por CARLOS TAUTZ*
Celso Pastore y 1964: el año que insiste en no terminar
La larga entrevista de Sergio Moro con Pedro Bial el 16 de noviembre ya revela a quiénes apoyará el todavía poderoso Grupo Globo en la campaña por la Presidencia de la República en 2022. A través del Programa Entrevista Con Bial, el Globo presentó Moro, tercero en las encuestas de intención de voto para presidente, con enorme exposición pública. En los largos minutos en los que expuso sus gélidos rasgos en la pantalla, el ex juez repitió su único mantra: la lucha contra la corrupción.
Sobre la economía, la pandemia, el hambre y el paro -pautas que deben impregnar cualquier manifestación de todo candidato-, Moro y su clara incapacidad cognitiva repetían tópicos, usaban frases hechas y solo pretendían decir lo que ya sabe el sentido común. Jugado en el auge, por no decir tonterías.
Hasta ese momento, no había sido realizado por TV u otros vehículos de la Grupo Globo una sola mención de la gira política de Lula en Europa -a pesar de que el PT, en primer lugar en las mismas encuestas de intención de voto, fue recibido como Jefe de Estado por el presidente francés Emmanuel Macron, aplaudido de pie en el Parlamento Europeo y elogiado por Olaf Scholz, quien se espera que sea el próximo canciller de Alemania.
O National Journal, el producto televisivo del grupo, que continúa siendo una de las principales fuentes de información para la clase media brasileña, sólo mencionó el viaje de Lula, por primera vez, en su cuarta edición (17). Y, aun así, no registrar los puntos que anotó Lula en Europa.
Según protocolo, JN demostró que, ese mismo día, el ocupante del Palácio do Planalto, Jair Bolsonaro, había viajado en una motocicleta proporcionada por el emir de Qatar, en otro de sus inútiles y altamente sospechosos viajes oficiales a Medio Oriente. Este.
El mero enfrentamiento de uno y otro viaje de los candidatos prueba la pequeñez moral y política que es Bolsonaro.
lo que movió la Globo inhabilitar al ocupante del Palacio del Planalto. Con sangre en los ojos contra Bolsonaro, que siempre lo amenaza con no renovar la concesión y le niega la publicidad que brota en la RecordGlobo comparó la mediocridad galopante del miliciano genocida con la gira de estadista que hace Lula por Europa.
Entonces, para lograr su objetivo, el Globo tampoco se molestó en reconocer el avance de Lula, que el locutor persigue políticamente desde hace décadas y a cuyo arresto político en 2018 contribuyó mucho.
El puesto de Ypiranga de Moro
En una entrevista con un Bial profundamente emocionado, quien coincidió con cada balbuceo de Moro, el exministro de Justicia reveló quién será su principal asesor económico en caso de ganar las elecciones del próximo año.
Moro imitó a Bolsonaro, quien una vez admitió no entender nada de nada y que haría del inepto Paulo Guedes (el de las cuentas millonarias en paraísos fiscales) su ministro y gurú económico.
Sí, Moro adoptó implícitamente la línea de nada con nada inaugurada por Bolsonaro. Le reveló a Bial que su Puesto en Ypiranga sería Afonso Celso Pastore, un burócrata con muchos servicios prestados a la dictadura empresarial y militar de 1964, asesoría a grupos empresariales brasileños y participación activa en los aparatos privados de hegemonía (APH) con sede en EE.UU.
(Nota de página intermedia: APH es un concepto desarrollado por el filósofo italiano Antonio Gramsci para definir asociaciones de individuos o grupos sociales organizados para difundir en la sociedad y desarrollar y operar en el Estado conceptos, políticas y acciones que apuntan a reforzar permanentemente los valores de clase de la sociedad a los que pertenecen estos individuos o grupos).
Ahora bien, esta resurrección de Pastore tiene fuertes significados.
Prueba que las ideas reaccionarias de 1964 y las estructuras que las hicieron posibles siguen vivas. Son los mismos que produjeron un golpe de estado hace 57 años liderado por empresarios y militares respaldados por Estados Unidos.
Pero la elección del viejo economista también da muestras de cómo la extrema derecha en Brasil proyecta su estrategia futura. Bolsonaro y su sometimiento abyecto a EE.UU. y Moro y sus lazos secretos con el Departamento de Justicia son una especie de herederos de la visión según la cual Brasil debe alinearse y someterse a la geopolítica de Washington.
Por eso es importante revelar la trayectoria política de Pastore, conocer sus conexiones orgánicas y descubrir la línea política que emplea en su obra.
A continuación, recupero la línea histórica de algunas posiciones y vínculos de Pastore, desde que comenzó a vincularse con la estructura del Estado en Brasil.
Los datos brutos a continuación son de la entrada de PASTORE, Afonso Celso, en el Centro de Investigación y Documentación de Historia Contemporánea de Brasil (CPDOC), en la Fundación Getúlio Vargas (FGV).
Los comentarios complementarios hay que atribuirlos a la falta de paciencia con que el autor de este texto trata a los acólitos y esbirros del 64.
Pastore, una cronología selectiva (como Lava Jato)
La saga de entregas de Pastore comenzó en 1966, dos años después del golpe, cuando pasó a asesorar al entonces secretario de Hacienda del Estado de São Paulo, Delfim Neto. Junto con Roberto Campos, Delfim fue el ícono neoliberal de la dictadura y, en su perdurable y versátil capacidad, extendió su capacidad de hacer sugerencias sobre la economía a los gobiernos del PT en el siglo XXI.
En el 67, Pastore fue con Delfim al Ministerio de Hacienda y allí integró el Comité Interamericano de la Alianza para el Progreso. La Alianza fue una estrategia del entonces presidente estadounidense John Kennedy para frenar el avance de las ideas socialistas en América Latina (en otras palabras: apoyo político y militar a las dictaduras de la época).
Entre 73 y 76, Pastore sirvió en la Oficina Nacional de Investigaciones Económicas, una APH que promovía la política pública liberal.
De 74 a 76, por invitación de la USAID (la notoria agencia estadounidense de imposición de políticas públicas pro-EE.UU.), asesoró a la dictadura uruguaya. En 75 y 76, Pastore fue síndico del Instituto Internacional de Investigaciones, otra APH, y en 77 trabajó como consultor del Comité Empresarial Brasil-Estados Unidos, que abre espacio para grandes grupos económicos estadounidenses en Brasil.
En 79, Pastore fue secretario del Tesoro del gobernador notoriamente corrupto José Maria Marin, el mismo hombre que, ahora en el siglo XXI, fue presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) y que ahora está en prisión en Estados Unidos por corrupción.
De 83 a 85 (durante el gobierno del dictador general Figueiredo, último del largo ciclo de 64), Pastore presidió el Banco Central para cumplir una misión muy especial: adecuar la política monetaria a las exigencias del Fondo Monetario Internacional. (FMI) y, en 84, renegoció la deuda externa, que nunca fue auditada.
En 99, pasó a formar parte del Consejo de Administración del Grupo Gerdau –quizás el más orgánico entre los grandes grupos económicos de Brasil– y desde 2006 asesora a grupos económicos privados a través de la consultora AC Pastore & Associados.
Y aquí estamos todos en 1964: el año que se niega a terminar.
*Carlos Tauz es jperiodista y doctoranda en historia contemporánea en la Universidad Federal Fluminense (UFF).