por RICARDO ABRAMOVAY*
La Amazonía se hace más grande que Brasil en la lucha por el desarrollo
El papel que está jugando la Amazonía en la vida política nacional no tiene precedentes en la historia de la democracia brasileña. Es allí que el primero Plan de Recuperación Verde (PRV), una iniciativa del Consorcio de Gobernadores de la Amazonía, hoy presidida por el Gobernador Flavio Dino (PSB) y que representa el documento programático más importante para la solución de los problemas brasileños. El texto, elaborado bajo la competente coordinación de Laura Carvalho, economista de la FEA-USP, tiene dos virtudes fundamentales.
La primera es que logra aglutinar corrientes políticas diferentes -e incluso opuestas- en torno a un objetivo común. Es la demostración práctica de que la racionalidad, la información cualificada y la discusión de contenidos pueden ser más fuertes que la agresión, los estereotipos y los prejuicios cuyo éxito en la arena pública (y no sólo en Brasil) es cada vez mayor. Si en Brasilia el presidente de la República confirma su repulsivo estatus de paria mundial cuando recibe al líder del partido alemán vinculado al nazismo, en la Amazonía los nueve gobernadores se acreditan como actores internacionales relevantes al formular un Plan de Recuperación Verde. Es algo cuyo alcance va mucho más allá de una región, por importante que sea.
La segunda virtud es que el PRV reinserta a Brasil en el mundo. Pretende eliminar la deforestación en la Amazonía, cuyo progreso pone a Brasil a contrapelo del esfuerzo mundial contra la crisis climática. Para ello, es fundamental recuperar el valor del multilateralismo democrático que había dado como resultado el Fondo Amazonía, donde dos naciones democráticas (Noruega y Alemania) apoyan al país en base a resultados (y no a promesas) en la lucha contra la deforestación.
El plan rechaza la postura obscena -propia de la cultura miliciana- de chantaje contenida en la idea de que si no sale dinero del exterior, la deforestación seguirá. En su lugar, el PRV señala el hecho de que los servicios ecosistémicos que brinda el bosque a la humanidad pueden y deben ser remunerados con base en mecanismos acordados internacionalmente, por los gobiernos, el sector privado, las organizaciones de la sociedad civil y los pueblos del bosque. La ampliación de las áreas protegidas y su defensa frente a los ataques que ha sufrido el crimen organizado es parte decisiva de este primer objetivo de protección del bosque.
Además de ese objetivo, el plan tiene un conjunto de directrices para enfrentar una de las mayores paradojas brasileñas, que es que donde se encuentra la sociobiodiversidad más importante del país, también se encuentran sus peores indicadores sociales. Y este desafío solo puede ser superado con modelos de crecimiento económico y tecnologías que fortalezcan el vigor de la selva y los ríos de la Amazonía, pero que también estimulen el desarrollo sostenible de sus ciudades, donde vive la mayor parte de sus 30 millones de habitantes.
Por supuesto, como está sucediendo en todo el mundo, esto requerirá discutir la naturaleza de la infraestructura necesaria para el desarrollo de la Amazonía. Contemplar las necesidades de las poblaciones de la Amazonía en términos de salud, educación, vivienda, movilidad, energía y, sobre todo, una conexión de calidad a Internet, en las ciudades y en las zonas rurales, es determinante para detener la destrucción actual. En lugar de costosas hidroeléctricas ineficientes y fuentes de corrupción, caminos que se convierten en vectores de deforestación y minería ilegal y contaminante, la Amazonía necesita innovaciones tecnológicas capaces de promover el bienestar de sus poblaciones forestales, rurales y urbanas.
Pero además del PRV, también es en torno a la Amazonía que doscientos científicos de inmenso prestigio internacional se reunieron virtualmente, durante dieciocho meses, elaborando un diagnóstico y un conjunto de propuestas encaminadas a “salvar el amazonas“. La iniciativa, liderada por el economista estadounidense Jeffrey Sachs, por el climatólogo brasileño Carlos Nobre y por la bióloga ecuatoriana Andrea Encalada, dio como resultado un denso informe, lanzado a consulta pública el pasado 14 de julio con la presencia de Juan Manuel Santos, ex presidente de Colombia.
Ninguna región del mundo ha recibido nunca tanta atención por parte de la comunidad científica, y como señaló Jeffrey Sachs Durante su lanzamiento, ya están en marcha las negociaciones para que el modelo del Panel Científico de la Amazonía sea replicado para los otros dos grandes bosques tropicales del planeta: Indonesia y la Cuenca del Congo. En este momento, los 33 capítulos del Panel aún están en inglés, pero dentro de unos días los textos (y sus resúmenes ejecutivos) estarán disponibles en portugués y español. El documento, después de esta consulta pública, se lanzará en la Conferencia sobre el Clima de Glasgow en noviembre de este año.
Además de estas poderosas movilizaciones políticas y científicas, es en la Amazonía donde se reúne, desde principios de 2020, un importante y diverso grupo de empresarios, activistas, representantes de los pueblos del bosque, científicos y líderes políticos. Concierto por la Amazonía. De estas discusiones surgieron documentos sobre diferentes temas relacionados con el desarrollo de la Amazonía, publicados periódicamente por Revista Página 22, abierto a consulta pública.
El Plan de Recuperación Verde, el informe del Panel Científico para la Amazonía, las discusiones y los textos de la Concertación muestran que la Amazonía se ha vuelto más grande que Brasil en un sentido que no es solo geográfico. Es de allí que emerge una reflexión colectiva y diversificada sobre el desafío más importante que enfrenta el país y quizás el continente: cómo hacer de nuestra biodiversidad el vector fundamental para nuestra inserción a la vanguardia de la innovación científica y tecnológica mundial y, al mismo tiempo, tiempo, en factor decisivo en la lucha contra la pobreza y las desigualdades?
*Ricardo Abramovay es profesor titular del Instituto de Energía y Medio Ambiente de la USP. Autor, entre otros libros, de Amazonía: hacia una economía basada en el conocimiento de la naturaleza (Elefante/Tercera Vía).