por LUIS FELIPE MIGUEL*
La lucha contra Andifes y la transformación, en el gobierno de Bolsonaro, de las universidades federales en espacios conflictivos, atravesados por persecuciones
Los interventores designados por Bolsonaro crearon una nueva asociación de “rectores” para combatir la “hegemonía de izquierda” en Andifes [Asociación Nacional de Directores de Instituciones Federales de Educación Superior].
No es folclórico. Andifes juega un papel fundamental en el medio campo con el Ministerio de Educación, en la definición de la distribución de recursos entre las instituciones federales de educación superior.
Con el ministerio en manos de un oportunista amoral, dedicado a la destrucción de la educación brasileña, es fácil ver que la formación de la nueva asociación – autodenominada AFEBRAS – es un movimiento combinado, con el fin de interrumpir el proceso y aumentar el margen de maniobra para las represalias contra las Universidades que siguen bajo gestión legítima.
Somos muy responsables de esta situación, empezando por los gobiernos democráticos que no se molestaron en abolir la triple lista, creyendo que quedaría para siempre como un ritual carente de eficacia.
También somos responsables de todos nosotros, en las Universidades, que no pudimos presentar una fuerte resistencia a estos abusos. A veces, las heridas de los procesos electorales internos hablaban más fuerte. A veces, era solo cobardía. En general, la solidaridad entre instituciones ha fracasado, como si cada ataque afectara sólo al afectado.
El Supremo Tribunal Federal (STF) es responsable, que – Gilmar Mendes a la cabeza – prefirió entregar las Universidades como moneda de cambio, en uno de los momentos en que buscaba un “acomodo”, contrario a la Constitución, la democracia y los derechos, con el bolsonarismo.
Los interventores no son simplemente personas con puntos de vista reaccionarios. Estaban dispuestos a participar en un proceso deliberado de destrucción de sus Universidades, transformadas en espacios conflictivos, atravesados por persecuciones, todo lo contrario de lo necesario para la enseñanza, el aprendizaje y la investigación.
Imagino que buena parte de sus cómplices, los que aceptaron cargos y cargos de poder, no estaban movidos por convicción, sino por simple oportunismo. Pronto, si los vientos cambian como espero, estarán “reinventándose” y apareciendo como demócratas, incluso progresistas. Es bueno recordar sus nombres.
*Luis Felipe Miguel Es profesor del Instituto de Ciencias Políticas de la UnB. Autor, entre otros libros, de El colapso de la democracia en Brasil (Expresión popular).
Publicado originalmente en el Facebook del autor.