Los mandarines de la economía

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por MARÍA RITA LOUREIRO*

Consideraciones sobre el libro recientemente publicado, organizado por Adriano Codato y Mateus de Albuquerque

Los mandarines de la economía analiza quiénes son y cómo actúan los directores del Banco Central de Brasil, ayudándonos a comprender un tema muy actual en la agenda política del país y crucial para nuestra democracia. Hoy más que nunca vivimos la terrible situación de una economía bloqueada e impedida de crecer, generar empleos y rentas, por las decisiones excluyentes de este pequeño grupo de actores políticos que mantienen una tasa de interés básica desorbitada, la más alta del mundo. . Argumentando razones “técnicas” que buscan ocultar intereses materiales muy concretos, han sido los responsables de dejar “paralizados a millones de personas y máquinas”, similar a lo que afirman los historiadores de la gran depresión que azotó al mundo en los años 20 del pasado siglo. siglo descrito.

Con mucho análisis estadístico y abarcando un largo período histórico, las obras que componen los distintos capítulos del libro exploran un cúmulo de datos relacionados con las trayectorias profesionales de los presidentes y directores del Banco Central, el tránsito que realizan desde la sector privado al sector público y su retorno posterior (a través de la llamada “puerta giratoria”) al mundo de las firmas de asesoría financiera o bancos de inversión, aportándoles información relevante. También se desentrañan la formación educativa, las formas de reclutamiento, las trayectorias profesionales y las redes de relaciones sociales construidas a lo largo de la carrera de quienes serán los futuros mandarines de la economía brasileña.

También hay un último capítulo en el que el objeto de estudio es el BNDES, cuando los temas explorados para los directores del Banco Central son replicados para los directores de este banco. Si estas dos importantes agencias económicas del Estado brasileño ya han sido objeto de varios estudios por parte de economistas, sociólogos y politólogos, aquí el objetivo es diferente: las agencias no son examinadas por las funciones que desempeñan en la gestión de las políticas económicas y en la la promoción del desarrollo, sino desde la perspectiva de sus elites gobernantes. Es decir, es importante comprender quiénes son estos actores y cómo actúan en sus instituciones y en el sistema político y social más amplio.

Varios temas explorados son inéditos en esta área de estudio, como el cuestionamiento a los candidatos a la dirección del Banco Central realizado por el Senado; la influencia del partido político del presidente de la república en el perfil de estos cuadros y también el vínculo entre el grupos de reflexión difusores de la ideología neoliberal y miembros del Comité de Política Monetaria (COPOM), órgano colegiado que decide la tasa de interés de la economía.

El problema de la inestabilidad de los equipos económicos también es objeto de un amplio estudio estadístico, con datos de más de cinco décadas, tanto desde la dictadura militar como desde la etapa democrática hasta 2016. La dimensión longitudinal es uno de los aspectos diferenciadores de la conjunto de estudios presentados en este libro. Si tal abordaje solo fue posible con la disponibilidad de datos garantizada por la Ley de Acceso a la Información (LAI), promulgada en 2011 durante el gobierno de Dilma Roussef, esto no disminuye los esfuerzos de los investigadores por reunirlos todos y, con ello, contribuir al avance del conocimiento, a partir de la comparación entre empirismo y teoría.

Especial mención merece el enfoque dado a la discusión sobre la autonomía del Banco Central, tema crucial que involucra al propio orden democrático, en la medida en que su institucionalización puede socavar la soberanía popular y la del Estado nacional. Los autores innovan porque examinan si los directores del Banco Central son autónomos no frente al gobierno o los políticos electos, como es más frecuente, sino frente al mercado financiero. Como es sabido, una amplia literatura aborda este problema guiada por el sesgo tecnocrático.

En otras palabras, considera necesario “proteger” las decisiones de los directivos del Banco -siempre vistas como exclusivamente técnicas, neutras en relación a intereses o valores y, por tanto, mejores o más deseables- contra la influencia de la política. Este, por el contrario, siempre es visto de manera negativa, como un espacio de intereses espurios, y tratado con desprecio. Además de rechazar este estereotipo, los estudios aquí también buscan superar la valoración meramente dicotómica y escrutarla desde un punto de vista cuantitativo: así, miden los niveles o grados de autonomía de los líderes en relación al mercado financiero entre gobiernos que expresan diferentes orientaciones ideológicas relacionadas con el papel del Estado en el mercado, liberales o desarrollistas.

El tema de la autonomía del Banco Central también es abordado de manera innovadora en otro aspecto. No se ve únicamente por el criterio jurídico formal de la existencia o no de legislación al respecto. Por el contrario, el análisis aquí es más complejo. Examina la red de vinculación y contratación de directores para la gestión del Banco Central, teniendo en cuenta también la posición de estas élites en el sistema de poder y sus conexiones con otras instituciones, como las universidades, en las que son preferentemente reclutadas.

Vale la pena citar un extracto del libro: “La formación académica de quienes allí llegan, partiendo de un campo universitario mayoritariamente dominado por corriente principal econômico, pode induzir o Banco Central do Brasil a atuar num determinado sentido em função da orientação intelectual e cognitiva de seus diretores, ainda que, como instituição, não seja diretamente instrumentalizado por nenhum grupo de interesse específico, como as instituições privadas do setor financeiro, por ejemplo." (Capítulo 4).

A pesar del enfoque innovador, es posible cuestionar la última parte de esta afirmación, relativa a la “neutralidad” institucional del Banco Central frente a intereses específicos, lo que revela, en este momento, cierta ingenuidad. Primero, porque no se pueden ignorar los procesos histórico-estructurales que llevaron a la creación de los bancos centrales, relacionados con el desarrollo de la economía capitalista bajo el dominio financiero.

Además, en el plano más concreto de la realidad brasileña, basta examinar las actas del Comité de Política Monetaria del Banco Central. Son un claro ejemplo de instrumentalización, explicando la conexión umbilical de este organismo con el mercado financiero: se elaboran y publican sistemáticamente, después de cada reunión colegiada, para señalar y orientar a los inversores. De hecho, expresan la orientación de las élites orgánicas del Estado brasileño en la toma de decisiones para servir mejor a la valorización de la fracción dominante del capital.

Por otro lado, la cita de la sentencia también es interesante porque ayuda a explicar la orientación teórico-metodológica que subyace al conjunto de análisis políticos del libro. Se guía por la combinación de marxismo y elitismo, tal como lo formulan algunos autores marxistas. Adhiriendo a tal propuesta, Codato y Perissinotto, promotores de este enfoque entre nosotros, también están dispuestos a construir los procedimientos metodológicos para operacionalizar tal cruce.

Así, siguiendo la estela de teóricos como Ralf Miliband y Goran Therborn, autores brasileños reconocen explícitamente las limitaciones de la teoría de las élites (en particular las señaladas por Nicos Poulantzas), pero consideran que no constituyen una razón para suspender el puente entre ambas perspectivas teóricas. Reiteran que el concepto de clase solo puede ser analíticamente rentable si se abandona la idea de que la clase actúa directamente en la política y afirman que el concepto de élite (“minorías políticamente activas”) puede ser complementario al marxismo e incluso importante para operacionalizar el análisis. de clase, haciéndolo efectivo en las ciencias sociales.

Partiendo de estas premisas, el programa de investigación sobre las élites se plantea en estos términos: “Si las élites políticas no detentan el poder político… tienen, hasta cierto punto por determinar empíricamente, autoridad, fuerza, prestigio, en suma, 'influencia política' capaz de de producir efectos que valga la pena examinar... Si esto es correcto, entonces tenemos que dedicarnos a pensar y forjar conceptos que nos permitan analizar, desde una perspectiva clasista, las interacciones políticas 'superficiales', es decir, los fenómenos políticos que no están directamente relacionados con el problema de la reproducción social a 'largo plazo'" (Codato y Perissinotto, "Marxism or elitism?" In El marxismo como ciencia social., Editora UFPR, 2013:242-243).

Este programa también se reafirma explícitamente en el análisis de las audiencias en el Senado de los candidatos al Banco Central. En este capítulo, los autores hacen la siguiente aclaración: “Al elegir estos sabáticos como un microcosmos, pudimos observar elementos interesantes de la relación entre el Estado y el mercado en la democracia brasileña. Una relación constantemente tensa y llena de matices a veces soslayada en dos fracciones científicas que pretendemos evitar aquí: la de neutralizar a los agentes políticos ya las instituciones de las relaciones socioeconómicas, hasta el punto de crear una teoría utilitarista de la acción política; y la de constituir relaciones estructuralmente predeterminadas hasta el punto de que los detalles de la disputa política se vuelven irrelevantes para el análisis” (capítulo 5).

En definitiva, la propuesta del grupo de investigadores implica una doble posición: por un lado, el rechazo tanto a la concepción determinista de la política, como al elitismo e institucionalismo que suponen actores actuando siempre de forma autónoma en un vacío social e instituciones neutralizadas. desconectado de las relaciones socioeconómicas; por otro, y más importante, la reanudación crítica de los aportes del marxismo al análisis político, junto con la construcción de procedimientos metodológicos para operacionalizar el cruce entre marxismo y elitismo. Sin duda, esta es una de las propuestas más desafiantes en el escenario contemporáneo de las ciencias sociales en Brasil. Y su confrontación constituye la gran virtud de los textos recogidos en Los mandarines de la economía.

Este hallazgo nos permite esperar que los estudios resultantes de esta propuesta teórico-metodológica avancen y superen la inmersión amplia en el mundo de la estadística y nos traigan una síntesis. Una síntesis que permita superar el vaciamiento que en ocasiones pueden producir los análisis cuantitativos, si no se confrontan adecuadamente con los fundamentos macroestructurales. O incluso, una síntesis que, destacando los rasgos esenciales del progreso de la sociedad brasileña, permita llegar a la explicación más completa de la acción de los “mandarines de la economía”.

Y establecer su vinculación con los fundamentos que lo sustentan, incluso buscando comprender el papel que juegan en la dirección del Estado, ya sea reproduciendo o incluso transformando el orden social. En otras palabras, los análisis “de interacciones políticas 'superficiales', es decir, (d)fenómenos políticos que no están directamente vinculados al problema de la reproducción social 'a largo plazo', serán siempre insuficientes si no se relacionan con la totalidad del proceso de reproducción social que le da sentido. Al menos desde la perspectiva del marxismo tributario de Gramsci y de los teóricos de la escuela de Frankfurt.

Creo que estoy pidiendo algo que los autores ciertamente pueden ofrecer. Después de todo, si las estructuras han de ser explicadas desde las prácticas sociales, como bien suponen los análisis del libro, siempre es necesario volver a ellas para una comprensión más completa de estas prácticas.

Finalmente, y aun fuera de los objetivos planteados por los textos (considerando la propia temporalidad en que fueron elaborados), es pertinente asumir –incluso como reconocimiento al valor del trabajo ya realizado– que si se lleva a cabo tal síntesis interpretativa fuera, contribuirá mucho a comprender el escenario político brasileño actual y el colapso en curso de las instituciones democráticas construidas con tanto esfuerzo con la Constitución de 1988.

Como bien recordaba Norberto Bobbio, reflexionando sobre el papel de los intelectuales en la vida política italiana de posguerra, “el intelectual tiene el deber de síntesis (…) y en este deber sintético prepara el futuro”.

*María Rita Loureiro, sociólogo, es profesor titular jubilado de la FGV-SP y de la FEA-USP.

Versión modificada del Prefacio del libro Los mandarines de la economía.

referencia


Adriano Codato y Mateus de Albuquerque (eds.). Los mandarines de la economía. Presidentes y directores del Banco Central de Brasil. São Paulo, Editora Almedina, 2023, 348 páginas (https://amzn.to/3OxWprh).


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