El neourbanismo de Porto Alegre

Imagen: Platón Terentev
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por LUIZ MARQUÉS*

El neourbanismo pisotea los planes maestros. Ordenar a quien puede, obedecer a quien se compromete o se corrompe

Parafraseando a Roland Barthes, el neoliberalismo acelera la espiral de “descomposición” de las estructuras convencionales. Las representaciones institucionales se disuelven en el aire. Las imágenes sufren una tremenda erosión. No es que las autoridades oficiales y las empresas inmobiliarias que aspiran a la modernización sean conscientes de la importancia de sus intervenciones. La propia dinámica del capitalismo genera una desfiguración del paisaje para potenciar la acumulación, a expensas de la sociabilidad. El neourbanismo pisotea los planes maestros. Quienes pueden mandar, obedecen a quienes se comprometen o se corrompen.

Condenados a la privatización de su existencia, los pueblos se sumergen en el apoliticismo e ignoran las narrativas ideológicas que compiten por la opinión pública. El terreno se vuelve entonces fértil para la predicación antipolítica y la visión del mundo del hiperindividualismo, que reitera el fatalismo de Margaret Thatcher: “No hay alternativa”. La destrucción de los valores básicos de Occidente (libertad, igualdad, fraternidad) es la contrapartida que exige la economía de la destrucción. El interés general deja paso a los intereses particulares. El gran capital está en contradicción con el espíritu republicano.

Se entiende que los trabajadores que son sobreexplotados en las plataformas de aplicaciones (Uber, iFood) desarrollan la percepción de la “guerra de todos contra todos”, en la que el hombre hecho a sí mismo. El hombre que se las arregla solo sin ayuda del gobierno se hace eco de las condiciones materiales de quienes se encuentran en la precaria informalidad. La falta de experiencia sindical y de participación en movimientos políticos impide generar conciencia para identificar a los responsables de la necropolítica. La extrema derecha utiliza la alienación para ocultar a los autores del drama y demonizar a las fuerzas progresistas.

La escasez de oportunidades se vuelve a favor de quienes se jactan de ser “ganadores” gracias al esfuerzo individual. La teología de la prosperidad de los evangélicos carismáticos de la periferia elogia la falsa meritocracia. Las castas que parasitan el aparato del Estado con prebendas ilegítimas e inmorales dan crédito a la pantomima. Con lo cual avalan la coartada que necesitan las “élites” para justificar la statu quo. Para los “perdedores” existe la exclusión del derecho a tener derechos, ya que no los merecen. La impresión es que la cuadratura del círculo se resuelve mediante la “tiranía del mérito”, en expresión de Michael J. Sandel. El cinismo y la hipocresía son inherentes a la dialéctica de la dominación.

Sin la disminución de la autoestima del pueblo, despojado de su identidad de ciudadanía activa, la desobediencia civil se enfrentaría a la sumisión. Los conservadores no se preguntan sobre los factores que constituyen la apatía. Al cuestionarlos, llegarían a la conclusión de que el desinterés por las ideologías y la política abstractas es deliberado por los poderes podridos, con técnicas semióticas para reformatear deseos y mentes, ahora con la ayuda de algoritmos de inteligencia artificial. Grandes tecnologías.

La invasión de la privacidad de los usuarios de Internet se disfraza con una prestación de servicios imaginaria. Así, los tentáculos postindustriales estudiados por Byung-Chul Han en el ensayo evolucionan Infocracia: digitalización y crisis de la democracia. Para contener su avance es necesario el “coraje de la verdad” (parresia) de modo que la libertad de expresión implica el compromiso de decir lo que realmente se supone cierto (isegoría), y está prohibido revelar noticias falsas para engañar a la audiencia.

Ni siquiera el poder indirecto de los votantes sobre los representantes sigue vigente hoy. La racionalidad de votar no existe, dada la interferencia de la riqueza y los medios corporativos en el curso de las elecciones para expandir el campo político dominante. El significado de votar para elegir y controlar a los representantes es una ilusión.

Más bien, la intención de las masas es defraudada por la propaganda diaria en beneficio de las finanzas; durante, por la desigualdad de ingresos para promover candidaturas; y luego, por modo de andar de la actividad legislativa y/o ejecutiva protegida en secreto. Las enmiendas secretas en el Congreso Nacional son el resultado del marco político, y no una distorsión sistémica. Las autoridades ungidas en las urnas tienen el monopolio de la deliberación después de cada elección.

La cuestión leniniana

El sistema tiene sus propias leyes, como una máquina autónoma que nunca deja de tomar decisiones. La creencia en la estabilidad, a través de la suspensión del intervencionismo estatal, conduce a una demolición de los paradigmas que forman el consenso civilizador. El ascenso de la hegemonía neoliberal y su correlato en la economía, la liberalismo, conducirá a la naturalización del “fascismo urbano”. Los edificios verticales crean ruinas que dan testimonio de la fantasía del futuro. A los individuos les queda encontrar satisfacción en los grupos primarios, donde subliman su vida privada con el afecto de la familia y las amistades, para contrarrestar las bajas tasas de sindicalización y participación de los partidos políticos.

En Rio Grande do Sul, el gobernador Eduardo Leite cuenta con el apoyo del PSDB, MDB, PDT, PP, PSB, PSD, PTB, Podemos y União Brasil. Privatista, aprovecha las oportunidades para traspasar bienes públicos, según el léxico de la avaricia inmobiliaria. Ejemplo: venta a la empresa constructora melnik el Gimnasio de la Brigada Militar y la Escuela de Bomberos en una hermosa esquina de Porto Alegre.

El complejo abarca las avenidas Ipiranga, Silva Só y Rua Felipe de Oliveira. La previsión es para un club-condominio de lujo, con infraestructura de ocio, gimnasio, operación residencial-hotelera, centro comercial e salón en la azotea – Un salón en la terraza con vistas panorámicas de 360°. El impacto socioambiental trasciende los cálculos de la empresa, que pagó una ganga por una enorme finca en una zona privilegiada y concurrida de la ciudad. Gran negocio para inversores.

El alcalde Sebastião Melo suma MDB, PL, PP, PSD, PRD, Republicanos, Podemos, Solidariedade. Negacionista, descuidó los diques, las casas de bombas y las compuertas del Muro de Mauá para proteger contra las inundaciones; y como era de esperarse, se arrodilló ante el neourbanismo de melnik. Autorizó la construcción de una torre imponente y de mal gusto en la calle Duque de Caxias, que daría sombra al Museo Júlio de Castilhos, la Catedral Metropolitana, el Palacio Piratini y una parte de la Praça da Matriz.

Hay un simbolismo en la configuración que, en la vía que rinde homenaje al Patrón del Ejército, implanta la ira de la megaconstructora arriba: (i) la casa donde hizo el fundador de la moderna administración del estado de Río Grande Sul vivió; (ii) el templo católico de la unidad federativa; (iii) la sede central del gobierno estatal y; (iv) el lugar público en el centro geodésico del Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial. El financiero arrogante pisotea espacios icónicos de la historia, la religión, la política y la República. Nada es sagrado.

Quienes en los últimos cuatro años han regresado a la tradición positivista en el sentido de “administradores de las cosas”, en lugar de personas, por extensión deshumanizan el concepto de progreso dándole un carácter meramente marketing, centrado en el signo del dólar en lugar del bien. -ser de personas. En Londres, hace cincuenta años el 60% de las viviendas tenían valor de uso social; hoy menos del 20%. La financiarización impone la dictadura del valor de cambio. La vivienda entra en el círculo especulativo. En una prueba de resiliencia, Barcelona acaba de cancelar 10 licencias del modelo de alquiler de corta duración, denominado Airbnb, lo que infló el coste de los alquileres para los habitantes nativos.

“Las ciudades ya no están diseñadas para vivir, sino para especular y lucrar”, señala David Harvey, en Podcast transformado en el libro Crónicas anticapitalistas: Una guía para la lucha de clases en el siglo XXI.. El objetivo estratégico es el control público “tanto de la producción como de la distribución de excedentes”. Los intelectuales orgánicos, que amplifican la voz de los subordinados, tienen mucho que ayudar a la sociedad organizada a responder la pregunta de Lenin sobre "¿qué hacer?". La respuesta no está en el libre mercado, que es la causa del caos y la gentrificación. Se trata de empoderamiento popular.

“Quiero gobernar con ustedes”, finge el alcalde Bolsonaro al conquistar la reelección en la cuna del Foro Social Mundial. Pero lo que ofrece es demagogia. Si gobernara con el pueblo, devolvería la competencia sobre la aplicación de los recursos municipales al Presupuesto Participativo, y se alejaría de los buitres que devoran el cadáver de Porto Alegre. Si me gustara trabajar no privatizaría la galardonada Companhia Carris y parte del Parque Harmonia. Si aceptáramos el conocimiento y la ciencia, denunciaríamos la pandemia y el negacionismo climático. Si yo fuera demócrata, les negaría la mano a los fascistas. - ¡Afuera!

* Luis Marqués es profesor de ciencia política en la UFRGS. Fue secretario de Estado de Cultura de Rio Grande do Sul durante el gobierno de Olívio Dutra.


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