por JOÃO LANARI BO*
Comentario al documental del artista y cineasta Steve McQueen
Ciudad ocupada Es uno de esos proyectos que plantea al espectador un desafío concreto: dura casi 4 horas y media, en una narrativa (la palabra es insuficiente) que no avanza ni retrocede, no sale de su lugar, pero está en constante movimiento. . Tiempo: una categoría que es simultáneamente (nuevamente) filosófica y material, histórica y física.
Basado en el libro Atlas de una ciudad ocupada, Ámsterdam 1940-1945, de la cineasta e historiadora Bianca Stigter (compañera del director), la película recupera la vida cotidiana en Ámsterdam bajo el dominio nazi, desde la invasión de 1940 hasta la liberación de 1945, y lo hace revisitando cientos de direcciones del presente del siglo XXI. siglo, refiriéndose al pasado con entradas secas y objetivas de tragedias que, por alguna razón, remiten a esos espacios.
Las imágenes contemporáneas –captadas en 35 mm, formato 4:3, proporción clásica del cine– configuran una estética cercana a los documentales urbanos de los años 20/30, poética y atenta a los detalles de la diversidad de la presencia humana. Los discursos evocan recuerdos de la brutal represión y de la deportación de poblaciones judías a campos de concentración, pero también evocan acciones valientes de la resistencia local, judía y no judía, así como traiciones de quienes no dudaron en sacrificar a sus allegados para la lucha por la supervivencia.
Estaba el poder opresivo de los ocupantes alemanes y también estaban los colaboracionistas, que incluso formaron un partido nazi holandés, el NSB. A finales de 1944, las cosas se pusieron difíciles: los alimentos y el combustible escasearon, las fuerzas aliadas se acercaron y los nazis adoptaron un comportamiento que alternaba entre el fanatismo y el pánico. El período pasó a ser conocido como “Invierno del Hambre”. Ciudad ocupada Desde esta perspectiva, es puro horror.
Steve McQueen ha dirigido una gran variedad de cortos, algunos asociados con instalaciones artísticas que realiza. Entró en el corriente principal de largometrajes con Hambre, en 2008, y alcanzó la cima de la actividad con el premiado 12 años de esclavitud, ganadora del Oscar en 2014 -en uno de esos años en los que la Academia optó por distinguir películas con contenido social y político-. Michael Fassbender, un excelente actor, participó en algunos de estos logros.
Steve McQueen tiene una carrera paralela como artista, igualmente (o más) intensa, centrada en la producción de instalaciones multimedia (palabra también insuficiente) ambiciosas y conceptualmente complejas, restringidas en circulación a museos, galerías e instituciones culturales de prestigio. Entre otros fundamentos, son, para decirlo simplemente, investigaciones sobre las posibilidades inherentes del soporte audiovisual –que funciona como material en sí mismo, una herramienta documental o un instrumento para contar historias. Viajar entre estos dos sistemas, el entretenimiento de masas (cine) y la especulación visual (arte), es tu drive. No es poca cosa.
Ciudad ocupada se encuentra en el cruce de estos dos mundos. Es una película que podría proyectarse en una exposición, en una o más pantallas, con espectadores yendo y viniendo, viendo uno o más fragmentos, como alguien que abre un diccionario y lee dos o tres entradas. Pero el cineasta (esta vez) optó por hacer del cine su localización, para generar una sensación de continuidad, de una única sesión, principio y fin (intervalo incluido). si esta en en streaming, el espectador puede pasar las 4 horas y media como quiera. Lo que importa, para disfrutar de este lenguaje, es la inmersión: la conjunción de imagen (presente) y texto (pasado).
El rodaje comenzó poco antes de la pandemia de Covid -que inevitablemente entró en juego- y duró dos años y algunos meses. La disonancia pasado/presente de Ciudad ocupada movimientos e impactos. Una escena muestra a una familia en su apartamento hoy, en momentos habituales de ocio o trabajo: la narradora, la joven Melanie Hyams, describe cómo ese apartamento perteneció a una familia judía deportada a un campo de concentración y asesinada.
En aquel entonces, una plaza de la ciudad, utilizada para ejecuciones de resistentes y manifestaciones fascistas, es ahora escenario de protestas en defensa del medio ambiente. Calles vacías, ceremonias relacionadas con el Holocausto, bodas por Zoom, protestas contra las vacunas y niños paseando en trineos por parques nevados coexisten con descripciones de atrocidades y muertes.
Para Walter Benjamin, “la historia es objeto de una construcción cuyo lugar no es el tiempo homogéneo y vacío, sino un tiempo saturado de ágoras”. La cotización se obtuvo con dos clics, uno más ahora. En la película de McQueen, la historia que se cuenta en la narración se repliega constantemente sobre sí misma, como si el pasado estuviera atrapado en algún lugar de este mundo etéreo que nos rodea.
*João Lanari Bo Es profesor de cine en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Brasilia (UnB). Autor, entre otros libros, de Cine para rusos, cine para soviéticos (Bazar del tiempo) [https://amzn.to/45rHa9F]
referencia
Ciudad ocupada
Estados Unidos, Inglaterra, Países Bajos, 2022, documental, 266 minutos.
Director: Steve McQueen.
Elenco: Melanie Hyams.
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