por LEANDRO GALASTRI*
El Estado colonialista y racista de Israel nunca podrá eliminar la resistencia y lucha del pueblo palestino por su soberanía y la defensa de sus tierras.
1.
El 7 de octubre de 2023, el grupo de resistencia islámica Hamás encabezó la reacción palestina más impresionante a la ocupación de sus tierras por parte de Israel desde la guerra árabe-israelí de 1967. Fue una respuesta a décadas de masacres periódicas y humillaciones diarias. La histórica acción militar de Hamás ha sacudido la comodidad y la seguridad del sionismo, que ahora, con el pretexto de luchar contra el grupo militar islámico, está promoviendo una de las acciones genocidas más brutales de la historia, cuyo objetivo es eliminar físicamente a todo un pueblo.
Las tierras palestinas comenzaron a ser invadidas sistemáticamente a principios del siglo XX bajo el patrocinio del movimiento sionista mundial, una élite de judíos fundamentalistas que, con el apoyo del imperialismo británico a principios del siglo XX, decidieron fundar un Estado en esa región, ignorando sumariamente la historia de la presencia de millones de palestinos.
El apoyo al imperialismo británico pasó a la historia con la infame Declaración Balfour, una carta del Secretario de Asuntos Exteriores británico Arthur James Balfour en 1917, dirigida al sionista más rico de la época, el barón Rothschild, en la que cedía a los colonos judíos europeos el derecho al robo de tierras palestinas, robo avalado y protegido por la corona británica. Desde entonces, ha habido una historia de masacres periódicas de la población palestina, primero por parte de colonos sionistas fundamentalistas, armados y entrenados por el propio imperialismo británico, y desde 1948 por el llamado “Estado de Israel”.
En noviembre de 1947, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la partición de Palestina. Se decidió que la región se dividiría entre un Estado judío con el 53% del territorio y un Estado palestino, con el 47% del territorio previamente controlado por el mandato británico. Los árabes no aceptaron esta decisión, pues suponía perder la mitad del territorio que les había pertenecido durante siglos.
Entonces se produjo la primera guerra árabe-israelí, con la victoria militar de Israel y la anexión final del 79% de todo el territorio previsto para la partición por la ONU. Tras la victoria, Israel expulsó a más de 700 mil palestinos de la zona que les había sido robada, dando lugar a lo que se conoció como nakba, o tragedia, en árabe. Además de los miles de personas muertas y heridas por esta masacre, esta población palestina perdió sus propiedades, sus ahorros y su nación, a la que nunca pudieron regresar.
2.
En la historia de las recurrentes masacres que el Ejército israelí lleva a cabo sobre la población palestina, la actual ha durado más de un año y tiene el objetivo declarado del exterminio completo del pueblo palestino. El hecho ya es considerado oficialmente genocidio por Sudáfrica y alrededor de 50 países en un caso que se está tramitando en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de la ONU, en La Haya, sin signos de desaceleración o resolución.
En cifras reconocidas internacionalmente, Israel ha matado a unas 50 personas, casi la mitad de ellas niños. Los propios medios proisraelíes estiman en alrededor de 186 muertes, contando las que se produjeron indirectamente y las que desaparecieron bajo los escombros. Israel ha lanzado hasta ahora 70 toneladas de bombas sobre Gaza, superando los bombardeos combinados de Dresde, Hamburgo y Londres durante la Segunda Guerra Mundial. Prácticamente toda la estructura de la franja de Gaza ha sido destruida.
La cobarde acusación de antisemitismo contra quienes se levantan en las protestas y en la lucha contra el genocida Estado de Israel –muchos de ellos judíos antisionistas, como es ampliamente conocido y demostrado en las redes sociales– busca explotar subrepticiamente la dolorosa memoria de los crímenes de la Alemania hitleriana, a que el sionismo pueda encarnar, sin restricciones, su propio deplorable ideal nazi de limpieza étnica, de exterminio de decenas de miles de civiles palestinos, de los cuales más de la mitad son mujeres, niños y personas mayores.
El Estado israelí, a su vez, busca unificar la opinión pública y el sentido común en su país a través de una campaña ideológica de racismo contra los palestinos y el proyecto colonial de limpieza étnica.
3.
La propuesta de formar dos Estados nunca fue tomada en serio por Israel, ni por Inglaterra –primer patrocinador del robo de tierras palestinas– ni por Estados Unidos. Los dirigentes sionistas siempre han trabajado para hacerlo inviable, nunca lo han aceptado ni lo aceptarán. La solución más realista y democrática posible es la construcción de un Estado palestino único y secular, donde árabes, judíos, cristianos y cualquier otra persona puedan vivir libres e iguales. ¡El Estado segregacionista de Israel no tiene el apoyo legal internacional para existir en los territorios ocupados!
El sionismo, sin embargo, como todo fundamentalismo racista, es cobarde... Paga y seguirá pagando el precio de tener que mantener a los usurpadores de tierras palestinas en alerta permanente y en constante temor de la lucha popular palestina... Déjenlos ser. miedo, porque los combatientes palestinos nunca renunciarán a su territorio, a su pueblo, a la memoria del sacrificio de sus hijos, a su cultura.
Por eso nos solidarizamos y nos unimos a todos aquellos que están del lado de la lucha del pueblo palestino, denunciando y combatiendo las mentiras y manipulaciones sórdidas de los medios imperialistas y sus lacayos nacionales; hablamos en defensa de los estudiantes de la Universidad de São Paulo procesados por antisemitismo por su cobarde rectoría, que prefiere dar prioridad servil al mantenimiento de las relaciones con la academia sionista; ¡Estamos junto a los profesionales de la prensa independiente que denuncian el holocausto palestino y, junto con la comunidad internacional antisionista y antifascista, exigimos un alto el fuego y la retirada inmediata del ejército de ocupación colonial del territorio legítimamente palestino!
El Estado colonialista y racista de Israel nunca podrá eliminar la resistencia y la lucha del pueblo palestino por su soberanía y la defensa de sus tierras. Por lo tanto, seguiremos declarando: ¡abajo el sionismo y su promotor directo, el imperialismo estadounidense! ¡Abajo el Estado colonialista y racista de Israel! ¡Viva Palestina y sus valientes combatientes! ¡No lo olvidaremos! ¡Sí, Palestina será libre, desde el río hasta el mar!
* Leandro Galastri es profesor de ciencia política en la Unesp-Marília. autor de Gramsci, marxismo y revisionismo (Autores asociados). [https://amzn.to/3LJq2VU]
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