¿Por qué se atacan las escuelas?

Imagen: Ramy Kabalan
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por MARCOS FRANCISCO MARTÍNS*

La escuela no es una institución aislada del contexto. Lo que en él sucede se articula dialécticamente a la dinámica de la totalidad de la vida social.

Este artículo tiene como objetivo presentar una respuesta a la pregunta expresada en el título y, para ello, mantiene una articulación textual dividida en tres partes. En el primero y más largo de ellos, se presenta la “sopa” económica, político-ideológica, cultural y social, a nivel internacional y nacional, que dio y sigue dando sustento a los ataques contra las escuelas. Además, se definen los rasgos generales de las “narrativas”, palabra de moda, comparándolas con “discurso” (Cuadro 1), para señalar, didácticamente (Cuadro 2), qué escuelas están siendo atacadas porque son entendidas por neofascistas[i] como polo opuesto a las directrices que defienden.

En la segunda parte, se hace una distinción entre “violencia en las escuelas” y “violencia contra las escuelas” (CARA, 2022), citando incluso datos cuantitativos para sustentar los argumentos.

En el tercer y último apartado textual, se encuentran lineamientos para combatir la violencia “en” y “contra” las escuelas, indicando iniciativas a desarrollar por parte de la sociedad, Secretarías de Educación, escuelas y padres y/o tutores.

Se concluye que estos ataques no son una disfunción social “natural”, sino una estrategia neofascista para crear problemas y presentar soluciones coherentes a las agendas que defienden.

¿Por qué las escuelas son el blanco preferido de los ataques neofascistas?

A partir de los recientes ataques contra escuelas en Brasil, surge la pregunta: ¿por qué se eligieron como blanco y no cualquier otro espacio? Esta no es una pregunta simple, pero merece el esfuerzo heurístico en busca de una respuesta, ya que de ella depende la existencia de los estudiantes y de los profesionales de la educación, así como el frágil civismo democrático brasileño.

Para esbozar una respuesta, inicialmente, es importante decir que la escuela no es una isla. Integra una totalidad, un contexto mayor, formado por varios elementos interconectados, interrelacionados, intercomunicantes, o mejor dicho, que mantienen entre sí relaciones recíprocas, dialécticas. Entonces, para entender lo que está pasando con las escuelas, es inexorable entender el contexto que conforma el escenario actual, particularmente el de las últimas décadas.

Como en el pasado, los cambios recientes en la vida social fueron el resultado de procesos económicos, políticos, sociales y culturales articulados.[ii] experimentado en contexto. Cabe decir que, a nivel internacional, la economía ha colaborado para producir diversas inestabilidades, especialmente en el mundo del trabajo, dejando a los jóvenes sin perspectivas de una vida digna. El toyotismo y la flexibilización/integración de las cadenas productivas se desarrollaron en un escenario de crisis capitalista, cuyo rumbo le dio el neoliberalismo, para el cual el mercado es el demiurgo del mundo y convierte todo en mercancía. Tiene razón Kuenzer (2004) cuando dice que se vive la dualidad estructural de “exclusión inclusiva” e “inclusión excluyente”: la primera se refiere al universo del trabajo, que excluye a los trabajadores de la formalidad y el incluye la informalidad; la segunda se refiere a la educación, que incluye a las masas en las escuelas y las capacita sin dar acceso a los conocimientos producidos históricamente por la humanidad y sintetizados por la ciencia, la filosofía y las artes, y con un enfoque en el mercado (¡informal!), el emprendimiento, por ejemplo.[iii]

Este proceso económico-educativo estuvo acompañado, políticamente, por el surgimiento de movimientos como el neofascismo, que tienen articulación internacional. Una de las facetas de este movimiento autoritario y oscurantista, que alguna vez fue un régimen político, es el ultraconservadurismo en las “costumbres”, que se manifiesta en forma de racismo, misoginia, homo y transfobia, y asume el odio y la violencia como mediación de relaciones sociales.

Culturalmente, es decir, en relación con la modificación de la “mentalidad colectiva”, destaca el auge del fundamentalismo religioso, especialmente cristiano. Además, es importante destacar el movimiento posmoderno que, controvertido,[iv] trajo la incertidumbre al conocimiento científico y filosófico, concibe los valores como “líquidos”, flexibles, y ataca las concepciones integrales del mundo (“metanarrativas” – LYOTARD, 1993), validando sólo aseveraciones particulares y, así, entiende que toda narrativa sobre el los hechos tienen la misma estado de confiabilidad

La narración es una forma de describir, juzgar e interpretar los fenómenos,[V] y todos obtienen el mismo grado de verdad desde una perspectiva posmoderna. Pero no toda descripción, juicio e interpretación de un hecho es narrativa, porque también puede ser un discurso. Aunque son palabras cercanas en el lenguaje coloquial, narrativa y discurso tienen diferencias importantes.

Cuadro 1 - Comparación entre narrativa y discurso

Narración (una palabra "de moda")Discurso (palabra en desuso)
Tiene lugar en la literatura, particularmente en la figura del narrador.Tiene cabida en la ciencia, la filosofía, la política, la ética, el derecho...
Se recurre a la ficción y no a la realidad de los hechos. Narrar es crear con libertad, sin límites.Busca describir/juzgar/comprender la realidad aferrándose a los hechos.
Se compromete a persuadir, seducir al interlocutor.Está comprometida con la evidencia empírica y/o lógica, producida por la investigación, los datos recopilados y analizados.
Se apela a sentimientos, deseos, emociones, idiosincrasias conscientes o inconscientes.Se apela a la razón, que debe ser utilizada con rigor y radicalidad.
No todas las narraciones son noticias falsas, pero todo noticias falsas es la narrativa de alguien para persuadir a alguien más.Corresponde al discurso demoler noticias falsas y narrativas.
Muy apropiado para las redes sociales y difundido en ellas; fácilmente asumido/creído por el sentido común.Difícil de producir/difundir en las redes sociales y, muchas veces, inalcanzable al sentido común.
Fuente: elaborado por el autor del artículo.

A través de las narrativas, el negacionismo científico, el movimiento antivacunas y el descreimiento de que el medio ambiente está en riesgo con el avance desmedido de la destrucción capitalista se impusieron a grupos sociales de todo el mundo. Por ellos, en Brasil, muchos creyeron que Haddad había repartido un “Kit Gay” en las escuelas y otros estaban convencidos y tratan de convencer a algunos(pero) de que los atentados del 08/01/2023, que destruyeron la sede de los tres poderes de la República Brasileña, fueron maquinados por el PT, por Lula y su gobierno.

Por cierto, en cuanto al contexto nacional, es importante señalar que las Jornadas de junio de 2013 abrieron brechas para que el neoliberalismo, que estaba aquí, se articulara con el neofascismo, que surgió de las sombras oscurantistas en las que se encontraba, y ambos se difundió y cobró fuerza a través de narrativas a través de las redes sociales. Esto resultó en eventos trágicos: acusación de Dilma sin crimen; “Puente al Futuro” del Gobierno de Temer y el retiro de derechos que hizo,[VI] creación de Lava Jato, que arrestó a Lula (07/04/2018) y le impidió presentarse a las elecciones, manipulando los mecanismos judiciales para hacerlo (La guerra de leyes); elección de Jair Bolsonaro.

Elegido, Jair Bolsonaro y el gobierno que constituyó consolidaron el neofascismo como fuerza política de masas en Brasil. Por cierto, el lema del gobierno desde la campaña electoral es “Dios, patria y familia”, una reproducción ipsis literas del lema fascista, traducido en Brasil en la primera mitad del siglo XX por el integralismo y retomado por el bolsonarismo hoy (ALMEIDA, 2022). Fueron lo suficientemente competentes para articular un bloque de fuerzas que ganó las elecciones de 2018 y apoyó al gobierno, que casi fue reelegido en 2022. Este bloque incluye, entre otros: sectores de la clase media urbana; grupos sociales rurales y vinculados a la agroindustria; gran parte de las fuerzas armadas del Estado; sujetos de la estructura jurídica del Estado; fundamentalistas religiosos (iglesias cristianas principales y pentecostales e incluso sectores católicos conservadores); empresarios neofascistas; sectores de los medios de comunicación “tradicionales”.

En el proceso de destrucción neofascista surgió un núcleo que apoya a Jair Bolsonaro en toda circunstancia y lo toma como líder (“mito”), comportándose como una secta. Más por la emoción que por la razón, este núcleo se movilizó y quienes lo integran solo escuchan, leen y miran lo que los interiorizados en él indican en las redes sociales. Esto les permite romper “filtros sociales y psicológicos” que les impedían exteriorizar su odio hacia todo y todos los que son diferentes a ellos.

Si bien las redes sociales pueden ser (¡y son!) utilizadas con fines humanitarios y civilizatorios, se rigen por una lógica de funcionamiento que ataca a la humanidad y al civismo democrático, lo que resulta doblemente interesante para muchos dueños de plataformas súper ricas: primero, porque responde a la ideología de algunos de ellos, próximos al neofascismo (véase Elon Musk, propietario de Twitter), y segundo porque el odio genera más engagement (RATHJE; BAVEL; LINDEN, 2021) y, por tanto, más beneficios.

La dinámica de uso y abuso de las narrativas a través de las redes sociales imposibilita el diálogo racional, basado en hechos. Esto no es nada nuevo porque, históricamente, nunca ha sido posible la “escucha democrática” con los fascistas. En las relaciones interpersonales y sociales crean tensiones con la comunicación violenta, identifican enemigos a destruir virtualmente (“cancelación”) y físicamente.

Jair Bolsonaro en el gobierno, trató de destruir desde adentro el mínimo de institucionalidad democrático-burguesa que existía en Brasil: juramentó a más de ocho mil militares, muchos de los cuales se divertían con doble salario y “huyendo” de lo que la Seguridad Social Reforma (Enmienda Constitucional 103/2019) prevista para otros sectores sociales; colocó a los neófitos en posiciones estratégicas, incluso en el Ministerio de Salud durante la pandemia; instaló una antifeminista en el Ministerio de la Mujer; Nombrado racista a la Fundación Palmares e ignorante en el MEC, inculto en el Ministerio de Cultura, condenado por delito ambiental en el Medio Ambiente. En efecto, “Cuando la angustia, la incertidumbre, el dolor, la tristeza y la frustración se dan sin el apoyo colectivo de una vida compartida, se produce un quiebre en la experiencia humana, facilitando la captura ejercida por discursos de odio que defienden la destrucción de personas e instituciones” (MACHADO ; FONSECA, 2023).

Este proceso de toma de un estado del tamaño de Brasil por parte de los neofascistas tuvo profundas repercusiones en el espectro político-ideológico nacional: los progresistas entraron en reflujo, los conservadores fueron engullidos por el bolsonarismo y los reaccionarios (as) al)[Vii] se convirtieron en una fuerza político-ideológica con una importante base social. Y precisamente por eso la victoria de Lula en 2022 fue gigantesca, con resonancia internacional.

Es interesante notar que toda esta “sopa” económica, político-ideológica, cultural y social, de la que Jair Bolsonaro y el bolsonarismo es producto y productor,[Viii] se concreta en lineamientos defendidos con vigor y sin prurito alguno por los neofascistas, y son exactamente lo contrario de lo que representa la escuela en la mentalidad popular.

Tabla 2 – Lineamientos del neofascismo en oposición a la imagen de las escuelas en el sentido común

directrices¿Qué representa la escuela en la mentalidad popular?
Apología (elogio apasionado) a las armas.Defensa del diálogo como instrumento de persuasión.
El odio y la violencia como mediación de las relaciones sociales.Espacio y tiempo de acogida y atención.
Comunicación violenta para promover conflictos e identificar enemigos a atacar/destruir.El diálogo como instrumento pedagógico para resolver y superar conflictos y equilibrar las relaciones interpersonales.
Negacionismo científico y oscurantismo.Lugar para la enseñanza de las ciencias, la filosofía y las artes.
Negacionismo ambiental y ataques al medio ambiente (liberación de minería y pesticidas, apoyo al monocultivo agroindustrial, destrucción de fiscalizaciones…).Un lugar para aprender que somos naturaleza y que el mundo, nuestro planeta, es nuestro hogar y debemos cuidarlo.
Homofobia y transfobia.Institución que tiene que respetar las diferencias de género.
Racismo.Institución que tiene que respetar las diferencias étnico-raciales.
Odio a los indígenas.
Odio a la democracia y apología del autoritarismo.Espacio plural, de respeto a las opiniones y posiciones, y de gestión democrática.
Odio a las mujeres (misoginia)[Ex] y defensa del machismo.En educación infantil, el 96,4% son mujeres; 77,4% en fundamental y 57,8% en secundaria (ARAÚJO, 2022). Los hombres son mayoría en la educación superior: 52,98%.
Una apología del pasado, de los antiguos modos de vida y costumbres.Un lugar para soñar y construir el futuro.
Fuente: elaborado por el autor del artículo.

Así, en lo argumentado hasta ahora y en lo expuesto en la Tabla 2, se encuentra la validación de la tesis de que los ataques contra las escuelas fueron instigados por la cultura de odio y violencia propagada por los neofascistas a través de las redes sociales y que las escuelas han sido su blanco preferido.(as) porque representan la negación de todo lo contenido en los lineamientos que defienden.

“Violencia en las escuelas” y “violencia contra las escuelas”

No hace falta mucho esfuerzo intelectual para saber que las escuelas no son el “lecho de rosas” idealizado por el sentido común. Siendo la violencia un problema social, la escuela no es ajena a ella. Hay violencia de varios tipos en las escuelas. La novedad que se vive con el neofascismo es que también empezó a existir “violencia contra las escuelas”, en forma de ataques.

Los datos de la realidad que revelan la violencia en la escuela son abundantes.

Tabla 3 – Algunos datos sobre la violencia en las escuelas antes de los ataques neofascistas

asignaturasviolencia
EstudiantesSegún una encuesta de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), publicada en 2019 y en la que fueron entrevistados 250 docentes y líderes escolares de 48 países o regiones (HENRIQUE, 2023): – en Brasil, “existe el entorno más propicio medio ambiente para intimidación”; – “El 28% de los directores de escuelas brasileñas presenciaron situaciones de intimidación o intimidación entre los estudiantes, “el doble del promedio de la OCDE”; – “El 17% ya sufrió agresiones verbales; 7% agresión física; 6% discriminación”;
EstudiantesInvestigación del Instituto Locomotiva y APEOESP – Unión de Profesores de Enseñanza Oficial del Estado de São Paulo (OBSERVATÓRIO DA VIOLÊNCIA, 2020), que escuchó a 701 estudiantes y 2019 profesores en el Estado de São Paulo, entre septiembre y octubre de 37: – “2014% de los estudiantes […] ya han sufrido algún tipo de violencia (en 28 fue el 81%)”; – “El 77% de los estudiantes reportó conocer episodios de violencia en sus escuelas en el último año (2014% en XNUMX)”.
ProfesoresSegún la encuesta de la OCDE (HENRIQUE, 2023): – “[…] Brasil se encuentra entre las tasas más altas del mundo en el ranking de agresiones contra docentes”; – “Semanalmente, el 10% de las escuelas brasileñas registran episodios de intimidación o abuso verbal contra los educadores […] el promedio internacional es del 3%”; – “Agresión verbal: 48%; Intimidación: 20%; Intimidación: 16%; Discriminación: 15%; Robo/robo: 8%; Agresión física: 5%”;
Profesores“La organización Nova Escola […] se puso en contacto con 5.300 docentes de todo el país y registró que: – El 80% dijo que ya había sido víctima de algún tipo de agresión, en su mayoría violencia verbal, seguida de violencia psicológica; – y al menos el 7% de los profesionales ya habrían sido agredidos físicamente” (HENRIQUE, 2023);
ProfesoresSegún APEOESP (OBSERVATÓRIO DA VIOLÊNCIA, 2020): – “[…] cinco de cada diez docentes de la red (54%) ya sufrieron algún tipo de violencia en las […] escuelas donde enseñan – ese número fue del 51% en 2017 y 44% en 2014”; – “bullying ([…] 70% de los docentes reportaron casos en sus escuelas) y discriminación ([…] 54% conocían casos en sus escuelas)”.
Fuente: elaborado por el autor del artículo.

Además de la violencia que sufren los sujetos escolares, existe incluso la violencia practicada por las instituciones escolares contra ellos, que se manifiesta en forma de pedagogías autoritarias, gestión antidemocrática, incumplimiento de los preceptos legales (Art. 14 de la LDB - Ley 9394 /96 – y Art. 206, Inciso VI de la Constitución), no dotación de personal, estructura física y didáctico-pedagógica adecuada para la adecuada ejecución del proceso de enseñanza-aprendizaje.

Si la violencia en las escuelas fue un gran problema, empeoró con la toma del Estado brasileño por parte del neofascismo a través del bolsonarismo, porque se practicaba alguna “violencia contra las escuelas”, como: apoyo a la legalización de educación en el hogar, lo que constituye una negación de la escuela; la implementación de escuelas cívico-militares (Decreto 10.004/19), una iniciativa del MEC y el Ministerio de Defensa, que logró implementar 128 escuelas en todo el territorio nacional (CNTE, 2023) de las 216 previstas, instituciones enfocadas en la cultura de la guerra y el autoritarismo.

A fines de 2022 y principios de 2023, muchos brasileños estaban consternados por una nueva forma de “violencia contra las escuelas”: ataques contra materias escolares en varios niveles educativos, incluidas las guarderías.

Tabla 4 – Algunas motivaciones de la violencia contra las escuelas y los resultados producidos.

Fuente: elaborado por el autor del artículo.

Cabe señalar que, en el atentado de Blumenau, se usó un hacha para asesinar a niños en una guardería. Sabiendo que los signos son armas de propaganda y cooptación fascista desde los orígenes históricos de este movimiento, vale decir que el hacha es uno de los símbolos del fascismo: un hacha envuelta en un haz de palos (fascio en italiano y fesca en latín), en referencia a lo que los alguaciles de la Antigua Roma llevaban en la mano para ejecutar órdenes.

Para tener recursos humanos para practicar la “violencia contra las escuelas”, los neofascistas emplean “[…] diversos medios y métodos de cooptación, entre ellos: el uso del humor; uso de estéticas y lenguajes violentos como el lenguaje de malesfera; Ofendiendo; uso de juegos en línea como Roblox, Fortnite, Minecraft; el uso de imágenes de ataques y el intercambio de manifiestos de tiradores como método de propaganda; etc." (CARA, 2022, pág. 4). No había registro de este tipo de ataques contra escuelas antes del año 2000, pero desde septiembre de 2022 hasta abril de este año hubo 5 ataques, con 11 víctimas mortales.

Algunas pautas para abordar la “violencia contra las escuelas”

Ante la trágica e insólita “violencia contra las escuelas”, muchos, ingenuos o seducidos por la respuesta antihumanista neofascista, piensan que es necesario utilizar más la violencia para combatir este tipo de violencia. ¡Gran error! Eso no funciona, como muestran experiencias históricas como la de EE.UU., precisamente el país que Bolsonaro admira y dice querer copiar en Brasil.

Estados Unidos tiene “el 46% de los 857 millones de armas de fuego en manos de civiles en todo el mundo, aunque representan solo el 4% de la población mundial […] hay 120,5 armas de fuego 'civiles' registradas por cada 100 habitantes” (AGENCIA EFE, 2018), encabeza la clasificación de violencia con armas de fuego entre países desarrollados (NORTE, 2016), tuvo, del 01/01 al 27/03/2023, 131 casos de “tiroteos masivos” (4 o más personas resultaron muertas o heridas), un promedio de 1,5 casos por día, sin el aumento de la fuerza policial, la instalación de equipos de seguridad en las escuelas, incluida la contratación de guardias de seguridad privados (política de “tolerancia cero” después de la “Masacre de Columbine”), reduciendo los casos de ataques en su contra (SANCHES, 2023) y que produjeron, según Datos recabados por el Washington Post hasta mayo de 2022, indican que en EE.UU. hubo: (i) 554 víctimas en total, 185 muertos y 369 heridos en ataques violentos a escuelas; (ii) 331 escuelas atacadas; (iii) 2021 fue el año con mayor número de eventos, con 34 incidentes; (iv) 311 niños en edad escolar en los EE. UU. se vieron afectados por tiroteos o expuestos a la violencia armada. (CARA, 2022, pág. 4).

De hecho, “La inserción de dispositivos de seguridad en las escuelas, como torniquetes y guardias de seguridad armados, no abordará el impacto del extremismo de derecha en los jóvenes y, por el contrario, tiende a aumentar las amenazas, así como crear el riesgo. de nuevos ataques” (CARA, 2022, p. 6). En efecto, “[…] un ataque a la escuela sirve a la barbarie” (MACHADO; FONSECA, 2023); por lo tanto, no se puede apelar a la barbarie cuando se responde a la “violencia contra las escuelas”. Tampoco culpabilizarlos, con “[…] cuestionamientos sobre lo que hizo o dejó de hacer la escuela” (MACHADO; FONSECA, 2023). ¿Qué hacer, entonces, con los casos de “violencia contra las escuelas”?

Existen importantes experiencias internacionales, como el caso del “[…] proyecto EXIT, concebido y llevado a cabo en Noruega desde 1997, considerado por la Relatoría de Derechos Humanos de la ONU como uno de los proyectos más efectivos y eficientes encaminados a desvincular a la derecha grupos extremistas que fomentan el odio” (CARA, 2022, p. 8). Además, y considerando que este problema tiene un origen multicausal y por lo tanto requiere un abordaje intersectorial, se debe cuidar la escuela y sus asignaturas y combatir el neofascismo en la sociedad.

Es interesante observar que, con el cambio de gobierno, con Lula en la Presidencia, el enfrentamiento al problema se intensificó, produciendo algunos magros, pero muy importantes resultados: hasta el 18/04/2023, por acción del Ministerio de Justicia, se investigaron más de mil casos de posibles ataques contra escuelas, 756 perfiles eliminados de las redes sociales por promover el odio, con 225 personas arrestadas o aprehendidas, lo que hizo que los ataques prometidos por los fascistas en las redes sociales para el 20/04/2023 (cumpleaños de Hitler y de la “Masacre de Columbine”, ocurrida el 20/04/1999: 2 estudiantes de secundaria mataron a 12 estudiantes y 1 profesor, y en la fuga hirieron a 21 más). Pero se necesitan más avances.

Mesa 5 – Propuesta de acciones para combatir la “violencia contra las escuelas”.

asignaturasAcciones a desarrollar
Estado o Provincia (autoridades públicas de diferentes ámbitos de la Unión)– monitorear y castigar a los grupos neofascistas en persona y en las redes sociales de acuerdo con la ley; – asegurar el cumplimiento de las disposiciones legales que garantizan la gestión democrática de las escuelas; – garantizar las condiciones estructurales y didáctico-pedagógicas para que los profesionales de la educación puedan desarrollar adecuadamente los procesos de enseñanza-aprendizaje de acuerdo con los principios y fines educativos previstos en la Constitución y reflejados en la LDB[Xii]; – revocar los dispositivos legales utilizados por Bolsonaro para difundir la cultura de las armas y la violencia, como la liberación de los Clubes de Tiro, la regulación de los CAC (Coleccionistas, Tiradores Deportivos y Cazadores) y la facilitación del acceso a las armas de fuego en manos de civiles población; – perfeccionar “[…] la Ley nº 7.716/89 sobre fabricación, comercialización, distribución y difusión de símbolos, emblemas, insignias o propaganda de contenido supremacista que no necesariamente hagan uso de la esvástica o cruz esvástica […] por ser de la naturaleza de los movimientos y grupos de extrema derecha la necesidad de utilizar imágenes y lenguaje simbólico” y “[….] tipificar como delito calificado la conducta de reclutamiento de niños y adolescentes para los nazis, neonazis y otros grupos de extrema derecha y comunidades, así como la conducta de incitar, autorizar, admitir, permitir la permanencia de niños, niñas y adolescentes en clubes de tiro” (CARA, 2022, p. 7); – “[….] mejor[ar] definición normativa de los delitos de odio” (CARA, 2022, p. 7); – garantizar que “[…] los organismos nacionales de investigación desarrollen también un programa permanente de vigilancia y capacitación de sus agentes, con dedicación exclusiva a este tipo de hechos” (CARA, 2022, p. 6); – “aumento de la pena para los delitos cuya motivación o criterio de elección de la víctima presente elementos supremacistas y una agravante genérica, de carácter subsidiario, para los delitos en general, en los que se identifique la supremacía, la misoginia, el capacitismo y el racismo como motivación de la delito o como criterio de selección de víctimas” (CARA, 2022, p. 7); – elaborar lineamientos generales para un plan nacional de formación de agentes de seguridad pública y privada, asegurando en el currículo disciplinas y actividades encaminadas a la promoción de una cultura de paz y la defensa de los derechos humanos fundamentales; – recibir y remitir, de conformidad con la ley, denuncias de amenazas de “violencia contra las escuelas”.
Sociedad (colectivos, movimientos e instituciones sociales…)– promover una cultura de paz, contra cualquier cultura de odio y violencia desarrollada por grupos neofascistas; – integrarse en la dinámica de vida de las escuelas donde actúan; – denunciar amenazas de “violencia contra las escuelas” a las autoridades competentes.
Departamentos de Educación (estatal y municipal)  – crear protocolos para padres y/o tutores, estudiantes, profesores y otros profesionales de la educación en casos de amenazas o incluso para brindar orientación durante y después de ataques “violentos”; – crear servicios de apoyo psicológico y asistencia social para padres, alumnos, profesores y otros profesionales de la educación[Xiii]; – promover “[…] cursos de formación para identificar cambios en el comportamiento de los jóvenes” (CARA, 2022, p. 5) para profesionales de la educación; – promover, junto con “[…] madres, padres y tutores […] lineamientos para detectar cambios de comportamiento y observar los contenidos digitales consumidos por niños, niñas, adolescentes y jóvenes”. (CARA, 2022, p. 5); – denunciar amenazas de “violencia contra las escuelas” a las autoridades competentes.
Escuelas– tomar iniciativas para combatir la violencia contra docentes y estudiantes presentadas anteriormente, preferentemente mediante el establecimiento de protocolos locales; – promover la “gestión democrática” en el ámbito escolar; – promover una cultura de paz, combatir cualquier manifestación de odio y violencia dentro de la institución, a menudo disfrazada en forma de intimidación, sexismo, misoginia, homo y transfobia, racismo y discriminación; – abordar el nazismo y el fascismo de diferentes maneras críticas, no solo en su fase final (campos de concentración), sino también en sus orígenes y desarrollo; – “Es fundamental un trabajo pedagógico en educación mediática crítica y combate a la desinformación. La educación mediática crítica debe permear los diversos componentes curriculares desde los grados iniciales de la Enseñanza Básica hasta la Secundaria” (CARA, 2022, p. 6); – integrarse con otras redes de protección locales; – denunciar amenazas de “violencia contra las escuelas” a las autoridades competentes.
Padres y/o tutores – estar atento a los niños, para observar comportamientos, manifestaciones y deseos vinculados a la cultura del odio y la violencia; – monitorear el uso de las redes sociales por parte de los niños; – monitorear la vida escolar de los niños; – participar en la dinámica de la vida escolar; – denunciar amenazas de “violencia contra las escuelas” a las autoridades competentes.
Fuente: elaborado por el autor del artículo.

A modo de conclusión

Como conclusión, vale la pena retomar las ideas presentadas en este texto, con miras a resaltarlas. Y la primera es que la escuela no es una institución aislada del contexto, de manera que lo que en ella sucede se articula dialécticamente a la dinámica de la totalidad de la vida social.

Si es así y si la sociedad actual es violenta, la escuela no podría ser de otra manera. Sin embargo, existen diferentes formas de violencia que la afectan a ella ya sus sujetos, y el término “violencia contra la escuela” en este texto es algo inédito en Brasil. Por lo tanto, es necesario hacer esfuerzos para comprender este problema y superarlo con éxito, con miras a construir una civilidad brasileña verdaderamente democrática, es decir, no basada en preceptos fascistas, ya sean históricos o adaptados al contexto nacional por el bolsonarismo.

Este proceso de comprensión y solución al problema de la “violencia contra las escuelas” está en marcha, pero cabe recalcar que no es posible tomar como paradigma experiencias internacionales fallidas, como la de EE. las escuelas y sus súbditos, echándoles la culpa.(como) la carga de solucionar el problema.

Sabiendo que la estrategia de los neofascistas es crear el problema (un nuevo tipo de violencia, “violencia contra las escuelas” a través de ataques contra sujetos de la comunidad escolar) y ofrecer una solución en forma de más violencia, agravamiento del odio entre estudiantes), docentes y otros profesionales de la educación escolar, corresponde a los no fascistas asumir la “violencia contra las escuelas” como un problema multicausal y, por tanto, adoptar el abordaje intersectorial como forma de superarlo.

Para ella, todos los sectores sociales deben emprender la lucha para hacer de la escuela, así como de la sociedad brasileña, un espacio plural, democrático, que garantice los derechos humanos fundamentales de todos. Para eso queda mucho por hacer, incluso legislar, aunque ya existen dispositivos legales que es necesario poner en práctica, como es el caso de la gestión democrática de las escuelas.

*Marcos Francisco Martín es docente de la Facultad de Educación de la UFScar-Campus Sorocaba.

Referencias


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KUENZER, Acácia Z. Exclusión inclusiva e inclusión excluyente – la nueva forma de dualidad estructural que apunta a las nuevas relaciones entre educación y trabajo. En: LOMBARDI, JC; SAVIANI, D.; SANFELICE, JL (eds.). Capitalismo, trabajo y educación. Campinas: Autores Asociados, HISTEDBR, 2004.

LYOTARD, Jean-François. el posmoderno. Trans. de Ricardo Corrêa Barbosa, 4ª ed. Río de Janeiro: José Olympo, 1993.

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NORTE, Diego B. El mapa de la violencia armada en Estados Unidos. Ver, 6/09/2016. Disponible: https://veja.abril.com.br/especiais/o-mapa-da-violencia-armada-nos-eua/

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VELOSO, Natalia; PIMENTAL, Juliana. Brasil tuvo 5 ataques con muertes en escuelas en 2022 y 2023. Poder 360, 5.abr.2023. Disponible: https://www.poder360.com.br/brasil/brasil-teve-5-ataques-com-mortes-em-escolas-em-2022-e-2023/#:~:text=Ao%20todo%2C%2052%20pessoas%20foram,no%20somente%20no%20%C3%BAltimo%20ano&text=Ao%20longo%20do%20%C3%BAltimo%20ano,2022%20at%C3%A9%20abril%20de%202023

Notas


[i] El término “neofascismo” se adopta en este texto para caracterizar el movimiento liderado por Bolsonaro. Esto porque se entiende que el “fascismo histórico” (BOBBIO; MATTEUCCI; PASQUINO; 1992, p. 466) ha sufrido adaptaciones considerables bajo la égida bolsonarista, como la “indulgencia”: el fascismo era nacionalista, hasta el punto de provocar guerras entre naciones, pero Bolsonaro y su gobierno se sometieron al imperialismo y entregaron el patrimonio nacional.

[ii] Cabe señalar que la consolidación del modo de producción capitalista, superando al feudal, fue el resultado de tres grandes movimientos, entre otros de menor importancia: la alteración de la mentalidad medieval por la Ilustración (siglos XVII y XVIII); la transformación de la dinámica política por las revoluciones en Inglaterra (1640 a 1688), en EEUU (1776) y, principalmente, en Francia (1789); el cambio económico y social producido por la Revolución Industrial (siglos XVIII y XIX).

[iii] La Reforma de la Educación Secundaria, inicialmente presentada de manera autoritativa como Medida Provisional (746/2016) y luego transformada en Ley (13.415/2017), es un ejemplo acabado de política pública educativa neoliberal, de ahí que los no neoliberales entiendan que no es reforma. pero revocarlo.

[iv] Es difícil identificar la posmodernidad, porque es un movimiento intelectual, filosófico, científico, artístico... multivocal, que encierra incluso una “posmodernidad” de liberación, según Freitas (2005). En este artículo estamos trabajando con las que creemos que son las características más llamativas de este movimiento, como las mencionadas anteriormente.

[V] En este texto, la palabra narración es concebida con el significado y el sentido empleados por el sentido común y con el alcance que ha ganado en el discurso de personas de diversos niveles culturales en el Brasil de hoy, y no en la forma en que es apropiada por el ser humano y Ciencias Sociales. En ellos, las narrativas a veces se conciben como una técnica/instrumento/proceso de recolección de datos sobre un fenómeno en diversos campos del conocimiento, como la investigación en educación, por ejemplo (PRADO et al; 2015).

[VI] Solo por citar tres ejemplos: “Tope de gasto” (Enmienda Constitucional 95/2016); Reforma Laboral (Ley N° 13.467/2017); Reforma de la Enseñanza Media (Ley N° 13.415/2017).

[Vii] Para conocer el concepto de progresista, conservador y reaccionario que se utiliza aquí, consulte Martins (2022). En cuanto al último de estos grupos, que es el que se trata en este texto, cabe añadir que “Estos grupos, señala Junqueira (2018), buscan promover una agenda política moralmente regresiva, especialmente (pero no solo) orientada a contener o anular avances y transformaciones en relación con el género, el sexo y la sexualidad, además de reafirmar disposiciones tradicionalistas, puntos doctrinales dogmáticos y principios religiosos 'no negociables'” (CARA, 2022, p. 3).

[Viii] Pruebas de ello son la liberación de los Clubes de Tiro, que incluso han recibido niños para cursos de formación (ESTEVES, 2023); la regulación de los CAC (Coleccionistas, Tiradores Deportivos y Cazadores); 1.354.751 nuevas armas entraron en circulación (OLIVEIRA, 2023) entre 2019 y 2022 (las armas en manos de la población civil superan en 7,5 veces el total de armas vinculadas a las fuerzas de seguridad pública estatales). “El número de armas en manos de la población civil hoy supera en 7,5 veces el total de armas vinculadas a las fuerzas de seguridad pública estatales. El crecimiento en el registro de armas de fuego ha ido acompañado de un incremento en la cantidad de municiones vendidas en el mercado interno. Estos números representan el resultado de la política de armamento de la población civil adoptada por el Gobierno de Bolsonaro, siguiendo el ejemplo del Decreto N° 9.847/2019”. (CARA, 2022, pág. 6)

[Ex] “[…] la misoginia juega un papel crucial en el proceso [de los ataques contra las escuelas]. No es de extrañar que las mujeres sean objetivos frecuentes de tiradores masivos”. (CARA, 2022, pág. 4)

[X] Los jóvenes y adolescentes, en proceso de maduración moral, necesitan sentirse parte de un grupo para fortalecerse, lo que se da en virtuales colectivos neofascistas, basados ​​en el odio a las mismas cosas y personas. Integrados en tales grupos, se sienten reconocidos por la identidad común.

[Xi] “Es necesario entender que el proceso de cooptación por parte de la extrema derecha se da a través de interacciones virtuales, en las que los adolescentes o jóvenes son frecuentemente expuestos a contenidos extremistas difundidos en aplicaciones de mensajería, juegos, foros de discusión y redes sociales”. (CARA, 2022, pág. 3)

[Xii] “Sobre los Principios y Fines de la Educación Nacional – Arte. 2 La educación, deber de la familia y del Estado, inspirada en los principios de la libertad y en los ideales de la solidaridad humana, tiene por objeto el pleno desarrollo del alumno, su preparación para el ejercicio de la ciudadanía y su calificación para el trabajo.”

[Xiii] “Autores definen que, luego de un ataque en la escuela, se debe hacer una evaluación para determinar qué estudiantes necesitarán más apoyo (más intenso y longitudinal) y cuáles serán los apoyos universales (psicosociales) que se deben dirigir a toda la comunidad escolar. ” (CARA, 2022, pág. 5)


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