por JULIÁN RODRIGUES*
Malas noticias: el diario casi sesquicentenario de São Paulo (y el mejor diario brasileño) está decayendo rápidamente
1.
Lectores ocasionales, habituales o nuevos: asistimos ahora, en tiempo real, a otro triste signo del apocalipsis inexorable. El fin del mundo parece estar cada día más cerca. Nuestro Estadão, el mejor y más tradicional periódico brasileño pronto desaparecerá. Su versión impresa, alguna vez robusta y exuberante, se convirtió en un trapo tímido y sórdido.
Calma. No me canceles. Explicarme. Nosotros, mitad intelectuales, mitad progresistas, estamos acostumbrados a leer Folha de S. Pablo. Al fin y al cabo, el diario de la familia Frías apoyó a “Diretas Já” y a “Fora Collor”.
Más moderno, más plural, más fácil de leer, el Folha de S. Pablo Tuvo el mérito de publicar a los escritores e intelectuales brasileños más relevantes de las últimas décadas. Florestan Fernandes, Carlos Heitor Cony, Otto Lara Resende, Antônio Callado, Jânio de Freitas, José Serra, Luis Nassif, Marcelo Coelho, Clóvis Rossi, Paulo Francis, Contardo Calligaris, Nelson de Sá, Maria da Conceição Tavares, Delfim Netto, Fernando Henrique Cardoso, Gerald Thomas y caterva pasó por el periódico Frías.
El pernostic Otavinho hizo historia al comandar, desde mediados de los años 1980, el audaz “proyecto Folha” que cambió para siempre la faz de los medios impresos aquí. Prometo escribir sobre Folha de S. Pablo en otra oportunidad.
Me llevó mucho tiempo entender por qué Estadão es, o era, mucho mejor que el Folha. La Folha de S. PabloDespués de todo, aparentemente es más genial, más colorido, más fácil de leer y más moderno.
O Estadão Siempre fue sombrío, pesado, malo de leer. Orgulloso de oler a moho, celoso de sus textos gigantes y editoriales parnasianos. Resulta que el Estadão y sincero. Transparente, nunca ocultó sus compromisos de clase. Nunca te metiste con nadie.
A Folha de S. Pablo es cínico, aspirante, oportunista, nihilista, hipócrita y se enorgullece de ser malo. Engañó a izquierdistas incautos durante años. Estadão Su contenido. Folha es forma y pretensión. Estadão es coherencia, Folha Es oportunismo. Sería contradictorio para algunos decir esto. Creo que hoy en día es algo obvio y evidente.
2.
Tuvo un profundo impacto en mí tener la edición del Estadão de catorce de junio del año de gracia dos mil veinticuatro. ¡Sí! Todavía hay algunas personas exóticas que no sólo prefieren leer cualquier cosa en papel, sino que también insisten en comprar periódicos impresos en los (pronto extintos) quioscos callejeros.
Nueves aparte de las quejas llorosas propias de los viejos y mocosos (de hecho, los que aún conocen las tablas de multiplicar, la prueba real y la prueba del nueve), os lo declaro. Y esto es ciencia pura, lo prometo. Leer en papel y leer un periódico impreso es cualitativamente superior a leer en un teléfono celular. ¿Duda? Pregúntele al brasileño, miembro del PT y científico más grande del mundo, el nativo de Palmeiras –nadie es perfecto–, el amigable y comprometido neurocientífico Miguel Nicolelis.
Sin entrar en el debate sobre cambios tecnológicos, modelos de negocio, tasas de ganancia, modernización de medios, etc. Y así sucesivamente, sólo quería dejar constancia brevemente de una advertencia. Un grito. Un gemido. Un llanto. Una lágrima.
Leer libros y periódicos impresos. Sal de las pantallas. Haz matemáticas en tu cabeza. Escribe en papel. Vuelva a aprender ortografía, sintaxis y geografía. Memoriza fechas, mapas, fórmulas. Olvídate de todo lo que te dijeron en los últimos 30 años. No se trata de “decorar” cosas artificialmente. Se trata de saber. Memoriza todo de nuevo.
El fin del estado sustantivo, masculino—No es algo progresista. Todo lo contrario. Créeme. No hay nada alentador en esta noticia.
Termino con un viejo rexitegui, lo sé: #judgemme.
* Julián Rodrigues, Periodista y docente, es activista LGBTI y de Derechos Humanos. Coordinador de formación política en la Fundación Perseu Abramo.
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