los estereotipos de genero

Imagen: Clara Figueiredo, sin título, fotomontaje digitalizado, 2017
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por VANDERLEI TENÓRIO & FELIPE PASOS GAL*

Pensamientos sobre la campaña. CPB Londres

En los últimos años, las empresas se están volviendo cada vez más sensibles a la inclusión y la equidad de género. Al enfrentar el problema surgieron dificultades, mentalidades y legados difíciles de erradicar en poco tiempo. Hablamos de “sesgo de género”, prejuicios e incluso dificultades relacionadas con la diversidad de género.

El hecho puede enmarcarse en una de las cuatro acciones fundamentales del concepto de acción social, definido por el sociólogo alemán Max Weber. El hecho configura un claro ejemplo de acción tradicional. Para Weber, la acción tradicional es aquella dictada por los hábitos, costumbres y creencias, transformada en una segunda naturaleza. Weber enfatiza que para actuar de acuerdo con la tradición, los actores no necesitan concebir una meta o un valor, los actores simplemente son guiados por reflejos arraigados en una larga práctica.

En esto, en sí mismo, la campaña de CPB London expone una crítica de los estereotipos y roles de género en el lugar de trabajo, aquellos que están arraigados histórica, social y culturalmente en un colectivo general basado en una acción tradicional, una acción que se naturalizó con el tiempo. La crítica está contenida en las siguientes frases: “Imagina a alguien…”, “Imagina un…” e "¿Es una mujer o un hombre?".

Destacamos que los estereotipos de género se relacionan principalmente con expectativas rígidas sobre el comportamiento masculino y femenino dentro de un contexto sociocultural. A menudo están inextricablemente arraigados en la cultura de género, hasta el punto de ayudar a alimentar un fenómeno complejo como la violencia de género.

 

sexo y genero

El significado de los términos sexo y género no se superponen. El sexo corresponde a las características biológicas con las que se nace (los genitales son la primera y más evidente de estas características), el género, en cambio, se refiere a los roles y responsabilidades que los contextos culturales “asignan” a hombres y mujeres. de referencia (familias, colegas, comunidades, instituciones), por lo tanto, de naturaleza no predefinida. Desde este ángulo, como el género es producto de un proceso de construcción sociocultural de los conceptos de femenino y masculino, los roles de género –es decir, el conjunto de conductas que se esperan en función del sexo del individuo– también pueden cambiar con el tiempo.

Convengamos que los avances en la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres demuestran que se ha avanzado en el último siglo hacia una redefinición de los roles de género. Hoy sabemos que vestir a los niños de azul o regalarle una cocina de juguete a una niña son opciones dictadas por la cultura y, como tales, tienen implicaciones simbólicas.

Al diferenciar a hombres y mujeres en función de las expectativas sociales sobre la apariencia y el comportamiento, los roles de género rígidos no solo pueden constituir un límite a la identidad y el potencial de las personas, sino que también contribuyen a generar jerarquías de poder injustas.

De esta forma, entonces, la expresión durkheimiana 'división del trabajo sexual' no aprehende las relaciones de desigualdad entre los sexos, la delimitación de los espacios sociales masculinos y femeninos se percibe como un aspecto fundante de una sociedad evolucionada. Cargada de influencias del biologicismo social, la autora utiliza las diferencias corporales entre mujeres y hombres para justificar la delimitación de fronteras sexuales en el medio social (MATIAS DOS SANTOS, 2007).

 

Roles sociales y estereotipos en la sociedad actual

Sin embargo, los roles de género pueden estar tan arraigados que se consideran la única forma correcta de hacer las cosas., manteniendo un poder -a menudo no reconocido como persistente- para influir en las expectativas y comportamientos, que pueden cristalizar en estereotipos de género. Estos estereotipos pueden resultar en conductas perjudiciales para uno mismo y para los demás, como en el caso de la “masculinidad tóxica”.

En esta circunstancia, creemos que el arraigo de los estereotipos sobre los roles de género, por un lado, y la actitud frente a las conductas violentas, por otro, son las claves para comprender el contexto cultural en el que las relaciones violentas encuentran su génesis y justificación. Son ejemplos los episodios de violencia derivados de la homofobia, la bifobia y la transfobia, o el acoso verbal que sufren las mujeres en la calle por parte de desconocidos, que se denominan “cantadas”.

Advertimos que, en los últimos años, hemos asistido a un progresivo aumento de la sensibilidad en temas de diversidad e igualdad de género, y cada vez son más las iniciativas que han comenzado a allanar el camino para reducir las desigualdades de género.

Sin embargo, observamos que, sin embargo, las mujeres siguen enfrentándose a numerosos obstáculos en el día a día, como mayores dificultades para acceder a puestos de liderazgo en las empresas, menos promociones que los compañeros y la diferencia salarial. Estas son solo algunas de las dificultades y desafíos a los que se enfrentan las mujeres en el mundo laboral actual. Estos puntos están bien ejemplificados en la campaña propuesta para el análisis.

 

La campaña

La campaña es una invitación a reflexionar sobre cuáles son los estereotipos más extendidos en la dicotomía entre hombres y mujeres en el mundo del trabajo, como una oportunidad para comprender las posibles variables (de forma sucinta) de la desigualdad de género en las empresas.

Sin embargo, mientras tanto, es importante recordar que la naturalización de la diferencia y la desigualdad sexual de Comte sugiere que incluso cuando parecía estar hablando de “individuos” sin considerar el género, en realidad estaba hablando de hombres. Por ejemplo: si bien definió la “actividad especulativa espontánea” como la principal característica que separaba al “Hombre” de los “animales inferiores”, también enfatizó la “inferioridad relativa de la Mujer” considerando esto como “trabajo mental” (PEDERSEN, 2006).

En particular, frente a esto, reconocemos que, si bien hoy en día existe una mayor igualdad de derechos, los estereotipos que se han ido consolidando a lo largo del tiempo en relación con la mujer y el mundo del trabajo luchan por ser superados por completo.

Sin embargo, somos conscientes de que algunos prejuicios están arraigados en nosotros mismos. Apoyados en esto, aunque aparentemente compartimos ideas de igualdad y diversidad, no siempre somos capaces de ser totalmente neutrales. Creemos que la plena conciencia de esto nos ayudará a implementar acciones que neutralicen las reacciones inconscientes.

En nuestra investigación, descubrimos que las empresas que no tienen una fuerza laboral diversa se están perdiendo una gran variedad de ventajas sobre las que sí la tienen. Y eso se debe a que la diversidad y la inclusión generan productividad a medida que la capacidad de aprender y crecer unos de otros se expande exponencialmente.

El intercambio diverso de ideas impulsa una generación más rica de propuestas, lo que a su vez conduce a una mayor innovación y creatividad. Entendemos que cuando hablamos de diversidad no debemos quedarnos sólo en el ámbito más conocido como género, sino ir mucho más allá y, en este sentido, nos referimos a la edad, la raza, la discapacidad, la religión, el origen o la composición familiar, entre otros. . Muchos otros.

Destacamos que constantemente se incorporan diferentes tipos de personas a los modelos de la empresa. Cada una de estas personas tiene un conjunto de conocimientos, habilidades, atributos y capacidades para contribuir a un lugar de trabajo y, lo que es más importante, una perspectiva diversa para aplicar en los proyectos y debates grupales.

Sin embargo, como resultado, una organización que no reconozca o valore las diversas perspectivas no verá los problemas desde todos los ángulos posibles y tomará las mejores decisiones, con las consecuencias que esto puede acarrear.

En este sentido, la diversidad es un acelerador de la innovación, las empresas diversas atraen mejor talento y los equipos diversos generan mejores productos y servicios. Lo que ayuda a romper con el tema planteado en la campaña. Además, es una oportunidad para que nos comprometamos a promover la igualdad de género y la diversidad, creando un entorno de trabajo realmente inclusivo. El gran desafío es lograr que la igualdad de género y la diversidad sean un tema de todos.

Aún en la provocación que hace la campaña, es importante entender que la evolución de la mujer en las empresas -en diversos cargos, desde menores hasta altos cargos- es un hecho imparable, aunque los retos por alcanzar son aún mayores que los logros alcanzados. .

Hoy en día, promover la igualdad y la diversidad no es solo un asunto que depende únicamente de las empresas, sino una tarea que involucra a todos, a los gobiernos ya la sociedad en su conjunto. Se necesita un cambio en la cultura de la sociedad y la mentalidad global en términos de roles sociales.

 

Conclusión

En este texto, el propósito fue analizar la campaña de CPB London que destaca el sesgo de género inconsciente. La campaña se compone de una serie de carteles que invitan al público a simplemente “imaginar” a la persona asumiendo un rol específico.

En la secuencia, los carteles preguntan si estamos imaginando a un hombre o una mujer en el papel, como comentamos anteriormente, el objetivo central de la campaña es mostrar cómo la mayoría de las personas aún se ven afectadas por sesgos de género inconscientes. El análisis teórico de la investigación se basa en el pensamiento comteano, durkheimiano y weberiano.

Para ello, el análisis partió de cómo la división sexual y social del trabajo reproduce las desigualdades de género, a pesar de la inserción de la mujer en el mercado laboral, también abordamos la crítica a los estereotipos y roles de género en el ámbito laboral, la problemática de la diversidad y la igualdad de género, la importancia de implementar acciones que neutralicen las reacciones inconscientes y la promoción de la igualdad y diversidad de género en las empresas.

Encontramos que, por lo tanto, es necesario adoptar más, nuevos y diferentes instrumentos para superar, de hecho, las desigualdades efectivas. Entre los temas sobre los que intervenir, también destacamos la compartimentación de género en el mercado laboral y la igualdad de oportunidades de acceso a los puestos de representación y alta dirección a favor de los hombres en detrimento de las mujeres. Observamos que parece posible afirmar que, en el origen de esta compartimentación, existen sobre todo estereotipos culturales, lamentablemente bien arraigados, que aún afectan la actitud adoptada en relación con el trabajo de la mujer y la posición de la mujer.

Finalmente, la desigualdad de género es, por otro lado, un fenómeno transversal que, aunque de forma diferenciada y con una fuerte dependencia de elementos de carácter histórico, cultural y religioso, se puede encontrar en toda la dimensión social. No cabe duda, por tanto, que un incesante “trabajo cultural” está en la base de un cambio indispensable para debilitar y combatir esta forma de pensar.

*Vanderlei Tenorio es periodista y estudia geografía en la Universidad Federal de Alagoas (UFAL).

*Felipe Passos Gal Estudia periodismo en la Escuela de Administración, Marketing y Comunicación de Campinas (ESAMC).

 

Referencias


ARON, Raymond. Las etapas del pensamiento sociológico. Traducción de Sérgio Bath. São Paulo: Martins Fontes, 2003. 579 p.

BANDEIRA, Lourdes María. Violencia de género: construyendo un campo teórico y de investigación. Sociedad y Estado, Brasilia, v. 29, núm. 2, pág. 449-469, agosto. 2014.

PEDERSEN, Jean Elizabeth. La política sexual en Comte y Durkheim: feminismo, historia y la tradición sociológica francesa. Traducción de Denise Lopes de Souza. Revista de estudios de religión, São Paulo, n. 1, pág. 186-218, 2006.

MATÍAS DOS SANTOS, Viviana. División del trabajo: ¿complementariedad o conflicto?. Revista Urutágua, Maringá, n.13, pág. 01-11, agosto/septiembre/octubre/noviembre 2007.

SOUSA, LPD; GUEDES, DR La división sexual desigual del trabajo: una mirada a la última década. Estudios Avanzados, v. 30, n. 87, pág. 123-139, 2016.

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