Algunos hombres negros se oponen a la lucha por la libertad de hombres y mujeres negros utilizando las redes sociales y espacios institucionales organizados por think tanks de derecha, difundiendo a su manera las ideas del pensamiento conservador
Por Ronaldo Tadeu de Souza*
Cada semana, desde que Jair Bolsonaro y su grupo político fueron elegidos, en octubre de 2018, la sociedad brasileña trata de comprender con perplejidad qué pasó (y pasa) con el país. Las obscenidades políticas y de discurso de un movimiento aparentemente interminable se acumulan semana tras semana.
Rodrigo Nunes, profesor de filosofía contemporánea de la PUC-RJ, tenía razón cuando afirmó en 2016 que vivimos en una era de obscenidades en Brasil[ 1 ]. Solo agregaría: una obscenidad de ciertos sectores de la élite política, económica y cultural. Vimos con asombro, incluso conmocionados, por ejemplo, el nombramiento del nuevo presidente de la Fundación Palmares, destinado a valorar la cultura negra, alguien que si no la odia, ciertamente la desprecia, según sus declaraciones.
Si tales declaraciones se basaron o no en el conocimiento de la historia, los hechos recientes y la situación actual de los hombres y mujeres negros es de poca importancia. Eruditos, filósofos, sociólogos y humanistas alemanes, llamados mandarines por Fritz Ringer[ 2 ], conocía bien la historia de Alemania y de los pueblos judíos y se adhirió al nazismo. Es cierto –como decía cierto autor hace algún tiempo– que el conocimiento y la teoría “en sí” se convierten en “fuerza material”; pero es necesario considerar nuestra fascinación por el conocimiento (racional e institucional, e incluso práctico) como solución a todo. ¡Antes de que lo fuera!
La obscenidad del presente se debe a que el desprecio por la cultura negra y su significado histórico y político es enunciado por un hombre negro. un hombre negro Hay argumentos que afirman que blancos y blancas no tienen legitimidad y autoridad para nombrarlo capitán del bosque; lo cual puede ser una consideración problemática (lástima no tener espacio para desarrollar el tema aquí). Que sea; sin embargo, quienquiera que te escriba posee esos dos artículos considerablemente. Como negro de izquierda, puedo afirmar categórica y enfáticamente que Sérgio Nascimento de Camargo es un capitán de monte, lo cual es lamentable.
Pero Sérgio de Camargo no es el único. Con el ascenso y la reorganización de la derecha brasileña después de las manifestaciones de junio de 2013, surgió un conjunto de figuras públicas y no tan públicas de negros conservadores. En su mayoría hombres, utilizan predominantemente las redes sociales y algunos espacios institucionales de debate y reflexión otorgados y organizados -por grupos de reflexión desde la derecha Además de Sérgio de Camargo postulado para la presidencia de la Fundación Palmares, los promotores del conservadurismo en Brasil hoy son el profesor de filosofía Paulo Cruz, el policía militar de Río de Janeiro Gabriel Monteiro y Fernando Holiday; siendo el primer miembro del Instituto Brasil200 y los otros dos de la MBL.
Pero, ¿por qué son completamente capitanes de la selva? ¿Y qué puede explicar tal fenómeno hoy? La aparición de los capitanes de la zarza en la historia de la esclavitud en Brasil es inseparable de la lucha por la libertad de los hombres y mujeres negros. Si los capitanes de la selva estaban vinculados a la incesante búsqueda de los esclavos por la condición de hombres y mujeres libres, algo peculiar había en la pequeña historia de aquellos personajes. En este sentido, la Guerra de Palmares fue decisiva. Fue "uno de los episodios más notables de resistencia de los esclavos en la historia de la esclavitud del Nuevo Mundo".[ 3 ].
Debe recordarse, sin embargo, que Palmares fue uno de los muchos quilombos regionales que se extendieron por el territorio brasileño entre los siglos XVI, XVII y XVIII; había quilombos en Minas, Bahía, Goiás, Mato Grosso, Río de Janeiro y en la región sur (Pelotas)[ 4 ]. Aun así, fue el Quilombo de Palmares el que trajo mayor preocupación a la clase esclavista. Ubicados en Alagoas, en la Capitanía de Pernambuco, los habitantes de Palmares tenían una importante protección natural (como una de las tácticas militares).
Tales circunstancias fueron fundamentales en las estrategias de resistencia y contraofensiva político-militar contra las fuerzas del orden. Como dice João José Reis “la estructura socioeconómica de Palmares […] estuvo fuertemente marcada por la organización político-militar”[ 5 ]. Solo con las expediciones provenientes de São Paulo fue posible derrotar a Palmares. El temor de nuevos quilombos después de la Guerra de Palmares ha plagado a las clases esclavistas en Brasil desde entonces. Con el aumento del volumen del comercio transatlántico de esclavos, debido al ciclo económico de la minería (entre 1701-1720, 292 esclavos entraron en la América portuguesa, entre 1720-1741, 312,4 y entre 1741-1760, 354[ 6 ]), la población esclava inevitablemente tendería a luchar por su libertad, ya fuera resistiendo en los cuarteles de los esclavos o en la casa principal; o huyendo y formando nuevos quilombos.
La figura de los capitanes de la zarza respondía a estas circunstancias concretas. Negros que lograron ser liberados, conocían los caminos, tácticas y vías de escape de sus hermanos[ 7 ]. A cambio de dinero, relativo prestigio, ascenso social y construcción de la autoestima, los capitanes del monte antepusieron sus intereses individuales a las causas colectivas de mujeres y hombres que querían ser libres, liberándose del sufrimiento físico y psicológico en los barrios de esclavos. Así, para prevenir nuevos Palmares y estructuras político-sociales y político-militares similares, la clase esclavista institucionalizó la figura del “capitán del mato”.[ 8 ]. Según Rafael Bivar Marquese, a quien seguimos en este apartado, los capitanes de la zarza fueron fundamentales para la no aparición de nuevos Palmares en la América portuguesa.[ 9 ].
Desde 2013, los capitanes de monte resurgieron en la sociedad brasileña. Fernando Holiday fue uno de los primeros y es uno de los más destacados. Le siguen el actual presidente de la Fundación Palmares, Sérgio de Camargo, Paulo Cruz (filósofo), Gabriel Monteiro (policía militar carioca) y “Negão” (Youtuber). Sin embargo, hay dos aspectos distintos, además del evidente factor histórico y temporal, en el fenómeno que estamos presenciando en comparación con el contexto posterior a la Guerra de Palmares. El primero es el evento-Djamila Ribeiro; y el segundo la difusión del pensamiento conservador y su idea de la naturaleza humana.
Si hoy ya no hay lucha contra la esclavitud; persiste la lucha de negros y negras por la libertad efectiva. Es decir, nuestras demandas hoy son el acceso a las universidades públicas, el reconocimiento de los intelectuales negros (como Lélia Gonzales y Beatriz Nascimento), la igualdad de salud para la población negra femenina (el fin de la violencia obstétrica), el fin de los prejuicios en la selección de puestos de trabajo. y, sobre todo, que la violencia policial deje de exterminarnos.
Estas nuevas demandas cobraron un impulso importante, nuevo incluso, con la figura de la filósofa Djamila Ribeiro y su teoría del lugar del habla. Surgido y adquiriendo proyección intelectual en el contexto de las manifestaciones de junio de 2013 y después de ellas, Djamila puso en circulación en el debate público brasileño (academia, prensa, discusiones colectivas) la noción y el lenguaje de lugar de expresión; publicado en libro a finales de 2017[ 10 ] El ensayo del filósofo ahora es leído por hombres y mujeres jóvenes negros en todo Brasil.
Además, el vocabulario del lugar del discurso despertó y destacó, directa e indirectamente, a una generación de intelectuales negros, que hoy son determinantes en la organización, el pensamiento y la resistencia de los negros. Thula Pires (PUC-RJ) y Adilson José Moreira (abogado constitucional); Giovanna Xavier (UFRJ) y Márcio Farias (sociólogo/PUC-SP); Juliana Borges (Investigadora-Facultad de Sociología y Política de São Paulo) y Taliria Petrone (Diputada Federal y Activista Negra PSOL; Sílvio de Almeida (FGV-SP) y Nathália Carneiro (Ciencias Políticas/Grupo Gira-USP); Erica Malunguinho (Diputada Estatal Activista Trans-PSOL) y Marílea Almeida (Historiadora-Unicamp ) – son hoy la expresión culta y sofisticada del pensamiento socialcrítico negro brasileño y son, declaradas o no, personalidades de la izquierda nacional.
Mientras se debate el fin de los intelectuales públicos y comprometidos, producto del productivismo y la especialización desalmada (Max Weber) en el mundo académico –diríase que algunos sectores de la universidad se dejaron hacer una tímida crítica a este estado de cosas–; las personalidades mencionadas encarnan la idea y el papel del intelectual comprometido: en el sentido que le dio Jean-Paul Sartre en su En defensa de los intelectuales[ 11 ], o en la versión más contemporánea de Bell Hooks, del intelectual como alguien preocupado por el cambio social y la política radical[ 12 ]. Al ser críticos con el sistema opresor imperante, los intelectuales públicos y comprometidos son la voz de los de abajo. En el caso brasileño, los intelectuales negros y los hombres negros son la voz disruptiva de los negros oprimidos, históricamente y hoy.
Esto es lo que el pensamiento conservador no admite, y nunca ha admitido en su historia social. Intelectuales, de los sofistas[ 13 ] hasta Djamila Ribeiro y Vladimir Safatle –incluyendo a Voltaire, los Enciclopedistas, los socialistas de las décadas del 10 y 20 del siglo pasado y la primera generación de la Teoría Crítica, Lélia Gonzales y Florestan Fernandes, Bell Hooks y la filosofía de la USP– tiene la capacidad de impulsar social transformación. Schumpeter tenía razón cuando dijo en Capitalismo, socialismo y democracia, para su propio disgusto, que no siendo una “clase social”, y por lo tanto independiente y autónoma, haciendo uso del “libro, el folleto, el periódico”[ 14 ] y la voz persuasiva: los intelectuales fueron capaces de “estimular, dinamizar, verbalizar y organizar” a los descontentos con el sistema. Esto era, y es, inaceptable para los teóricos del orden social.
En sus cuatro modalidades (inglés, francés, alemán y americano) desde Burke, los conservadores, y algunos liberales, se oponen a las transformaciones radicales y efectivas de la sociedad. En una carta a Eric Voegelin fechada el 25 de agosto de 1950, Leo Strauss está de acuerdo con su interlocutor: “Estoy completamente de acuerdo con lo que dices sobre interpretar el mundo o cambiarlo: esa es, de hecho, la raíz de todo mal”.[ 15 ]. Y en el escenario cultural inglés Oakeshott se negaba a aceptar cualquier asociación política y gubernamental que vislumbrara la perfección humana a través de procesos racionales y abstractos (dirigidos por intelectuales) de transformación de las condiciones existentes de existencia, las sociedades humanas no deberían doblegarse a la política de la fe; y en un entorno similar Roger Scruton consideró legítimo, “los niveles de prejuicio natural, la cultura común y el deseo de compañía de los de la propia especie […] para condenarlos como 'racistas'”[ 16 ] y tratar de transformarlos es como erosionar la “identidad nacional”[ 17 ].
El argumento del pensamiento conservador contra quienes, y especialmente los intelectuales, buscan la libertad, la igualdad y el reconocimiento para todos es que existe una cierta naturaleza humana – por la cual no sólo somos desiguales y jerárquicamente distintos unos de otros, sino perversos, depravados, potencialmente destructivo y codicioso. Al fin y al cabo, Zumbi dos Palmares no era tan buena persona... Y hagamos lo que hagamos, no somos más que Josianes y Jokers (en la versión que da el cineasta Christopher Nolan). En una palabra: la naturaleza humana es caída e inmutable. La búsqueda de su transformación es un error fatal de la izquierda y sus intelectuales. Y tiene que ser contenida sin concesiones.
En sí misma esta formulación no sería un problema; resulta que en el contexto de la modernidad tiene implicaciones complejas. En términos de Habermas, la modernidad es discursiva y ontológicamente la búsqueda de la autotransformación del sujeto - buscamos romper constantemente con la "frivolidad" y el "aburrimiento"[ 18 ] del pasado; el mundo moderno se abre al “futuro” en una continua renovación contra la tradición. Las ideas conservadoras no son fácilmente totalitarias (como lo definió Hannah Arendt) y/o autoritarias; sin embargo, reside en ellos una opaca tendencia al autoritarismo.
Esto de ninguna manera disminuye el pensamiento conservador y sus teóricos (no necesitamos negarlo: la contribución de Burke a la interpretación de la Revolucion francesa, la erudición enciclopédica de Eric Voegelin, la imponente dicción alemana de Leo Strauss y la elegante prosa inglesa de Oakeshott y Scruton). Pero ellos, los conservadores y algunos liberales, tienen que responder en todo momento (y la contrarrespuesta a veces la pueden llevar a cabo la familia Bolsonaro y Olavo de Carvalho, Donald Trump y Steve Bannon) a la respuesta de Lenin a una pregunta que le hicieron. después de 1917: cuando se le preguntó si, frente a las miserias humanas (naturales o no), la lucha valía la pena, el ruso respondió: “y el tonto espera una respuesta”. El pueblo, y los negros, seguirán no aceptando el sufrimiento humano, estarán siempre en la búsqueda de un presente y futuro mejor, efectivamente libre y verdaderamente igualitario; y por qué no, feliz.
Los nuevos capitanes del monte difunden a su manera los ideales del pensamiento conservador y derechista. Se puede argumentar que Sérgio de Camargo, Paulo Cruz, Holiday y Gabriel Monteiro están muy alejados de lo que escribieron los teóricos conservadores más destacados. Sin embargo, recordemos –como comentó Perry Anderson de TS Eliot– que “cualquier sistema de creencias importante constituye una jerarquía de niveles de complejidad conceptual […] desde los más sofisticados hasta las simplificaciones más groseras”[ 19 ]; y que “las ideas tienen peso en la balanza de la acción política y el resultado del cambio social”[ 20 ].
Ahora bien, cuando Sérgio de Camargo dice que “no hay salvación para el movimiento negro”, que “la esclavitud era terrible, pero beneficiosa para la descendencia”; cuando Paulo Cruz afirma que los conservadores están en contra de la transformación radical (aceptan cambios reflexivos) porque la naturaleza humana es inmutable[ 21 ] y de vez en cuando habla del pasado con elogios idílicos; y Gabriel Monteiro argumenta que un bandolero y un bandolero negro (y asesinado por la policía) es por su mala naturaleza[ 22 ] – están enunciando y circulando para quienes leen, ven y escuchan ciertas nociones del pensamiento conservador y derechista.
Estas intervenciones se dicen en circunstancias en las que, como si el asesinato de Marielle Franco a manos de milicianos no fuera suficiente (como todo indica), una niña negra de ocho años, Agatha, fue baleada por la espalda en una acción del Rio de Janeiro. La policía militar de Janeiro y Lucas, un joven negro de 14 años, fue encontrado muerto en un río en la región de Santo André, Gran São Paulo, luego de que los vecinos vieron que la policía militar se acercaba a él. El descaro clasista y el esnobismo insensato –típicos de personajes de Machado de Assis y Marcel Proust respectivamente–, de nuestras élites (pero de donde nada se espera, nada llega realmente), sus conservadores del momento y los capitanes de la selva contemporánea son algo incomparable.
Es evidente que los intelectuales negros, en particular el feminismo negro en Brasil, tienen problemas, así como la izquierda en su conjunto (los debidos a la excesiva glamourización, la búsqueda ingenua de resolver el problema del racismo por vías institucionales –vale aquí, lo que Wendy Brown formuló sobre el movimiento feminista, deja críticas y resistencias sociales para encontrar al hombre blanco en las organizaciones estatales[ 23 ] – y la creencia infundada en la pedagogía y los procesos de conocimiento de los diferentes para acabar con los prejuicios raciales; y estos por su vanguardismo, por sus pactos de ocasión, su pérdida de radicalismo efectivo y por su vejatorio tratamiento, hoy, sobre la cuestión del negro, olvidando la consideración de Marx de cuál es el sujeto de la transformación social en un momento histórico determinado. que concentra en sí mismo las contradicciones y males de la sociedad[ 24 ]); aun así, también es cierto que bien podrían ser nuevos Zumbis, Dandaras, Acotirenes y Aqualtunes –y la combinación política de estos con la izquierda podría resultar explosiva.
La élite que hoy gobierna el país y sus tanques de tinta y movimientos políticos como el MBL, con la familia Bolsonaro, Paulo Guedes y Sérgio Moro al frente, no quieren ver reaparecer un nuevo Palmares. Y los nuevos y modernos capitanes de monte aprendieron la lección de cinco siglos que Lucien de Rubempré, el trágico personaje de las ilusiones perdidas de Balzac aceptó obstinadamente y luchó contra – que las cosas del espíritu, la poesía y las artes nunca dieron de comer a los hombres.
*Ronaldo Tadeu de Souza es becaria posdoctoral en el Departamento de Ciencias Políticas de la USP
Notas
[ 1 ] Ver Rodrigo Nunes – La victoria de la obscenidad: cómo 2016 llevó lo indecible al estrellato. Sao Paulo Paulo, Suplemento ilustre, 04 / 12 / 2016.
[ 2 ] Configuración Fritz Ringer- La decadencia de los mandarines alemanes, Edusp, 2000.
[ 3 ] Configuración El artículo de Rafael Bivar Marquese – La dinámica de la Esclavitud en Brasil: resistencia, trata de esclavos y manumisión en los siglos XVII y XIX. Nuevos Estudios Cebrap, Nº 74, 2006.
[ 4 ] Véase José Carlos Sebe Bom Meihy – Os Fios de Liberdade. Revista USP, Nº 138, 1998.
[ 5 ] Configuración João José dos Reis – Palmares: la lucha por la libertad. En. Schuma Shumaer- Gogó de Emas: La Participación de la Mujer en la Historia del Estado de Alagoas, Prensa Oficial/SP, 2004.
[ 6 ] Rafael Bivar Marquese, Op. cit.
[ 7 ] Configuración Haroldo Nascimento – Capitães-do-Mato todavía nos rodean. AfroPress-Agencia de Noticias. 11/09/2006 [Acesso em 01/12/2019]. http://www.afropress.com/post.asp?id=12855.
[ 8 ] Op. cita.
[ 9 ] Op. cit.
[ 10 ] Ver Djamila Ribeiro – ¿Qué es un lugar de habla?, Alfabetización, 2017.
[ 11 ] Ver a Jean-Paul Sartre – En defensa de los intelectuales, Ática, 1994.
[ 12 ] Ver Bell Hooks - Intelectuales negros. Estudios feministas, nº 2, año 3, 1995. Es importante observar la sugerente elaboración de Hooks sobre los intelectuales negros. Considera positiva la actividad aislada y la contemplación solitaria ya la vez crítica e insurgente de las intelectuales, y que las mujeres negras deben luchar por este espacio como una forma de resistencia. Aquí, en un diálogo franco, pondera las reservas de Cornell West sobre el aislacionismo de los intelectuales como tendencia social.
[ 13 ] En tu lectura de Gorgias de Platón, Leo Strauss interpretó que su crítica a los sofistas “es una crítica a los intelectuales”. Configuración Fe y filosofía política: correspondencia entre Leo Strauss y Eric Voegelin (1936-1964), It's Achievements, 2017, carta 26.
[ 14 ] Configuración Joseph Schumpeter- Capitalismo, Socialismo y Democracia, especialmente la parte 2 – Creciente hostilidad, Unesp, 2016.
[ 15 ] Ver Fe y filosofía política: correspondencia entre Leo Strauss y Eric Voegelin (1936-1964), É Realizações, 2017, carta 33.
[ 16 ] Configuración Roger Scruton - que es el conservadurismo, Sus logros, 2015.
[ 17 ] Op. cit.
[ 18 ] Configuración Jürgen Habermas - El Discurso filosófico de la modernidad, Martins Fontes, 2002.
[ 19 ] Configuración Perry Anderson – Ideas y acción política en el cambio. Revista Margen Izquierda, Nº 1, 2003.
[ 20 ] Op. cit.
[ 21 ] Configuración paulo cruz- https://www.youtube.com/watch?v=F6UokqWNKZg; https://www.youtube.com/watch?v=KyaiGG8BqPI. Ver también sus intervenciones en los programas Pánico e Morning Show de Rádio Joven Pan de São Paulo.
[ 22 ] Configuración Gabriel Monteiro- https://www.youtube.com/watch?v=tT9Yw6QwAOg. Vea los diversos videos de Gabriel Monteiro tratando el problema del crimen.
[ 23 ] Ver Wendy Brown - Encontrar al hombre en el estado. Estudios feministas, nº 1, v. 18, 1992
[ 24 ] Karl Marx - Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel - Introducción. En: Manuscritos económico-filosóficos, Ediciones 70, 1993.