorizar el espectro de la revolución política a los ojos de la masa de las clases dominantes. Por lo tanto, el análisis del bloque de poder no puede restringirse a la relación entre el Estado y la clase dominante.

Décio Saes: Exactamente. Los conflictos dentro de la clase dominante dan paso a la lucha popular; y la lucha de las clases populares, cuando llega a cierto nivel, o conduce a la unificación política de las clases dominantes; o eventualmente, dentro de ciertos límites, al agravamiento de las diferencias, con posibilidad de alianzas entre la burguesía disidente y las clases populares. Si no se tienen en cuenta estos dos fenómenos (conflicto en el bloque de poder y conflicto entre la clase dominante y las clases populares) y la relación entre ambos, el análisis es limitado. Esto termina siendo válido para todo el libro: apenas se menciona el papel de las clases populares en el funcionamiento, en última instancia, del aparato estatal.

* Décio Azevedo Saes Es profesor de la Universidad Metodista de São Paulo. Autor, entre otros libros, de Ciudadanía y Clases Sociales: Teoría e Historia (Metodista).

*Francisco Pereira de Farías Es profesor del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Federal de Piauí. Autor, entre otros libros, de Estado burgués y clases dominantes en Brasil (1930-1964) (ed.CRV).

referencia


Décio Azevedo Saes & Francisco Pereira de Farias. Reflexiones sobre la teoría política de las jóvenes Poulantzas (1968-1974). Marília, editorial Lutas anticapital, 2021.

Notas


[i] POULANTZAS, N. Poder político y clases sociales. París: Maspero, 1972, vol. yo, pág. 80.

[ii] Misma misma, pág. 99.

[iii] POULANTZAS, N. Pouvoir político y clases sociales. París: Maspero, vol. I, sección I, capítulo 2: Politique et classes sociales.

[iv] POULANTZAS, Nicos. fascismo y dictadura. París: Seuil/Maspero, 1974, parte 3, capítulo I: Proposiciones generales.

Ver todos los artículos de

10 LO MÁS LEÍDO EN LOS ÚLTIMOS 7 DÍAS

Ver todos los artículos de

BUSQUEDA

Buscar

Temas

NUEVAS PUBLICACIONES

Suscríbete a nuestro boletín de noticias!
Recibe un resumen de artículos

directo a tu correo electrónico!