por MARCELO MODOLO & HENRIQUE BRAGA*
La lengua portuguesa, especialmente en sus variedades regionales, es rica en expresiones idiomáticas que a menudo tienen orígenes oscuros o curiosos.
La lengua portuguesa, especialmente en sus variedades regionales, es rica en expresiones idiomáticas que a menudo tienen orígenes oscuros o curiosos. Una de estas expresiones es “para el perro”, utilizada en portugués brasileño para denotar algo en gran cantidad o intensidad, en construcciones como: “Este mes tengo trabajo para el perro, no sé ni por dónde empezar”; “El evento estuvo lleno, había mucha gente”; “Ayer llovió muchísimo, inundó toda la ciudad”.
Pero ¿cómo entraría el perro en la composición de una expresión que indica cantidad o intensidad?
Ladridos y rebuznos en escena: una primera hipótesis
Una hipótesis sobre el origen de la expresión “pra perro” estaría arraigada en la cultura rural brasileña. En contextos rurales, los perros suelen ser numerosos y desempeñan funciones importantes en la protección de propiedades, el pastoreo de animales y la caza. Este escenario sugiere que la expresión podría haber surgido de la observación de la vida rural, donde la abundancia de algo se asociaba con la necesidad de sustentar a muchos perros.
Así, “para perros” podría significar “en cantidad suficiente para muchos perros”, es decir, en grandes cantidades. Una reflexión similar podría hacerse respecto de la hipótesis formativa de la expresión “pra burro”, considerando que ambas expresiones se utilizan para indicar una cantidad o intensidad (aunque el uso de esta última sea ligeramente más común en algunas regiones de Brasil).
Esta explicación, sin embargo, tendría algunas limitaciones. No existen pruebas concretas ni registros históricos que prueben directamente este origen. La conexión entre vida rural y expresión parece lógica, pero falta documentación que la solidifique.
Además, los burros son animales herbívoros que pastan, por lo que no habría mucha preocupación por la necesidad de producir cantidades de alimento para mantenerlos.
El papel de los perros en la sociedad: una segunda hipótesis
Los perros han sido compañeros humanos durante milenios y, a menudo, se encuentran en grandes cantidades tanto en zonas rurales como urbanas. La expresión “para perros” posiblemente tuvo su origen en la observación cotidiana de grandes manadas en ambientes urbanos o rurales, donde se comparaba la cantidad o intensidad de algo con la presencia significativa de perros.
Esta explicación encuentra apoyo en Antenor Nascentes, en un libro publicado en 1953. En la entrada “perro” de Argot brasileño, dice: “Para los perros, en gran número como los perros en medio de la calle: (…)”. Como se puede observar, el valor cuantitativo de la expresión está directamente asociado a la gran población canina que deambulaba.
Aún así, cabría preguntarse: ¿podría documentarse esta posible conexión entre la presencia numerosa de perros en las calles y la expresión idiomática? ¿Qué no haría que esta interpretación fuera también especulativa? Escenas de un próximo capítulo...
Uso hiperbólico de la expresión.
Los modismos suelen contener hipérbole, una figura retórica que exagera una idea para enfatizar su significado. La expresión “para perros” puede verse como un uso hiperbólico en el que la referencia a los perros sirve para amplificar la idea de cantidad o intensidad.
El análisis nos parece validado desde el punto de vista lingüístico e histórico, dada la documentación citada por Luciana Imaculada de Paula. En un artículo titulado Control poblacional de perros y gatos en zonas urbanas, el autor menciona registros históricos que indican que, ya en la época del Imperio brasileño, el excesivo número de perros callejeros en las calles de la capital, Río de Janeiro, era motivo de preocupación para las autoridades. Esto es lo que se puede leer, según el autor, en la Carta enviada el 03 de febrero de 1816 por el Superintendente de Policía de la Corte, Paulo Fernandes Viana, al Coronel. José Maria Rebelo de Andrades Vasconcelos e Souza, comandante de la guardia real de la Policía.
En esta Fiscalía, el intendente incluso pidió la matanza de perros callejeros en el Campo de Santana y otros puntos del Juzgado, alegando que su presencia era insoportable, pues avanzaban, mordían y despedazaban a las personas, además de poder transmitir algunos tipos de mal.
Conclusiones para las cuatro patas: formación lingüística e historia social.
“Pra dog”, en portugués brasileño, sería un ejemplo de cómo la lengua cambia y se enriquece con aportes culturales e históricos. Su probable origen en la observación diaria de grandes manadas en zonas urbanas o rurales –en las que se comparaba la cantidad o intensidad de algo con la presencia significativa de perros– ilustra cómo las experiencias cotidianas influyen en la formación de estas expresiones idiomáticas.
Un análisis lingüístico más profundo, combinado con la comparación con otras lenguas romances, podría reforzar aún más la inclinación romance hacia el uso de estas construcciones hiperbólicas.
Esto resalta la complejidad y riqueza de la etimología de estas frases, mostrando que a menudo conllevan un bagaje cultural e histórico que va más allá de la explicación inmediata. La investigación etimológica de “pra dog” revela no sólo la historia de una expresión, sino que también ofrece un vistazo a la cultura y las experiencias de los hablantes que la utilizan, aunque sea de manera especulativa e interpretativa.
*Marcelo Modolo es profesor de filología en la Universidad de São Paulo (USP).
*Henrique Santos Braga Doctor en Filología y Lengua Portuguesa por la USP.
Una primera versión de este artículo fue publicada en Revista de la USP.
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