Los principios de la esperanza

Whatsapp
Facebook
Twitter
Instagram
Telegram

por GÉNERO TARSO*

Lula debe exponer inmediatamente los “principios de esperanza” en las primeras medidas de su futuro gobierno

¿Cómo compatibilizar las democracias actuales con la “Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789”, si ésta parte de las ideas de un derecho “natural” de toda la Humanidad, cuya filosofía no ve contradicción entre “libertades políticas” y la “libertad económica”, si el derecho a la vida ya la dignidad humana precede a todos los demás derechos? Para los juristas y economistas liberales, ya en la Ilustración, la “armonización de los intereses individuales en competencia” acogería, procedimentalmente, a todos en el seno del nuevo orden que se impondría en el tiempo, sin grandes saltos revolucionarios ni grandes inestabilidades políticas. Quizás la expresión “cada uno debe saber su lugar”, irrespetada por la insurrección de los esclavos en Santo Domingo, en agosto de 1791, fue una premonición de que “todo esto” era una gran falacia. ¿O no lo fue?

La publicación del libro La democracia como emancipación: perspectivas contrahegemónicas, cuyos autores y organizadores son Luis Felipe Miguel y Gabriel Vitullo (Editora Zouk) ofrece un gran aporte al debate programático que, discretamente, está presente en los discursos de los candidatos a la Presidencia de la República. El fascismo más activo, hoy con más fuerza política y base de masas, promueve -en estas elecciones- la dilución de los valores históricos de la democracia moderna y al mismo tiempo hace el redescubrimiento de la barbarie y la necrofilia política. Su voz y prácticas de gobierno son coherentes al defender –en la era neoliberal– la separación de la “democracia”, como forma jurídica de validación de la Declaración de Derechos de 1789, de la economía liberal, que en el siglo XIX restauraría la esclavitud (1802). ) en el Consulado de Napoleón Bonaparte. Hoy vivimos en una situación que no es igual, sino análoga a la de entonces.

Lo que surge como un verdadero dilema sobre el “discurso” en las propuestas de los candidatos -en el actual enfrentamiento electoral- es el siguiente, que creo que debe ser analizado principalmente por las candidaturas de “izquierda”: si el bolsonarismo se apresura a separar política y economía, aislar la Declaración de 1789 –que está en el Preámbulo de nuestra Constitución– de sus medidas neoliberales que privatizan el Estado; Si el bolsonarismo anula las funciones públicas del Estado y por tanto bloquea la posibilidad de que el capitalismo se “humanice”, no sería justo pensar que la izquierda debería unificar estos polos aparentemente contradictorios –la política y la economía– con un discurso que sitúa la proyecto como consecuencia estructural de los derechos del hombre y del ciudadano?

Los “desagrados” de la democracia moderna –de hecho– son más complejos de lo que estamos acostumbrados a pensar, pues tienen conexión con la teoría de que la “revolución burguesa” auspició una revolución democrática que, siendo “moderna”, sería también inclusiva. , y que el Estado Social podría ser su sustituto “natural”. Estas molestias son viejas y se manifiestan ya dos años después de la “Declaración”, en la Constitución francesa de 1791, cuando se estaba produciendo una ruptura, entre – por un lado – los presupuestos de la Declaración de Derechos de 1789, como política revolución para “acabar con el despotismo y la tiranía” (Florence Gauthier) y, por otro lado, el programa de liberalismo económico radical, pretendido por las nuevas clases burguesas industriales y coloniales.

Imponer la esclavitud en las colonias, imponer elecciones censales en el país (voto concentrado en los cabezas de familia rica), derechos de propiedad irrestrictos (restringidos a los muy ricos), además del trato violento destinado a los movimientos de los pobres por la aplicación de la Ley Marcial, tiene mucha similitud con la “reforma laboral”, con la entrega de la Amazonía a la ocupación ilimitada por la agroindustria de peor calidad, con la formación de milicias privadas paralelas al Ejército Nacional, con la deslegitimación de las elecciones por a ataques irracionales a las urnas electrónicas, acciones que están siendo asimiladas en buena parte de la sociedad, de arriba abajo, como si esto se identificara con la formación de la nación.

Thomas Paine, en 1791, ya preveía estas ambigüedades de la democracia política en construcción, cuando afirmaba que el dilema de la Humanidad estaba entre elegir los Derechos del Hombre o la barbarie, pero no intuía, sin embargo, que la barbarie pudiera ser un proceso dentro del liberalismo. universo liberal democracia que podría afianzarse décadas después, momento en que los “bárbaros” promoverían su hegemonía dentro de un régimen democrático liberal.

Rosa Luxemburgo hizo un desafío similar cuando, durante la Revolución Alemana, planteó el dilema entre socialismo y barbarie. Creo que el presidente Lula, que va a ser elegido en octubre o noviembre, debe presentar, de forma pausada y tranquila, desde el principio, los “principios de esperanza” en las primeras medidas de su futuro gobierno, que esclarezcan su desafío. , que estará entre derrotar al fascismo -en las urnas y en las calles- o vivir en la memoria de una democracia que no tuvo el coraje de decir su nombre.

* Tarso en ley fue gobernador del estado de Rio Grande do Sul, alcalde de Porto Alegre, ministro de Justicia, ministro de Educación y ministro de Relaciones Institucionales de Brasil. Autor, entre otros libros, de utopía posible (Arte y Artesanía).

 

Ver todos los artículos de

10 LO MÁS LEÍDO EN LOS ÚLTIMOS 7 DÍAS

El complejo Arcadia de la literatura brasileña
Por LUIS EUSTÁQUIO SOARES: Introducción del autor al libro recientemente publicado
Forró en la construcción de Brasil
Por FERNANDA CANAVÊZ: A pesar de todos los prejuicios, el forró fue reconocido como una manifestación cultural nacional de Brasil, en una ley sancionada por el presidente Lula en 2010.
El consenso neoliberal
Por GILBERTO MARINGONI: Hay mínimas posibilidades de que el gobierno de Lula asuma banderas claramente de izquierda en lo que resta de su mandato, después de casi 30 meses de opciones económicas neoliberales.
El capitalismo es más industrial que nunca
Por HENRIQUE AMORIM & GUILHERME HENRIQUE GUILHERME: La indicación de un capitalismo de plataforma industrial, en lugar de ser un intento de introducir un nuevo concepto o noción, pretende, en la práctica, señalar lo que se está reproduciendo, aunque sea de forma renovada.
¿Cambio de régimen en Occidente?
Por PERRY ANDERSON: ¿Dónde se sitúa el neoliberalismo en medio de la agitación actual? En situaciones de emergencia, se vio obligado a tomar medidas –intervencionistas, estatistas y proteccionistas– que son un anatema para su doctrina.
Gilmar Mendes y la “pejotização”
Por JORGE LUIZ SOUTO MAIOR: ¿El STF determinará efectivamente el fin del Derecho del Trabajo y, consecuentemente, de la Justicia Laboral?
Incel – cuerpo y capitalismo virtual
Por FÁTIMA VICENTE y TALES AB´SÁBER: Conferencia de Fátima Vicente comentada por Tales Ab´Sáber
El editorial de Estadão
Por CARLOS EDUARDO MARTINS: La principal razón del atolladero ideológico en que vivimos no es la presencia de una derecha brasileña reactiva al cambio ni el ascenso del fascismo, sino la decisión de la socialdemocracia petista de acomodarse a las estructuras de poder.
El nuevo mundo del trabajo y la organización de los trabajadores
Por FRANCISCO ALANO: Los trabajadores están llegando a su límite de tolerancia. Por eso, no es de extrañar que haya habido un gran impacto y compromiso, especialmente entre los trabajadores jóvenes, en el proyecto y la campaña para acabar con la jornada laboral de 6 x 1.
El marxismo neoliberal de la USP
Por LUIZ CARLOS BRESSER-PEREIRA: Fábio Mascaro Querido acaba de hacer una notable contribución a la historia intelectual de Brasil al publicar “Lugar periférico, ideas modernas”, en el que estudia lo que él llama “el marxismo académico de la USP”.
Ver todos los artículos de

BUSQUEDA

Buscar

Temas

NUEVAS PUBLICACIONES