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Rembrandt Harmenszoon van Rijn, retrato de Lieven Willemsz van Coppenol, 1658, grabado en metal
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por MARCO BUTI*

El mundo artístico valora mucho la noción de “arte”, aunque cada vez se utilizan más las palabras “investigación”, “indagación” e “investigación”, que parecen tener más prestigio y contemporaneidad.

1.

“En ningún caso el hecho de tener en cuenta al destinatario de una obra de arte o de una forma artística resulta fructífero para su conocimiento. No sólo el hecho de establecer una relación con un determinado público o sus representantes constituye una desviación; el concepto mismo de receptor “ideal” es perjudicial en cualquier investigación de naturaleza estética, ya que debe presuponer únicamente la existencia y la naturaleza del hombre en general. Del mismo modo, el arte también presupone tu atención. Porque ningún poema se dirige al lector, ninguna pintura se dirige al espectador, ninguna sinfonía se dirige a los oyentes”. (Walter Benjamín).[ 1 ]

“Es lo desconocido de ti mismo, de tu cabeza, de tu cuerpo. Escribir ni siquiera es un reflejo, es un tipo de aptitud que tenemos junto a nuestra personalidad, paralelamente a ella, otra persona que aparece y avanza, invisible, dotada de pensamiento, de ira, y que, a veces, se pone en riesgo. de muerte. Si supiéramos algo sobre lo que íbamos a escribir antes de hacerlo, antes de escribirlo, nunca lo escribiríamos. No valdría la pena. Escribir es tratar de saber qué escribiríamos si escribiéramos –sólo lo descubrimos más tarde–, antes, es la pregunta más peligrosa que podemos hacernos. Pero también es el más común. La escritura llega como el viento, está desnuda, es de tinta, es escritura, y pasa como nada pasa en la vida, nada más que ella, la vida”. (Marguerite Duras).[ 2 ]

14 Años
yo tenía 14 años
Cuando mi padre me llamó
Me preguntó si quería
Estudiar Filosofía
Medicina o Ingeniería
tuve que ser medico

Pero mi aspiración
era como tener una guitarra
Para convertirse en un jugador de samba
Luego me aconsejó
Sambista no tiene valor
En la tierra de este doctor
y tu medico
mi padre tenia razon

Veo una samba en venta
Y el samba olvidado
Y su verdadero autor
estoy necesitado
Pero mi samba avergonzada
No lo vendo señor

(Paulinho da Viola)

2.

Inicialmente, una advertencia: me refiero al arte como un intento de realización en sí mismo, no me refiero aquí a teoría, crítica o historia del arte. Las posiciones en relación con el arte son tan variables como los seres humanos. La mía –estrictamente personal– es intentar la realización artística directa, con los recursos disponibles e incorporados al pensamiento como lenguaje, evitando recurrir al mecenazgo (y sus inevitables contrapartes), sin dedicar tiempo a actividades tediosas, que la opción por el arte pretendía excluir de vida. No separo proyecto y realización, y soy la única persona involucrada. Evito financiar con recursos públicos mis búsquedas dudosas, que para otros pueden resultar insignificantes. Pero insisto en el derecho a pensar el arte según mis convicciones.

Es cada vez más difícil de entender que se persista en hacer lo que casi con certeza resulta en pérdidas contables, aunque puede generar otras ganancias, menos lógicas y menos mensurables. El arte puede concebirse y practicarse de innumerables maneras: divergentes, conflictivas, paralelas, simultáneas. Mucho más a menudo en la oscuridad, al contrario de la fama asociada a la imagen actual de un artista. Cuando es inevitable, el arte suele ir acompañado de actitudes difíciles de justificar a un nivel bajo.

En este caso, una de las posiciones artísticas fundamentales es (¿fue? ¿fue? ¿sería?) la obligación ética de negarse a fomentar trabajos sin sentido, de interferir, desviar, retrasar, apresurar, disminuir, comprometer el significado de la obra en la que se trabaja. cree. La libertad y la insistencia en el fracaso son parte de la construcción del conocimiento, pero ningún dominio ilusorio garantiza el éxito en el siguiente intento. La alegría que genera el trabajo conmueve más que el resultado.

Probablemente, aceptar los preceptos neoliberales tienda a flexibilizar las actitudes de los artistas, dentro y fuera de la universidad, en busca de financiación, de cualquier magnitud. Y dar el valor justo al rechazo, al fracaso y a la alegría del acto artístico comprometería todas las ficciones métricas basadas en indicadores de desempeño, incluidos los supuestamente cualitativos.

Sólo tratando de lograr lo que realmente se desea se recurre a procesos mentales preciosos para los artistas como seres humanos, que la realización de la obra acentúa. La crítica al trabajo realizado es un derecho de todos, pero no se extiende a la desmentida anticipada del intento, aplicando criterios estandarizados.

En un dictamen que responde a una propuesta de financiación académica, no sólo resulta frustrante que el veredicto final sea “niegado”, sino también “aprobado”. Estos son los argumentos utilizados, la mentalidad, las actitudes, la situación creada, el arte tratado como “producción”, todo lo que sustenta el sistema de control. Sin el imprescindible contacto directo con el trabajo realizado, sino con la intención de juzgar sobre una base únicamente a través del proyecto, informe, currículum.

En el ámbito de las ciencias exactas no son nuevas las opiniones que no consideran a las humanidades como ciencia. ¿Qué pasa entonces con el arte? ¿Qué sentido tiene abordar con criterios científico-burocráticos conocimientos que ni siquiera pueden definirse con precisión, donde la poesía muchas veces tiene fronteras mal definidas y una total falta de significado?

3.

Citas de apertura:

“La docente indica en su CV Lattes, la elaboración de tres artículos desde 2018, uno de los cuales era muy breve (tres páginas). Parece que el profesor no buscó revistas externas/exógenas de alto impacto para publicar artículos”.

“Su producción se concentra más en los últimos 10 años que en los últimos 5”. “En cuanto a proyectos de investigación, hay dos abiertos en el plan de estudios Lattes, uno de ellos, desde 2013 y el otro, desde 2015, sin vinculación con Agencias de Financiación de la Investigación. El informe del último bienio, si bien el profesor demuestra una amplia producción artística, no incluye resumen, numeración de páginas ni siquiera una correlación clara con el proyecto de investigación que le dio origen”.

“Prácticamente hay casi la misma información contenida en el CV Lattes (principales actividades realizadas en el último bienio) además de imágenes de exposiciones realizadas, pero sin una clara reflexión crítica sobre la producción de conocimiento en el último bienio y los resultados alcanzados”.

“El plan de investigación 2020-2022 es difícil de entender. No hay resumen, número de páginas, cronograma detallado y procedimientos metodológicos. Es posible destacar algunos resultados a alcanzar, pero estos están mezclados con conceptos y teorías. Por lo tanto, los resultados que se deben lograr deberían expresarse más claramente al final del plan”.

“(…) el objetivo es definir la posición relativa de cada solicitud en una escala de prioridades, según su grado de excelencia en los ítems Proyecto, Candidato y Supervisor. Para esta definición se consideran especialmente: el grado de originalidad, definición de objetivos, fundamentación teórica y adecuación metodológica del proyecto; el grado de competencia del supervisor en el área específica del proyecto, medido por su productividad reciente en esa área; y el potencial de investigación del candidato, medido por su CV”.

“La propuesta tiene méritos, el proyecto es muy interesante y tiene potencial para contribuir a la zona. El candidato no tiene una producción regular como investigador y el director, a pesar de una sólida trayectoria artística, tiene pocas publicaciones recientes”.

“El candidato tiene requisitos previos para ser candidato, pero presenta un CV que demuestra poca productividad, no presentando una producción regular como investigador”.

“Producción científica o tecnológica que no acredite ingresos significativos provenientes de la actividad investigadora.”

“Propuesta no recomendada. Se trata de un pedido de reconsideración, con reformulación del proyecto original. La consultora considera que la nueva versión del proyecto tiene ventajas. Sin embargo, formula importantes reservas respecto de la producción irregular del proponente. Respecto al director cabe destacar que se trata de un artista de reconocida y sólida trayectoria artística, pero que cuenta con pocas publicaciones recientes. En una ronda altamente competitiva, no fue posible darle prioridad a la propuesta”.

“El proyecto de investigación presenta deficiencias en relación a objetivos, metodología y bibliografía. El candidato cuenta con muy buen expediente académico y académico, presentando un trabajo artístico de excelente calidad. El asesor tiene amplia capacidad para realizar este trabajo. Lo que falta, en opinión del crítico, es un vínculo entre la capacidad artística del candidato y las restricciones necesarias para el establecimiento de un proyecto académico y científico”.

4.

No importa si en el bienio, en los últimos cinco años mágicos, el tiempo que requiere el arte se consumió en crecientes tareas burocráticas en la Universidad, si el trabajo artístico no sigue los modelos hegemónicos bien recibidos, si obligaciones académicas como las clases, el servicio estudiantil, la orientación, se cumplieron con la dedicación esperada, ya sea que nacieran o murieran personas, el tiempo empleado para sobrevivir y calcular indicadores mensurables. Es necesario regular, como si la vida no existiera, para que funcione la contabilidad basada en indicadores de desempeño.

Al libre juicio que se espera de la Universidad, se suman dos conformidades: una noción arcaica de contemporaneidad y un convencionalismo académico/tecnocrático. No tienen sentido el protocolo, los objetivos a alcanzar o la evidencia empírica para una obra de arte: se vuelven irracionales. Al aceptar criterios basados ​​en “datos objetivos”, la evaluación de proyectos artísticos tiende a convertirse en una forma más de exclusión.

 Los “proyectos” pueden arruinarse o superarse mediante intentos de realización, como descubre cualquier artista alerta a través de la experiencia (y sus riesgos). Los críticos, al negar una propuesta de obra artística, con argumentos falsificados para la sumisión convencional, asegurando un rigor científico fuera de lugar, sólo exponen su concepción del arte plano.

 (Pero el arte es sólo un objetivo secundario. La importancia del apoyo financiero a los estudios, a través de becas, invirtiendo en conocimientos futuros, compensando temporalmente una sociedad desigual, está fuera de toda duda. Pero ¿cuánto tiempo debería durar esta situación inestable? Hay becas para todos niveles de estudio y etapas de la carrera académica, estimulando la competencia, pero con mayor probabilidad de éxito del proyecto respetando los estándares. Es posible ser becario perpetuo (y profesor temporal permanente).

El becario, en diversos niveles, aún no docente permanente, en lugar de centrarse en su investigación, apoyando el conocimiento presente y futuro, puede cada vez más ser utilizado para “apoyar materias”, o impartir clases. Es parte de la red creada para no contratar más docentes, limitando el gasto público con criterios provenientes de la empresa privada. Los exámenes de ingreso se vuelven raros: quienes eligen una carrera académica sobreviven de beca en beca.

¿Cuándo comienza la vida académica plena, de manera más dedicada y continua, con todas sus implicaciones sociales y políticas? En la situación de desconcierto creada por la continuidad de la beca, siempre sujeta a dictámenes a renovar, o a un contrato temporal, la capacidad de acción política de estos profesores, en la Universidad, se reduce al mínimo. La experiencia docente tiende a ser corta y truncada. Pero se imparten clases y las estadísticas prosperan.

Se sugiere cautela una presencia exitosa en el mundo artístico como parte de los criterios de evaluación, teniendo en cuenta el éxito en otro ámbito, donde el reconocimiento no sigue criterios académicos. El arte en la Universidad Pública no es necesariamente la transposición de las jerarquías actuales. Considerar la presentación de obras únicamente en el circuito artístico oficial, como principal indicador de calidad, resulta hoy en día una sorprendente falta de contemporaneidad. ¿Se pueden evaluar de esta manera las actitudes de rechazo? Después de todo, se espera que el estudiante/artista/profesor/investigador tenga un agudo sentido crítico. Rechazar la frecuencia de las exposiciones, los modelos contemporáneos, utilizar también las posibilidades expositivas que sugiere la tecnología, actuar fuera o en los márgenes del circuito, priorizar la enseñanza, desafiar las métricas. No es a través de una fácil enumeración como se evalúa el arte. Y, para emitir un dictamen, ni siquiera es necesario ver los originales: puede bastar con un proyecto, y luego un informe contable.

La actitud continuada de presentación de proyectos y propuestas, siempre basada en objetivos limitados, como la próxima investigación, maestría, doctorado, posdoctorado, rodea los proyectos artísticos, amenazando la propia concepción. Claro, modesto, específico, justificable y aceptable. ¿Cuál será la influencia mental, sobre las actitudes de los artistas, de los trámites burocráticos necesarios para conceder pequeñas ventajas?

5.

El mundo artístico valora mucho la noción de “arte”, aunque cada vez se utilizan más las palabras “investigación”, “indagación” e “investigación”, que parecen tener más prestigio y contemporaneidad. En el mundo académico, “arte” es “investigación artística”, y es en este sentido que se solicita apoyo. Pero la “investigación artística” puede exponerse como “arte”, respaldada inequívocamente dentro del cubo blanco.

Sin embargo, para la mayoría de las “investigaciones artísticas”, la exposición se produce en simposios, foros, congresos y seminarios, principalmente a través de discursos y proyecciones, para un público académico cerrado. En tales acontecimientos, no es difícil darse cuenta de que la “investigación artística” fue concebida sólo para este mundo, como objeto de discusión. Para que se pronuncien los peritos, aprobando o denegando inmediatamente, solicitando modificaciones al proyecto, hasta conceder la módica subvención. Luego, si es posible y todavía hay interés, presentarlo al público en general como “arte”.

Aunque anónimos, externos, exentos, ocultos, los críticos tienden a ser más predecibles que el espectador común y desconocido. Existe una gran posibilidad de que sólo acepten el arte como producción, investigación, práctica separada de la reflexión, inevitablemente precedida por la teoría, de acuerdo con las tendencias dominantes del arte académico contemporáneo, al analizar la solicitud recibida. Lo cual, al fin y al cabo, se trata de una futura obra artística, aún inexistente o en sus etapas iniciales.

No hay una audiencia absoluta. Precisamente porque los espectadores individuales son impredecibles, los artistas no deberían apuntar a ellos cuando conciben su obra, no por desprecio hacia el público en general que no está bien preparado, o porque hay públicos que se consideran más importantes. En los grandes eventos, que requieren cifras para el patrocinio, y que buscan atraer al mayor número posible de visitantes que no compren -a diferencia de las galerías-, gran parte de las obras expuestas pueden resultar incomprensibles para un público más amplio, generalmente poco familiarizado con el arte que rara vez circula. pero decepcionante para quienes construyeron un conocimiento más generoso y desinteresado.

Los medios extraordinarios no son imprescindibles para hacer arte. Pero el tiempo de dedicación es fundamental, algo que las becas deberían hacer posible. Si bien la investigación científica suele requerir grandes cantidades de financiación, lo que puede hacer que las artes visuales sean sorprendentemente costosas es la adhesión irrestricta a modelos establecidos, el deseo de hacer realidad los espectáculos imaginados en el mundo físico, aprovechando la fama y el éxito, y la proximidad a los grandes intereses. La financiación amenaza con convertirse en la preocupación central.

Fuera de las universidades, la escala del patrocinio y la financiación es enorme: podrían ser pactos con Mephisto. Comprobar la aceptación por parte de grandes artistas de encargos espectaculares, cumpliendo con los marketing de dictaduras y empresas, no es sorprendente.

Puede que haya muchas concepciones del arte y del artista, pero pocas oportunidades para crear sueños y pesadillas.

*Marco Buti Es profesor del Departamento de Artes Plásticas de la Facultad de Comunicación y Artes de la USP.

Notas


[1] Walter Benjamín. La tarea-dimisión del traductor. En: La tarea del traductor, de Walter Benjamin: cuatro traducciones al portugués. Traducido por Susana Kampff Lages. Belo Horizonte, UFMG, p.64.

[2] Margarita Duras. Escribir. Traducción: Luciene Guimarães de Oliveira. Belo Horizonte, Relicario, 2021.


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