por EMILIO CAFASSI*
No sólo en Venezuela, sino en toda América Latina: La resistencia es tan indispensable como la transparencia y la honestidad.
Los dos principales candidatos a las elecciones venezolanas siguen proclamándose victoriosos. Sin embargo, hasta la fecha no se ha presentado ninguna evidencia tangible, física o digital. Ni por los interesados ni por las autoridades electorales. Están impulsados por la prisa y la anticipación, como los primeros presidentes de Río de Janeiro, inflamados en su alineación con las presuntas víctimas del fraude.
Actúan a la manera de los emperadores romanos que, con sólo bajar el pulgar, iluminaban la crueldad de sus verdugos en la noche oscura de la tiranía. Javier Milei, incluso antes del anuncio del Tribunal Nacional Electoral (CNE), tuiteó: “¡¡¡Dictador Maduro, fuera!!! (…) Los datos anuncian una victoria aplastante de la oposición”. Lacalle Pou, en cambio, esperó que el CNE tuiteara: “¡¡¡Así no!!! (…) No se puede reconocer una victoria sin confiar en la forma y los mecanismos utilizados para lograrla”. El primero ya tenía los datos incluso antes de las elecciones y el otro impugnó la forma, fuera cual fuera el resultado.
El fanatismo demostrado no requiere interpretación, hasta el punto que el presidente uruguayo llamó a la golpista confesa María Corina Machado, títere del candidato títere, para agradecerle su lucha “por la democracia”. La apelación al golpe de Estado es tan refractaria a la democracia como la posible opacidad del proceso electoral a través de fisuras manipuladoras.
Pero hasta ahora, la única confirmación es la vocación golpista de la principal oposición y de los presidentes de Río de Janeiro que la apoyan. Varios episodios previos de larga duración precedieron al penúltimo acto de la comedia, cuando un payaso, también autoproclamado y aclamado por todas las derechas existentes, como Guaidó, paseó por el mundo.
Desde la elección de Hugo Chávez en 1998 se han celebrado más de una decena de elecciones, incluido un loable instituto radical como el referéndum revocatorio, sin objeciones ni rechazos fundados a los resultados, incluidas algunas derrotas oficialistas como la de la mayoría en el Congreso. Asamblea Nacional, único órgano parlamentario, en 2015. El sitio web del CNE permanece inaccesible desde que cerraron las máquinas de votación electrónica. A pesar de la relevancia de la cuestión, prefiero dejarla en este único párrafo mientras espero dichos veredictos.
El paso del tiempo no ha hecho más que aumentar la incertidumbre sobre este tema y el drama que desgarra a la nación caribeña. Las creencias no pueden sustituir a la evidencia, como lo hacen los dos tuiteros rioplatenses antes mencionados, ni a las indignaciones maniqueas que vulgarizan la relevancia del cómo, despojando el altar del qué. De lo contrario, el imperio de la posverdad se multiplicará, incluso desde inclinaciones progresistas o izquierdistas.
Lo cierto es que los dos presidentes de Río de Janeiro no sólo coinciden en su ferviente creencia golpista contra cualquier régimen alternativo al salvajismo neoliberal, sino también en una agenda para derribar cualquier impedimento al imperio de este tipo de estado de naturaleza por el que están peleando. Sostuve, para decirlo sucintamente, que Javier Milei no es más que un Lacalle Pou desinhibido, o más precisamente, el inspirador de su agenda e iniciativa parlamentaria, aunque en ambos casos los guionistas y la magnitud de la agresión social son diferentes.
Em artículo publicado en el sitio web la tierra es redonda, intenté resumir en cinco ejes la arquitectura jurídica del proyecto regresivo que Javier Milei logró establecer de acuerdo con amplios sectores de la débil oposición política.
Si examinamos estos mismos lineamientos en relación con lo logrado por Lacalle Pou con la Ley de Urgente Consideración (LUC), colocada en el mismo orden que en el artículo mencionado, la correlación será más evidente. Comparten un enfoque sobre la desregulación y la privatización, así como sobre el fortalecimiento de la seguridad y el control social, a partir de artículos específicos para cada norma que detallo en la tabla para no estropear la prosa y al lector con detalles.
Comparación de los ejes fundamentales entre las Leyes Argentinas y la LUC | ||
Ejes fundamentales | Leyes Argentinas (Artículos) | LUC (Artículos) |
1. Desregulación económica y liberalización del mercado | Decreto 70/2023: Art. 2, 3, 4-12, 13 Ley combinada: art. 48, 41-47 | Arte. 239, 240 |
2. Reforma del Estado y privatización | Decreto 70/2023: Capítulo I (Art. 13-35), 52, 36-50 Ley combinada: art. 48-50, 36-40 | Arte. 241, 242 |
3. Flexibilidad Laboral | Decreto 70/2023: Cap. IV (Art. 53-70), 65, 66 Ley combinada: art. 53-64, 68-70 | Arte. 243, 244 |
4. Fortalecimiento de la Seguridad y el Control Social | Protocolo de Seguridad: Art. 1, 2-4, 6-8, 11 | Artículos 1, 11, 14, 15 |
5. Reducción del gasto público | Decreto 70/2023: art. 1, 36-50 Ley combinada: art. 36-38, 48-50 | Arte. 245, 246 |
Sin embargo, la legislación argentina presenta medidas mucho más radicales y generalizadas para flexibilizar el trabajo y reducir el gasto público, lo que puede explicarse por la fortaleza del movimiento obrero en Uruguay y el prestigio y dedicación de las empresas públicas como entes autónomos y de la seguridad social. Si bien la LUC mantiene un enfoque algo más moderado o comedido, las leyes argentinas implementan cambios profundos en estas áreas. Vamos a ver:
Desregulación económica y liberalización del mercado
La LUC establece reglas que, con el pretexto de promover la competitividad de los mercados y la inversión privada, facilitan la apertura de los mercados y reducen la intervención estatal en sectores estratégicos. En un eco aún más estridente de esta filosofía neoliberal, el Decreto de Necesidad y Urgencia 70/2023 (DNU) de Javier Milei declara la desregulación del comercio, los servicios y la industria, promoviendo un alineamiento servil con las normas internacionales, derogando leyes restrictivas y permitiendo la transformación de los servicios públicos. sociedades en sociedades anónimas.
La Ley Combi (LC) modifica la Ley 23.696 para allanar el camino a las privatizaciones, consolidando un marco legal que quita su rol regulador al Estado.
Reforma del Estado y privatizaciones
La LUC introduce mecanismos de privatización parcial de las empresas públicas y promueve la participación del sector privado en áreas estratégicas, siguiendo un guión que busca debilitar al sector público en favor del sector privado. El DNU, en una maniobra aún más descarada, promueve la participación privada en sectores como energía, minería y agricultura, aplicando la Ley 24.156 sólo a empresas de mayoría estatal e introduciendo cambios a la Ley General de Sociedades.
La LC complementa esta embestida, permitiendo la privatización de empresas estatales y derogando leyes que imponían restricciones fiscales y subsidios, abriendo las puertas al capital privado en detrimento del interés público.
Flexibilidad de trabajo
La LUC introduce cambios en el régimen laboral que facilitan la contratación y el despido en casos acotados y puntuales, e interviene en los contratos de trabajo, erosionando así algunos logros históricos, aunque en este eje hay menos convergencia. El DNU va mucho más allá, modifica la Ley de Contrato de Trabajo y la Ley de Empleo, redefiniendo el ámbito de aplicación de la Ley de Contrato de Trabajo y eliminando el principio de la regla más favorable para el trabajador.
La LC no se queda atrás, estableciendo un sistema simplificado de registro laboral y modificando la Ley N° 20.744, lo que contribuye a la precarización del empleo en un contexto de creciente desprotección.
Fortalecimiento de la seguridad y el control social
La LUC modifica el concepto de legítima defensa, introduce sanciones por desacato a la autoridad policial y aborda con dureza la ocupación indebida de espacios públicos y la destrucción de dispositivos electrónicos, reforzando un aparato represivo diseñado para silenciar la disidencia. En Argentina, el asfixiante Protocolo de Seguridad de la ministra Patricia Bullrich (PS) permite la intervención de fuerzas de seguridad sin orden judicial, el despeje de vías, la identificación de manifestantes y el inicio de procesos judiciales contra los responsables de los gastos operativos, configurando una Policía. Estado que criminaliza la protesta social y protege los intereses del poder.
Reducción del gasto público
La LUC promueve el control del gasto público y el ajuste fiscal, la eliminación de subsidios y la reducción de aranceles, medidas que golpean más duramente a los sectores más vulnerables de la sociedad. El DNU declara emergencia pública en varios ámbitos, promoviendo la reestructuración y privatización de empresas públicas, mientras que la LC deroga leyes que imponían restricciones fiscales y subsidios, perpetuando un modelo económico que sacrifica el bienestar social en aras del ajuste y la austeridad.
Obviamente, la agenda de los gobiernos de derecha no se limita a estos cinco ejes, que también están tomados exclusivamente del artículo que, con fines ilustrativos, intentó resumir los resultados legislativos recientes del gobierno argentino. Al mismo tiempo, cada experiencia reconocerá pasos tácticos y particularidades de cada contexto de aplicación, sin necesariamente replicar pasos o estándares.
Pero, en política exterior, el pragmatismo está más claramente asociado con la estrategia, multiplicando las convergencias. La desregulación económica y las privatizaciones, la reforma del Estado, la flexibilidad laboral, el aumento de la seguridad y la reducción del gasto público ciertamente no agotarán la agenda de la extrema derecha venezolana, que se proclama vencedora, pero sin duda serán parte de su programa, sin escritor, porque el El escenario electoral sólo requiere consignas y lugares comunes.
La narrativa de los indigentes no se basa en meras simpatías personales, sino en intereses materiales sólidos y programáticamente cristalizables. Javier Milei y Lacalle Pou no sólo comparten la agenda interna, sino que también extienden su sombra sobre América Latina, rechazando cualquier barrera para contener la voraz venalidad del capital y su consiguiente amarga noche de expoliación y represión.
Sin embargo, la resistencia es tan indispensable como la transparencia y la honestidad.
*Emilio Cafassi es profesor titular de sociología en la Universidad de Buenos Aires.
Traducción: Fernando Lima das Neves.
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