Paulo Freire en Bolivia: reminiscencias

Imagen: Paulinho Fluxuz
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por Débora Mazza*

Memorias de la educadora brasileña que supo vislumbrar un mundo en el que fuera menos difícil amar

“Si de estas páginas no queda nada, al menos algo esperamos que quede: nuestra confianza en el pueblo. Nuestra fe en los hombres y en la creación de un mundo donde sea menos difícil amar” (FREIRE, 1988, p. 184).

En el año 2021 celebramos el centenario del nacimiento de Paulo Réglus Neves Freire, conocido mundialmente como Paulo Freire.

Paulo es uno de los educadores y filósofos de la educación brasileña más leídos y citados en el mundo. Autor de una vasta obra, ha Pedagogía del Oprimido su libro más conocido y traducido a unos 40 idiomas. En él es posible identificar un método de alfabetización de adultos que entiende que la lectura del mundo precede a la lectura de la palabra, una metodología dialógica que explora los círculos culturales como una dinámica de trabajo horizontal entre educador y educandos en la que todos tienen algo que enseñar y mucho que aprender. y diversas técnicas de enseñanza y aprendizaje que, a través de múltiples lenguajes, captan, clasifican, sensibilizan, problematizan y representan la realidad concreta de los estudiantes encaminados a la sensibilización, la alfabetización, la postalfabetización, la acción política colectiva y el cambio hacia la minimización de las condiciones de pobreza, miseria y opresión y ampliar los procesos de inclusión, acceso y participación de todos en los bienes materiales e inmateriales socialmente producidos.

La obra de Paulo Freire va más allá de los límites disciplinares y su forma de pensar arroja luces y sombras sobre conceptos tales como: educación bancaria, educación castradora, pedagogía del oprimido, educación como práctica de libertad, extensión o comunicación, contacto e interacción, factible posible, participación comprometida, universo léxico, palabras generadoras, educación para la sensibilización, acción cultural por la libertad, racionalidad desencarnada, diálogo como principio político y pedagógico, esperanza, etc. Están a cargo de profesionales de la administración, agronomía, economía, educación, publicidad y propaganda, servicio social, periodismo, medio ambiente, relaciones públicas e internacionales, etc. (COWDEN, YU, ROBLES & MAZZA, 2020).

No es mi intención, en este texto, situar al autor y su obra (BEISIEGEL, 2002, 2010; GADOTTI,1996) ni describir su trayectoria como ciudadano del mundo (MAZZA y SPIGOLON, 2018), ni abordar aspectos específicos de su obra (MAZZA, 2019). Simplemente quiero describir una experiencia que viví junto a Paulo Freire y que perdura en mi memoria sin haberla hecho pública.

A principios de 1987, Paulo Freire, entonces profesor de la Facultad de Educación (FE) de la UNICAMP, fue invitado por varias instituciones bolivianas a recibir títulos de reconocimiento público y participar de seminarios de actualización de su obra organizados por grupos de la universidad, de la educación popular , educación básica y educación no formal e instituciones en sintonía con la teología de la liberación.

Estaba haciendo mi maestría en FE/UNICAMP, supervisada por el profesor Paulo Freire. Mi compañero de entonces, Adriano Nogueira, trabajaba en el área de educación popular con grupos de jóvenes y adultos en la periferia de Campinas-SP, había completado su maestría con Paulo y continuaba como su asistente pedagógico en las materias que el profesor enseñaba en la universidad.

Paulo estaba de luto y deprimido, nos presentó la invitación y dijo: – ¡Si me acompañas, acepto este trabajo!

El 28 de mayo de 1987 salimos de São Paulo para La Paz y luego continuamos hasta Cochabamba. Junto a nosotros estaban el profesor José Lima (Filosofía/UNIMEP-SP) y Luís Longuini (CEBEP Campinas, coordinador de SP). Todos fuimos bien recibidos y llamados "Equipo Pablo Freire”.

Los días 29 y 30 de mayo, Paulo asumió una intensa agenda de trabajo que incluyó actividades en los tres períodos e involucró a grupos sociales y profesionales muy diferentes y desiguales. En Universidad Mayor de San Simón, Paulo dialogó con profesores, directivos y autoridades universitarias y recibió el título de Del Doctor Honoris de la Causa. En el Seminario Bautista, realizó círculos de cultura con grupos de educación básica, educación popular e instituciones que promueven la educación no formal. En el Colégio Metodista se reunió con grupos cristianos y sectores de la iglesia que, basados ​​en la teología de la liberación, desarrollaban proyectos de educación popular cristiana ecuménica.

Ante todo este movimiento y la importancia del invitado, sectores políticos municipales, tanto progresistas como reaccionarios, se organizaron para otorgarle a Paulo el título de: “Ilustre Huesped de la Ciudad de Cochabamba”. Es claro que esta iniciativa generó reajustes en la agenda y condicionantes para los grupos progresistas que habían organizado y financiado la llegada del educador.

Confieso que me pareció difícil comprender la capacidad de Paulo para equiparar grupos y agendas de naturaleza tan diversa, ya menudo conflictiva, en dos intensas jornadas de trabajo. Pienso que la universidad brasileña también se avergonzó de aceptar la centralidad que la extensión alcanzó en el camino profesional de Paulo y sus implicaciones para las actividades de enseñanza e investigación. Priorizó la extensión como una participación activa en la construcción de la conciencia social, la profundización de la democracia, la lucha contra la exclusión social y la degradación ambiental, y la defensa de la diversidad cultural (SANTOS, 2004).

Estuvimos en diferentes territorios de la periferia de Cochabamba: en los predios universitarios ubicados en la zona privilegiada, en las instituciones de promoción de la educación popular que estaban ubicadas en las afueras de la ciudad, en el salón auditorio municipal ubicado en el centro político, en las comunidades indígenas circunscritas al departamento de Cochabamba y que persisten con costumbres ancestrales tales como: casas construidas de barro y junco y adobe sin techo por convivir con un clima seco; fogatas cubiertas de tierra para cocer carnes y vegetales variados envueltos en hojas de plátano, siembra sostenida de maíz y otros cereales para la producción de chicha (bebida fermentada a base de maíz y otros cereales).

Aprendimos a apreciar y utilizar la hoja de coca como infusión digestiva después de las comidas o como remedio para el dolor de estómago y el soroche, el malestar corporal causado por la altura.

A continuación transcribo algunos extractos de las intervenciones de Paulo Freire en Bolivia que fueron publicadas en una revista local de poca circulación entre nosotros.

¿Cómo expresar mi placer de estar aquí?

En noviembre de este año se cumplirán veinte años desde que pisé esta tierra, en 1964. Fue la primera tierra extranjera que pisé y la primera noche que pasé la noche fuera de Brasil, en Santa Cruz, y luego fui a La Paz.

No pude quedarme por dos motivos: el malestar de la época y el malestar político y social: dos días después de mi llegada vino el golpe de Estado [...]. no pude quedarme […]. Hoy para mí es una alegría estar en su tierra porque tengo cosas afectivas de qué hablar (FREIRE, 1987, p. 12).

Vengo abierto, nunca voy a un encuentro cerrado en mis certezas. En el exilio aprendí que la única forma de sentirme seguro es abandonar mis certezas.

A los 65 años sigo despierto, sigo de pie y me siento como si tuviera 22 años. Lleno de esperanza en cierta desesperación. Lleno de fuerza en cierta debilidad. No permito que mi debilidad me quite la fuerza, pero acepto ambas y me entrego a la lucha. Lo que tenemos que hacer es establecer clara y lúcidamente una relación con el destino de América Latina. Región que solo será habilitada por nosotros mismos, luchando por nuestra independencia, afirmaciones, seguridad y coherencia con nuestro pasado, transformando el presente para poder crear e inventar un futuro mejor (FREIRE, 1987, p. 6).

A mis 65 años mi palabra no es de desánimo, ni de ingenuo optimismo. Fuera de una lucha organizada, clara y lúcida, no venceremos. Y la educación, aunque no sea el trampolín para transformar la realidad social, algo tiene que ver en esto, porque tiene una tarea y como educadores no podemos desistir de la lucha.

Te lo digo sinceramente y con emoción. Ahora, particularmente, la emoción me lleva más que antes porque siempre compartí el honor de estos títulos con Elza.

No tengo la menor duda de que hice un poco por Elza, pero ella hizo mucho más por mí. Son cosas que no se pueden medir ni pesar, pero a veces en el silencio de mi cuarto, leyendo, me detengo y trato de entender esto y busco la inteligencia del misterio de ser hecho y rehecho con el hacer de otro y descubro que Elza me hizo demasiado. Hoy es el segundo festival universitario que participo sin ella… la primera vez no pude hablar, pero hoy ella me da fuerzas para hablar. Gran parte de este homenaje le pertenece.

Yo creo que este testimonio de decir que fui hecho por una mujer, pero de lo que hice por ella, es fundamental en América Latina para que los hombres lleguen al momento de la verdadera honestidad y amor y digan: – mi esposa me hizo (FREIRE, 1987, pág. 7).

El pueblo tiene derecho a tener alegría, gozar de la belleza y expresar su sufrimiento. Hay derechos económicos y sociales que le están robando a nuestro pueblo [...] yo perdí a mi esposa hace siete meses y sufrí y sufro muchísimo, pero pude expresar mi dolor [...] pude quedarme en casa con mi soledad, no sabía leer, no escribir, no contestar el teléfono, no ir a la universidad y no dar clases (FREIRE, 1987, p. 7).

Hay muchas maneras de entender y luchar por el cambio social. Algunos abogan por cambios parciales e inhiben cambios más profundos [...] mi concepción es profunda y sueña con transformar las estructuras perversas de la sociedad [...] por eso viví en el exilio. […]

Es una concepción subversiva del cambio que busca reinventar la sociedad y el poder.

Sin embargo, [...] es necesario que el cambio se dé histórica y socialmente a través de la praxis y no de cabezas.

Es necesario aclarar esto porque hay mucha gente en América Latina que decreta que las clases populares ya tomaron el poder y que solo les falta el gobierno y que eso se puede lograr en una noche. ¡Esto no es cierto! […] ninguna revolución en el mundo llegó el miércoles a las 4 de la tarde. Esto nunca ha sucedido en la historia (FREIRE, 1987, p. 7).

El cambio es un acto político que a veces se convierte en un acto armado. Pero no es un acto armado que tiene un momento político, esto es una ilusión ideológica [...] El cambio implica la ciencia de la sociedad. No puedo transformarme si no tengo conocimiento sobre la estructura, funcionamiento, propósito de la sociedad. Tengo que saber cómo funciona la sociedad, cómo es inteligente el sistema, cómo funciona la estructura de poder, cuáles son sus espacios y cómo puedo socavarlos. Por tanto, los cambios generan y demandan conocimiento. No te muevas sin saber.

El acto político es también un acto artístico porque hay una cierta belleza en el proceso de cambio y de lucha. Por otro lado, también hay una implicación ética: no es posible cambiar algo sin respetar el componente ético de la propia intervención; no se puede hacer política sin ética; están interrelacionados, es necesario saber a favor de quién tengo una cierta ética [...] en el proceso de cambio hay seriedad, responsabilidad y toda una serie de virtudes que no se reciben gratis como un regalo, sino se crean en la práctica.

Otra virtud nace de la relación dialéctica entre estrategia y táctica. No hay acto político fuera de estas relaciones. La estrategia es el conocimiento del escenario político donde se insertan los sueños, es el objetivo. Las tácticas tienen sus métodos, técnicas, medios, procedimientos y formas de andar para poner en práctica la estrategia y hacerla viable.

Sin embargo, hay situaciones locas en las que tienes una estrategia “A” pero trabajas con una táctica que es opuesta a esta estrategia; en otras palabras, se dice que tienes una estrategia de liberación pero trabajas con una táctica de dominación. ¡No puede! Tiene que haber coherencia entre ambos ya partir de ahí se construye un conjunto de otras virtudes que se crean políticamente [...].

La sinceridad implica valentía, que no es un sentimiento ajeno al miedo, sino que implica corregir nuestra forma de abordar el miedo.

Entonces me preguntas: – ¿Qué tiene que ver la educación en todo esto?

Respondo: – La educación es sólo eso…un problema ético-político […]. Me encantaría que el cambio profundo de las sociedades se dé en una mesa redonda donde se pueda beber cachaza brasileña, pisco peruano y mate de coca. ¡Dios mio! Tengo derecho a pensar que esto es hermoso, pero nunca ha habido una clase dominante en la historia que renunció al poder y se suicidó como clase; había individuos, pero no clases. ¿Cuál es mi posición pedagógica al respecto? Mi posición pedagógica es pedagógica política. Es una postura que apuesta por la historia sabiendo que la hacemos y ella nos hace (FREIRE, 1987, p. 8).

El 31 de mayo volvimos a Brasil por la misma ruta: Cochabamba, La Paz y São Paulo. La parada en La Paz generó preocupación porque la presión arterial de Paulo se disparó debido a la altitud del Altiplano de los Andes. Todo transcurrió sin mayores complicaciones. En el vuelo de La Paz a São Paulo, me senté junto a Paulo y le pregunté sobre el duelo, la tristeza y las perspectivas para el futuro.

Colocó cariñosamente su mano sobre mi brazo y comenzó a cantar la canción de Angelor de Oliveira grabada con la inconfundible voz de Cartola:

Toca de nuevo
Con esperanzas mi corazón
Bueno, el verano está llegando a su fin.
De todas formas

vuelvo al jardin
seguro que debo llorar
Bueno, sé que no quieres volver.
Para mi

me quejo a las rosas
Que tontas las rosas no hablan
Simplemente las rosas exudan
El perfume que te roban, oh

deberías venir
Para ver mis ojos tristes
Y, quién sabe, soñaste mis sueños
Por fin.

Lo acompañé en el canto y respondí un poco atónita: – ¡Paulo, querido, creo que entiendo!

Para los menos informados, Paulo nació en Pernambuco en 1921, se casó con Elza en 1944, vivió con ella y tuvo 5 hijos: Maria Madalena, Maria Cristina, Maria de Fátima, Joaquim y Lutgarde. En 1986 enviudó, en 1988 se casó con Nita y en 1997 falleció. A sus 87 años, Nita sigue cuidando el legado de Paulo Freire.

Por paradójico que parezca, en este momento en que la pandemia de la Covid-19 acumula alrededor de 2.800.000 muertos en el mundo y en Brasil casi 300.000, el Paulo que aparece en las reminiscencias es ese educador que supo vislumbrar un mundo en el que hubiera menos difícil de amar.

* Débora Mazza es profesor de la Facultad de Educación de la UNICAMP.

Referencias


BEISIEGEL, Celso de Rui. Entrada Paulo Réglus Neves Freire. En FAVERO, Maria de Lourdes de A. y BRITO, Jader de M. Diccionario de Educadores en Brasil. 2ª ed. Aumentado, RJ: Editora da UFRJ/MEC-INEP-COMPED, 2002, p. 893-899.

BEISIEGEL, Celso de Rui. Paulo Freire. Recife: Fundación Joaquim Nabuco, Editora Massangana, 2010.

COWDEN, Esteban; YU, Nilan; ROBLES, Wilder & MAZZA, Deborah. La pedagogía crítica de Paulo Freire para la conciencia y la práctica críticas. MORLEY, Cristina; ABLETT, Felipe; NOBLE, Carolyn & COWDEN, Stephen (editado). El Manual de Routledge de Pedagogías Críticas para el Trabajo Social. Nueva York, NY: Routledge, 2020, pág. 120-130.

FREIRE, Pablo. Intervención. Fe y Pueblo. Pablo Freire en Bolivia. Revista Ecuménica de Reflexión Teológica. Año IV, núms. 16 y 17 de octubre, (p. 1-64), 1987.

FREIRE, Pablo. Pedagogía del Oprimido. 18ª ed., RJ: Paz e Terra, 1988.

GADOTTI, Moacir. Paulo Freire. una biobibliografia. SP: Cortez: Instituto Paulo Freire: Brasilia, DF, UNESCO, 1996.

MAZZA, Débora; SPIGOLON, Nima I. Educación, exilio y revolución: el compañero Paulo Freire. en Revista Brasileña de Investigaciones (Auto)biográficas. vol. 3, núm. 7, enero/abril de 2018, pág. 203-220.

MAZZA, Débora. El aporte de Paulo Freire a la Educación y el contrapunto del Projeto Escola sem Partido. en Jornal Adunicamp, Dossier El proyecto neoliberal y los ataques a la universidad pública, la ciencia y la educación. noviembre, (p.22-24), 2019.

SANTOS, Boaventura S. La Universidad en el siglo XXI: hacia una reforma democrática y emancipadora de la Universidad. Sao Paulo

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