por COCINERO JONATHAN*
Israel ya está utilizando los precedentes que creó en Gaza y la erosión de principios establecidos desde hace mucho tiempo del derecho internacional como modelo para Cisjordania.
No hace falta ser adivino para entender que el plan de juego de Israel y Estados Unidos para Gaza es más o menos así:
En público, Joe Biden se muestra “duro” con Benjamin Netanyahu, instándolo a no “invadir” Rafah y presionándolo para que permita más “ayuda humanitaria” a Gaza.
Pero la Casa Blanca ya está sentando las bases para subvertir su propio mensaje. Insiste en que Israel ofreció un acuerdo “extraordinariamente generoso” a Hamás; un acuerdo, sugiere Washington, que equivale a un alto el fuego. No es lo que ocurre. Según todos los indicios, lo mejor que ofreció Israel fue un imponderable “período de calma sostenida”. E incluso esa promesa no es confiable.
Si Hamás acepta el “acuerdo” y acepta devolver a algunos de los rehenes, los bombardeos disminuirán durante un breve período, pero la hambruna se intensificará, justificada por la determinación de Israel de lograr una “victoria total” contra Hamás, algo que es imposible de lograr. alcanzar. Esto simplemente retrasará, en cuestión de días o semanas, el paso de Israel al siguiente paso.
Si, como parece más probable, Hamás rechaza el “acuerdo”, será retratado como el partido intransigente y acusado de intentar continuar la “guerra”. (Nota: Esto nunca fue una guerra. O, en otras palabras, ¿cómo pretendería Occidente que un conflicto en un territorio ocupado durante décadas fuera una guerra? O incluso si fue Hamás quien “inició la guerra” con su ataque en octubre 7, cuando Israel, por su parte, bloquea el enclave, creando allí una desesperación y un hambre crecientes a lo largo de 17 años?)
El Secretario de Estado de Estados Unidos, Anthony Blinken, adelantó esta hoja de ruta, afirmando que Hamás era “lo único que se interponía entre el pueblo de Gaza y un alto el fuego… Tienen que decidir y tienen que decidir rápidamente”.
A continuación, Estados Unidos anunciará que Israel ha elaborado un plan humanitario que cumple las condiciones establecidas por Joe Biden para el inicio de un ataque a Rafah.
Esto dará a Estados Unidos, Europa y la región el pretexto para dar marcha atrás, mientras Israel lanza el ataque tan esperado, un ataque que Joe Biden afirmó anteriormente sería una “línea roja” y provocaría víctimas civiles en masa. Todo esto quedará en el olvido.
Según lo informado por Ojo de Medio Oriente, Israel está construyendo un círculo de puestos de control alrededor de Rafah. Benjamin Netanyahu sugerirá falsamente que se aseguren de que su ataque cumpla con las condiciones establecidas en el derecho internacional humanitario. A las mujeres y a los niños se les permitirá salir, si pueden llegar a un puesto de control antes de que los bombardeos masivos de Israel los maten en el camino.
Todos los hombres de Rafah, y todas las mujeres y niños que queden, serán tratados como combatientes armados. Si no mueren a causa de los bombardeos o la caída de escombros, serán ejecutados sumariamente o arrastrados a las cámaras de tortura de Israel. Nadie mencionará que los combatientes de Hamás que estaban en Rafah ya han logrado salir a través de los túneles.
Rafah será destruida, dejando toda la Franja de Gaza en ruinas, y la hambruna inducida por Israel empeorará. Occidente se lavará las manos, dirá que fue Hamás quien trajo esto a Gaza y debatirá qué hacer, para finalmente presionar a terceros países –especialmente a los países árabes– para que adopten un “plan humanitario” que reubique a los supervivientes fuera de Gaza.
Los medios de comunicación occidentales seguirán describiendo el genocidio de Israel en Gaza en términos puramente humanitarios, como si este “desastre” fuera un acto de Dios.
Bajo la presión de Estados Unidos, la Corte Internacional de Justicia, o Tribunal de La Haya, no tendrá prisa por emitir un fallo definitivo sobre si el argumento de Sudáfrica de que Israel está cometiendo genocidio, que anteriormente había considerado "plausible", se mantiene o no. probado.
Cualquiera que sea la decisión que decida el Tribunal de La Haya –y es casi imposible imaginar que no dictamine que Israel cometió genocidio– será demasiado tarde. La clase política y mediática occidental habrá seguido adelante, dejando a los historiadores decidir qué significó todo esto.
Sin embargo, Israel ya está utilizando los precedentes que creó en Gaza y la erosión de principios establecidos desde hace mucho tiempo del derecho internacional como modelo para Cisjordania. Al afirmar que Hamás no ha sido completamente derrotado en Gaza, pero que está utilizando este otro enclave palestino como base, Israel intensificará gradualmente la presión sobre Cisjordania con otro bloqueo. Enjuague y repita.
Ese es el plan probable. Nuestro trabajo es hacer todo lo que esté a nuestro alcance para evitar que esto se convierta en realidad.
*Jonathan cocinero es periodista y escritor. Autor, entre otros libros, de Palestina en desaparición. Los experimentos de Israel en la desesperación humana (Libros Zed).
Traducción: Ricardo Cavalcanti-Schiel.
Publicado originalmente en la página del autor [Substack].
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