por JOÃO GUILHERME VARGAS NETTO*
Los resultados de la huelga en Renault serán determinantes para los próximos episodios de la lucha sindical en todo el país y en todas las categorías
Cualquiera que esté preocupado por las luchas sociales en Brasil hoy, debe mirar lo que está pasando en Paraná con la huelga de los trabajadores metalúrgicos de Renault y apoyarla con fuerza.
La empresa, bajo una nueva dirección y tras numerosos episodios de desacato a las negociaciones y propuestas del sindicato, presentó un paquete de medidas lesivas para los trabajadores cuyo punto alto (o cuyo punto bajo) es el despido de 747 empleados.
La reacción de los metalúrgicos no se hizo esperar y, encabezada por el sindicato (cuya directiva con la presidencia de Sérgio Butka ha venido actuando de manera unida y eficaz), declararon la huelga y la mantienen con la exigencia de que la empresa vuelva a negociar, modifique su abusivo propuesta y suspender los despidos. Hubo emotivos episodios filmados con las luces de los celulares de las asambleas masivas que declararon la huelga y apoyaron las posiciones sindicales.
Los resultados de la huelga en Renault serán determinantes para los próximos episodios de la lucha sindical en todo el país y en todas las categorías.
El sindicato ha estado trabajando con cinco directrices principales que son como los cinco dedos de la mano.
La primera directriz implica la adhesión masiva de los metalúrgicos al paro, con la determinación de quedarse en sus casas y con la vigilancia permanente de activistas en las puertas de la empresa.
La segunda orientación es la disputa de narrativas, con la empresa tratando de transmitir su versión de la intransigencia sindical y la comunicación del sindicato demostrando la equidad de la lucha y el apoyo de los trabajadores.
El tercer lineamiento es el llamado al gobernador para que neutralice las muecas de la empresa, ya que cuando era diputado fue autor de la ley estatal de incentivos fiscales con el compromiso de mantener los puestos de trabajo de las empresas beneficiadas.
La cuarta directriz es hacer un llamado al Ministerio Público del Trabajo para que intervenga considerando los ataques a los derechos de los trabajadores (con despidos aunque estén enfermos y con licencia) y realice la mediación correspondiente.
Y la quinta directriz es buscar la más amplia solidaridad de las entidades sindicales, aquí en Brasil y en el exterior, de políticos y personalidades, lo que se ha logrado con éxito.
Cuando los cinco dedos de la mano se cierran con el puño en alto, ¡la lucha por la vida y los derechos es real!
*João Guilherme Vargas Netto es consultor sindical de varias organizaciones de trabajadores, locales, estatales y nacionales.