Políticas de educación superior en Chile

Imagen: Andrea Vera Sasso
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por ANDRÉS SERRADAS, JULIANE B. DA SILVA, LUCAS LIMA DE ANDRADE, SANDY SG OLIVEIRA y AFRÂNIO CATANI*

Funcionamiento, organización y modelos de la educación superior en Chile desde las universidades tradicionales y la intervención militar hasta la actualidad.

Introducción

Las primeras universidades de Chile fueron creadas durante el período colonial, primero por órdenes religiosas y luego por el Rey de España (Figura 1). Las universidades de este período eran “asociaciones –corporación, cuerpo colegiado– de estudiantes y egresados ​​dedicados a la enseñanza y el aprendizaje del conocimiento liberal” (González González 2017a p. 41). Las cinco facultades predominantes en el período fueron artes o filosofía, derecho o leyes civiles, derecho eclesiástico o canónico, teología y medicina.

Universidades reales, como universidad de san felipe, tenía mayor peso institucional y no reconocía ninguna autoridad externa distinta al Rey.Su gobierno lo ejercían los claustros, formados por médicos, que elegían a su rector y profesores. Además, gozaban de jurisdicción propia, ejercida por el rector y, principalmente, contaban con la licencia real para ofrecer grados de bachiller, licenciado y doctor en las facultades ya mencionadas. Con el surgimiento de las verdaderas universidades, las mantenidas por órdenes religiosas podrían seguir funcionando, pero sin su estatus universitario (Ídem).

Figura 1 – universidades coloniales chilenas

 del rosarioSan MiguelSan Felipe
CiudadSantiago de ChileSantiago de ChileSantiago de Chile
SedeConvento del RosarioColegio san miguel 
GobiernoOrden de Santo DomingoCompañía de JesúsCorona/claustro
votación real06/09/1624??/02/162228/07/1738
Bula11/03/161908/07/1621No
inauguración19/08/1622ca.162303/12/1746
Extinción/Reforma173817381839
fuente: Adaptado de GONZÁLES GONZÁLES, Enrique (2017a)

En 1813, durante los movimientos independentistas de Chile, se creó el Instituto Nacional, que agrupaba a todas las instituciones educativas del país, incluida la Universidad de San Felipe. Sin su autonomía, la universidad funcionó durante unos años y fue cerrada definitivamente en 1842 (González González 2017b).

Universidades “tradicionales chilenas”

La Universidad de Chile fue creada en 1843, aún bajo la influencia de cuadros del extinto universidad de san felipe, pero también apoyado por el gobierno, preocupado por la consolidación de un Estado nacional y moderno. Fue creada como una institución pública y laica que durante 46 años se mantuvo como la única universidad de Chile, con poder, influencia y sólida reputación. En 1888, el Pontificia Universidad Católica de Chile, como reacción de la Iglesia católica ante el movimiento laicista presente en el país a partir de la segunda mitad del siglo XIX (Moraga Valle, Fabio, 2017).

A lo largo del siglo XX se crearon otras seis universidades, que en conjunto forman el núcleo institucional básico de la educación superior en Chile (Figura 2).

Figura 2 – Universidades chilenas “tradicionales”

Fundado enUniversidad
1842Universidad de Chile
1888Pontificia Universidad Católica de Chile
1919Universidad de Concepción
1928Pontificia Universidad Católica de Valparaíso
1931Universidad Técnica Federico Santa María
1947Universidad Técnica del Estado (Universidad de Santiago)
1954Universidad Austral de Chile
1956universidad catolica del norte
fuente: CRUZ-COKE M, Ricardo (2004).

Se las identifica como “universidades tradicionales”, pues fueron creadas por ley, antes del golpe militar de 1973, financiadas por el Estado, sin fines de lucro y prácticamente gratuitas. Durante más de un siglo, la Universidad de Chile fue la única universidad pública del país, cuando en 1947 se creó la Universidad Técnica del Estado, hoy Universidad de Santiago.

La expansión de las universidades se dio no sólo en el número de instituciones, sino también en sus sedes ubicadas en diversas regiones del país, con mayor número en las dos instituciones públicas.

Según Brunner (2009), el desarrollo de este núcleo de universidades tuvo como principales características la baja diferenciación interinstitucional, la alta diferenciación intrainstitucional, la orientación claramente profesional de la enseñanza ofertada, la coordinación ejercida por las jerarquías institucionales y el mercado de demandas estudiantiles. , además de una lenta expansión con modernización generada endógenamente.

Una de las razones de la baja diferenciación interinstitucional fue la necesidad de participación o autorización del Estado y su compromiso con el financiamiento público de todas las instituciones, incluidas las privadas. Esto se explica por la concepción de la educación superior como un derecho de todos, teniendo el Estado el deber de garantizar el acceso a través de las instituciones. Las tasas de matrícula para el grupo de edad de 20 a 24 años fueron del 1,4% en 1935, el 2% en 1946 y el 3,5% en 1957. La matrícula totalizó 6.283, 9.948 y 20.440, respectivamente, en las mismas fechas.

La diferenciación intrainstitucional se debió a la cantidad de cargos, carreras, títulos y matrículas ofertadas. Las demandas de mayores vacantes o mayor cobertura en las provincias fueron atendidas internamente por el núcleo básico de las instituciones. Así, las universidades se expandieron con la creación de sedes regionales, haciéndose cada vez más grandes.

Las universidades básicas no competían entre sí por financiación, ni para profesores ni para estudiantes. Las características geográficas, sociales e ideológicas permitieron diferenciar el trabajo realizado por cada institución.

En 1954, el “Consejo de Rectores de las Universidades de Chile (CRUE)”, con el objetivo de promover una mayor interacción entre las universidades, generar información sobre sus actividades y elaborar el plan anual de investigación tecnológica. Vale recordar que la investigación y los estudios de posgrado fueron incipientes durante este período.

Entre 1967 y 1973 se produjo una reforma universitaria, primero como movimiento estudiantil y luego también entre docentes. Se exigían cambios en las relaciones jerárquicas entre estudiantes y docentes, con mayor participación de los primeros en los órganos de toma de decisiones; cambios en el orden social de los planes de estudio y mayor foco en la extensión universitaria en la lucha contra la pobreza, el crecimiento económico y cultural de la población más necesitada. Entre la agenda docente destacan temas relacionados con la profesionalización de la carrera académica, donde predominaron las cátedras y no hubo dedicación exclusiva a la docencia; y la creación de una base profesional para la realización de investigaciones en las universidades.

Según Brunner (2009), el papel del Estado no cambió en esta reforma y el carácter autónomo de las universidades quedó consagrado en la Constitución (artículo 10, n° 7), modificada por la Ley 17398, promulgada el 30 de diciembre de 1970 y publicado el 9 de enero de 1971[i]"Las universidades estatales y las universidades privadas reconocidas por el Estado son personas jurídicas dotadas de autonomía académica, administrativa y económica. Corresponde al Estado proporcionar su financiamiento adecuado para que pueda cumplir plenamente sus funciones, de acuerdo con las necesidades educativas, científicas y culturales del país..

"El acceso a las universidades dependerá exclusivamente de la idoneidad de los solicitantes, que deberán ser licenciados en educación media o tener estudios equivalentes, que les permitan cumplir requisitos académicos objetivos. El ingreso y promoción de profesores e investigadores a la carrera académica se basará en su capacidad y aptitudes. El personal académico es libre de desarrollar materiales según sus ideas, en el ámbito de ofrecer a sus estudiantes la información necesaria sobre principios diversos y discrepantes. Los estudiantes universitarios tienen derecho a expresar sus propias ideas y elegir, siempre que sea posible, la enseñanza y titulación de los profesores que prefieran."

Otro logro importante fue la creación del “Comisión Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONYCYT)”, que asumió la función de coordinación nacional que antes ejercía la CRUE. La participación más intensa de los profesores en las actividades de investigación fue posible gracias al desarrollo de una carrera académica con garantías salariales y mayor tiempo dedicado a la docencia y la investigación.

En relación a las matriculaciones, hubo un crecimiento superior al 100% entre 1957 y 1967, pasando de 20.000 a 55.653 respectivamente. En 1973, el número de estudiantes matriculados era aproximadamente de 145 mil, de los cuales el 16,8% eran jóvenes entre 20 y 24 años y el 60% eran hombres. La matrícula en las dos universidades públicas representó el 67,4% y las otras 6 universidades privadas el 32%. (Rifo Melo, 6).

La educación superior chilena se ha desarrollado a lo largo de más de 100 años con dos universidades públicas y seis privadas, todas creadas por ley, mantenidas por el Estado y prácticamente gratuitas. El acceso a la educación superior era un derecho garantizado por la Constitución y un deber del Estado en el mantenimiento de las instituciones. Las preguntas sobre la cobertura geográfica y el acceso de los estudiantes siempre han sido desafíos que enfrentaron las ocho universidades tradicionales. Su carácter público y el Estado de bienestar guiaron las políticas de educación superior chilenas hasta 1973.

Con el golpe militar del 11 de septiembre de 1973, tomó el poder el general Augusto Pinochet, del que no fue derrocado hasta 1990. Durante este período reunió a varios colaboradores militares, tanto activos como retirados, así como a civiles simpatizantes del nuevo régimen, que Fueron colocados en puestos de mando gubernamentales y en otras posiciones estratégicas, como universidades.

Con esto se inició la implementación de un modelo socioeconómico”Inspirado en las teorías de Milton Friedman, Friedrich von Hayek y otros pronombres del monetarismo ultramercado, generó un cambio radical que trastocó organizaciones e instituciones de todos los sectores. De una manera muy particular me afecta la educación superior. Pero esta no fue una situación casual, sino que respondió a ideas y acciones que se impusieron bajo el dominio del poder con un sustento ideológico y un sentido estratégico.”(Mönckeberg y Flores, 2023).

Los diversos cambios impuestos por la dictadura militar apuntaron principalmente a derechos sociales, como la salud, la seguridad social y la educación, y fueron llamados “modernizaciones” por sus creadores. Los distintos grupos responsables de estas “modernizaciones” se reunieron en reuniones “públicas”, pero también en reuniones secretas, cuyos documentos se hicieron públicos tras el fin de la dictadura.

La intervención de la dictadura militar en la educación superior supuso una toma del poder casi inmediata. El 2 de octubre de 1973 se promulgó el Decreto No. 50, que revocó el mandato de todos los rectores electos y los reemplazó por decanos-delegados, militares en activo o retirados.

Entre 1973 y 1975, el gobierno autoritario impuso una fuerte represión a las universidades con el objetivo de eliminar las teorías marxistas y sus simpatizantes del entorno académico.

Otro aspecto destacable es el ataque al servicio público y la defensa de lo privado. Rifo Melo (2017) hace referencia a las declaraciones de un militar y un civil vinculados al gobierno dictatorial y que ilustran el espíritu de la época: “Financiar, mediante el aporte proporcional de todos, la tarea educativa, con el fin de contribuir al establecimiento de una sociedad democrática en la que la elección del tipo, institución o medio de educación o la extensión de ésta, no estén condicionadas por factores socioeconómicos. factores del estudiante(Contralmirante Luis Niemann).

"Por otro lado, el bajo costo privado de la educación universitaria propicia la proliferación de “estudiantes profesionales, agitadores políticos, etc… que tienden a ocupar las pocas plazas existentes…. Todos estos problemas son causados, en parte, por el subsidio otorgado a la educación universitaria, que no está socialmente justificado en la mayoría de los casos, ya que desde el punto de vista privado (estudiante) la inversión para adquirir educación superior da un retorno económico muy alto.” (Miguel Kast – economista – Oficina de Planificación Nacional).

En 1976, el 13 de febrero, se publicó en el Diario Oficial el Estatuto Nacional Público de las Universidades Chilenas, que fortaleció el rol coordinador del Ministerio de Educación en relación con la educación superior, rol ejercido por la CRUE desde su creación.

El 13 de septiembre de 1976, el Acto Institucional núm. 3, que somete a revisión y revocación las garantías y derechos constitucionales consagrados en la Constitución de 1925. El Estado cumple un papel central en la creación y desarrollo de la Educación en todos sus niveles y, como ya se mencionó, la autonomía universitaria está contenida en el artículo 10 de la Constitución. Constitución.

En el 1977 Oficina Nacional de Planificación, creada en 1967, publica un documento en el que presenta la intención del Estado de mantener gratuita la escuela básica, parcialmente la secundaria y eliminarla de la educación superior.

Entre el 12 de diciembre de 1980 y el 5 de febrero de 1981 se promulgaron 5 decretos que establecen nuevas reglas para la configuración y funcionamiento de la educación superior chilena: Decreto Ley N° 3.541, de 12 de diciembre de 1980, la “Ley General de Universidades”, que consagra el papel del Ministerio de Educación en la coordinación de las universidades; Decreto Ley No. 1, de 30 de diciembre de 1980, que fija las normas para la creación de universidades privadas como corporaciones sin fines de lucro; otro Decreto con Fuerza de Ley (DFL) reguló la creación de institutos profesionales (IP) y centros de formación técnica con permiso de lucro, es decir, el Decreto Ley N° 3, de 30 de diciembre de 1980, que trata específicamente de las remuneraciones en las universidades y que establece que los docentes tendrán salarios diferentes según su desempeño; Decreto Ley No. 4 de 14 de enero de 1981, que establece nuevas formas de financiamiento y la reducción de la transferencia de recursos directos; y Decreto Ley N° 5, de 5 de febrero de 1981, que fija las normas para los institutos profesionales (Rifo Melo, 2017).

Entre las justificaciones de las reformas destacan el crecimiento irracional e inorgánico del sistema, el carácter monopólico y descontrolado del sistema universitario, y la gratuidad como socialmente regresiva, cuyo concepto de síntesis es el “gigantismo” de las Universidades. También se hizo referencia a la ingobernabilidad de las instituciones por su tamaño, dispersión y fuerza política de los líderes locales (profesores y directores de colegios), lo que ya se observaba antes de 1964, según Brunner (2009).

En este entendido, el gobierno de Augusto Pinochet publicó el Decreto con Fuerza de Ley No. 2, del 30 de diciembre de 1980,

Artículo único.- Dentro de los 90 días contados a partir de la publicación de esta ley, los Rectores de las universidades actuales propondrán al Presidente de la República un programa de reestructuración de sus respectivas corporaciones para que cada una de ellas cuente con un número racional de estudiantes que les permita para cumplir adecuadamente sus propios fines.

A los efectos indicados en el apartado anterior, esta proposición deberá consultarse, en su caso, en la división de universidades actualmente existentes.

Las universidades u otras entidades que se deriven de la consiguiente división no pueden hacer referencia en su nombre a una universidad existente.

La propuesta de división deberá contener, en todo caso, los estatutos de las universidades y demás entidades que de ellas se deriven, su régimen jurídico y las medidas necesarias para no interrumpir los estudios de los estudiantes matriculados..

La crisis económica que tuvo lugar en Chile a principios de los años 1980 retrasó las reformas en curso. Así, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional proporcionaron al gobierno de Pinochet recursos financieros que garantizaron la estabilización de la economía, con el compromiso de implementar medidas de austeridad fiscal, incluidos recortes presupuestarios para las entidades públicas y la continuidad de las políticas de autofinanciamiento de la educación. instituciones superiores.

Tabela 1 – Clasificación general de las universidades chilenas

CategoríaEstatalPonerconfesionalTotal%
Tradicional     
Original233813,3
derivado14 31728,3
Subtotal16362541,6
privado     
Poner 23 2338,3
confesional  7711,0
Acreditacion 5 58,3
Subtotal 2873558,3
Total16311360 
%26,651,421,7 100
fuente: CRUZ-COKE M, Ricardo (2004)

Lo que ocurrió en los años siguientes fue una caída del 28% en el gasto público en educación entre 1982 y 1990, con una caída del gasto público general de solo el 9% en el mismo período (RIFO MELO, 2017). Todas las leyes y decretos mencionados fueron reunidos en el “Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (LOCE)” promulgada por Pinochet un día antes de entregar el gobierno, el 10 de marzo de 1990. Con la modificación de la constitución y la promulgación de la LOCE, se creó un entorno jurídico muy difícil de cambiar sin el apoyo de la mayoría de los ciudadanos del país. políticos. Así, en los años siguientes se produjo un aumento en el número de instituciones privadas y en el mercado de educación superior chileno.

Funcionamiento, organización y modelos de la educación superior en Chile

Actualmente la Ley N° 21.091/2017 regula el Sistema de Educación Superior en Chile. Mediante este documento se crearon la Subsecretaría y la Superintendencia de Educación Superior, vinculadas al Ministerio de Educación, las cuales determinan las funciones de la Educación Superior y sus responsabilidades. En el artículo 2 de la ley se enumeran los principios que rigen e inspiran la educación superior, tales como autonomía, calidad, cooperación y colaboración, diversidad y proyectos educativos institucionales, inclusión, libertad académica, participación, pertinencia, respeto y promoción de los derechos humanos, transparencia, trayectorias y articulación de formación, acceso al conocimiento y compromiso cívico (Chile, 2017).

Este documento establece la gratuidad de la educación superior en Chile, tal como lo describe el artículo 1 de la Ley N° 21.091/2017: “La educación superior es un derecho, cuya prestación debe estar al alcance de todas las personas, según sus capacidades y méritos, sin discriminación arbitraria. , para que puedan desarrollar sus talentos; Asimismo, debe servir al interés general de la sociedad y se ejerce de conformidad con la Constitución, las leyes y los tratados internacionales ratificados por Chile y vigentes” (Chile, 2017, p. 2).

El Ministerio de Educación, a través de la Subsecretaría de Educación Superior, es responsable de proponer políticas para la composición del sistema. El sistema opera con provisión mixta, abarcando instituciones públicas y privadas. Para las instituciones privadas de educación superior, la Ley N° 21.091/2017 determina que operan sin ánimo de lucro e incluso califica la acción como una infracción muy grave, sujeta a sanciones legales y penales. En su artículo 65, describe que “las instituciones de educación superior organizadas como personas jurídicas de derecho privado sin fines de lucro tienen la obligación de destinar sus recursos y reinvertir los excedentes o ganancias que generen, según el caso, en la consecución de los fines para los cuales tienen derechos propios, de conformidad con la ley y sus estatutos, y en el mejoramiento de la calidad de la educación que imparten, sin perjuicio de los actos, contratos, inversiones u otras operaciones que realicen para la conservación y valorización de su patrimonio”. (CHILE, 2017, artículo 65, p. 20).

Organización

La educación superior se compone de dos subsistemas: universitario y técnico profesional. El subsistema universitario está integrado por las universidades estatales creadas por ley, las universidades no estatales pertenecientes al Consejo de Rectores y las universidades privadas reconocidas por el Estado. El subsistema técnico profesional está integrado por los centros de formación técnica estatales, los institutos profesionales y los centros de formación técnica privados reconocidos por el Estado.

Se describen cuatro tipos de instituciones de educación superior en Chile: los Centros de Formación Técnica (CFT) que ofrecen carreras de 2 años y emiten el título de técnico de nivel superior. Los Institutos Profesionales (IP), por su parte, pueden expedir títulos técnicos de nivel superior y títulos profesionales en profesiones que no requieren título académico. Las Universidades (U), a su vez, pueden expedir todos los títulos profesionales y grados académicos de licenciatura, maestría y doctorado. Finalmente, más recientemente se crearon las Instituciones de Educación Superior de las Fuerzas y Orden Armadas, las cuales pueden impartir títulos y grados académicos a través de sus instituciones educativas, formando parte de las instituciones de educación superior.

En el sistema de educación superior de Chile, los estudiantes pueden optar por seguir una educación técnica de nivel superior, con una duración de 2 a 4 años, o ingresar a una universidad. En este caso, las opciones son una licenciatura, que tiene énfasis en un área específica de la ciencia y permite continuar con estudios profesionales. El ciclo inicial de estudios se puede completar después de dos años de estudios. Otra opción es obtener un título de licenciatura o profesional, que se puede obtener después de 4 o 5 años y a partir del cual se puede seguir una carrera académica, con especialización, maestría y doctorado, como se ilustra en la Figura 3.

Figura 3 – Estructura del sistema educativo en Chile

fuente: Mineducación (2021).

Acceso a la educación superior en Chile

Hasta 2020, el acceso a la educación superior se daba a través de la Prueba de Selección Universitaria (PSU), administrada por el Ministerio de Educación, con preparación, coordinación y corrección realizada por la Universidad de Chile, referente de la educación superior en el país. En este sistema, las notas de secundaria también se tenían en cuenta en los resultados de los exámenes, denominándose Notas de Enseñanza Media (NEM).

La Prueba de Selección Universitaria constaba de dos exámenes obligatorios de matemáticas y lenguaje, además de pruebas específicas, que podían ser química, física, biología, historia, etc., según la carrera que deseaba seguir el estudiante. Cada universidad otorga diferente peso a los resultados de los distintos exámenes.

En marzo de 2022 se firmó un convenio por parte de la Comisión Técnica de Acceso a la Educación Superior para que las admisiones correspondientes a 2021 y 2022 incluyeran la aplicación de Pruebas Transitorias de Acceso en sustitución de la Prueba de Selección Universitaria. El nuevo sistema incluye una Prueba Obligatoria de Habilidades Lecturas, Habilidades Matemáticas, además de pruebas optativas en Ciencias, Historia y Ciencias Sociales (Mineducación, 2021). Como veremos más adelante, el ingreso a la educación superior presenta importantes sesgos socioeducativos y socioeconómicos.

El Servicio de Información de Educación Superior (SIES), vinculado a la Subsecretaría de Educación Superior, publicó un cuadro con información de las matriculaciones de este nivel de educación para el año 2022. El documento muestra el mantenimiento de la tendencia en el número de matriculaciones de los últimos años , con predominio de pregrado (pregrado), seguido del posgrado (posgrado y posgrado), como se indica en la Tabla 2.

Tabela 2 – Evolución de las matriculaciones por nivel formativo (2018-2022)

fuente: SIES (2022).

En cuanto a la evolución de las matriculaciones por tipo de institución (2018-2022) en carreras de pregrado, cabe observar el Cuadro 3, que muestra que las admisiones a las universidades se mantienen, en el tiempo, en mayor proporción que las matriculaciones en institutos profesionales (IP), seguidas por Centros de Formación Técnica (CFT).

Tabela 3 – Evolución de las matriculaciones por tipo de institución (2018-2022)

fuente: SIES (2022).

También es importante señalar que la evolución de las matriculaciones por género (2018-2022) muestra una tendencia que continúa, con la mayoría de mujeres matriculándose en la educación superior. En 2022 este total alcanzó el 53,8%, mientras que el número de hombres alcanzó un porcentaje del 46,2%, como se muestra en el Cuadro 4.

Tabela 4 – Evolución de las matriculaciones por género total (2018-2022)

fuente: SIES (2022).

Otros datos interesantes muestran las áreas de conocimiento involucradas en la matrícula y a nivel de pregrado. Las áreas que predominaron para el año 2022 son tecnologías (25,9%), seguidas de salud (19,6%) y administración y comercio (18,8%). Los dos últimos, salud y administración y comercio, invirtieron el orden cuantitativo de las matriculaciones a partir de 2021, como se muestra en el Cuadro 5.

Tabela 5 – Evolución de las matriculaciones por área de conocimiento (2018-2022)

fuente: SIES (2022).

Control y evaluación de la calidad de la educación.

Entre 1998 y 1999 se estableció a través de préstamos internacionales el Programa MECESUP1, que establecía objetivos para la educación superior basados ​​en requerimientos del Banco Mundial. El programa tenía como objetivo mejorar la calidad de la educación terciaria, haciendo el sistema educativo más competitivo (Universidad de Chile, 2023).

A través de este programa, el financiamiento a la educación superior pasó de un sistema de asignación de recursos basado en criterios históricos, sin rendición de cuentas pública, a un nuevo escenario de asignación basado en resultados (indicadores de desempeño), que permitió la asignación de concursos para un Fondo Concursable (FC) ( Universidad de Chile, 2023).

Algunos de los resultados fueron mejoras académicas y de infraestructura en las instituciones de educación superior: mejorar la calidad y relevancia de los programas; establecimiento de un proyecto de acreditación para verificar la calidad de la enseñanza en las instituciones de educación superior y su oferta de pregrado y posgrado; fortalecer la capacidad de gestión institucional, reforzando la calidad y pertinencia de los programas de educación superior y la calificación de los docentes; ampliar el acceso a la educación superior de estudiantes de sectores de bajos ingresos y mejorar la rendición de cuentas del financiamiento público (Universidad de Chile, 2023).

Debido a los resultados positivos, se amplió el programa y se estableció el Mecesup 2 (2005-2011), con el fin de aumentar la eficacia del financiamiento público para la educación superior, mejorando la coherencia, la capacidad de respuesta, la equidad y la calidad del sistema. A partir de 2013, el programa continuó con Mecesup 3, cuyo objetivo era mejorar la calidad y pertinencia de la educación superior a través de la ampliación del sistema de financiamiento basado en resultados. Se pretendía hacer del financiamiento basado en resultados una característica estándar del sistema de financiamiento de las IES chilenas (UNIVERSIDAD DE CHILE, 2023).

Modelos de financiación de la educación superior

El país construyó un sistema de educación pública gratuita mantenido por el Estado, que persistió durante todo el período dictatorial. Hasta la década de 1980, Chile contaba con dos universidades públicas y seis universidades privadas (GORGULHO, G., 2012). El cambio se generó durante la dictadura militar de Augusto Pinochet, que estableció mecanismos para la creación de nuevas universidades privadas utilizando financiamiento privado. Según la literatura, la primacía de las instituciones públicas significó el 65% de las matrículas, mientras que el resto de las instituciones privadas recibieron financiamiento público.

Chile fue el primer país de América Latina en cobrar cuotas mensuales en las instituciones públicas de educación superior. Con la reforma generada por el General Pinochet se inició la descentralización del financiamiento y administración de escuelas y universidades, prevaleciendo el modelo educativo privatizado. Cabe mencionar que desde la educación primaria se observa este movimiento privatizador, recibiendo las autoridades municipales la implementación del sistema de subsidio por estudiante, conocido como bonos. Este sistema permitía a los padres elegir dónde inscribir a sus hijos.

Según un estudio de 2015 del Foro Económico Mundial, la educación superior en Chile era considerada una de las más caras del mundo, ubicándose en el cuarto lugar si se toma en cuenta el ingreso per cápita de las familias. Según el Ministerio de Educación de Chile,[ii] Existen dos modelos de oferta de financiamiento: uno, con la participación directa del Estado en el financiamiento, entregando recursos a las universidades de manera directa y el otro, de manera indirecta, brindando vinculación con las instituciones bancarias.

El primer modelo es el más antiguo, con recursos históricamente asignados al Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas (CRUCH), que tenía autonomía financiera. El segundo es un modelo de financiación indirecta, en el que se considera el número de matrículas y los puntos en el ranking de selección universitaria (PSU). Este aporte es intermediado por entidades financieras.

Figura 4 – Modelos de oferta de financiación

Contribución Fiscal Directa (AFD)Contribución del Impuesto Indirecto (AFI)
Recibido por las universidades del Consejo de Rectores de las Universidades de Chile (CRUCH) – entidad independiente (1954) El Estado históricamente financió las universidades, tanto estatales como privadas.Lo reciben las instituciones de educación superior, con base en el número de matrículas de la institución y los puntos registrados en la Prueba de Selección Universitaria (PSU), el examen de ingreso chileno.  

De esta manera, el modelo indirecto se institucionalizó en 2005 como una forma de crédito garantizado por el Estado. Este dispositivo financiero intensificó aún más los males sociales, con el cobro descarado de tasas de interés sobre el financiamiento bancario.

Evaluación de la educación superior

Hablar de financiamiento de la educación superior chilena es tratar directamente de filtros de selección, pues son los puntajes en el sistema de selección universitaria (PSU) los que se consideran al momento de matricularse y elegir instituciones. Cuanto más grande sea la Universidad, mayor será el nivel de puntaje requerido para que los estudiantes ingresen a la Institución. Al igual que la selección, la prueba de aptitud académica, conocida como “Prueba de Habilidad Académica – PAA” es elaborado por los consejos de Rectores.

Esta relación es un mecanismo de desigualdad social. Según el Mapa de Desigualdades Educativas de 2018,[iii] Alrededor del 43% de los estudiantes de familias de bajos ingresos, es decir, con un ingreso mensual promedio inferior a 550 dólares, obtuvieron las calificaciones más bajas en la prueba, alrededor de 450 puntos. Si se mira al otro extremo, sólo el 4,1% de los estudiantes de familias adineradas, con ingresos superiores a los 2,5 dólares, lograron alcanzar puntuaciones superiores a los 700 puntos, es decir, el 70% de aciertos en la prueba. El estudio mostró que sólo el 0,2% de los más pobres obtuvieron las mejores calificaciones.

Debido a inconsistencias en el sistema de selección universitaria, el Estado chileno sufrió protestas de estudiantes secundarios y de gran parte de la población. Conocida como la Revolución Pingüina, iniciada en 2006, consistió en ocupaciones escolares, exigiendo mejoras en la educación y cambios estructurales en el país. El peculiar nombre hacía referencia al uniforme de los estudiantes de secundaria, quienes se convirtieron en un grupo movilizador. Entre las principales demandas se encontraban: (i) Derogación de la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (LOCE); (ii) Fin de la municipalización de la educación; (iii) Prueba Gratuita de Selección Universitaria; (iv) Pase escolar gratuito.

La gran movilización social presionó al gobierno y uno de los resultados de la “Revuelta de los Pingüinos” fue la Ley de Educación Superior de 2009. Esta ley garantizó una extensión gradual del derecho a la educación superior gratuita, con el aumento de la educación gratuita a 60 % de la población más pobre de Chile. En su segundo mandato, Michelle Bachelet (2014-2018) permitió que los jóvenes más pobres accedieran de forma gratuita a estudios universitarios. Se creó un organismo competente para la función de acreditación e implementación de la ley gratuita, a cargo de la Superintendencia de Educación Superior, dependiente del Ministerio de Educación de Chile.

Figura 5 – Organigrama del Ministerio de Educación de Chile

ÓRGANO COMPETENTEFUNCIÓN
Superintendencia de Educación SuperiorInspección y acreditación.
Ley de Gratuidad

Finalmente, una de las demandas llevó a la creación de un sistema nacional de evaluación de la calidad de la educación superior (incluidos CFT, IP y universidades) bajo la responsabilidad de “Comisión Nacional de Acreditación” (CNA-Chile), decretada en la LEY N° 20.129 de 2006.

Políticas de permanencia en la Educación Superior en Chile

Como se ha presentado hasta ahora, el sistema de educación superior en Chile tiene muchas peculiaridades, dada su génesis y desarrollo en el contexto de la dictadura. El tema de la permanencia está directamente vinculado con las condiciones que tiene el estudiante para vivir plenamente el espacio universitario y desarrollar todo su potencial intelectual dentro de él. Las políticas de permanencia tienen un alcance más amplio, incluyendo aspectos relacionados con diferentes formas de integración plena a la universidad, como programas de iniciación y docencia científica, seguimiento, apoyo a la participación en eventos, entre otras actividades (Vargas y Honorato, 2014, p.06). .

Lo que entendemos por asistencia al estudiante está ligado a permitir que el estudiante literalmente sobreviva durante la fase universitaria, permanezca y se gradúe satisfactoriamente. De esta forma, las acciones de asistencia se dirigen a quienes se encuentran atravesando situaciones de vulnerabilidad, ya sea económica, social o psicológica. Hasta la fecha, la permanencia en la educación superior en Chile no está incluida en ningún diseño o concepción nacional como un derecho o incluso como algún tipo de práctica asistencial por parte del gobierno. Los principales documentos legales que abarcan la educación no son específicos sobre el tema de la permanencia en la educación superior (Vargas y Heringer, 2017).

A continuación destacamos las principales políticas de permanencia adoptadas de manera autónoma por cada universidad y la visión de los estudiantes sobre las mismas, con base en la Ley 20.845/2015, denominada Ley de Inclusión, que modificó artículos de la Ley General de Educación (Ley 20.370/2009), con el fin de Incrementar la lista de principios que guían la educación en Chile, asegurando que ésta será ofrecida bajo un régimen de derechos sociales y no de mercado, con acceso equitativo, gratuito y con mayores recursos.

En Chile, alrededor del 30 al 40% de los estudiantes de educación superior desertan en los primeros dos años (Donoso, Donoso & Frites C., 2013). Cabe destacar una variedad de programas que incluyen apoyo académico, fortalecimiento de la cultura indígena y creación de redes de apoyo, a saber:

PACE – Programa de Monitoreo y Acceso Efectivo a la Educación Superior, para estudiantes que se encuentran en alto riesgo de abandonar el sistema educativo. Aplica para estudiantes de secundaria antes de ingresar a la universidad y después de ingresar, ofreciendo actividades de nivelación académica y apoyo psicosocial;

JUNAEB – Junta Nacional de Ayuda Escolar y Becas, que ofrece servicios de alimentación, salud física y mental, transporte, trabajo voluntario;

Programas de apoyo académico (cursos de nivelación): sistema de recuperación o nivelación, para corregir deficiencias en los primeros años de los estudiantes. En algunas instituciones, estos programas toman la forma de pasantías especiales, clases extraordinarias, cursos de recuperación, tutorías especiales realizadas por estudiantes de último año, conferencias sobre métodos de estudio y uso del tiempo, talleres de informática y comunicación, técnicas de estudio, técnicas de lectura rápida, talleres de oratoria. , entre otros;

Programas de apoyo económico y social: becas de alimentación, transporte, contratación de estudiantes para trabajos esporádicos, especialmente en Magisterio y Pedagogía;

Programas de integração e motivação: inovação em metodologias de ensino e de aprendizagem, a fim de aumentar sua eficácia e uma maior motivação dos alunos, programas de apoio médico e psicológico, programas de integração e motivação, proposição de atividades extracurriculares, como o esporte e la cultura;

Programa de Apoyo a la Adaptación Universitaria – Universidade da Fronteira (UFRO), que está ubicada en una región con uno de los índices de desarrollo humano más bajos del país, atendiendo a una sociedad multicultural, con estudiantes de alta vulnerabilidad socioeconómica y una presencia significativa de estudiantes con ascendencia mapuche;

Programa Rüpü (camino en mapudungun) de apoyo académico a estudiantes mapuche. Consideramos importante resaltarlo por su consistencia académica, sociopolítica y pedagógica. El proyecto desarrolla estrategias de apoyo académico y cultural que ayudan a incrementar las expectativas de éxito académico y reforzar la identidad de estos estudiantes. En el área sociocultural ofrece talleres sobre desarrollo socioafectivo, relaciones interpersonales, autoestima, lengua y cultura mapuche (Navarrete, Candia & Puchi, 2013);

La Universidad del Bío-Bío (UBB), ubicada en la región central del país, ofrece principalmente carreras técnicas en su sede de Concepción. En la sede de Chillán se mezclan las carreras de Pedagogía, Psicología, Ingeniería y Psicología;

El Programa Kuykuytun (cruzando un puente, en mapudungun), creado en 2008, tiene como objetivo desarrollar el respeto, reconocimiento y aceptación de la diversidad cultural, a través de acciones interculturales que apuntan a rescatar los valores de las diferentes identidades socioculturales y territoriales de los estudiantes universitarios. El programa se basa en la aplicación de cursos de nivelación de conocimientos, apoyo académico, fortalecimiento de la cultura indígena, desarrollo de sistemas de información especializados, actividades de diagnóstico y generación de redes de apoyo.

Sin embargo, lo fundamental para el éxito de cualquier política pública es su grado de visibilidad para los destinatarios y su participación en los procesos de toma de decisiones. Una investigación realizada por el Observatorio Chileno de Políticas Educativas en 2016 muestra que los jóvenes muchas veces declaran no tener información sobre los beneficios de los programas de apoyo, lo que hace que el problema de la deserción persista.

*André Serradas Está cursando una maestría en Ciencias de la Información en la Facultad de Comunicaciones y Artes de la USP..

*Juliane B. da Silva es estudiante de Doctorado en Educación en la Facultad de Educación de la USP.

*Lucas Lima de Andrade Está cursando una maestría en Educación en la Facultad de Educación de la USP..

*Sandy SGOliveira es estudiante de maestría en Educación de la Facultad de Educación de la USP.

*Afranio Catani es profesor titular jubilado de la Facultad de Educación de la USP. Actualmente es profesor invitado en la Facultad de Educación de la UERJ, campus Duque de Caxias..

Referencias


Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (N° 18.962). Disponible: https://uchile.cl/presentacion/normativa-y-reglamentos/ley-organica-constitucional-de-ensenanza.

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Chile. Ministerio de Educación. Ley Nº 21.091, mayo de 2017. De Educación Superior en Chile. Sistema de información de tendencias educativas en América Latina – SITEAL, 11 de mayo de 2018. Chile, 2017.

Chile. Ministerio de Educación. Ley N 20.129 de noviembre de 2006. ESTABLECE UN SISTEMA NACIONAL DE SEGURAMIENTO DE LA CALIDAD DE LA EDUCACION SUPERIOR.CHILE, 2006. Disponible en: https://www.bcn.cl/leychile/navegar?idNorma=255323.

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Donoso Sebastián; Donoso, Gonzalo; Papas fritas, Claudio. La experiencia chilena de retención de estudiantes en la universidad. Revista Ciencia y Cultura, v. 17, núm. 30, pág. 141, 2013. Consultado el: 13 de agosto. 2023. Disponible en: http://www.scielo.org.bo/scielo.php?pid=S2077-33232013000100007&script=sci_abstract&tlng=pt.

Gaceta del Pueblo. Chile vuelve a decretar la gratuidad de la educación superior después de décadas. Consultado el 20 de agosto. 2023. https://www.gazetadopovo.com.br/educacao/chile-volta-a-ofertar-educacao-universitaria-gratuita-apos-decadas-por-que-c7w06qgr4ybx37bucxboylfga/

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Notas


[i] El texto completo de la Ley 17398 puede consultarse en la Biblioteca Nacional de Chile en el siguiente sitio web: Ley Chile – Ley 17398 – Biblioteca del Congreso Nacional (bcn.cl).

[ii] Ver en: https://portal.beneficiosestudiantiles.cl/becas/creditos-de-educacion-superior

[iii]Ver en: https://goodneighbors.cl/desigualdad-educativa/.


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