política salvaje

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por JEAN TIBLE*

Introducción del autor y extracto del libro recién publicado

Precursos

Cuando, a la vuelta de 2010 a 2011, comenzó esta década de insurrecciones democráticas, yo estaba en el período final de mi doctorado (defendido en octubre de 2012 y publicado en septiembre de 2013, unas semanas después de junio). Siempre noté afinidades y conexiones entre la investigación que estaba completando y estos eventos en curso. política salvaje es el resultado de una profundización de esta comprensión inicial y puede entenderse como un despliegue de la marx salvaje.[i]

Las páginas que siguen resultan de un recorrido por actos, manifestaciones, asambleas, debates, encuentros, obras de teatro, películas, encuentros e historias. Una mezcla de reflexiones desde las presencias en calles, plazas y bosques, movilizaciones menores, miradas subjetivas, procesos geopolíticos e instituciones (estatales). Andanzas teórico-existenciales desde Brasil, una deriva política, un intento de “pensar a la intemperie”[ii] junto con situaciones de lucha aquí, en los EE. UU. y en Francia, pero también llamando a algunos ubicados en México, Argentina, Chile, Argelia, Italia, Egipto y algunos más.

Toni Negri se pregunta por la posibilidad de “captar este nuevo ser, este exceso, este 'soplo' [y] […] pensando desde dentro de las revueltas y en su ritmo”.[iii] Intento, en cinco momentos, partir de las ciencias y políticas del movimiento, siguiendo a través y a través de las expresiones de las revueltas en curso, desviándome, luego, al estudio del giro represivo actual para, finalmente, tratar de (des)amarrar las discusiones en una política de cultivo. Estas cinco partes pueden leerse en cualquier orden e independientemente y, además, como sugiere mi amigo Silvio Rhatto, lo mismo puede ocurrir con los párrafos (numerados por las notas al pie que incluyen las referencias).

Compartidas parcialmente, durante los últimos años, en textos, clases, discursos y conversaciones (aprovecho para agradecerles todos los ánimos), estas páginas son un homenaje a ocho maestros a los que les debo mucho (¿todo?) y a a quienes agradezco enormemente haber conocido y convivido, aun en desacuerdos. Ya decía Heiner Müller que usar y activar a Bertolt Brecht sin criticarlo es traicionarlo. “Amar es traicionar”.[iv]

 

Al principio fue el movimiento

Revuelta. Revolución. Rebelión. Insurrección. Insurrección. Aumentar. Alboroto. Confusión. Gé-ming. intifada. hibba. Thawra. Raqueta. Escándalo. Bullicio. Agitación. Ara Pyau. emoción. Subversión. Levantamiento. Subversión. Implosión. Irrupción. Erupción. Emergencia. Brote. Chispa - chispear. Delito. Remolino. Virus. Repudio. Oposición. Transformación. Trastorno. Ruptura. Disentimiento. Disensión. Disentimiento. Molestar. Disyunción. Disfunción. Ruina. Abolición. Disturbio. Interrupción. Dividir. Romper. serhildan. Insubordinación. Insumisión. Indisciplina. Desobediencia. Despido. Hirviendo. Efervescencia. Pachakutik. tiqqun olam. Borroca. Revolucionario. Giratorio. Temblor. Terremoto. Tormenta. Remolino. Protesta. Bloquear. Sabotaje. Boicotear. Barricada. Obstrucción. Aislamiento. Frenado. Trenza. Trinquete. Fiesta. Disturbio. Huelga. Manifestación. Acto. Romper romper. Ocupación. Cámping. Quilombo. Resistencia. Reanudación. Autodemarcación. Recuperacion. Escapar. Deserción. Deriva. Regatear. Esquivar. Shondaro. Mar agitado.

Elias Canetti relata, en el segundo volumen de su trilogía autobiográfica, su impactante y decisivo encuentro, en Frankfurt, con una movilización de trabajadores en la década de XNUMX. Entonces le invade “un intenso deseo de participar”, pero no da el paso. Décadas después, su “recuerdo de la primera manifestación […] ha permanecido vivo”; en ese instante, se transformó – “lo que nos pasó a nosotros en la multitud, una alteración total de la conciencia, fue tan drástico como misterioso. Quería saber de qué se trataba, en realidad”. Este choque con una comunidad en movimiento le hizo detenerse en este enigma durante más de treinta años, lo que desembocó en la publicación de masa y poder en 1960.

Recorriendo obras sobre el tema, pronto se sintió irritado con las influyentes lecturas de Sigmund Freud y Gustave Le Bon, porque “estos autores se habían cerrado a las masas: les eran extraños, o parecían temerlas. Y cuando decidieron investigarlos, su gesto fue: ¡alejaos de mí a diez pasos!”, ya que eran “una especie de enfermedad, cuyos síntomas se buscaban y describían”, siendo “decisivos que, frente a las masas, no pierdan la cabeza, no se dejen seducir por ellos, no se pierdan en ellos”.[V]

Más adelante, el escritor relata su segunda experiencia intensa de este tipo el 15 de julio de 1927 en Viena. Luego de que la Corte Austriaca absolviera a los asesinos de trabajadores en una protesta anterior y el diario oficial hablara de una sentencia justa, Canetti, indignado, cruza la ciudad y se une a los trabajadores que, desde todos los rincones, se precipitan espontáneamente al frente del Palacio de Justicia. La misa lo quema, junto con sus archivos. La policía recibe la orden y dispara, matando a noventa manifestantes. Elias Canetti recuerda, después de cincuenta y tres años: “Todavía siento la emoción de ese día en mis huesos. Fue lo más cercano a una revolución que he experimentado personalmente. Desde entonces sé perfectamente, sin necesidad de haber leído una línea sobre ello, cómo se produjo la toma de la Bastilla. [Al sumergirme en el evento], me convertí en parte de la masa, completamente disuelto en ella, sin sentir la menor resistencia a lo que estaba haciendo”.[VI]

Las escenas que vive y comparte Elias Canetti, décadas después, ilustran el ascenso de un actor político (la clase obrera industrial) y la reacción extremadamente violenta que lo enfrentó. El autor también insiste en los vínculos entre la obra de Le Bon (psicología de la multitud) y la irrupción de las asociaciones obreras y de la Comuna de París. La represión de este nuevo movimiento tomará, a lo largo del último siglo, formas extremadamente trágicas y violentas, con el ascenso nazi-fascista, la Segunda Guerra Mundial y sus horrores. Elias Canetti, en sus vivencias en la calle y en su larga investigación, aporta la fuerza irruptiva y creadora de la rebeldía. ¿Qué pasa si, contrariamente a las perspectivas habituales de la política, centrada en el Estado, en los poderosos y en la representación, partimos de la primacía de la lucha y sus movimientos como elaborados por un conjunto de autores y actores, cruzando enfoques y posiciones?[Vii]

 

Ola

“Solo se puede predecir la lucha”, nos dice Antonio Gramsci. Los brotes sucedieron, suceden y seguirán sucediendo. Y han ocurrido en todas partes, quizás como nunca antes. Si los socios Marx y Engels se sintieron en el manifiesto Comunista la Primavera de los Pueblos de 1848 por venir y la Imperio de Hardt y Negri anticipó cierto espíritu de Seattle, El levantamiento que viene, lanzada en 2007 por el comité invisible, parece haber intuido esta ola que estamos viviendo (en un episodio destacable, a finales de 2011, el página web de la poderosa empresa de seguridad Stratfor es hackeada y ese libro está colgado ahí). Tal y como expresa este grupo no autor en su siguiente libro, en el que hacen una primera valoración de estas rebeliones, “por fin llegaron las insurrecciones” y “la estabilidad ha muerto”.[Viii]

Un nuevo ciclo mundial de luchas estalló a finales de 2010, tras la autoinmolación del vendedor de frutas y verduras Mohamed Bouazizi y la revuelta colectiva que este gesto limitante provocó en Sidi Bouzid antes de conquistar todo el país. Una última acción desesperada de un vendedor ambulante en una ciudad tunecina de tamaño medio, donde el presidente era constantemente reelegido y había creado una tecnología de gobierno que incluía, en su faceta internacional, ser elogiada por organismos multilaterales y pertenecer a la Internacional Socialista. . ¡Fuera, Ben Alí! [Ex] Se produce un contagio. El pueblo quiere la caída del régimen. Las autocracias sólidas colapsaron en pocas semanas, como Túnez y luego Egipto (¡en dieciocho días!). Desde el llamado mundo árabe (Yemen, Bahrein, Libia, Siria), la ola cruza el Mediterráneo y llega al sur de Europa (España y Grecia en particular). Llega a decenas y decenas de países en los años siguientes (Turquía y Brasil, EEUU y Japón, México, Senegal y Uganda, Inglaterra y Francia, Hong Kong y Ucrania, entre muchos otros). Posiblemente sería más fácil nombrar a aquellos que no se vieron afectados por estas interrupciones, que ya habían ocurrido meses antes de la llamada Revolución Jazmín en el Sáhara Occidental y también en Islandia y Grecia después de la crisis financiera de 2008.

La primavera de 2011 derriba a cuatro presidentes “vitalicios” (además de Túnez y Egipto, Yemen y Libia –este último asesinado cobardemente en medio de un ataque de la OTAN), pero le sigue un invierno de 2013 (2010 egipcios y 2011 sirios masacrados, guerras civiles) antes de regresar. Y esto en países en general poco afectados en la primera ola de 2018-XNUMX y donde era, para muchos, imposible que sucediera algo así por la combinación de intervenciones externas y una represión interna más intensa. Desde finales de XNUMX, sin embargo, las palomitas en Sudán, desde la subida del precio del pan (y, finalmente, el dictador al-Bashir, con treinta años al frente del Estado, no sin antes que sus tropas mataran a un millar de personas en el intento de socavar la insurgencia).

En Argelia, posteriormente, la Hirak [movimiento] repudia la posibilidad de un nuevo mandato del presidente Boutleflika (quien gobierna desde hace dos décadas y renuncia a su empeño tras presiones). En Egipto, en septiembre de 2019, la insurgencia vuelve a estar presente. ¡Fuera, sistema! Al mes siguiente, los iraquíes se levantaron contra la destitución de un general y por políticas para combatir la desigualdad. Poco después, los libaneses salen a la calle (por la iniciativa estatal de un impuesto a las llamadas vía aplicaciones, posteriormente cancelado) y el Primer Ministro dimite en este proceso.[X]

Esta reanudación en 2019 es aún más amplia, a nivel mundial, con los chalecos amarillos franceses ocupando, en su Hechos, primero las rotondas y luego las ricas avenidas a finales de 2018 y Hong Kong unos meses después, inicialmente contra una ley de extradición a China. Nos robaron todo, hasta el miedo. En la segunda mitad, el grieta La [explosión] chilena es extremadamente notable al derrocar finalmente la Constitución de Pinochet, resultado de una larga lucha. ¡No son 30 pesos, son 30 años! Es concomitante con otro en Ecuador, liderado por el movimiento indígena contra el aumento de los precios de los combustibles y las medidas de austeridad. También estallaron otras protestas en Honduras, Indonesia, Armenia, Cataluña (condena a los independentistas), Colombia, Irán (aumento de los precios de la gasolina), India (restricción de los derechos civiles de los musulmanes) y Haití (corrupción de los fondos de Petrocaribe).

En gran parte, el flujo está detenido y contenido por la pandemia de covid-19, pero insiste en resurgir: en 2020 (y victorioso al año siguiente), una enorme movilización en curso de campesinos en India (por la derogación de leyes favorables a grandes multinacionales), Francia (contra la violencia policial y los proyectos de ley de seguridad) y fuertes protestas en Bulgaria, Bielorrusia, Kirguistán, Georgia, Tailandia, Polonia, Haití, Perú, Birmania, Hungría y, en la mayor protesta en la historia de Estados Unidos, por las vidas de los negros (con repercusiones inmediatas y gente en la calle en muchos países). Si nos quemamos, te quemarás con nosotros. Esto por mencionar algunas de las disensiones con cierta repercusión nacional (y global), por no mencionar las muchas más localizadas, como, por ejemplo, los constantes incendios en las grandes ciudades brasileñas, luego de casos de violencia policial y antagonismo permanente. en general.

¿Estaríamos repitiendo (en otros contextos y términos) una ola de fuertes enfrentamientos entre “pueblo” y “poderes” (con precedentes, como a fines del siglo XVIII, en la ola de 1848, a fines del la Primera Guerra Mundial o en 1968)? Democracia real ya! Quizás estemos viviendo más enfrentamientos (en número y en extensión geográfica), aunque no hay una relación automática entre los distintos acontecimientos ni un horizonte determinado compartido (pensar, por ejemplo, en lo que fue el movimiento comunista, el movimiento de descolonización o las experiencias anarquistas). como). )?

Las imágenes son siempre impactantes y la valentía y la intensidad de los cuerpos asombran. En esta toma de riesgos se forman asociaciones sin ninguna expectativa de ganar en su campo a las fuerzas policiales y/o militares y su omnipresente represión. También abunda la alegría en el compromiso, en el estar juntos, en la creación colectiva, en la entrega de energías vitales – “ahí reside el acontecimiento: no en el fenómeno mediático forjado para vampirizar la revuelta por su celebración externa, sino en los encuentros que efectivamente fueron producido”.[Xi]

*jean tible es profesor de ciencia política en la USP. Autor, entre otros libros, de Wild Marx (Autonomía literaria).

referencia


Juan Tible. política salvaje. São Paulo, ediciones Glac y ediciones n-1, 2022, 320 páginas.

El lanzamiento se realizará el 06 de diciembre, a partir de las 18:30 horas, en el Teatro Oficina.

Notas


[i] Juan TIBLE. marx salvaje (São Paulo, Autonomía Literaria, 2019, 4.ed.).

[ii] Osvaldo de ANDRADE. “Vieja conversación con Oswald de Andrade (de Milton Carneiro)” (1950) en: Los dientes del dragón: entrevistas (Río de Janeiro, Globo, 2009, p. 287

[iii] Antonio NEGRI. “El acontecimiento del 'levantamiento'”, en Georges DIDI-HUBERMAN (org.) levantamientos (São Paulo, Sesc, 2017, p. 39 y 41).

[iv] Heiner MÜLLER, “Fatzer ± Keuner” (1980) en: Erreurs choisies: Textes et entretiens (París, L'Arche, 1998, p. 35).

[V] Elías CANETTI. Una luz en mi oído: historia de una vida 1921-1931 (São Paulo, Companhia das Letras, 1989 [1980], p. 80-81); Elías CANETTI. masa y poder (São Paulo, Companhia das Letras, 2013 [1960]); Elías CANETTI. Una luz en mi oído: historia de una vida 1921-1931 (págs. 138-139).

[VI] Elías CANETTI. Una luz en mi oído, P. 224.

[Vii] Gustave LE BON, psicología de la multitud (São Paulo, WMF Martins Fontes, 2018 [1895]).

[Viii] Daniel Bensaid. Marx, lo intempestivo: grandezas y miserias de una aventura crítica (siglos XIX y XX). (Río de Janeiro, Civilização Brasileira, 1999 [1997], p. 16); Karl MARX y Friedrich ENGELS. Manifiesto del Partido Comunista (São Paulo, Fundación Perseu Abramo, 1998 [1848]); Michael HARDT y Antonio NEGRI. Imperio (Río de Janeiro, Récord, 2001); COMITÉ INVISIBLE, El levantamiento que viene (Recife, Edições Baratas, 2013 [2007]) y a nuestros amigos. (São Paulo, n-1, 2016 [2014]).

[Ex] En cursiva a lo largo del texto, hay mensajes de pixos, pancartas, “palabras de orden” y gritos desde la calle.

[X] Ezequiel KOPEL, “¿El tercer capítulo de la Primavera Árabe?”, nueva sociedad (n. 286, marzo-abril de 2020, p. 130 y 138-139).

[Xi] Alain BERTHO. ¿Se acabó el tiempo? Le temps des soulèvements (París, Croquant, 2020, p. 66); COMITÉ INVISIBLE. a nuestros amigos.

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