por JOSÉ RAIMUNDO TRINDADE*
Sólo una sociedad organizada en torno a los derechos universales y la solidaridad nos permitirá superar la situación actual
“No solo queremos comida\ Queremos comida\ Diversión y arte\ No solo queremos comida\ Queremos una salida\ Cualquier lugar” (Arnaldo Antunes; Marcelo Fromer & Sérgio Britto).
El domingo se celebra otro 1°. Mayo, Día del Trabajador. Esta fecha es de enorme importancia y trascendencia histórica. El origen de la fecha se remonta a finales del siglo XIX, con la realización de una huelga general en USA en 1886, la agenda principal de las luchas fue la reducción de la jornada de trabajo de más de 12 horas a 8 horas un dia de trabajo El paro afectó a muchas empresas y el enfrentamiento con las fuerzas de represión mató a tres trabajadores. Organizaciones internacionales de trabajadores han establecido el Primero de Mayo como fecha para realizar manifestaciones anuales con el objetivo de luchar por derechos y mejores condiciones de vida.
Este 2022 de mayo de 19 tiene lugar en un momento fundamental de la historia brasileña. En los últimos cinco años, se ha observado una creciente precariedad de las condiciones de vida del pueblo brasileño, con altas tasas de desempleo, disminución de la renta familiar y aumento del costo y el costo de vida. No se trataba solo de la crisis sanitaria y los problemas derivados de la Covid-660, que golpeó duramente a la sociedad brasileña, con un elevado número de muertos (más de XNUMX mil muertos) y cuyas consecuencias afectaron a cientos de miles de trabajadores.
Sin embargo, los cambios ocurridos en las relaciones laborales desde la sanción de la LC 13.467/17, así como las acciones destructivas realizadas por gobiernos posteriores al Golpe de Estado de 2016 (Michel Temer y Jair Bolsonaro), ya sea en forma de el fin del Ministerio de Trabajo, en el establecimiento de políticas de pérdida de salarios, como el no ajuste del salario mínimo, sin considerar los efectos muy nefastos de una crisis económica que se arrastra por su séptimo año.
Vale destacar que los cambios establecidos a partir de la infame Ley Complementaria 13.467/17 (acordada como Reforma Laboral) nos llevaron a un mercado laboral que intensificó las condiciones de fragilidad y vulnerabilidad de los trabajadores, fortaleciendo la figura del trabajador autónomo, intermitente, parcial, temporal. el trabajo y la tercerización, factores que conducen a un mercado laboral cada vez más precario, destacándose en las cifras referentes a la subutilización, el autoempleo y la informalidad.
Contrariamente a lo que publicitó la prensa y el gobierno, la crisis de desempleo y subocupación de los trabajadores es anterior al Covid-19. Los datos a continuación revelan un escenario de fuerte rigidez en las condiciones económicas relacionadas con el mercado laboral brasileño, tanto no observando la recuperación económica a la velocidad necesaria, sino también observando la degradación de las condiciones básicas de vida, y en el período 2014/2021 es observado Con base en datos de la PNAD (Encuesta Nacional por Muestreo de Hogares), se identificó un conjunto de aspectos desfavorables para quienes viven de su trabajo.
(1) La tasa de paro va en aumento, y entre 2014 y 2021 el número de trabajadores desempleados prácticamente se duplica, pasando de 6,8 millones a 13,2 millones.
(2) Todo el discurso en torno a la notoria reforma laboral (LC 13.467/17) se basó en vender la falsa propaganda de que habría más creación de empleo. Los números muestran lo contrario. Además de casi duplicarse la tasa de desempleo, como ya se señaló, el llamado empleo formal, es decir, con contrato laboral, disminuyó casi un 12,5%, al pasar de aproximadamente 37 millones de trabajadores a 32,9 millones de empleados con contrato laboral, lo que denota el fracaso total de estas medidas que sólo destruyen los derechos de los trabajadores.
(3) El número de trabajadores por cuenta propia creció casi un 20%, al pasar de 20 millones a cerca de 25 millones de trabajadores, lo que está condicionado por la creciente dificultad de la economía y la expansión de la informalidad, denotando la mayor precariedad social presente en el país. La informalidad ha profundizado su carácter estructural en la sociedad brasileña, visible en los millones de trabajadores en semáforos y esquinas como vendedores y proveedores de diversos servicios, así la población ocupada informal, sin derechos y extremadamente precaria, supera los 36 millones de brasileños, alcanzando tasa récord del 40,1%.
(4) La masa de ingresos del trabajo en la economía se redujo fuertemente, cayendo en más de siete millones de reales (-2,8%). Esta restricción de la masa de ingresos explica en gran parte la pérdida de capacidad de consumo y el empeoramiento de las condiciones de vida de la población brasileña. Asimismo, la renta media de los brasileños
(5) Un número creciente de trabajadores se encuentran en condiciones de subempleo, es decir, buscan mejores condiciones para su reproducción y la de sus familias, pero no pueden hacerlo. En 2021, junto a los trabajadores desempleados, subempleados y desanimados, tenemos más de 36 millones de trabajadores.
Indicadores del Mercado Laboral Brasileño (2014/2021)
fuente: Encuesta Nacional por Muestreo Continuo Domiciliario (IBGE, 2021).
*Estimaciones de población presentadas por mil personas, tasas porcentuales, renta en reales y masa de renta en millones de reales.
Ante el panorama presentado, en este Primero de Mayo, más que nunca, surge más que nunca la imperiosa necesidad de la organización de los trabajadores (en el trabajo, la vivienda, el estudio, el culto) y su tenacidad en la búsqueda de días mejores. Sólo una sociedad organizada en torno a los principios de los derechos universales y la solidaridad como condición humana nos permitirá superar la situación actual, construyendo normas sociales y garantizando el trabajo y los derechos salariales, contratos de trabajo regulados y jornadas laborales más reducidas y acordes con la vida. El momento es de resistencia, pero también de hacerse eco de que “no solo queremos comida, queremos comida, diversión y arte”. Estos pasos son solo los pasos iniciales hacia la construcción de un movimiento anticapitalista que nos lleve a una sociedad que rompa con la explotación capitalista, la pobreza y la desigualdad.
*José Raimundo Trinidad Es profesor del Instituto de Ciencias Sociales Aplicadas de la UFPA. Autor, entre otros libros, de Agenda de debates y desafíos teóricos: la trayectoria de la dependencia (Pakatatu).