por JOSÉ CASTILHO MARQUES NETO*
Para rescatar la infancia es necesario un esfuerzo público para combatir su mercantilización, combatiendo todas las formas de explotación de las vidas jóvenes.
La voz firme y emotiva de la escritora argentina María Teresa Andruetto, Premio Andersen 2012, resonó en el abarrotado auditorio del Casa América, en Madrid, al inicio de los trabajos de la sexta edición del seminario Leer Iberoamérica Lee celebrada el pasado 4 de junio y cuyo tema central fue Rescate Infantil (ver completo en: www.leeriberoamericalee.com ).
La autora, ensayista que trabaja con profundidad y aguda inteligencia los temas de la literatura infantil y la formación de lectoras y lectoras, inició su discurso impregnado de referencias literarias con la pregunta vital: “Rilke aconsejó al joven poeta que, cuando pensara Ya no podía escribir, volvió a su infancia. La infancia es el único país, como la primera lluvia, del que nunca nos secamos del todo, afirma Saer. ¿Pero de qué tipo de infancia estamos hablando?
Una pregunta más que pertinente en estos días. ¿Qué infancia o infancias puede construir el mundo de la hiperconectividad globalizada? Sigue siendo sostenible, dada la dura realidad cotidiana que muestra en línea ¿La masacre de niños en guerras genocidas y las continuas situaciones de desnutrición y muerte en territorios devastados por el hambre, la imagen única de una infancia feliz, homogéneamente despreocupada y sin los tormentos que aparentemente sólo afectan a los adultos?
Andruetto, a lo largo de los diecisiete puntos en los que teje su conferencia con líneas nítidas, conecta todas sus líneas con la palabra exclusión al que segregamos las infancias. Al recordar sus primeras lecturas de los cuentos de Andersen, ¿cómo El Patinho Feio, condensa, desde el texto literario, una idea central que el mundo se empeña en olvidar y que, al practicar el olvido, degrada al ser humano que inicia su proceso de construcción: “Me refiero a la exclusión, la expulsión que sufren sus personajes y la tremenda necesidad de inclusión que los habita, al encontrarse en absoluta soledad; gente abandonada que quiere unirse a la fiesta del mundo, aunque el mundo no les ofrezca precisamente una fiesta; Lo que subyace a estas y muchas otras historias es qué hacer para ser amado, cómo ser lo más parecido posible a los demás para no ser rechazado y, al mismo tiempo, cómo ser lo suficientemente especiales como para tener nuestra propia identidad”.
Invito a cualquier lector a escuchar la conferencia de Andruetto en la grabación disponible en YouTube y accesible a través del sitio web del seminario. Es magistral la construcción de los argumentos que nos llevan a un viaje entre la antigüedad y lo contemporáneo en un ida y vuelta literario que nos incita a razonar y vislumbrar los caminos que tomamos y el poder de las palabras y la literatura que también nos habitan en el universo infantil. .
No pude evitar reflexionar, como investigador de políticas públicas encaminadas a la formación de lectoras y lectoras, sobre el más que urgente tema de la niñez, desde la primera infancia, sobre los planes lectores que han buscado afirmarse en el mundo iberoamericano. región durante casi dos décadas. Ahora mismo, en Brasil, ha comenzado el proceso de construcción del nuevo PNLL decenal y me preocupa cómo abordaremos este tema y qué posibilidades reales tendremos de revolucionar las prácticas burocráticas que, en general, abordan este tema. asunto.
La poderosa presentación de Andruetto fue seguida por otros ponentes en el seminario, Leer Iberoamérica Lee con perspectivas fundamentales para que el derecho a la lectura y la formación de derechos ciudadanos plenos fueran, de hecho, practicados desde la primera infancia y durante toda la vida. El rescate de la infancia, tema central del evento, resultó ser también un rescate de los derechos humanos, el respeto a la diversidad, la aceptación de las diferencias y el diálogo franco que busca el entendimiento y la armonía entre los grupos.
Entiendo que la mejor manera de construir nuevas etapas de políticas públicas para afirmar la palabra como instrumento para una mejor comprensión de nosotros mismos y del mundo, con respeto a los demás y valorándonos como seres humanos, pasa definitivamente por programas y acciones continuas que comprendan al ser humano plenamente desde sus primeros días hasta el inevitable desenlace de la muerte. La vida humana, el camino humano, es una, y las políticas públicas de formación en lectura deben partir de este nivel, abarcándolo en su totalidad y ofreciendo programas de calidad en su totalidad.
Por tanto, hay que acabar con la poca atención que generalmente observamos en los programas de libros para niños y jóvenes, que no pueden ser depósitos de libros cualquiera, mal escritos, mal ilustrados, mal editados, que se encuentran como la mercancía despreciada en palets de unos pocos centavos.
Tampoco podemos permitir que los libros destinados a lectores de edades tempranas sean instrumentos de distorsión ideológica u otras perversidades, resultado de mentes enfermas y pseudorreligiosas, como el programa afortunadamente fallido lanzado por el MEC en la anterior administración presidencial de triste memoria, el infame "Dime", una mezcla de contrabando ideológico de la ultraderecha estadounidense con la mutilación literaria de clásicos de la literatura infantil. Recordando las críticas de la gran Marina Colasanti al desafortunado proyecto, bromeó: "¡Díselo a alguien más!"
Y si tenemos que ser rigurosos en los criterios y en la adquisición por parte de los programas públicos de libros y materiales literarios adecuados al respeto de los niños, facilitándoles el acceso a productos de calidad, es igualmente imperativo que cuidemos a los adultos que proporcionan la Mediación imprescindible para este público joven. Me refiero a la urgente necesidad de que planes y programas presten una atención rigurosa a la formación de profesionales que, a su vez, formen a niños y jóvenes.
Con el mismo respeto hacia ellos, en primer lugar, no se puede simplemente exigir que cumplan con sus deberes, como suele actuar el oportunismo político de base. Es necesario, en primer lugar, rescatar a los educadores, bibliotecarios, agentes culturales de los equipamientos públicos, entre otros profesionales que conviven con niños y jóvenes, la dignidad perdida con salarios degradantes, subcontratación y formación deficiente o insuficiente en procesos apresurados, burocráticos y anticuados. Reconocer debidamente y capacitar continuamente a estos profesionales con formadores altamente calificados es condición indispensable para el deber del Estado hacia los niños y jóvenes en el acto de formar lectores y lectoras en su derecho a la ciudadanía y a la inserción igualitaria en el mundo contemporáneo.
En otras palabras, para rescatar la infancia es necesario un esfuerzo público para combatir su mercantilización, combatir todas las formas de explotación de las vidas de los jóvenes. Desde las costumbres más degradantes, como las denunció la hablante colombiana de origen indígena, la escritora Estercília Pushaina, al describir las tradiciones de matrimonios entre viejos y adolescentes, hasta la edición y distribución de textos y libros de bajísima calidad literaria y editorial. .
Fue con satisfacción que conocí la resolución de la principal institución de cooperación internacional para el libro y la lectura que tenemos en Iberoamérica, CERLALC/Unesco, que en su agenda 2024/2025 titulada “Cerlalc: una agenda de equidad y justicia en la lectura y el libro” anuncia programas y acciones dirigidas a la primera infancia y jóvenes lectores. Es una decisión que deben seguir todos los países de la región que desarrollan planes nacionales de lectura y esperemos que así sea.
Los refranes populares nos recuerdan que sólo tenemos una vida y necesitamos vivirla intensamente. Lo que muchas veces la sabiduría popular no señala es que la vida comienza en la primera infancia y esta etapa tiene iguales derechos a la equidad, la justicia social y el respeto como ser humano. Es hora de que los muchos pasos civilizatorios que tenemos que dar sean para incorporar seriamente políticas públicas para niños y jóvenes y lo primero es escucharlos y respetar sus derechos.
*José Castilho Marqués Neto, Es profesor jubilado de filosofía de la FCL-Unesp. Fue presidente de la Editora Unesp y de la Biblioteca Mário de Andrade y secretario ejecutivo del PNLL (MinC y MEC). Autor, entre otros libros, de Soledad revolucionaria: Mário Pedrosa y los orígenes del trotskismo en Brasil (WMF). [https://amzn.to/3XNwXEi]
Publicado originalmente en el diario Sequía.
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