El partido del orden

Imagen: Hamilton Grimaldi
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por MARÍA LUCÍA CACCIOLA*

El diablo siempre cita las Escrituras en su propio nombre

Este texto es un breve comentario al artículo del jurista Miguel Reale Jr. que salió en la edición del sábado 06 de febrero del Jornal El Estado de São Paulo, titulado: “La historia se repite como una farsa”.

Es una justa defensa de la libertad de prensa en Brasil hoy, citando a reconocidos periodistas, entre ellos Helio Schwartsmann y Ruy Castro. En esta defensa, el autor recuerda los hechos de la dictadura y el decreto ley que establece la censura del ministro Alfredo Buzaid, jurista y profesor de la Facultad de Derecho de la USP, quien también escribió AI-5, que impone definitivamente la censura en los medios.

Recuerda que “en 2018 ya advirtió del peligro de la dictadura con Bolsonaro”, diciendo que “el actual ministro de Justicia revive a Armando Falcão, al aplicar la ley de Seguridad Nacional”, aún vigente, a los periodistas. Así habla de los excesos actuales contra la prensa, recordando precisamente a los personajes de la dictadura, Buzaid y Falcão.

Pero el jurista autor del artículo, si bien tenía mucha razón, parece haber olvidado que fue uno de los responsables como articulador y editor allá por 2015, 2016 junto a Janaina Pascoal y Helio Bicudo, del juicio político al entonces La presidenta Dilma quien, presumiblemente, lo dio por sentado. Y, cuya elección, como dice un dirigente de su partido, no fue legítima. Legítimo sí, según un comunicado en los medios, era para FHC el de Bolsonaro que, por tanto, no sería merecedor de un juicio político.

Utilizando como instrumento la ética consecuencialista, citada por el periodista Hélio Schwartzmann, y mencionada por el columnista, podríamos decir que el Sr. Reale, también fue en parte responsable de tener en el poder a un Napoleón enano, “un rey del Lupensinato”, como dice Karl Marx, el autor citado por el propio Reale, en el libro El 18 Brumario de Luis Bonaparte.

De hecho, la historia se repite, como decía Hegel, pero él, según Marx, se olvidó de añadir que si la primera vez es como una tragedia, la segunda es como una farsa. Pero basta la evidencia, sin recurrir a la ética consecuencialista, de que el hecho de, recurriendo a Marx, sacar a la luz a Buzaid y Falcão para explicar el presente, evidencia el desconocimiento de sí mismo y de las posiciones asumidas por quienes citan el Reconstitución valiente Relato histórico de Marx sobre los peligros y la realización del totalitarismo en Francia, después de un período de democracia electiva.

Marx no se detiene en la pobre figura de Napoleón III y sus ministros títeres, sino que examina toda la estructura partidaria del momento. Algo que ni siquiera recuerda el columnista que pasa por alto el papel de su partido, que incluso nos recuerda al llamado partido del Orden, apoyando al pequeño Napoleón. El partido del Orden que jugó un papel importante en la Asamblea francesa pero que, por su desacertada actuación, acabó provocando la implosión de la propia Asamblea, una especie de autodisolución, y el reinado definitivo de Napoleón III con el golpe de diciembre. 2, 1852. La farsa continuará por mucho tiempo. ¿Está montado el simulacro de dictadura?

*María Lucía Cacciola es profesor jubilado y titular del Departamento de Filosofía de la USP. Autor, entre otros libros, de Schopenhauer y la cuestión del dogmatismo (Edusp).

 

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