por HÉCTOR BENOIT*
León XIII salvó a Dios, y Dios dio lo que dio: la iglesia universal y todas estas nuevas iglesias que andan por el mundo en total crisis económica, ecológica, epidemiológica
¡A Río de Janeiro, la ciudad maravillosa!
Vincenzo Gioacchino Raffaele Luigi Pecci Prosperi-Buzzi nació en 1810 y murió como Papa, el Papa León XIII, en Roma, en 1903, a los 93 años, siendo considerado el Papa más longevo de la Iglesia Católica. Jesuita, sabía latín desde muy joven ya los 11 años escribía poesía en latín.
Bueno, no aburriré a los lectores con los detalles de su larga vida. Si está interesado, solo consulte en Google.
Vayamos directamente a los hechos más relevantes para Río de Janeiro y para el destino del cristianismo hoy, lleno de nuevas iglesias llamadas “cristianas” y “universales”. Curiosamente, para aquellos que no saben griego, "katolou" en griego significa literalmente "según el todo", esta palabra fue traducida al latín como "universal", de ahí el nombre mismo de la Iglesia Católica Apostólica Romana, en otros palabras, lo que significa que es o se coloca como la iglesia universal.
Pero volvamos a León XIII. Él, incluso antes de ser Papa, estaba preocupado por las organizaciones benéficas cristianas. Siempre creó fundaciones que apoyaban y albergaban a los pobres, niños y niñas, mujeres y hombres de escasos recursos. Organizó sopas para los que no tenían qué comer. Cuando ocurrían inundaciones, terremotos y otras catástrofes ecológicas “naturales”, que afectaban a los más necesitados del planeta Tierra, Vincenzo aparecía allí para tender la mano y organizar el apoyo a los necesitados.
Su hermano, por supuesto con su colaboración, ayudó a organizar el concilio ecuménico del 08/12/1869, dirigido por Para Pio IX. Esto se conoció como el “Concilio Vaticano I”.
La línea seguida por Vincenzo, el futuro León XIII, era que la Iglesia necesitaba modernizarse y vincularse a los problemas materiales, los que aquejaban a los trabajadores.
En resumen: así ascendió en la jerarquía de la Iglesia y fue cada vez más amado por los fieles. En 1878, muere Pío IX, y Vincenzo, entonces cardenal de Pecci, es elegido en la tercera vuelta el nuevo Papa, por lo que elige su nombre: León XIII.
Elegido Papa, se dedicó a modernizar la Iglesia, aunque, como filósofo y gran teólogo que era, empezó a exigir, dentro de los sacerdotes, el estudio riguroso de Santo Tomás de Aquino, el gran filósofo y teólogo medieval. Ahora bien, ¿sería el León un conservador? ¿Quería volver a la Edad Media? Muy al contrario, era muy moderno en su accionar. Fue el primer Papa “orientado a los medios”. También existe un CD (accesible en Internet) en el que aparece su voz rezando por el Ave María. ¡También fue filmado, fue filmado por una cámara de cine! ¡Algo que se acababa de inventar! León XIII fue filmado y bendijo la cámara en el mismo momento en que fue filmado.
Haciendo una pequeña digresión. Escribiendo estas líneas, recordé lo que un día comentó Zé Celso Martínez, el gran dramaturgo de Oficina: “Quien derrocó a la URSS fue un actor, fue el Papa Juan Pablo II”.
Sí, acuérdese de Juan Pablo II, cuando apoyaba a Solidariedade (no este partidario de Paulinho da Força), pero esa unión polaca que mucha gente de la “izquierda brasileña” pensaba que era revolucionaria. Algunos vieron en Solidaridad la esperada “Revolución Política” de la URSS. Dejemos estas cosas deprimentes atrás.
Volvamos a León XIII, fue mucho más hábil que Juan Pablo II. Fue un gran diplomático y elevó a la Iglesia Católica a la condición de líder mundial de la cristiandad. Dialogó con todos los sectores de la cristiandad. Se acercó, con particular atención, a la Iglesia Ortodoxa Rusa (¿sintió el peligro de la juventud rusa que ya no creía en Dios?). Tal vez. ¿Había leído a Nietzsche que anunciaba en la segunda mitad del siglo XIX: Dios ha muerto?
¿Había leído a Marx? ¡Casi seguro! Bien entendí, León XIII, que un fantasma rondaba por el mundo, el fantasma más peligroso... el ateísmo y otras cosas...
Negoció con la Iglesia Ortodoxa Rusa, con los luteranos, con los calvinistas, con los presbiterianos y les mostró a todos que era necesario reconocer que el capitalismo era algo peligroso, su “ética” era suicida, era necesario no hacer tantas cosas. “injusticias”. ¡Era necesario corregir los excesos del capitalismo y hacer que los trabajadores volvieran a creer en Dios!
Bueno, después de Nietzsche y Marx, ¿cómo podemos volver a las creencias de la Edad Media y la filosofía clásica del siglo XVII? cogito ergo sum, si, si Dios existe! Y en el mismo movimiento, el llamado “Primer Motor Inmóvil” de Aristóteles (libro lambda del Metafísica). Pero, entonces, ¿qué podía quedar de alguna metafísica y del propio Santo Tomás de Aquino que se empeñara en recuperar como teólogo?
Sí, hizo algunos malabarismos diplomáticos y logró salvar y traer de vuelta a Dios.
Pero, Dios dio lo que dio: la iglesia universal y todas estas nuevas iglesias que andan por el mundo en total crisis económica, ecológica, epidemiológica.
¡Creo que he escrito demasiado!
Para terminar, como último mensaje a los cariocas y a las bellas cariocas (perdón por mi desliz un poco machista), les recuerdo que en el Escudo de León XIII, en su escudo eclesiástico, entre otros símbolos, hay dos FLORES-DE-LIS que recuerdan el remoto origen de su familia, la de León XIII, que hacen referencia a la plata y el oro, metales preciosos.
*Héctor Benoit es profesor de filosofía en la Unicamp. Autor, entre otros libros, de Sócrates: el nacimiento de la razón negativa (Moderno).