por GÉNERO TARSO*
Rio Grande do Sul es el símbolo del impasse retratado en el cuadro de Goya “Duelo a Garratozos”, ya que la tragedia climática coloca al estado en la misma situación que los duelistas.
“Abril es el mes más cruel”, prefigura TS Elliot en su poema más luminoso. Pero para nosotros será –durante mucho tiempo– mayo, el mes más cruel: estuvimos “en el entierro de los muertos”, vimos las “lilas de la tierra muerta en el invierno que nos cobijaba” y anclamos sus “raíces agónicas”. Son trozos de versos de “Tierra desolada”, recompuesto para expresar otras tierras en otros tiempos. Otros vivos y otros muertos.
"Duelo en Garrotazos(Duelo a palos) es un cuadro de Goya, de la famosa serie de “Pinturas Negras” que decoraron -entre 1820 y 1823- las paredes de su residencia en “Quinta del Sordo”, en aquel momento la casa del pintor en las afueras de Madrid. En el campo de la economía, el cuadro simula la lucha por la vida, en una sociedad en la que las normas no organizan reglas para la supervivencia digna de todos; a nivel de derecho, muestra que la norma no es el “imperio de la voluntad común”, sino leyes que designan el significado como una relación entre fuerzas opuestas, que producen una voluntad hegemónica.
En el Estado Social las normas pueden “concertarse” y las voluntades pueden organizarse de tal manera que –al menos en un momento dado– sean universalmente aceptadas como la mejor posibilidad para todos. Concertación, que sólo puede concretarse en un momento de caos por iniciativa de la sociedad civil, es el nombre de este proceso, cuya negociación sólo deja fuera a quienes quieren derrotar lo mejor de la democracia liberal: la negociación política para definir los próximos pasos. del orden, no del tamaño provisional del caos.
Su forma organizativa en este momento es una Agencia Federal, que organiza una estrategia política y financiera para un nuevo orden en Rio Grande do Sul, por encima de la disidencia partidista inmediata y acogiendo a todas las entidades de la Unión.
Este cuadro de Goya debería decorar todas las reuniones de la sociedad civil de nuestro estado. Al menos aquellos en los que sus protagonistas –provenientes de fuera de las legítimas disputas electorales– quisieron diseñar el proyecto estratégico de un nuevo modelo de desarrollo económico, inclusivo, de carácter socioambiental, que se convirtiera en ejemplar para el país. Un modelo basado en la ayuda humanitaria, la reconstrucción de lo perdido en la tragedia climática y la promoción de un nuevo espíritu de solidaridad y justicia social.
La obra de Goya forma parte ahora de la colección del Museo del Prado y en ella se encuentran -enterrados hasta las rodillas- a los duelistas que no pueden hacer más que marchar hacia la muerte de uno o ambos. Masacrados por la fuerza desesperada de aquellos a quienes se les impide avanzar en otra dirección, los duelistas no pueden escapar del destino brutal que los separa como seres humanos y los une mediante una violencia ilimitada.
Sus cuerpos entonces sólo serán recogidos por aquellos que en su representación histórica son los mismos que hoy quieren negar las evidencias climáticas, ya sean especuladores de deuda pública o futuros pueblos favorecidos por la gentrificación, fenómeno que siempre sigue al desastre en cualquier Tierra Desolada: más bien por el elitismo feudal de la nobleza, hoy posible por las aguas embravecidas y por intereses que quieren competir entre sí por el botín de la pobreza.
Cuando Goya pintó esta trágica y magnífica obra, en España se enfrentaban liberales y absolutistas, pero el cuadro parece prefigurar todo el destino de la modernidad española, que desembocó en una sangrienta Guerra Civil que también marcó con sangre el siglo pasado. . Entre 1936 y 1939, con la derrota de la República y el ascenso del fascismo, los tiempos de la auténtica democracia liberal fueron borrados de la Historia de España y pospuestos hasta la transición del franquismo a una democracia liberal aún inconclusa.
Para que la ilustración democrática funcione en el terreno de la política y para que la República se consolide como institución, los duelistas deberían tener la opción de soltar la tierra y renunciar a sus “garrotes”: la lucha entre las dos Españas, la El ilustrado y el de la Barbarie podrían luego proyectarse -por distintos medios y formas culturales- hasta el Pacto de la Moncloa, sin el legado del franquismo.
El surgimiento del extremismo de derecha con Vox, en España –con un apoyo significativo de varios sectores del sector empresarial nacional y global– es el regreso de la barbarie en preparación para el retorno inmediato del fascismo. Pero ojo: aquí en Brasil, Vox es bolsonarismo y el Pacto de la Moncloa es –en términos políticos y morales– lo que significa para nosotros la Constitución de 1988, la Carta que unifica la idea de nación con la democracia liberal –republicana y democrática– que está bajo amenaza permanente.
Nuestro Estado, en este momento, es quizás el mejor símbolo de este impasse que retrata el cuadro de Goya, ya que la tragedia climática nos pone –me refiero al campo democrático en el sentido más amplio- en la misma situación que los duelistas del “garrotazo”. . De la posibilidad de liberar nuestros pies atrapados por el barro de las inundaciones surge la posibilidad de un nuevo ciclo político democrático en el Estado, concertado en torno a un modelo de desarrollo que se convierta en un ejemplo para Brasil.
Si la sociedad civil de Rio Grande do Sul no se libera del barro de la catástrofe y aleja los “garrotazos”, la falsa impresión de que retomamos la vida como una nueva normalidad secará la fuente del futuro. Y así tendremos una nueva depreciación radical de las funciones públicas del Estado, la senescencia de la iniciativa privada, además de la reanudación de las agresiones contra la naturaleza, que nos cegarán aún más ante las tragedias climáticas e incluso nos convertirán en cómplices involuntarios de las nuevas exclusiones. Antes de que los duelistas se suiciden y los negacionistas vengan a retirar sus cuerpos mutilados, ajustemos los hilos de un futuro digno para todos.
* Tarso en ley fue gobernador del estado de Rio Grande do Sul, alcalde de Porto Alegre, ministro de Justicia, ministro de Educación y ministro de Relaciones Institucionales de Brasil. Autor, entre otros libros, de utopía posible (Arte y Artesanía). [https://amzn.to/3ReRb6I]
la tierra es redonda existe gracias a nuestros lectores y seguidores.
Ayúdanos a mantener esta idea en marcha.
CONTRIBUIR