por BRUNO FABRICIO ALCEBINO DA SILVA*
Consideraciones sobre la película dirigida por Yorgos Lanthimos
La película Pobres criaturas, dirigida por Yorgos Lanthimos, profundiza en una narrativa surrealista y provocativa que aborda la intersección entre el deseo, el control y la identidad revelando las profundidades de la psique humana. Recibiendo 11 nominaciones al Oscar, a través del viaje de Bella Baxter, cautivadoramente interpretada por Emma Stone, la película expone las complejidades de la maduración femenina en medio de una sociedad opresiva y limitante.
La trama se desarrolla en torno a Bella, una figura cuya singularidad trasciende los límites del entendimiento convencional. Es una amalgama de elementos dispares, desde su propia constitución física hasta sus interacciones sociales. Bajo la meticulosa manipulación del médico Dr. Godwin Baxter (Willem Dafoe), irónicamente apodado Dios (Dios en inglés), Bella se presenta al mundo con un cuerpo modificado, una maravilla de la ciencia que alberga el cerebro de su propio hijo. Esta extraordinaria peculiaridad física no sólo resalta la naturaleza extraña y surrealista del universo de la película, sino que también sirve como una poderosa metáfora de la eterna batalla entre el deseo y el control.
Al llevar consigo el cerebro de su hijo, Bella encarna la fusión de dos existencias, dos identidades distintas unidas en una única entidad física. Esta fusión no sólo desafía las nociones convencionales de individualidad e identidad, sino que también arroja luz sobre la compleja interacción entre maternidad, autonomía y sacrificio. La presencia de su hijo dentro de ella no es sólo una peculiaridad física, sino una vívida manifestación del conflicto interno de Bella entre sus propios deseos y las expectativas puestas sobre ella por la sociedad y las figuras de autoridad masculina.
Por tanto, la metamorfosis de Bella no es sólo una transformación física, sino también un viaje de autodescubrimiento y empoderamiento. Su existencia trasciende los límites de la normalidad y la conformidad, desafiando las convenciones sociales y culturales que intentan encajarla en estándares predefinidos. En este sentido, la peculiaridad física del protagonista no es sólo un rasgo extraño de la trama, sino más bien un elemento central que alimenta la narrativa más amplia de la película sobre la libertad, la individualidad y la búsqueda interminable del verdadero significado de la existencia.
En este contexto, el análisis psicoanalítico de Sigmund Freud y el trabajo Eros y la Civilización de Herbert Marcuse emergen como lentes valiosas para comprender las capas de significado presentes en Pobres criaturas. Freud, con su teoría del inconsciente y de los impulsos primitivos, arroja luz sobre la dualidad de deseos e impulsos que impregnan las acciones de los personajes. Bella, en su búsqueda de autonomía, enfrenta no sólo las restricciones externas impuestas por figuras como el Dr. Baxter y su esposo Alfie (Christopher Abbott), sino también los conflictos internos entre sus propios impulsos y expectativas sociales.
Desde los primeros momentos de la película, se nos presenta el choque entre el deseo y el control, una dinámica que impregna el viaje de Bella, una figura que encarna la lucha por la autonomía en medio de un mundo que intenta restringir sus movimientos. En este contexto, podemos ver la influencia de la teoría freudiana en el conflicto entre el ello, el yo y el superyó. Bella, con su deseo libre y desinhibido, representa el ello, la parte instintiva e impulsiva de la psique, mientras que figuras como el Dr. Godwin Baxter y Duncan Wedderburn (Mark Ruffalo) representan el superyó, imponiendo restricciones y normas sociales al protagonista.
La relación de Bella con su creador, el Dr. Baxter, es especialmente interesante a la luz de las teorías freudianas. Él no sólo la moldea físicamente, sino que también intenta controlar sus deseos y experiencias, reflejando el concepto del complejo de Edipo y la figura paterna como agente regulador del deseo. La lucha constante de Bella contra este control simboliza la búsqueda de la emancipación y la satisfacción de los deseos reprimidos. Esta dinámica también explora temas abordados por Freud en El malestar de la civilización, investigando las tensiones entre impulsos instintivos y demandas sociales. La figura del Dr. Baxter, moldeando el cuerpo de Bella, hace eco de la opresión institucional, destacando el choque entre el deseo y el control presente tanto en la película como en la obra de Freud.
Además, la obra dialoga con las ideas de Herbert Marcuse sobre la sociedad represiva y la necesidad de una revolución erótica para romper las ataduras de la civilización. En Eros y la CivilizaciónMarcuse sostiene que la represión de los impulsos naturales por parte del sistema social da como resultado una sociedad reprimida y alienada. En Pobres criaturas, vemos esta represión manifestada en los intentos de controlar a Bella por parte de los hombres en su vida, que representan las estructuras de poder que buscan subyugar los deseos individuales en aras de la conformidad social.
Además, Herbert Marcuse ofrece una perspectiva crítica sobre la sociedad represiva y sus estructuras de control. La película retrata vívidamente el constante intento de hombres como el Dr. Baxter, Duncan y Alfie de subyugar y dominar a Bella, reflejando los mecanismos de opresión presentes en la sociedad patriarcal. La lucha de Bella por la emancipación y la autodeterminación es, por tanto, un acto de resistencia contra estas fuerzas coercitivas.
El viaje de Bella, marcado por descubrimientos y enfrentamientos con el control externo, refleja la necesidad de liberación erótica, donde el deseo ya no es reprimido, sino celebrado como una fuerza vital y creativa. El enfoque surrealista y provocativo de Yorgos Lanthimos nos invita a cuestionar las normas establecidas y buscar una nueva forma de existencia, donde se valore la libertad individual y la auténtica expresión de los deseos.
La estética de la película, marcada por la combinación de elementos surrealistas y fantásticos, refuerza la atmósfera de extrañeza y alienación que impregna el viaje de Bella. La dirección de arte, el vestuario y la banda sonora contribuyen a crear un mundo visualmente impactante, donde lo grotesco y lo bello se entrelazan de una manera intrigante.
En resumen, Pobres criaturas constituye una profunda reflexión sobre los complejos temas del deseo, el control y la identidad. Al explorar estos aspectos, la obra no sólo nos invita a reflexionar sobre el impacto de la civilización en los individuos, sino que también nos proporciona una experiencia cinematográfica atractiva y provocativa. En última instancia, se destaca como una narrativa que traspasa los límites del género, ofreciendo una visión penetrante y fascinante de las complejidades de la condición humana.
*Bruno Fabricio Alcebino da Silva Es Licenciado en Relaciones Internacionales y Ciencias Económicas en la Universidad Federal del ABC (UFABC)..
referencia
Pobres criaturas (Cosas pobres)
EE. UU., Reino Unido e Irlanda del Norte, 2023, 141 minutos
Director: Yorgos Lanthimos
Elenco: Emma Stone, Willem Dafoe, Christopher Abbott, Mark Ruffalo
Bibliografía
Freud, S. (1930). Descontentos de la civilización. En Obras completas de Sigmund Freud (Vol. XXI). Imagen Editora.
Freud, S. (1900). La interpretación de los sueños.. Edición estándar, 4 y 5.
Marcuse, H. (1955). Eros y la Civilización. Prensa de faro.
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