La habitación de al lado

Rodaje de “The Room Next Door” de Pedro Almodóvar con Julienne Moore y Tilda Swinton (Divulgación)
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por JOSÉ CASTILHO MARQUES NETO*

Consideraciones sobre la película dirigida por Pedro Almodóvar

“No tengo espacio en mi casa para maquillarme, no finjo en mi cara lo que no siento en mi corazón”
(Erasmo, El elogio de la locura, 1509).

1.

Hemos llegado al primer cuarto del anunciado siglo XXI, un marco temporal simbólico en el que mirar el mundo que nos rodea no sólo parece sensato, sino algo necesario para nuestra (supervivencia). Más que nuestras superaciones y afirmaciones personales y conquistas sociales cada vez más enrarecidas –y ambas deben celebrarse en esta fecha–, mirar al mundo de al lado en estos tiempos que solemos llamar “mundo loco”, donde todo es “loco”, es Es sobre todo la prudencia, la que nos hace mirar el presente mirando al pasado y visualizando el futuro.

Pero no nos basta con mirar, porque nuestros ojos están cansados ​​de tanto que vemos en la interconectividad de hiperimágenes controladas por Almizcles e Zuckerbergs Se utilizan de tal manera que corrompen la mirada crítica, desmovilizan las rebeliones y dominan cualquier reacción no bovina.

Pese a estar en una era de alta tecnología, todo este conjunto que define el mundo actual, que mezcla la normalización de las relaciones violentas en la vida cotidiana con la exaltación de lo peor de nosotros como espectáculo público y literatura autoritaria, encuentra similitudes en otros tiempos en los que la humanidad enfrenta en momentos de profunda transición. la exposición Figuras del Fou, en el Museo del Louvre, nos recuerda que antes de la concepción contemporánea de la locura como enfermedad mental, ésta se atribuía a quienes se rebelaban contra el mundo en el que vivían.

La última película estrenada de Pedro Almodóvar, La habitación de al lado, basado en el libro ¿A qué te enfrentas?, de Sigrid Núñez (Ed. Instante, 2021), y ganadora del León de Oro en el pasado Festival de Venecia, tiene como protagonista el mundo contemporáneo. Así lo leí, miré el mundo a través de él y lo comparto con ustedes.

2.

Los personajes de Julianne Moore y Tilda Swinton, sensibles intérpretes del drama que rodea la amistad visceral de dos mujeres, impregnada por la muerte de una de ellas por suicidio, se mezclan con una mirada hacia y hacia el planeta y a los seres humanos perdidos que lo habitan. momento muy triste.

Pedro Almodóvar termina en La habitación de al lado las inquietudes centrales de nuestro tiempo y componerlas como sólo el genio de un gran artista puede hacerlo: con gestos, discursos y toques sutiles y económicos, casi una estética inversa a la profusión y exuberancia de colores, discursos, gestos y toques de sus primeros películas y eso lo hizo único en el cine.

En medio de la agitación de las redes sociales; de la vana estridencia de entrenadores e , que nos inundan noticias falsas minuto a minuto; de las hipocresías centenarias de salvadores de almas disfrazados de curanderos y pastores; del fanatismo político y religioso que nos remonta a los inicios bárbaros de la humanidad; de una ultraderecha cada vez más cercana a los genocidios que alguna vez nos indignaron; la creciente barbarie de los crímenes de guerra que persisten en zonas de conflicto en todos los rincones de la tierra, ya sea como guerra regular o como exterminio diario de los pobres, las mujeres, los negros y las personas vulnerables; Pedro Almodóvar denuncia este mundo triste con la personalidad contundente de una mujer moribunda y libre, autónoma, consciente, activista por la paz como reportera de guerra, y dueña de su propio destino.

La actitud serena y a la vez desesperada de optar por el suicidio con la ayuda de su amiga para morir dignamente, como nos ofreció recientemente el gran poeta y ensayista Antonio Cícero, en similar reflexión, es el hilo conductor de una trama inteligente. y sensible que muestra el poder de un ser humano consciente de su humanidad y de sus límites. La periodista de guerra, personaje de Tilda Swinton, que está agonizando, expone toda la autonomía que como seres humanos estamos perdiendo, cuando renunciamos a ser conscientes y autónomos en nuestros pensamientos y acciones.

En la decisión de morir por un acto de voluntad propia y consciente, y no por los entresijos de sufrir un cáncer incurable, reafirma la laicidad del pensamiento, la pureza de ser quien puede ser por sí misma y, de manera sensible conexión de que somos seres gregarios y que entre nosotros deben existir otros solidarios, llama a la presencia de su amiga porque, aunque ella es consciente y firme en su propósito, necesita a alguien a su lado. “Tomarse de la mano”, un llamamiento tan presente en momentos de gran vulnerabilidad, aparece en la película en su momento más libre, el de la liberación del dolor y el logro de una muerte digna a través de una decisión razonada.

El personaje de Julianne Moore, creo que no por casualidad escritora, está llamada a acompañar a su amiga en su viaje, no como testigo u observadora, sino como presencia humana solidaria en el momento de afirmación de otro ser humano integral. Al superar sus miedos expresados ​​en su obra literaria y expresar una solidaridad profundamente humana con su amiga moribunda, el personaje de Moore experimenta algo que el mundo del neoliberalismo, la falsa moral y la religiosidad manipulada por el poder está matando: nuestra capacidad de ser empáticos, es decir, ponernos en el lugar del otro.

La película se desarrolla en una atmósfera de extraña y conmovedora delicadeza y no puedo dejar de pensar que tal vez se trate de una narración que los antiguos llamaban una “bofetada con guantes de seda”, en este caso en el rostro de todos los que vimos la película. El apocalipsis en la desesperación y la desesperación se construirá en nuestros patios traseros, en un mundo en completa desintegración, al igual que el cuerpo en descomposición del personaje terminal. Una vez más Pedro Almodóvar nos alerta en esta película lo que está en juego y cuán negligentes estamos siendo al no rebelarnos lo suficiente para rescatar la dignidad de la vida humana. Hay, según tengo entendido, siempre ha habido en su filmografía una radicalidad audaz pero verdadera, muy arraigada.

3.

También es imposible no notar las sutilezas de género que transmite la película. Los dos únicos personajes masculinos, aunque opuestos –uno es un intelectual, teórico y militante contra la destrucción climática y el otro es un policía fanático religioso, defensor de la moral de estos tiempos oscuros–, son el frágil eslabón que representa o el El desánimo de un mundo que ya está perdido. La actitud obtusa y fascista de dejarse guiar por bajos instintos y pensamientos dogmáticos repetitivos.

Son lo opuesto a los personajes femeninos, humanos en sus dudas y angustias, pero firmes en defender la vida y construir la posibilidad de salir de ella. En uno de los diálogos, el hombre le dice a su amigo solidario: Siempre te he admirado por tu capacidad de ser firme para afrontar los conflictos y armonizarlos. Esto dice mucho sobre la mirada femenina y me parece decir más que muchos tratados sobre el lugar central de la mujer en una sociedad contemporánea difícil.

Con el anuncio de tiempos quizás aún más difíciles para la humanidad, la continuación de guerras y nuevos fascismos, La habitación de al lado rescata la posibilidad de mirar con valentía y autonomía lo que somos y lo que queremos.

Quizás estemos a tiempo de iniciar, en este Año Nuevo, el movimiento de sacar los barcos a la deriva hacia la isla de la locura, mirando críticamente lo que escribió Sebastian Brant en su famoso texto. El barco de los locos, visión del mundo que vislumbró en 1494, tiempos de cambio como los nuestros: “El mundo permanece en profunda oscuridad y persiste, ciego, en el pecado. Las calles están llenas de locos. Realizan sus locuras por todos lados, pero no quieren que nadie lo diga. ¡Por eso estudié el proyecto de equiparles las naves de los locos! ….Es el Espejo de los Locos en el que todos pueden reconocerse. Cualquiera que mire de cerca comprenderá que sería un error considerarse un hombre sabio, porque verá su verdadero rostro”.

Que sepamos recuperar el timón de nuestras vidas colectivas. ¡Saludamos las buenas luchas del 2025!

*José Castilho Marqués Neto Es profesor jubilado de filosofía de la FCL-Unesp. Fue presidente de la Editora Unesp y de la Biblioteca Mário de Andrade y secretario ejecutivo del PNLL (MinC y MEC). Autor, entre otros libros, de Soledad revolucionaria: Mário Pedrosa y los orígenes del trotskismo en Brasil (WMF). [https://amzn.to/3XNwXEi]

Publicado originalmente en el diario Sequía.

referencia


La habitación de al lado (La Habitación del Lado).
Estados Unidos, España, 2024, 107 minutos.
Dirigida por: Pedro Almodóvar
Guión: Pedro Almodóvar y Sigrid Nunez Elenco: Julianne Moore y Tilda Swinton, John Turtur


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