Quilombo y acción política

Imagen: Evgeny Liashchevskyi_
Whatsapp
Facebook
Twitter
Instagram
Telegram
image_pdfimage_print

por RONALDO TADEU DE SOUZA*

Entre Clóvis Moura y Beatriz Nascimento

“con el tiempo, derribar […] las barreras del Senado[i] hará que los cuervos piquen a las águilas [de la opresión]” (Shakespeare, coriolano).

Ningún grupo subalterno, para utilizar la afortunada formulación de Antonio Gramsci, fue capaz de luchar por su emancipación efectiva sin poseer su propia dinámica de organización política, precisamente de autoorganización. Fue así con el Niveladores, tan bien analizado en el clásico del pensamiento histórico y político marxista, el Mundo al revés por el historiador inglés Christopher Hill; con los Sans-Cullotes en Francia en 1789, que introdujo con su acción una nueva temporalidad sociohistórica en los términos de Rétif de La Bretonne, con la Comuna de París que fundó el primer gobierno eminentemente obrero de la historia, y al que Marx llamó guerra civil en francia de “campeones desinteresados ​​de una sociedad nueva y mejor”, con la Rusia de 1917 en la que los soviéticos en acción presentaban a quienes buscaban la redención “una estructura política [de organización] muy compleja, […] [constituida] por la mayoría de los gente” – esto es lo que nos dijo John Reed en su ensayo Los soviéticos en acción.

Ahora bien, en el caso del pueblo esclavizado por la aristocracia agrario-capitalista en Brasil, no sucedió nada diferente. En efecto, los quilombos eran la modalidad organizativa de hombres y mujeres negros que anhelaban libertad. Eran, y todavía “pueden ser”, el arreglo de acción político-subjetivo-simbólico-discursivo de los insurrectos de piel negra que se atrevieron a luchar y desafiar el actual orden social impuesto por las clases y élites blancas dominantes de la época (de nuevo). : los grandes “capitalistas” terratenientes, sus “representantes” y sus asesinos bien armados).

Los dos principales intérpretes de la experiencia de los quilombos en el pensamiento social y político brasileño son Clóvis Moura y Beatriz Nascimento. Veamos, brevemente, lo que él y ella nos dicen acerca de esta acción política de nuestros antepasados ​​- y cómo puede, eventualmente, si se reconfigura en las circunstancias de la lucha de clases-raza contemporánea, ser la modalidad de acción política (organizativa) con un con miras y en el horizonte de combatir y derrocar las diversas formas de racismo (de clases) violento y cínico en Brasil.

Clóvis Steiger de Assis Moura interpreta los quilombos basándose en la teoría marxista (clásica). Porque, en su argumento fundamental, eran “una manifestación de la lucha de clases”, y añade, “para usar la expresión ya universalmente reconocida”.[ 1 ] En términos precisos, entonces, en los que establece su posición conceptual, teórica, intelectual y política, ante cualquier otra posible definición que sea, en cierto modo, adecuada, para el sociólogo piauí, cuando los quilombos surgieron en territorio brasileño, se constituyeron como un dispositivo decisivo de combate de clases formado por hombres y mujeres negros – frente a la sociedad esclavista y las consecuencias que de ella se derivan (Florestan Fernandes).

La evidencia construida por Clóvis Moura es que allí donde se estableció la esclavitud moderna –una de las determinaciones inmanentes al establecimiento del capital–, en Colombia, Cuba, Haití, Jamaica, Perú, las Guayanas y, especialmente, en Brasil, estas formas irrumpieron como sustantivos prácticos de política. Acción de las personas de piel negra. Es “evidente” que toda posición organizativa de los subalternos, y especialmente de los pueblos singulares (trasplantados por la fuerza y ​​la violencia de un continente a otro), trae consigo dinámicas culturales (en sentido amplio: memoria, lengua, religiosidad, relaciones afectivas, alimentación y ropa) inscrita en las contingencias de su existencia.

Sin embargo, Clóvis Moura es enfático al afirmar que “el quilombagem en Brasil fue resultado de las contradicciones estructurales del sistema esclavista y reflejó, […] [en su dinamismo], a nivel de conflicto social, la negación de este sistema por parte de los oprimidos”.[ 2 ] Entonces se puede decir que los quilombos significaron, esencialmente, el momento único y peculiar de la revuelta y/o rebelión de los negros contra la esclavitud y quienes se beneficiaban de ella. Eran la exclamación insurreccional de los esclavizados.

La virtud de la sociología (marxista) de los quilombos de Clóvis Moura es que entendió su alcance social; de ahí su concepción de que las “plataformas” (así se llamaba a los quilombos en Cuba) configuraban, a través de la negatividad, la materialidad de la lucha de clases al preocuparse por la elaboración teórica, eminentemente, consistente. La postura de Clóvis Moura es comprender el sistema quilombista con variaciones político-culturales, para exponer sus aspectos fundacionales en el ámbito de la “alianza de los quilombos”, el “desarrollo de los quilombos”, la “continuidad histórica de los quilombos” y la “continuidad espacial”. -extensión territorial de los quilombos”.[ 3 ]

Así; Al organizarse en la resistencia negra, cualquier movimiento hacia el aislamiento sociopolítico era impensable, por lo que los insurgentes quilomba se unieron a otros grupos sociales explotados y oprimidos por el orden esclavista: había una “conexión general entre el esclavo quilomba y otros grupos sociales oprimidos”. grupos no […] por casualidad […] el esclavo minero, por ejemplo, era muy frecuentemente vinculado a la bengala y al contrabandista de diamantes y oro”.[ 4 ]

Como otras formas de lucha de quienes quieren libertad e igualdad efectivas, la autoorganización de hombres y mujeres negros no prescindió del lanzamiento de alianzas estratégicas y tácticas con otros grupos –distintos de los colonos–. Es cierto que de una forma u otra los sujetos políticos de la acción, o si se prefiere la subjetividad primordial, seguían siendo los de piel negra; pero aprendieron la necesidad material y concreta de una articulación circunstancial con otras categorías de personas “humilladas” en la tierra. (Lo que estaba en juego era la lucha y el impulso para derribar “el aparato represivo”[ 5 ] que apoyaba la esclavitud impuesta por la oligarquía blanca que “poseía” ilegítimamente la tierra.)

Al estudiar la posición vital de los quilombos en la guerra negra por la liberación, Clóvis Moura expone la dinámica interna de estas “retiradas” inteligentemente planificadas para el combate racial-clase. Dos características – deberían – llamar la atención de quienes pretenden revisitar hoy la experiencia histórico-ancestral de las plataformas: la primera, su poder político-militar, en palabras del intelectual piauí “[existe] una industria de guerra por los propios [aquilombados y quilombadas] […], que fabricaban lanzas, arcos, flechas, cuchillos y otros objetos bélicos […]; establecer[ed], [por lo tanto] sistemas de defensa”[ 6 ] quienes tenían el objetivo decisivo de confrontar las fuerzas del estado esclavista, es decir, la punta de lanza (los katechons) de la élite blanca dominante de la época.

Ahora bien, los quilombos eran estructuras organizativas creadas para combatir la lucha de los pueblos esclavizados por la libertad; Para utilizar una formulación del marxismo clásico de principios del siglo XX, se forjaron como acuerdos de doble o dualidad de poder.[ 7 ] frente al poder esclavista del “Estado”. La segunda característica es que los quilombos también se formaron “como unidad productiva”[ 8 ].

De esta manera, configuraron una forma alternativa de supervivencia a la producción económica basada en la explotación de brazos y hombros negros. Alimentación, metalurgia, vestimenta artesanal: los quilombos crearon todo un conjunto dinámico de existencia. En el lenguaje marxista de la ideología alemana, relaciones sociales materiales y subjetivas para mantener a sus comunidades en el esplendor de la vida y listas para la batalla, que enfrentarían contra el modo de producción capitalista esclavista. Dice Moura: “se organizaron para poder, en caso de aislamiento o de guerra, mantenerse sin grandes crisis internas de producción”[ 9 ].

De este modo; Los quilombos en el contexto teórico-interpretativo de la sociología muraniana constituían un dispositivo político de acción, combate y forma de vida (en germen) contra la estructura de poder de la aristocracia esclava blanca dominante: se puede decir, eran un poder constituyente (Toni Negri). ) que se estaba estableciendo: una escisión en el monopolio “legítimo” de la fuerza, la violencia física (Max Weber) y la violencia organizacional en la sociedad.

Palmares fue el punto culminante de la acción revolucionaria de los quilombos. Su fuerza política puso en estado de atención a todas las autoridades representantes de los esclavistas, mientras su existencia conmovedora, audaz y feroz – imaginativa e incluso insurreccional – se transformaba en “el obstáculo más grave para el desarrollo, […] la estabilización [y la consolidación”. ] de la esclavitud en la región”[ 10 ], y no se podría hacer nada para destruirlo, si se extendiera a todo el territorio brasileño. Estado dentro del Estado; doble poder establecido por los rebeldes de piel negra, Palmares cubrió un espacio geográfico considerable[ 11 ] en la región de Porto Calvo, Alagoas. Sus revolucionarios fueron Andalaquiche, Zumbi, Acotirene y Aqualtune.

En Palmares se estableció una verdadera alianza, una articulación estratégica para el combate político racial-clasista, entre los subordinados por el sistema esclavista –hubo “una adhesión de esclavos y esclavas de los ingenios, [...] de indígenas, blancos pobres y perseguidos y como miembro de otras etnias discriminadas”.[ 12 ] En el apogeo de su existencia Palmares tenía una población de 25 mil habitantes; de hecho, fue uno de los momentos más significativos de acción política –organizativa, material, subjetiva– de hombres y mujeres negros con el objetivo de liberar a la élite dominante de la esclavitud blanca en Brasil.

Fue una sociedad revolucionaria la que levanté y me enfrenté a una sociedad de explotación, opresión, humillación y absolutamente racista. Un hermoso ejemplo para hoy. Pero los quilombos no sólo tenían un lugar en la sociología marxista de Clóvis Moura; Con un elegante y fino ensayo histórico-antropológico, Beatriz Nascimento narró la génesis y el simbolismo de los quilombos (en África y, luego, en Brasil).

Pequeña excursión

“La tradición de los oprimidos nos enseña [que es necesario] crear un verdadero Estado de excepción” (Walter Benjamin, Tesis 8, Sobre el concepto de historia) – Amarildo dónde está – Ítalo – João Pedro – Marielle, que ordenó el asesinato – niño Miguel Otávio Santana – Ágatha – Guarujá – Complexo da Penha – Bahía – Mão Bernadete asesinado – “porque necesito salvar a los viejos, porque Necesitamos salvar a los niños y las flores […] porque hay poco dinero para nosotros […] para más municiones, armas más potentes y un motor más rápido, más gasolina en el tanque, para ser iguales [a la elite burguesa blanca y sus asesinos]” (Mano Brown, Vida Loca) – “necesitamos organizar el odio, eso nos salvará” (Paulo Galo, PodPah #390) – “si hubiéramos fusilado sumariamente a los responsables de la tortura [nazifascistas en Auschwitz] junto con sus ordenanzas y sus protectores extremadamente poderosos, eso habría sido más moral que abrir un caso contra algunos de ellos” (Adorno, dialéctica negativa).

María Beatriz Nascimento

Una historiadora erudita en su profesión, María Beatriz Nascimento, dejó una obra decisiva sobre los orígenes histórico-políticos e histórico-culturales de los quilombos. Sin mucha precisión epistemológica y conceptual se puede decir que El concepto de quilombo y la resistencia cultural negra e kilombo e Memoria comunitaria: un estudio de caso, son textos que expresan el simbolismo cultural (de lucha política) en el que fue convertido el dispositivo político quilombola por la escritura histórica de Beatriz Nascimento. Alex Ratts acierta al formular que en la exquisita narrativa de Beatriz Nascimento, “los quilombos son [insignias de] patrias imaginadas”[ 13 ] por la lucha contra la esclavitud – por la construcción de horizontes libres de explotación, opresión y humillación.

Con un temperamento incisivo similar al de Clóvis Moura, Atlântica afirma categóricamente que el kilombo (en la ortografía original) “representó en la historia de nuestro pueblo un hito en su capacidad de resistencia y organización [y acción política]”.[ 14 ] No es posible aquí seguir la comprensión refinada y la sólida maestría de Beatriz Nascimento; Sin embargo, podemos comentar algunos puntos. Por lo tanto, con origen en “[varias] complejidades históricas y de formación social y política”[ 15 ] os kilombos estaban presentes en la región del “sur de Angola”[ 16 ]. Su etnia, nos cuenta Beatriz Nascimento, eran los Mbundos.

El guerrero ngola “proveniente del este de África”[ 17 ] estableció una comunidad de defensa descentralizada: éstas fueron las que los portugueses “en busca del metal precioso”[ 18 ] se enfrentaron en su camino hacia África. Beatriz afirma que los descendientes de Ngola fueron defensores de varios territorios africanos; con astuta ciencia práctica siempre han comprendido las “verdaderas intenciones de los europeos”[ 19 ]. Una de las acciones políticas emprendidas por los Ngola, particularmente por Ngola Mbandi Kiluanji, fue arrestar, sin más, al “comisario portugués Baltar de Castro, paralizando los inicios del comercio internacional de esclavos en su territorio”.[ 20 ].

Los bantúes de las regiones y las “ciudades bantúes del África centrooriental”[ 21 ] Fue otro de los grupos narrados por Beatriz con el fin de hacer germinar la experiencia de resistencia, combate y lucha política. Pero además de los ngolas y los bantúes, también estaban los imbangalas procedentes del este de África; de ellos en el ámbito de estas múltiples y espléndidas existencias de acción política es lo que inició, efectiva e institucionalmente, la grandiosa y revolucionaria invención de kilombos. Dice Beatriz Nascimento: “al entrar en la región de África central, el Jaga introdujo una institución verdaderamente revolucionaria en la […] historia humana [y negra]: esto es exactamente el kilombo”[ 22 ]. Con experiencia en la caza, en la guerra para proteger su espacio vital, en la imaginación para la lucha perseverante y en la autoorganización, los Imbangalas y sus kilombos transformada en una amplia “sociedad guerrera”[ 23 ].

Es, por tanto, necesario insistir en la posición interpretativa de Atlântica, la kilombo en África era la forma de acción y tenacidad negra, incluso combatividad, “como los portugueses”[ 24 ]. A diferencia de Clóvis Moura, sin embargo, Beatriz entiende la construcción cultural y simbólica de kilombos. El historiador de la UFRJ y la UFF[ 25 ] Nos dejó hermosas líneas y palabras sobre el arte, el conocimiento, las costumbres y la civilización quilombolas. Se trataba de formas de vida, para hablar con el teórico crítico Rahel Jaeggi; auténticos modos de vida.

Con efecto; tú kilombos establecieron un lugar de experimentación en el que todos compartían el todo consigo mismos y con los demás: era un espacio cosmológico de reconocimiento. En la insinuante formulación de Beatriz, por tanto, las plataformas africanas “sintetizaron[d] todo esto, [el momento de la cultura, la tecnología, la producción simbólica, la subjetividad, la religiosidad y la acción política] en el individuo y en el grupo de individuos territorializados en cualquier ámbito [ …]; [era] un espacio visible, invisible y, [sobre todo] cósmico”[ 26 ]. Vale la pena decirlo; el poder para ellos no significaba sólo un instrumento de combate y un medio de defensa (aunque esto fuera, inevitablemente, decisivo); Lo que los Imbangalas (los Ngolas y los Bantos) forjaron en África –y que fue transportado a Brasil– tuvo la incandescente sensación de una acción política heroica por su alcance existencial.

Al construir su agenda de investigación, Beatriz Nascimento, más que proponer hipótesis de trabajo y problematizaciones teórico-interpretativas,[ 27 ] –aunque tales elaboraciones de matrices académicas estaban dentro de la latitud de la formación intelectual construida para ella misma como mujer negra– intentó construir un marco de referencia en el que la lucha negra contra el racismo violento que impregna la sociedad brasileña pudiera tener un anclaje simbólico. Para ella, la temporalidad subterránea de kilombos tenía latencias subversivas, por lo que el trabajo de investigación y conocimiento profundo y serio de esta experiencia negra en otros lugares y aquí sería extremadamente importante –y en su momento (y ahora) urgente.

Como afirma la historiadora Raquel Barreto, la intervención de Atlântica “tenía como objetivo defender una historia [completa] de los negros que tuviera en cuenta su agencia y las dimensiones de su subjetividad, destacando que, incluso en condiciones y contextos adversos, los negros buscaron formas de establecer [ …] [Una Forma de Vida"[ 28 ] y acción política para combatir las estructuras políticas y sociales basadas en la esclavitud. (Fue su violencia divina y su negro estado de excepción para decir con Walter Benjamin).

Os kilombos de Beatriz Nascimento creó la belleza del lenguaje práctico de la guerra revolucionaria negra en busca de redención, libertad efectiva e igualdad y emancipación. Fueron sediciones sublimes contra la dominación de la burguesía colonialista blanca europea y contra la esclavitud impuesta por la aristocracia blanca brasileña del país, y podrían convertirse en el momento mismo de la acción política insurreccional de los negros para liberarse, hoy, de las “cadenas”. del racismo de clases que aún está vigente entre nosotros en Brasil. (Las lecciones de Clóvis Moura y Beatriz Nascimento, finalmente, deben ser revisadas urgentemente en esta situación de indecisión “conformista” del “movimiento negro” brasileño).

*Ronaldo Tadeu de Souza es profesor de ciencia política en el Departamento de Ciencias Sociales de la UFSCar e investigador postdoctoral en el Departamento de Ciencia Política de la USP.

Notas


[ 1 ] Clovis Moura – Quilombos: resistencia a la esclavitud. Ed. Expresión Popular, pág. 20.

[ 2 ] Ibidem, P. 23.

[ 3 ] Ibidem, Pp 40-49.

[ 4 ] Ibidem, P. 40.

[ 5 ] Ibid.

[ 6 ] Ibidem, p. 41.

[ 7 ] Respecto al debate sobre la doble o dualidad del poder, véanse las intervenciones de Lenin en el contexto de la Revolución Rusa de 1917 e inmediatamente después de ella. Y respecto al Estado o poder político como unidad legítima de monopolio de la violencia física, véase Max Weber, La política como vocación, varias ediciones.

[ 8 ] Op. cit., P. 41.

[ 9 ] Ibidem, P. 42.

[ 10 ] Ibidem, P. 67.

[ 11 ] Ver ibídem, P. 66.

[ 12 ] Ibidem, P. 66.

[ 13 ] Alex Rattz – Soy Atlántica: sobre la trayectoria de vida de Beatriz Nascimento. Ed. Prensa Oficial/Instituto Kuanza, p. 59.

[ 14 ] Beatriz Nascimento – El concepto de quilombo y la resistencia cultural negra. En: Beatriz Nascimento – quilombola e intelectual: posibilidades en días de destrucción. Ed. Unión de Colectivos Panafricanistas, p. 274.

[ 15 ] Ibidem, P. 275.

[ 16 ] Ibidem.

[ 17 ] Ibidem.

[ 18 ] Ibidem.

[ 19 ] Ibidem.

[ 20 ] Ibidem.

[ 21 ] Ibidem, P. 277.

[ 22 ] Ibidem, P. 278.

[ 23 ] Ibidem, P. 279.

[ 24 ] Ibidem.

[ 25 ] Sobre la carrera de Beatriz Nascimento, ver Alex Ratts – Soy Atlántica: sobre la trayectoria de vida de Beatriz Nascimento. Ed. Prensa Oficial/Instituto Kuanza.

[ 26 ] Op. cit., P. 278.

[ 27 ] Sobre la agenda de investigación de Beatriz Nascimento, ver Beatriz Nascimento – Kilombo y Memoria Comunitaria: un estudio de caso. En: Alex Ratts – Soy Atlántica: sobre la trayectoria de vida de Beatriz Nascimento. Ed. Prensa Oficial/Instituto Kuanza.

[ 28 ] Raquel Barreto – Quilombo, Palabra que significa Unión: Beatriz Nascimento y el protagonismo negro en la historia de Brasil. Suplemento Pernambucano, enero 2020. https://www.academia.edu/41946456/QUILOMBO_PALAVRA_QUE_SIGNIFICA_UNI%C3%83O.


la tierra es redonda existe gracias a nuestros lectores y seguidores.
Ayúdanos a mantener esta idea en marcha.
CONTRIBUIR

Ver todos los artículos de

10 LO MÁS LEÍDO EN LOS ÚLTIMOS 7 DÍAS

Las muchas voces de Chico Buarque de Holanda
Por JANETHE FONTES: Si hoy los versos de Chico suenan como una crónica de un tiempo pasado, es porque no los escuchamos bien: el 'cállate' todavía susurra en leyes de censura veladas, la 'amordaza creativa' adquiere nuevas apariencias.
La desobediencia como virtud
Por GABRIEL TELES: La articulación entre marxismo y psicoanálisis revela que la ideología actúa “no como un discurso frío que engaña, sino como un afecto cálido que moldea los deseos”, transformando la obediencia en responsabilidad y el sufrimiento en mérito.
Discurso filosófico sobre la acumulación primitiva
Por NATÁLIA T. RODRIGUES: Comentario al libro de Pedro Rocha de Oliveira
El conflicto entre Israel e Irán
Por EDUARDO BRITO, KAIO AROLDO, LUCAS VALLADARES, OSCAR LUIS ROSA MORAES SANTOS y LUCAS TRENTIN RECH: El ataque israelí a Irán no es un hecho aislado, sino un capítulo más en la disputa por el control del capital fósil en Oriente Medio.
El antihumanismo contemporáneo
Por MARCEL ALENTEJO DA BOA MORTE & LÁZARO VASCONCELOS OLIVEIRA: La esclavitud moderna es fundamental para la formación de la identidad del sujeto en la alteridad del esclavizado
Inteligencia artificial general
Por DIOGO F. BARDAL: Diogo Bardal subvierte el pánico tecnológico contemporáneo al cuestionar por qué una inteligencia verdaderamente superior se embarcaría en la "cúspide de la alienación" del poder y la dominación, proponiendo que la verdadera IAG revelará los "sesgos aprisionantes" del utilitarismo y el progreso técnico.
Modernización al estilo chino
Por LU XINYU: Aunque el socialismo se originó en Europa, la “modernización al estilo chino” representa su implementación exitosa en China, explorando formas de liberarse de las ataduras de la globalización capitalista.
dialéctica de malandragem
Por VINÍCIUS DE OLIVEIRA PRUSCH: Consideraciones sobre el ensayo de Antonio Candido
¿Cuál es la calidad de Qualis?
Por FLÁVIO R. KOTHE: Si Qualis mide la calidad con métricas que ignoran la originalidad del pensamiento, nos encontramos ante un sistema que canoniza la mediocridad. Mientras Spinoza, Marx y Nietzsche son recordados por haber sido rechazados por sus pares, la academia brasileña celebra artículos que obedecen a fórmulas vacías.
michelle bolsonaro
Por RICARDO NÊGGO TOM: Para el proyecto de poder neopentecostal, Michelle Bolsonaro ya tiene la fe de muchos evangélicos de que es una mujer ungida por Dios
El rey del huevo
Por FRANCISCO ALANO: Ricardo Faria: Multimillonario del huevo critica a Bolsa Família y paga salarios 20 veces más bajos en Brasil
Ver todos los artículos de

BUSQUEDA

Buscar

Temas

NUEVAS PUBLICACIONES